Ya habían pasado casi 18 años y seguía sin saber nada de Jack y Victoria, había días en los que deseaba pedirle al Alma que lo llevara a la Tierra, pero luego recordaba la razón por la que se habían ido y decidía que era mejor que quedarse donde estaba, sus hijos, Aledis e Izun siempre le preguntaban que si algún día los conocerían, ambos se sabían la historia de memoria y les encantaba, Zaisei había renunciado a ser sacerdotista el día que nació su hijo mayor, hace 16 años.

—Papá, Kimara está aquí—dijo una voz sacándolo de sus pensamientos.

—Bien, ahora voy.

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—¡Shail!

—Kimara, que sorpresa—se abrazaron—¿a que debo este placer?— preguntó el mago soltándola.

—Supongo que ya sabes lo de la profecíaprofecía— el mago asintió— escuché que la Triada estuvo aquí.

—¿Estás segura?—preguntó Shail sin dar crédito a sus oídos.

—A eso vine, esperaba que me lo confirmaras—Kimara se le quedó mirando confundida—creí que si Victoria, Jack y Christian llegaban a Idhún serías el primero en saberlo.

—A decir verdad no, no lo sabía, pero hablaremos mas tarde, ¿ya almorzaste?

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—Jos, ¿quieres ir a dar una vuelta en bici?— preguntó Erik.

—Mamá me dijo que no saliera hasta que ella volviera.

—Y a mi me dijo que no te perdiera de vista y le prometí a Eddy que lo llevaría a dar una vuelta.

—Bueno, pero si mamá pregunta fue idea tuya—aceptó la joven no muy convencida.

—¡Eva llevaré a los niños a dar una vuelta, ahora volvemos!—exclamó Erik mientras salía seguido de sus hermanos menores.

—Ok.

Eva salió a tomar aire, hace cinco meses que su padre se había tenido que ir y enserio lo echaba de menos, en ese momento sintió una presencia detrás de ella se volvió rápidamente y lo que vio la dejo asombrada.

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—¿Estás seguro que es buena idea? ¿Y si alguien se entera?

—Descuida Kimara, nadie se va a enterar—la tranquilizó Shail.

—Shail, entiendo que estás preocupado, pero ¿y si el rey Covan se entera? ¿no lo estaremos guiando hasta ellos?

—Ya había pensado en eso, Zaisei dirá que fui a ver a mi familia y cuando ellos lleguen allá yo espero estar de vuelta y diré que tuve un contratiempo y que tuve que volver sin poder verlos.

—Bueno, pero aún sigo pensando que es una mala idea.

Shail hizo caso omiso del comentario de la semiyan y le pidió al Alma que los llevara a Limbhad. Un segundo después todo a su alrededor empezó a dar vueltas y aparecieron en una biblioteca con una esfera de luz en el centro de la mesa.

—¡Así que esto es Limbhad!—exclamó Kimara contemplando la habitación.

—Así es, ten, ponte esto no queremos llamar la atención—dijo Shail al la vez que le pasaba un vestido celeste que encontró en la habitación de Victoria. Cuando estuvieron vestidos como terrestres, Shail le pidió al Alma que los llevara con la Triada, en Francia, donde al parecer estaban viviendo.

Pronto llegaron a la ciudad de París, donde Kimara se dejó guiar por su instinto para encontrar a Jack, llegaron a un vecindario en las afueras de París, en ese momento dos niños pasaron a su lado con unas bicicletas mientras otro chico los seguía y le ayudaba cada vez que alguno se caían, los dos niños en bicicleta no parecía que se hubiera percatado de su presencia, pero el chico de ojos castaños si los vio, se les quedó mirando con curiosidad, pero entonces su hermana lo llamó y este se fue tras ella.

—Ese era Erik ¿verdad?

—Una copia de su padre—asintió Shail con una sonrisa.

—¿Sabías que Jack tenía dos hijos más?—preguntó Kimara con curiosidad.

—No, no lo sabía, pero será mejor no sacar conclusiones sin saber nada, puede que sólo sean amigos.

—No, esos niños son dragones, pude sentir el fuego en su interior.

Shail se encogió de hombros y siguió caminando hasta la casa más alejada que encontró sabiendo que la Triada no vivirian en una casa donde los vecinos pudieran escuchar o ver todo lo que hacían y no se equivocó, la casa era de color blanco con un gran jardín donde pudieron ver a una chica de unos quince años, ninguno de los dos podía verla bien pero aún de espaldas, ambos sabían quien era, entonces la chica pareció sentir su presencia porque se volvió rápidamente y al verlos sus ojos azules se abrieron mucho de la sorpresa.

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"Conozco a esas personas, no, es imposible las recordaría, ¡pero juraría que ya las había visto antes!"

—Erik, ¿estás bien?— preguntó Joselin sacándolo de sus pensamientos.

—Sí—contesto Erik, al ver que esto no parecía convencerla añadió—es sólo que me pareció ver a alguien conocido.

Eso no pareció reconfortar a la chica, pero asintió.

—Creo que será mejor que volvamos, mamá no tarda en volver— dijo Eddy.

Erik asintió revolviéndole el pelo a su hermano.

—Una carrera a la casa.

Ambos niños se miraron un segundo antes de empezar a pedalear. Erik los siguió corriendo, extrañaba mucho hacer eso.

Cuando llegaron a la casa pudieron sentir una presencia extraña en la casa, Erik frunció el ceño antes de entrar rápidamente a la casa, los mellizos tiraron las bicicletas en el jardín antes de seguirlo, al llegar encontraron a Victoria abrazada al mismo hombre al que habían visto antes, y a sus hermanas que veían la escena sorprendidas. Los dos adultos se separaron, para después estudiarse mutuamente, el mago se veía tan jovial como siempre, a pesar de que los años empezaban a hacerle efecto.

—¡No puedo creer que estés aquí, cuanto me alegra verte!—exclamó Victoria sin poder creer lo que veía, fue entonces cuando se percató que Shail no venía solo, detrás de él había una mujer de piel morena y cabello blanco.

—¡Kimara!— ambas mujeres se abrazaron.

Eva y Erik intercambiaron una mirada.

"Ya los habíamos visto antes ¿verdad?"— preguntó Eva quien parecía tan extrañada como él.

"Si, pero no sé quienes son, es como si los conociera de toda la vida, pero no puedo recordarlos"—asintió Erik sabiendo que su hermana lo estaba escuchando.

"A mi me pasa igual"

Ambas mujeres se separaron y fue entonces que se percataron de la presencia de los hermanos. Victoria se volvió hacía sus hijos.

—Ellos son Shail y Kimara— los presentó Victoria y después se volvió hacia sus amigos—.Ya conocen a Erik y Eva, ellos son Nicolle, Eddy y Joselin.