—¿Cuanto más tendremos que esperar?—preguntó Erik impaciente.

Eva dejó escapar un bufido.

—No lo sé—masculló la chica—ya te lo dije mil veces, no lo sé—añadió resaltando la última frase.

Erik iba a añadir algo, pero Eva lo silenció con un gesto y cerró los ojos, Erik esperó hasta que la joven volviera a abrir los ojos para hablar.

—¿Qué sucede?—preguntó Erik.

—Papá nos está buscando, debemos ir ahora al Oráculo.

Erik asintió satisfecho, con la ayuda de su hermana se levantó y se puso la camisa.

Juntos fueron hasta el Oráculo donde caminaron hasta la sala oeste que fue donde encontraron a sus padres, y esta vez Victoria estaba con ellos, Shail y su familia también se encontraban allí, además de la Madre Venerable y sus sacerdotistas, Eva y Erik entraron en la habitación y se sentaron junto a Izun, fue en ese momento que Erik se percató de la persona junto a Victoria, tomado de la mano de su madre y con la cabeza gacha estaba Eddy, el cabello le había crecido bastante y le cubría los ojos, se veía devastado, Erik pudo ver el dolor pintado en su rostro. Quiso llamar su atención, pero el joven apartó la mirada dolido. Erik bajó la cabeza con tristeza, Eva le colocó una mano en la pierna con cariño.

Jack los observó a los tres antes de hablar.

—Supongo que ya saben porque están aquí—empezó Jack mirando a sus hijos mayores, Erik le devolvió la mirada con atención—hace mucho tiempo que hemos estado ocultando secretos, secretos por los que muchos de ustedes han corrido peligro y arriesgando sus vidas, es por esto que se que debemos de revelar muchos de ellos ahora, antes de que sea demasiado tarde—al decir esto miró a Eddy, este siguió sin mirarlo, Jack lo miró con tristeza antes de continuar—nadie más va a morir por nuestros secretos...

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Al volver a la casa Erik quiso hablar con su hermano, pero este siguió su camino sin siquiera mirarlo, Erik quiso seguirlo, pero Eva lo detuvo tomandolo del brazo.

—Déjalo que lo procese, ha sido demasiada información para una sola noche, y mucha de esta a removido el recuerdo de Jos, deja que descanse, tú también deberías hacerlo.

Erik iba a replicar, pero se lo pensó mejor y asintió, fue a su habitación dispuesto a descansar un rato, pero no fue capaz, Eva tenía razón, era demasiada informacion y su mente estaba muy ocupada procesándola, sin poder dormir se levantó y fue a dar una vuelta por la casa, iba caminando por los cuartos cuando escuchó voces en el cuarto de sus padres, se detuvo un segundo a escuchar.

—No fue buena idea traerlo, mira como se puso, no habla con nadie, a ti es a la única a la que le dirige la palabra, ya no es el mismo, algo se ha roto dentro de él—escuchó decir a Jack.

—¿Y qué querías que hiciera? ¿qué lo dejara ahí más tiempo? no puede estar solo por más tiempo necesita ayuda, ayuda que Alsan no le iba a dar, necesita de nosotros—esta vez era Victoria la que hablaba.

—Eddy me odia en estos momentos—negó Jack.

Erik no se quedó a escuchar la respuesta de Victoria, ya había escuchado lo suficiente, se dirigió al cuarto del chico, este se encontraba sentado en el borde de la cama con las manos juntas sobre las rodillas, Erik se detuvo en la puerta y lo miró preocupado, sus padres tenían razón, el joven estaba mal, muy mal, podía notarlo con tan sólo mirarlo.

—Eddy...

El chico no dijo nada, en realidad no había dicho nada desde que llegó.

—Oye, ¿estás bien?—preguntó Erik acercandose.

El joven tan sólo le dio la espalda.

—Vamos Eddy, está bien, puedes confiar en mí.

El chico se paró y fue hasta la puerta ignorando a su hermano.

—Eddy—murmuró Erik en tono suplicante.

El joven echó a correr sin mirar atrás, sin detenerse entró en la habiación de sus padres, ambos callaron al verlo, este sin decir nada, corrió hasta donde estaba su madre y la abrazó con fuerza ocultando su rostro. En ese momento entró Erik quien se quedó plantado en la puerta tan sorprendido como sus padres.

Victoria le acarició el cabello a su hijo con cariño mientras que Jack se volvió hacia Erik.

—¿Qué le dijiste?

Erik abrió la boca para contestar, pero enseguida la volvió a cerrar y se encogió de hombros.

Jack se volvió hacia Victoria, esta tan sólo se encogió de hombros, el hombre se acercó a ellos y se inclinó junto a su hijo y lo miró.

—Eddy, oye, todo está bien, ¿ok?—murmuró Jack en inglés intentando que al hablarle en un idioma en el que se sintiera más cómodo lo ayudara a procesarlo todo, de todos sus hijos Eddy siempre había sido el que más se había interesado en aprender la lengua materna. —Oye, tienes que estar tranquilo, todo está bien, no permitiré que te pase nada malo, ¿me oyes? Yo te mantendré a salvo, tu madre y yo no permitiremos que te pase nada—le colocó una mano en el hombro con cariño, Eddy se alejó un poco de su madre y levantó la cabeza, la mirada que le dirigió a su padre fue de miedo pero a la vez de confianza y confusión.—Puedes confiar en mi cariño, no tienes porque temer, todo va a estar bien—Jack le dirigió una hermosa sonrisa a la cual el chico correspondió algo tímido, Jack se incorporó de nuevo y lo atrajo hacia sí, Eddy se abrazó a él con fuerza—shhhh, tranquilo, no tengas miedo—el joven empezó a sollozar en silencio—shhhh, no llores, todo está bien.

El joven tardó un rato en tranquilizarse, pero al hacerlo se alejó de su padre y se limpió las lágrimas en el borde de su camisa, aún sin decir una palabra volvió a abrazar a su padre y luego salió corriendo, no tardaron en escuchar la puerta de su habitación cerrarse de un portazo dejando a todos los presentes con la palabra en la boca.

—¿Y tú como estás?—preguntó colocandole una mano en el hombro a su hijo mayor.

—No lo sé—admitió Erik alejándose de su padre—me has ocultado muchas cosas por años y ahora que por fin me lo dices, no sé como sentirme, lo único de lo que estoy seguro ahora es de que me costará recuperar mi confianza en ti, en ustedes, ¿cómo pudieron ocultarnos todo esto? ¿por qué no nos dijeron que sabían que Jos iba a morir? ¡¿que podían evitarlo y no lo hicieron?!—explotó Erik.