Reclamos
Al abrir los ojos de nuevo ya no había rastro de Christian y de nuevo sentía la herida congelada. Se incorporó a como pudo y se sentó al borde de la cama, en ese momento llegó Eva, quien se acercó rápidamente.
—Eres la persona más terca que existe en este planeta—masculló Eva en voz baja—y más allá —añadió recordando que se encontraban en otro planeta.
—Ajá, ya lo sé, me lo has dicho mil veces.
—Y te lo seguiré diciendo— le aseguró Eva ayudándole a ponerse la camisa.
—Gracias— murmuró Erik poniéndose la camisa.
Eva asintió en silencio y lo ayudó a caminar, fueron a la habitación de abajo donde se encontraban Christian y Jack hablando, de nuevo no habían rastros de Victoria. Al verlos entrar ambos adultos guardaron silencio. Eva ayudó a su hermano a llegar hasta el sillón y se sentó ella a su lado.
—¿Cómo te sientes?—preguntó Jack mirándolo.
—Estoy bien, ¿que pasará con la información que nos dio Zaisei?
—No importa.
—Claro que importa—replicó Erik.
—Te digo que no.
—Hace veinticuatro horas era nuestra prioridad ¿y ahora no importa? —preguntó Erik estupefacto.
—No iremos a ningún lado contigo en este estado—sentenció su padre haciéndolo callar.
—No lo entiendo, ¿ir adónde?—quiso saber Eva mirando a cada uno alternadamente.
Christian y Jack intercambiaron una mirada antes de contestar.
—Zaisei recibió un mensaje del Oráculo de Awa—empezó Christian— un mensaje de los dioses...
—¿Una nueva profecía? —preguntó Eva abriendo mucho los ojos.
Jack negó con la cabeza.
—No, una ayuda, si así lo quieres interpretar, nos dijo que tenemos que ir al Monte Lunn, tenemos que estar ahí cuando las tres lunas estén en su punto más alto en el triple plenilunio, dentro de treinta días...
—Ahí la profecía tendrá lugar, y con ella llegará el final o el comienzo de esta guerra—finalizó Christian mirándola.
Eva sintió su mundo venirse abajo, ¿treinta días? eso era muy poco tiempo. Al sentir su preocupación Christian se apresuró a añadir.
—Entrenaremos hasta que llegue el momento, creo que va siendo hora de averiguar si eres capaz de convertirte.
Eva asintió en silencio no muy convencida, Erik extendió la mano y estrechó la mano de su hermana con fuerza, esta le devolvió el apretón preocupada.
—¿Estaré bien para esa fecha?—quiso saber Erik mirando a Christian, este no contestó en seguida.
—No sabría decirte, podrás moverte, sí, pero no estarás bien del todo, una herida de ese tipo no sana tan fácil.
—¿Y cómo se supone que haga para enfrentarme al Séptimo si ni siquiera soy capaz de caminar como se debe?—le espetó Erik sin poder contenerse.
—¡Erik!
El chico no le hizo caso y siguió mirando a Christian.
—¿Y qué quieres que haga yo?—le preguntó el shek con calma.
Erik no dijo nada, tan sólo lo miró con furia.
—Nada, después de todo, es mi culpa ¿no?
—Erik, ya basta—le espetó Jack con una mirada asesina.
—No, estoy harto de que me lo oculten todo... —se levantó de golpe olvidando por completo la herida en su abdomen, no pudo evitar soltar un quejido y llevarse ambas manos a la herida.
Eva se apresuró a auxiliarlo, pero Erik no se lo permitió.
—Siempre es lo mismo, nos dicen lo que quieren que sepamos y nos ocultan el resto, ¿dónde está Eddy? ¿En dónde lo tienen oculto? ¿A dónde a ido mamá? ¿Qué sucedió en verdad con Nicolle? ¿Por qué nos han ocultado todo esto? ¿Qué es lo que está tramando Inyokaa? ¿Qué tienes oculto en Awinor que tanto quiere él? ¡¿Qué?! — explotó Erik conteniendo un quejido.
—¿En verdad quieres saber porque no te hemos dicho nada?—esta vez fue Jack el que se levantó de golpe.
—¡Sí! lo quiero.
—¿Pues en que momento esperabas que te lo dijéramos?—preguntó Jack enojado—Se suponía que te lo diríamos en Ra-Has ¿y que pasó? —ironizó Jack con furia—¡desaparecieron! ¡ustedes dos!—exclamó señalándolos con un dedo acusador—se esfumaron de la nada, luego se suponía que se lo diríamos cuando los encontráramos—siguió Jack sin darle tiempo de replicar— ¿y adivina qué? De nuevo tú venías furioso conmigo por una razón que sólo tú entiendes y no me dejaste hablar, después de eso, pensada decírtelo en la reunión de Zaisei y ya tú sabes que pasó, y ahora, vienes saliendo de esto y me reclamas por no contarte nada, ¿cuándo me has dicho tú algo? ¿eh? ¿cuándo has preguntado por Eddy? ¿cuándo me vas a decir que sucedió con Iyokaa? ¡¿Eh?! —Erik no contestó, estaba demasiado furioso como para hacerlo—Si alguien tiene derecho de decir eso ese es Eddy, no tú.
Erik se mordió el labio inferior con furia, Eva parecía estupefacta y dolida ante el comentario del hombre.
—Pues aquí nos tienes, ahora puedes hablar—dijo Erik rechinando los dientes.
Jack le dirigió una mirada asesina antes de contestar.
—Mañana, cuando estén todos presentes—Erik iba a replicar pero Jack lo silencio poniéndole el dedo índice en los labios—¡hoy no! Ya no pienso escuchar nada más que tú me quieras decir, ahora ve y descansa un rato, te necesito bien para esta tarde.
—¿Qué habrá esta tarde?
—Adiós.
Erik iba a replicar pero se lo pensó mejor y se fue acompañado de Eva.
—Pronto dejaran de ser niños, y como tales no aguantarán más esto—murmuró Christian mirándolos.
—Lo sé, pero Eddy también merece saberlo, quizás más que ellos.
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