Traición
A pesar de que sería una tontería cualquier intento de enfrentar a aquella persona ellos solos Eva no dudo en darle su apoyo a Erik, aunque fuera una gran estupidez estaban dispuestos a correr el riesgo con tal de poder volver a estar con las chicas. Sin saber por donde empezar, comenzaron por buscar alguna pista de su paradero, por más que lo intentaran era inútil, no había rastro de Jos ni de Nicolle, era como si se las hubiera tragado la tierra, por más que buscaran no estaban, Erik no dejaba de pensar en lo que les pudiera estar pasando.
Eva por otro lado se sentía inútil, no dejaba de buscar la mente de sus hermanas por todos lados, pero sin excederse para no atraer a criaturas no deseadas, en uno de sus intentos logró contactar con la mente de Nicolle, pero no le fue tan satisfactorio como esperaba.
"¿Nicolle?"
"¿Qué quieres Eva?"
"¿Disculpa?"—preguntó Eva sorprendida.
"¿Qué quieres?"—repitió la chica con indiferencia.
"¿Pero que dices? ¿dónde estás? ¿estás bien? ¿y Jos?"
"La misma Eva de siempre, preocupándose por los demás."
"¿Qué te sucede Nicolle?"
"Te veo mañana, antes del primer amanecer a las orillas de la torre de hechicería, ven sola, no le digas nada a Erik, si lo veo cerca no te diré nada."
Dicho esto cerró su mente obligándola a salir. Eva no cabían en su asombro, ella pensaba rescatarla y Nicolle la trataba como a un enemigo, además de que pensaba ir a donde estaba ella, ¿cómo sabía que estaba cerca de la torre? ¿su raptor le permitía ir a donde quisiera? confundida volvió junto a su hermano, cenaron tranquilos y se fueron a acostar, a la mañana siguiente se levantó temprano y sin a hacer ruido, salió al exterior, se puso la capucha sobre los ojos y caminó hasta la torre de hechicería, al llegar no encontró rastro de su hermana se sentó en la raíz de un árbol en un pequeño claro a escasos metros de la torre, pasaron los minutos y seguía sin ver a Nicolle, se levantó estaba por darse por vencida cuando la vio, la chica estaba subida en uno de los árboles, sentada sobre una rama la observaba sin pestañear.
"Creí que nunca me verías"—comentó Nicolle en su mente.
"¿Dónde esta Jos?"—preguntó Eva de la misma forma.
"Lejos de aquí"
"¿Para que querías hablar?"
"Se que preguntárselo a Erik sería una perdida de tiempo, pero tú eres más lista y sabrás escoger mejor."
"¿Preguntarle que?"
"¡Ay mi querida Eva! siempre tan poco observadora, creí que serías más lista que esto."
—¿Preguntarle que?—repitió Eva en voz alta, ya empezaba a perder la paciencia.
"Nuestros padres sólo quieren mantenernos a salvo, no nos dejan hacer nada, nos enseñaron a perdonar y a comprender a los idhunitas que por siglos no han hecho más que exterminar a los nuestros, ¿no estás cansada de tener que esconderte? ¿de seguir fingiendo que eres algo que no eres?"
"¿Pero que estás diciendo?"
"Inyokaa no está de acuerdo con su forma de tratarnos, él quiere ayudarnos."
"¿Inyokaa? ¿es tu nuevo amigo? ¿el que tiene cautiva a tu hermana? ¿estamos hablando de la misma persona?"—le espetó Eva haciendo lo imposible por no hablar en voz alta.
"Ella es un dragón, no es mi hermana—mientras hablaba se bajó del árbol y se paró a su lado—pero tú, tú si eres mi hermana, se que odias que te traten cómo un animal tanto como yo, ven conmigo, Eva, tú y yo podemos hacer cosas inimaginables, nadie más nos trataría cómo sus inferiores."
—Es por sheks como tú que los demás habitantes de Idhún nos odian—le espetó Eva hablando en voz alta.
—Ven conmigo, por favor, juntas gobernaríamos a los idhunitas que nos han ofendido tanto tiempo y a los dragones que no han hecho más que...
Esa fue la gota que derramó el vaso, sin poder contenerse más la mano de la joven shek salió disparada hacía la mejilla de su hermana. La joven se llevó ambas manos a la mejilla lastimada y la miró con desprecio.
—Eres como ellos, como Jack, has pasado mucho tiempo con dragones, ellos han nublado tu vista—dijo Nicolle.
—No Nicolle, tú has pasado mucho tiempo con ese hombre,es él quien te ha desviado del camino y ahora veo que no hay nada que yo pueda hacer para recuperarte, así que no insistiré, pero si te pediré y te suplicaré que dejes ir a Jos, llévame en su lugar, mátame, haz lo que quieras conmigo, pero déjala libre, te lo suplico, Nicolle, por favor—le suplicó en un susurro apenas audible, pero que la shek escuchó sin ningún problema.
—Lo hubieras pensado antes de abofetearme—le espetó Nicolle, en el acto una silueta apareció junto a ella.
Eva se volvió rápidamente y lo miró, al igual que en su visión, este llevaba una capucha que le ocultaba el rostro y vestía de negro, desde las botas de piel de dragón hasta la capucha que le cubría el rostro, quiso huir pero se dio cuenta que estaba rodeada, maldiciendo para sus adentros volvió a fijar su atención en el tal Inyokaa.
—Te haz vuelto descuidada hermanita—dijo Nicolle, con una pequeña sonrisa.
—¿Qué quieres de mi?—preguntó Eva ignorando por completo el comentario de su hermana.
—Yo no quiero nada de ti, sólo quiero mostrarte la realidad—contestó Inyokaa.
—Conozco muy bien la realidad—dijo Eva, sin dejarse intimidar.
Iba a añadir algo más cuando tres personas más irrumpieron en el claro, dos de ellos eran secuaces y traían a rastras a un chico, al llegar lo tiraron al piso y el hombre que parecía ser el jefe empezó a hablar con Inyokaa, la shek sintió su mundo venirse abajo al darse cuenta de que era Erik, el chico hizo ademán de levantarse, pero el guardia lo empujó tirándolo de nuevo al piso. Eva intentó contactar con su mente, pero algo se lo impidió, Erik levantó la cabeza y la miró, intercambiaron una mirada, ambos pensaban lo mismo, ahora si que estaban en grandes problemas, pero al menos ahora estaban más cerca de Jos.
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