No puedo
El dragón se acercó a la cama y se sentó junto a Jos, la tomó de los brazos y se la sentó en el regazo, la chica descansó la cabeza en el pecho de su padre y cerró los ojos; con la mano que tenía libre tomó a Eddy y lo atrajo hacia sí, este dejó caer la cabeza en su hombro con lágrimas en los ojos, Jack le depositó un beso en la frente con cariño antes de comenzar a hablar.
—Sé que nosotros, como dragones, somos más temperamentales y que nos cuesta más ocultar nuestras emociones e impulsos, pero... —hizo una pausa y miró a Eddy quien le sostuvo la mirada sin vacilar—pero podemos detenernos, sólo hay que aprender a hacerlo, ustedes tienen algo que ellas no tienen, ningún shek lo tiene, ustedes saben amar, y sé que su amor por esas niñas es más fuerte que su odio—le pasó una mano por el cabello a Erik quien permanecía en silencio en el piso junto a la cama.— Hace un par de días estabas desesperado por controlar tu instinto y temías hacerles daño, Christian habló contigo esa vez, ¿que te dijo? —preguntó Jack mirándolo, Erik entendió su expresión y asintió.
—Dijo que lo que importa no es reprimirlo si no entenderlo, entender a los sheks, su forma de ver, de pensar, de comportarse y creo que eso no debería ser difícil para nosotros que hemos vivido con ellas toda la vida, sé que es difícil— hizo una pausa en la que ahogó un sollozo, Jack le despeinó el cabello con cariño, el chico cerró los ojos un momento dejando que este gesto lo envolviera en un intento de tranquilizarse, aunque no tuvo mucha suerte, antes de seguir hablando dejó caer la cabeza hacia delante en la pierna de su padre ocultando su rostro— pero no por eso imposible, miren a Christian y a papá, a pesar de odiarse en un comienzo han logrado formar una amistad, quizás sea extraño, pero si ellos lograron hacerlo siendo enemigos ¿por qué no podemos hacerlo nosotros siendo hermanos?—preguntó Erik—¿por qué no?—volvió a preguntar Erik con un sollozo—¿por qué tiene que existir este maldito instinto? —en ese momento el joven empezó a llorar sin poder evitarlo, Jack se quitó a Jos de encima y se sentó junto a Erik, lo atrajo hacia sí y lo abrazó, Erik le correspondió con fuerza—¡¿Por qué?!
—Shhh, shhh.
Cuando Erik se volvió a calmar Jack siguió hablando.
—Sé que en verdad están asustados y nerviosos, que todo un mundo espera mucho de ustedes, pero también sé que ustedes les darán eso y más—al decir esto tomó a Erik de la barbilla y lo obligó a levantar la vista, este lo miró con los ojos cristalinos— no tienen que temer, siempre estaré ahí para ayudarlos—al decir esto le hizo un gesto con la mano a los gemelos para que se acercaran, Eddy se sentó a su derecha mientras que Erik siguió a su izquierda, Jos se acomodó en el regazo de su padre como solía hacer desde niña y descansó la cabeza en su pecho, Jack esperó un segundo más antes de continuar.— Sé que ustedes lo saben pero lo diré de todos modos, los sheks no son muy bien recibidos en Idhún, los habitantes de allí sufrieron mucho bajo su mandato, sé que Eva y Nicolle no son como los demás sheks, ni tampoco Christian, pero la gente es testaruda y ciega, sólo ven lo que quieren ver, es probable, muy probable, que las chicas estén en peligro constante y que muchas personas las odien, necesito que me prometan una cosa—los miró a uno por uno en silencio—prométanme que las cuidaran y las mantendrán a salvo, no sólo de los enemigos, sino también de sus aliados, las personas no comprenden lo que no entienden, les temen, es por esto que necesito que me prometan que las protegerán.
—Te lo prometo papá, nadie les hará daño mientras yo viva—le prometió Erik mirándolo a los ojos, podía encontrarse en una situación no muy buena, pero esto no impedía que se sintiera obligado a protegerlas, aunque esto implicará arriesgar su propia vida.
—Yo también papá.
Todas las miradas se volvieron hacia Eddy quien había permanecido en silencio todo el rato, meditó un momento sin mirarlo antes de levantar la vista y mirar a su padre.
—Puedo prometerte que cuidaré de Eva, pero Nicolle...,—Eddy negó con la cabeza a la vez que mordía sus labios inferiores con fuerza, un gesto muy típico de él—de ella no puedo decir lo mismo, por más que lo intento, no puedo perdonarla, no puedo perdonar a alguien que la lastime—al decir esto estiró su mano y tomó la de su hermana dándole un pequeño apretón.
—Te entiendo, pero era el instinto el que hablaba por ella, intenta perdonarla Eddy, eso le ayudará no sólo a ella sino a ti mismo—le pidió Jack mirándolo, el joven lo dudo un segundo, pero al final asintió.
Jack estiró las manos y atrajo a sus hijos varones hacia sí, cada uno dejo caer la cabeza en uno de sus hombros, Eddy permitió que lo abrazara, mientras que Erik simplemente ocultó su rostro en su hombro sin intención de permitir que lo tocara, Jack no insistió y respetó su decisión.
—Los amo, y nadie nunca cambiará eso.
Dicho esto beso la cabeza de cada uno de sus hijos, se quedaron así un rato hasta que Erik se levantó, se limpió la cara e hizo ademán de irse pero Jack lo detuvo.
—¿Ya estás mejor?
El chico asintió sin mirarlo, Jack supo que no era cierto pero lo dejó irse, Erik agradeció esto en silencio, se alejó de su padre y se dirigió a la puerta, al tomar la manija se detuvo y por un segundo estuvo tentado a decir algo, pero se lo pensó mejor y salió, sin mucha prisa sus pasos lo guiaron hasta la cocina donde encontró a la persona que buscaba, al verlo entrar esta dejó de hacer lo que estaba haciendo y se volteó a mirarlo, por un segundo se quedaron así, observándose sin decir una palabra hasta que el mayor atravesó la habitación en un par de zancadas y tomó a su hermana entre sus brazos con fuerza, esta se apresuró a devolverle el gesto con mucho cariño.
—Prométeme que nunca permitirás que te vuelva a hacer daño—le suplicó Erik en su oído sin soltarla.
Eva sonrió con un sollozo ahogado.
—¿En verdad crees que lo permitiré? Tanta hermosura no debe ser lastimada así porque así—bromeó la menor con una pequeña sonrisa abrazándolo aún más fuerte.
Erik no pudo evitar reír ante su comentario.
—No, tienes razón.
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Un par de minutos después de que Erik se fuera Eddy también se levantó con intenciones de irse, pero Jack lo tomó de la muñeca y lo volvió a sentar, con una mirada le pidió que esperase, con mucho cuidado intentó levantarse con la niña en brazos ya que se había quedado dormida hace unos minutos, con sigilo salió de la habitación y fue hasta la habitación de esta, al llegar movió la puerta con la pierna y se adentró en la habitación que compartían los gemelos, esta era una de las más grandes de la casa—a pesar de que la casa ya era grande por sí sola—caminó hasta la cama del fondo y la dejó allí, la observó dormir un minuto antes de depositar un suave beso en su mejilla.
Al volver con Eddy, el chico estaba en el mismo lugar en el que lo había dejado, de nuevo sus dientes delanteros se encontraban clavados en su labio inferior con rudeza, las marcas del llanto aún seguían en su rostro enrojecido y el cabello castaño le caía sobre la frente a excepción de un par de mechones rebeldes que le sobresalían sobre la cabeza, Jack se acercó silencioso y se sentó a su lado, Eddy no dijo nada, y Jack espero a que lo hiciera.
—Sé lo que vas a decir, y tienes que saber que nada me hará cambiar de opinión, si me hubiera lastimado a mi quizá si podría perdonarla, pero no es a mí a quien le ha hecho daño—dijo Eddy con los labios apretados.
—Lo que sucedió esta mañana con ellas dos ya quedó en el pasado, Jos ya la perdonó, ¿por qué no puedes hacerlo tú ahora? —quiso saber Jack recostando la espalda en la pared.
—No puedo—murmuró el muchacho en voz baja.
—¿Por qué no? —preguntó el dragón intentando buscar que lo dijera, aunque también le parecía poco probable que lo hiciera.
—No lo sé.
—Si no crees perdonarla ¿crees que al menos puedas protegerla? ¿Podrías hacerlo por mi? —volvió a preguntar Jack buscando su mirada.
El chico ocultó su rostro entre las manos y cerró los ojos con fuerza.
—No lo sé—murmuró el joven después de un rato.
—Si no lo haces por mí, hazlo por tu madre, ella no quiere que exista una rivalidad entre ustedes.
—No puedo—replicó Eddy negando con la cabeza.
—Sí, sí puedes.
—No.
—¿Por qué no?
—¡Porque no quiero hacerlo!—exclamó Eddy con un sollozo, Jack no dijo nada—no quiero perdonarla, !no quiero tenerla en mi vida! Sé que es mi hermana, tú y mamá pasan diciéndome eso día y noche, pero yo no puedo, no quiero, no quiero que la vuelva a lastimar, no..., no quiero que me vuelva a lastimar—confesó Eddy llorando—sé que no lo comprendes, pero no puedo verla como mi hermana, porque pase lo que pase, nunca va a ser mi hermana, no mientras Jos viva, mientras Jos este con vida, ella intentará dañarla, siempre lo hace.
—¿Qué quieres decir? —cuestionó Jack frunciendo el ceño levemente.
—Jos suele llorar en las noches cuando cree que nadie la está escuchando, siempre se aleja lo más que puede de Nicolle, le tiene miedo, no sé en que momento ni donde, pero Nicolle se dedica a fastidiarla y hacerla sentir mal—el chico habló sin pensar, no era algo de lo que solía hablar con todo el mundo.
—Ve a descansar, ya hablaré con Christian—le dijo Jack sintiendo su ira crecer, pero se apresuró a ocultarlo. Se levantó con cuidado y ayudó al niño a hacerlo.
—¿Papá?
—Descuida no pasa nada.
El joven quiso replicar, pero se contuvo, se acercó a su padre y lo abrazó.
—Gracias.
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