4.- El pacto se rompió
Habían pasado casi dos mil años desde la muerte de las tres brujas legendarias. Aunque en vida ellas hicieron lo posible por detener el avance de las criaturas de Annevona y sentar la base para la revolución de las brujas, con el pasar de los siglos la vida en el continente de Ursova se hizo insostenible. Las brujas Asalarí no eran suficientes para devolver a los malos espíritus a la otra dimensión, y los vampiros seguían arrasando pueblos enteros para sumar abominables criaturas sedientas de sangre a sus filas. La destrucción que dejaron las guerras anteriores entre los antiguos reinos eran devastadoras, eso sumado al avance de las criaturas de Annevona que arrasaron campos de cultivo, lograron hacer inhabitable el continente Ursova.
Ya años antes un grupo de gente se mudó al casi despoblado continente de Anglia y se establecieron en el norte, fundando "El País del Norte", considerando un pedazo de Ursova en este nuevo mundo pues se empeñaron en mantener las viejas costumbres. Tiempo después, cruzando el sureño continente de Ettacari, llegaron al continente más gente en busca de un nuevo hogar. Fundaron así la región de Etrica (en la parte central) y Castasur, al sur. Mientras ellos seguían migrando, en el viejo continente las cosas no estaban mejor, y las criaturas de Annevona ya habían llegado a Anglia.
Desesperadas por salvar a la población que huyó, las brujas Asarlaí que quedaron en Xanardul propusieron un trato a los humanos. Cercarían con su poder el continente de Anglia, de esta forma evitarían el avance de las criaturas de Annevona más antiguas y peligrosas, así como otros espíritus que llevaban siglos destruyendo Xanardul. Anglia quedaría a salvo, los habitantes podrían vivir en calma y solo enfrentar a las criaturas dentro del continente. ¿La condición? Una alianza entre brujas y humanos, ellos representados por la orden de los cazadores. Estos se encargarían de cuidar a su gente matando a las criaturas que intentaran hacerles daño.
A cambio, deberían de respetar la autonomía de las brujas en todo. Ellas también se encargarían de destruir a las nigromantes que estuvieran dentro del continente. Los vampiros y los licántropos fueros declarados enemigos del pacto. A los licántropos se les desterró a los bosques, a los vampiros se les caza sin tregua.
Dentro de Anglia, las brujas y humanos librarían su propia batalla. Mientras afuera las brujas elementales, mentalistas y las Asarlaí sobrevivientes se encargarían de limpiar el mundo para que todos vuelvan a ser uno como antes. Nada de fuera puede entrar a Anglia, pero los habitantes de Anglia pueden salir si desean. No sabemos cuándo las Asarlaí terminarán su trabajo, si en diez, cien o mil años quizá....
Memorias de Xanardul, Amphelise de Thacir
El inicio del pacto del nuevo mundo.
***************
Etrica.
Ese día no le tocaba guardia, así que tenía que aprovecharlo. No era algo que hiciera a menudo, tampoco se sentía cómoda del todo con eso. Abish convivía a diario con la muerte, dejarla de lado era una tarea difícil. Ah, difícil pero no imposible, y más si el alcohol le ayudaba a relajar un poco la cuestión.
El bar de Alistair quedaba en el centro, en una zona con mucho movimiento a altas horas de la noche, por lo que se podía decir que era una zona segura. Los vampiros no solían aparecer en lugares tan poblados, preferían las sombras. Aunque nunca se sabía, los vampiros de menor categoría, los clase "D", aparecían cuando menos lo pensabas y en hordas de no menos de diez. Por eso nunca faltaban las patrullas de los cazadores rondando. Lo bueno de todo era que hace casi una semana no se reportaban apariciones de vampiros de clase D en zonas urbanas céntricas, así que por esa noche podía permitirse la fantasía de ser una chica normal que pasa el rato tomándose unas copas con los amigos.
Aunque amigos cercanos fuera de la academia casi no tenía, el único de ellos era Nate. Y bueno, Alistair también le caía de maravilla, él y su banda de música fuerte eran arte puro y moderno, aunque los más tradicionales lo consideraran solo "ruido".
Nate era diferente. Nathaniel Seymur era el hermano menor de Velimir, el gobernador de la ciudad central de Etrica. Su hermano era un tipo serio, fino y casi siempre ocupado; mientras que Nate se dedicaba a relajarse y vivir su vida tranquilo sin meterse en los asuntos de la ciudad. No tenía problemas de dinero, en realidad la familia Seymur jamás los tuvo. Se sabía que descendían de antiguos gobernantes del extinto reino de Theodoria en el viejo mundo, así que cuando llegaron al nuevo continente lo hicieron llenos de fortuna y una amplia experiencia como gobernantes, ya anteriores miembros de esa familia habían gobernado la ciudad de Etrica.
Nadie podía entender exactamente cómo es que un chico en apariencia tan superficial como Nate podía ser amigo de una cazadora como Abish. Él era el típico joven rico de ciudad capital, rodeado de lujos y "amigos" que buscaban sacar beneficio de él. Ella era la típica cazadora que apenas tenía contacto con la gente como Nate, alguien que parecía no encajar en el mundo del chico. Quizá por eso ambos se hicieron amigos, no tenían punto de comparación, y aún así muchas cosas en común.
A la madre de Nathaniel la devoraron viva unos vampiros, la secuestraron unos clase B para extorsionar a la familia. Desde entonces el joven se llenó de odio en contra de ellos, y su familia era de las principales benefactoras de la academia. Por lo que Abish sabía, fueron los licántropos quienes mataron a su madre cuando era ella apenas un bebé. Eso lo descubrieron la primera vez que los obligaron a conversar, ya que el padre de Abish quería que le hablara al joven heredero para conseguir más apoyo de los Seymur. Luego también descubrieron que les gustaba el mismo tipo de música, que tenían el mismo humor, que se reían de las mismas estupideces. Él no la juzgaba, ella tampoco.
Y quizá lo más importante para Nate, que Abish no lo veía ni lo vería jamás como un "buen partido", como decían por ahí de él. Abish sabía que ella era la única mujer con la que se sentía cómodo de verdad, y él era el único chico de su clase con el que ella quería tratar. Los demás eran unos niñatos insoportables con complejo de superioridad vomitivo. Como el tarado de Candem.
—¿En serio va a venir? —preguntó ella con desagrado mientras le daba un sorbo a su botella de cerveza.
—Pues claro, anda aburrido porque su nueva bruja está castigada y no puede salir —respondió Nate mientras abría otra botella. Le hizo una seña a Alistair, el dueño del bar, y este le respondió con otra seña pidiendo que lo esperaran. Sin él no estaría completo el grupo.
—¿Nueva bruja? ¿De qué hablas? ¿Él no salía con una tal Eleanor?— Una bruja bastante insoportable, por cierto. Las veces que Candem la llevó al bar solo provocó que le diera ganas de golpearla.
—Salía, tú lo has dicho. Ahora se ha conseguido a una tal Aurea. Una Fiurt, creo.
—¿Una Fiurt? ¡¿Una Fiurt?! ¿Pero ese chico va en serio o necesita que le revisen la cabeza? —preguntó ella misma llevándose en dedo a la sien mientras en su rostro se reflejaba la indignación.
—Dice que está buena, así que...
—¡No es eso, Nate! ¿Es que acaso no sabe que el 80% de las Fiurt son vírgenes y el otro 20% no tiene sexo sin que su aquelarre lo autorice? Si es que lo autoriza claro, cosa que normalmente nunca pasa.
—La pregunta acá es de dónde sacas tú esas cifras tan exactas, ¿a quién le importa si las Fiurt andan cogiendo o no? Huevadas piensas —bromeó él, Abish acabó por sonreír, cogió la tapa de su botella de cerveza y se la arrojó.
—Es un decir, estúpido. Es algo que se sabe, las Fiurt no cogen así no más, es simple. Y acá sabemos bien lo que quiere tus amiguitos de las brujas.
—¿Quién no coge así no más?— Alistair acababa de acercarse por detrás de la mesa donde estaban sentados. Llevaba un instrumento de cuerdas para música fuerte, normalmente la banda tocaba cuando el bar estuviera más lleno así que quizá quería ensayar un poco antes.
—Las Fiurt —le contestó Nate, y por esa sonrisa que traía se notaba que andar discutiendo ese tema le causaba mucha gracia. En cambio a ella no, le hartaba Candem y su nauseabunda creencia de que podía tener a cualquier mujer a sus pies.
—Ah... eso es cierto —le dijo Alistair—. Yo una vez salí con una Fiurt.
—¿En serio? —preguntó ella incrédula.
—Naa, mentira. Las Fiurt no salen con nadie, solo quería ver sus caras —bromeó él—. ¿Pero quién está saliendo con una Fiurt? Es un mentiroso.
—Candem —respondió Nate—. Y acá Abish tampoco se la termina que creer.
—¡Claro que no! Si tu amigo es un puto asco, ¿cómo voy a creer que terminó dejando a la bruja más candente de Etrica por una virginal Fiurt? Eso jamás.
—Tampoco lo creo —la apoyó Alistair—. ¿Por qué haría eso? Eleanor está muy buena, insoportable claro, pero muy buena.
—Y todos sabíamos lo que ella quería de él —continuó Abish mientras ellos la miraban sin comprender—. ¡Ah por favor! Ya están bastante viejos para no darse cuenta. El estúpido cree que se liga a las brujas, cuando las brujas son las que lo usan para acumular energía sexual.
—¿Es en serio? —preguntó Alistair algo sorprendido.
—Si, es una especie de mambo místico que usan —le explicó Nate—. Ya sabes, esa mierda que Luz eterna nos creo a todos de energía, que todo es energía y blablablá. La cuestión es que las brujas se lo toman más en serio, y supongo que sirve.
—O sea que en resumen las brujas usan a Candem mientras que él cree lo contrario, interesante... —dijo pensativo el músico—. Lo cual quiere decir que Eleanor necesita usar la energía sexual de una nueva víctima....
—Pues si, supongo —dijo ella también pensando en ese tema. De seguro que esa bruja devoradora andaría rondando Etrica en busca de su próxima víctima.
—Lo que significa que puedo postularme como candidato a ser su esclavo sexual, no suena nada mal... —dijo Alistair con toda seriedad. Tanto así que hasta Nate se puso serio de pronto.
—En ese caso debería pensar en postularme también —agregó su amigo.
—En serio, ustedes cada día dan más vergüenza ajena —soltó ella antes de darle el último sorbo a su bebida. Luego de unos segundos ambos terminaron riendo, par de degenerados.
—Ah vamos, también podrías postular —bromeó Alistair—. ¿No dicen que todas las brujas son bisexuales?
—Claro que lo son, ¿pero yo qué mierda tenga que ver en eso?
—Pues que eres mujer, y quizá con una bruja puedas encontrar....
—Cállate —interrumpió Nate con una voz tan seria que hasta a ella la dejó helada.
—Pero...
—No digas nada —siguió muy serio él, parecía hasta haberse olvidado que el dueño de ese bar era justo a quien estaba mandando a callar. Abish solo bajó la mirada algo incómoda, no tenía deseos de discutir con Alistair, sabía que no lo dijo por maldad ni por joder, solo se le pasó por la cabeza y ya.
—Lo siento Abish —se disculpó él de inmediato—. Pensé que tú...
—Sé lo que pensaste, es lo que todo el mundo hace. Y no, no me gustan mujeres. No entiendo la necesidad de aclararlo, eso ni a ti ni a nadie le debe importar una mierda —intentó no sonar dura, pero no pudo evitarlo. Era cansino hablar de eso, al menos las brujas se tomaban el tema de la sexualidad bastante a la ligera, pero entre humanos era otra cosa.
—Si, lo siento. He sido muy idiota, solo lo pensé porque... bueno, no hablaré sobre eso. Supongo que ya lo sabes —ella asintió levemente. Por supuesto que lo sabía. Por su apariencia ruda, por no ser femenina, por su lenguaje grosero, por juntarse con hombres. Tenía la etiqueta de lesbiana hace mucho, y eso en lugar de siquiera hacerle ganar simpatía entre las brujas solo logró que los hombres la jodan con comentarios estúpidos. Casi todos claro, menos Nate.
—Olvídalo, solo no vuelvas a mencionarlo.
—Hecho. Y te doy barra libre esta noche para que me perdones —Alistair sonrió, al final ella acabó correspondiendo. Al carajo, ya estaba bastante grande para que la mierda de macho heterosexual le afecte.
—Bueno, bueno, superado ese asunto —habló Nate, ahora hasta él estaba sonriente—. Sigamos burlándonos de como Candem piensa que se va a coger a una Fiurt y pues... No.— Los tres terminaron riendo, que de verdad eso iba a ser un mate de risa. Moría por ver la cara de ese machito cuando la nueva bruja lo mande a ver si hay pan duro en la tienda. Las risas se detuvieron, Alistair hizo una señal para que les sirvan otra ronda. En la barra vio a uno de los empleados hablar por el teléfono, no le prestó mucha atención hasta que lo vio avanzar hacia su mesa. Llegó junto con las nuevas bebidas, así que sea lo que sea esperaba no le arruine la noche.
—Eres Abish, ¿verdad? —ella asintió—. Dejaron un mensaje para ti, era de la academia.
—¿Quién llamó?
—Un tal Nigel —ella solo asintió. Aquello era raro, Nigel nunca la llamaba y menos así. Quizá debería preocuparse.
—¿Dejó mensaje?
—Dijo que regreses. Hay un código cinco. No sé qué rayos sea eso, pero...—Apenas escuchó el mensaje se puso de pie y por poco echa al piso las bebidas. Cogió su chaqueta y echó la silla a un lado. Sus manos temblaron, estaba tratando de asimilarlo pero apenas podía reaccionar.
—Hey.... Cálmate, ¿paso algo malo? —le preguntó Nate preocupado—. ¿Necesitas que te acompañe?
—No, no. Esto es asunto mío, hablamos luego.
Ya no dio tiempo de despedirse de nadie ni de mirar atrás, atravesó el bar corriendo y empujando gente en su camino. Un código cinco. Un maldito código cinco. Eso jamás había pasado en sus años de vida, eso pasaba a inicios del pacto cuando cercaron Anglia y en la actualidad los cazadores incluso bromeaban sobre eso. Un código cinco no solo era una masacre. Era aniquilación de una población entera de la forma más cruel posible.
Llegó corriendo hacia la zona de los vehículos, ahí estaba su moticicleta. Sacó las llaves, se montó para encenderla pero no lo consiguió. Maldijo, ¿cómo era posible que a ella le afecten los nervios? Era una cazadora, se suponía que estaba preparada para esas situaciones. Intentó arrancar una vez más pero acabó soltando un grito de rabia y frustración, no puso bien la llave.
—Abish —se giró rápido, era Nate quien acababa de salir detrás de ella—. Yo te llevo.
—No es necesario.
—Estás nerviosa, te vas a caer, tendrás un accidente y ahí sí que no sirves para nada. Te dejo en la puerta de la academia y adiós, quédate tranquila.— Estaba apurada, pero sabía que él tenía razón, lo mejor era aceptar la ayuda por esa vez.
—Bien, vamos. Maneja lo más rápido que puedas.
Mientras Nate se acomodaba en la moto, Abish respiró hondo intentando serenarse. Un código cinco era una violación al tratado entre brujas y humanos. Si aquello era cierto es que el pacto que tenían estaba a punto de romperse. O quizá ya estaba roto.
* * * * * * * * * * * * * * * * * *
Apenas se bajó de la motocicleta corrió hacia el despacho de su padre. Al llegar, la secretaria Erin le dijo que el líder de los cazadores de Etrica estaba en el laboratorio, así que fue rápido hacia allá. A esa hora de la noche los aprendices y cazadores que tenían descanso ya estaban en sus habitaciones, pero todas las luces de la academia estaban encendidas y todos iban por orden del líder al auditorio. Se había activado el protocolo de emergencia y los rostros de todos eran de preocupación. Durante el camino se cruzó con Alicia y Arnold, su otro alumno. Tras ellos iba Samantha y el "polizonte" Leonard, quien por milagro no llamaba la atención de nadie. Supuso que todos estaban bastante sorprendidos y no tenían tiempo para perder mirando a un mocoso.
—Que la verdad no sé de qué se sorprenden, estas cosas pasan todo el rato en el norte y a nadie le importa —escuchó decir a Leonard, y solo por eso se detuvo.
—¿Qué acabas de decir? —preguntó molesta.
—La verdad, a los de Etrica no les importa el norte y nosotros nos las arreglamos como podemos —contestó él en el mismo tono.
—Silencio, jovencito, no puedes decir esas cosas —le llamó la atención Samantha, pero él solo parecía más molesto.
—A ver si se enteran de una vez. Las nigromantes no han desaparecido, nunca lo hicieron. Dejen de vivir en su mundo de fantasía donde los cazadores y las brujas son amiguitos por siempre.— No supo qué contestar a eso, porque la verdad hasta el momento no tenía idea de qué iba el código cinco. Ahora creía saberlo, fue magia de las sombras lo que provocó aquello.
Sin ánimos de contestarle a Leonard, pero si ansiosa por respuestas, llegó al laboratorio. Irrumpió sin tocar la puerta, y al pasar vio a varios de los líderes cazadores junto a su padre y al doctor Morton, o doctor "Z" para Sam. No recordaba la última vez que vio esas caras, lo máximo que habían vivido en esos años fueron emergencias de código cuatro. Cosas graves claro, situaciones horribles en zonas alejadas causadas por los vampiros o licántropos, pero jamás un código cinco.
—¿Qué pasó? —preguntó mientras avanzaba hacia su padre—. Nigel mencionó un código cinco.
—Si, eso exactamente. Hace una hora llegaron a avisarnos, al parecer las líneas de teléfono estaban caídas en la zona —contestó Richard, el líder de los cazadores. Estaba pensativo, más que eso, preocupado. Se atrevía a decir que nunca vio a su padre tan impactado por una noticia.
—¿De qué zona?
—Albion, es una población al oeste, cerca de las montañas de los truenos. Era una población, mejor dicho. Tenía más de mil habitantes, ahora... ahora no queda ni uno.— Cuando dijo eso le pareció sentir que su voz se quebraba. Abish contuvo la respiración. Mil personas muertas y masacradas, eso no podía estar pasando—. Unos comerciantes de la población vecina fueron para la feria de final de semana y vieron todos los destrozos. Solo uno de ellos vino a traernos la noticia, lo están atendiendo en la enfermería por una crisis de nervios.
—Oh... mierda —terminó diciendo ella mientras se llevaba una mano a la boca, ¿tan grave fue?
—Si, mierda —habló Nigel de pronto—. Y trajo fotografías, el doctor Morton ha revisado algunas, pero necesitamos más evidencia.
—¿Qué fue lo que les hicieron? —preguntó mirando al doctor. Este se acomodó las gafas y la miró fijo un instante. El hombre era todo frialdad, un tipo que siempre confiaba en sus resultados científicos y no se iba con sentimentalismos. Y aún así notó el horror en sus ojos, algo inconcebible. Él, que había visto por años los cadáveres mutilados de sus compañeros cazadores, de pronto tenía miedo de unas fotografías.
—Me atrevo a decir que no se veía algo como esto desde los primeros años del pacto —le dijo Zack Morton—. No puedo dar un veredicto hasta que no lo vea yo mismo, pero por las señales y la forma en que acomodaron los cuerpos...
—Es magia de las sombras —le dijo su padre—. Aquella que solo se practicaba en el viejo continente, la que sale en los libros de historia. Eso solo pueden asegurarlo las brujas, quizá solo son suposiciones mías y sea solo magia de sangre.
—¿Qué más da eso, padre? De sangre, de las sombras, la misma porquería. Hay nigromantes aquí, nunca desaparecieron —dijo ella rabiosa, sin darse cuenta repetía las palabras de Leonard. Mil personas, mil vidas humanas. Otra vez los humanos eran víctimas de las guerras entre brujas, y eso no podían dejarlo pasar—. Ellas pactaron con nosotros cazar a todas las nigromantes, pero claramente eso nunca pasó. Las brujas no cumplieron con su parte del pacto.— Alrededor todos asintieron, estaban de acuerdo con ella. Incluso Nigel, quien siempre era el más precavido y en muchas ocasiones le dio la contra.
—Sabes que no creo en esa basura —le dijo el doctor Zack—, pero esos símbolos negros de las fotos solo pueden significar que las brujas son responsables de esto.
—Cálmense —pidió su padre con voz autoritaria—. La noticia ya se ha filtrado, mañana estará en la prensa. El hombre que vino de Albion entró a la academia gritando, todos escucharon, así que por eso están todos en el auditorio esperando mis instrucciones. Tenemos que actuar, pero lo haremos con calma. Nigel, Zack, mañana mismo parten a Albion a recoger pruebas de lo que pasó, quiero saber cómo y por qué esa gente murió. En cuanto a las brujas, ya he notificado a la directora de la escuela sobre lo sucedido, ella enviará a dos de sus especialistas a revisar los hechos y recoger pistas. Si es magia ellas sabrán encontrar a los responsables.
—¿Y si no es así, padre? ¿Acaso no lo ves? ¡Esto es responsabilidad de ellas! Nosotros hemos cumplido, nosotros nos morimos todos los días cazando a las criaturas que una bruja creo hace años, ¿y encima nos traicionan así? ¡No podemos simplemente esperar!
—Silencio, Abish. No pretendas desafiarme —se calló de inmediato, el rostro serio de su padre y esa voz de reproche la derrotaron. No debió hablarle así.
—Lo siento, líder. No tengo excusa.
—Disculpa aceptada —dijo él con frialdad, como si no se tratara de su hija. Y lo entendía, había normas que seguir y por más enojada que estuviera no podía desafiarlo así—. No sabemos qué clase de bruja hizo eso, ni siquiera podemos asegurar que sea una de ellas, o un tipo de magia que desconozcan. Pero vamos a determinar responsables le pese a quien le pese. Si las brujas incumplieron, pagarán. Si ellas están dispuestas a luchar contra el enemigo a nuestro lado, que así sea. No vamos a romper ese pacto aún ni a tomarlo tan a la ligera, ¿entendido?
—Si, líder —dijeron todos a la vez, incluyéndola.
—Ahora en marcha, tenemos que distribuir funciones. Estamos en alerta por código cinco, quiero que den las instrucciones a todas sus patrullas y aprendices. Vamos al auditorio, allá nos esperan.
En silencio todos empezaron a caminar, ella se quedó rezagada y terminó al lado del doctor "Z". Sabía que su padre quería llamar a la calma en ese terrible momento de crisis, pero lo sucedido no era cualquier cosa. Las brujas prometieron acabar con las nigromantes, llevaban años diciendo que ya las habían erradicado del todo, pero era obvio que eso nunca fue cierto. El pacto estaba roto hace mucho tiempo y apenas se daban por enterados.
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GLOSARIO
- Vampiros de "Clase D": Categoría dada por los cazadores para denominar a los vampiros que no pasan de los diez años. Son seres que al convertirse no lograron dominar su sed de sangre y han perdido todo rastro de humanidad y razonamiento. No piensan, actúan como bestias salvajes atacando en hordas durante la noche. Algunos se han deformado al punto de lucir encorvados, mostrando siempre sus colmillos. Son la mayoría.
- Música fuerte: Ritmo musical parecido a nuestro rock, con un estilo similar al de los 80's.
- Código 5: Categoría que dan los cazadores a un ataque de seres sobrenaturales a poblaciones humanas. Es el rango más alto, ya que se califica el número de muertes y la forma en que fueron asesinados. Corresponde a aniquilación de poblaciones con más de mil habitantes.
- Magia de las sombras: Magia creada por Annevona. Es un tipo de magia difícil de controlar ya que proviene directamente de "Oscuridad perpetua", y quienes la practican son nigromantes expertas. Es un tipo de magia que se cree extinta pues ya no hay nigromantes poderosas como en el pasado. O eso se dice.
- Magia de sangre: Magia que usa como principal ingrediente la sangre humana y de animales, también usan pieles. Este tipo de magia varía dependiendo de su uso, se pude emplear de forma sencilla (como fabricando un homúnculo) y haciendo sacrificios por el bien de alguien. O puede usarse de manera malvada realizando sacrificios para acumular energía oscura y causar daño.
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En multimedia: Representación de Oscuridad perpetua
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