Las charlas nunca faltan...
23/10/2020
- ¡Yo no sé para qué vine!
Hoy me levanté con ganas de salir. Sé que tenía que traer algo pero no sé lo que era. Si te digo te miento.
¡Para qué vine, no sé!
¡Qué locura hice! ¡Salir para acá y quedarme!
¡Y no le traigo nada a más nadie! ¡Ni un mandado más!
¡Estuve loca, loca! ¿Para qué vine?
- ¡Pero mamá! Hoy te sentiste un poquito mal, te vio la doctora y te trajeron en la ambulancia.
- ¿A mí? No, no. Yo no me sentí mal. Me levanté lo más bien. Yo vine solita, le pregunté al médico si podía escucharlo y me dijo que sí. Me senté al ladito, él ahí y yo acá (hace los ademanes, mostrándome cómo se sentaron), escuché todo lo más bien.
- ¡Ah! ¿Y de qué hablaron?
- ¡Y yo qué sé! Ahora ni me acuerdo, pero hablamos lo más bien.
- ¿Y en qué viniste?
- Vine solita, caminando. Yo me desperté con ganas de salir y tenía ganas de venir para este lado. Entonces aproveché que tenía que traer unos papeles para acá. Pero te digo que no hago más mandados para nadie.
¡Fijate! ¡Me tienen sin calzones! ¿Por qué me tienen desnuda? ¡Yo no puedo salir desnuda a la calle! ¡Buscame los calzones y nos vamos! ¡Y los pantalones y la camperita!
- No, mami. Hoy nos quedamos acá.
- ¡Yo quiero irme para casa! ¡Si estamos cerquita!
- Hoy nos tenemos que quedar porque no te sentiste bien.
- ¿Yooo? ¡Yo no estoy loca ni enferma!
- ¡Claro que no! Vos sos una persona muy sana, gordita. Pero hoy estabas un poquito mal y ahora estás bien atendida.
- ¡Yo no tengo nada! ¡Y esta porquería me ahoga! ¡No lo quiero!
- Eso es oxígeno. Usalo para que nos podamos ir pronto a casa (se coloca la mascarilla por un ratito).
Dicen que me van a hacer el hisopado. ¡Yo no tengo nada!
- Obvio que no tenés nada, mami, pero te lo tienen que hacer por el protocolo sanitario. Por todo esto del virus.
- ¡Ah, es cierto! ¡Pero yo no quiero! ¡Eso es espantoso!
- Pero hay que hacerlo.
Fue este un diálogo que se repitió hasta las nueve de la noche, aproximadamente. Luego cenamos con avidez, las dos.
- ¡Ahora podemos irnos!, dijo, incorporándose.
- No mami. Ahora dormimos aquí.
- ¿Y mi cama cuál es?
- Esta, donde estás acostadita.
- ¿Y vos me dejás sola? ¡Yo no quiero estar sola!
- No vas a estar sola. Yo duermo en esta otra cama.
- Ah, bueno. Vos tenés que acostarte por tu columna. Pero traeme las zapatillas que yo me voy a levantar.
¡Y me ganó!!! Conseguí una silla alta y se sentó un ratito. Luego se acostó y durmió lindo. A las dos quiso levantarse para irse para la casa. Jajajaja. ¡Es un caso único, la gordita!
Hoy, 24/10, le hicieron temprano el hisopado. No le gustó nada pero se olvidó pronto.
- ¿Y cuándo me van a hacer eso para salir en el diario? (¡Parece que quiere prensa!).
- Ya te lo hicieron, mamá.
- ¡Ah! ¿Eso que me metieron por la nariz?
- Eso, sí.
- ¡Qué feo!
Al rato ya me estaba acusando de haberle perdido los lentes. Jajajaja. Es buena señal de que se siente fuerte.
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