Huida
Caminaron todo lo que sus piernas les permitían y mucho más, no podían parar mucho porque los podrían encontrar y tenían que borrar las huellas para que no los pudieran seguir, no descansaron hasta llegar a las montañas, donde montaron un pequeño campamento, el cual consistía en una tienda de campaña, dos sacos de dormir y una fogata, después de montar la tienda se acostaron y durmieron todo lo que no pudieron dormir en el camino.
Ya era tarde cuando Erik despertó sobresaltado y bañado en sudor, al ver a su alrededor se tranquilizo, sólo había sido un sueño, se acercó a tientas a su hermana, "sólo fue un sueño" se dijo a sí mismo, las imágenes de Eva muriendo sin él poder hacer nada seguían muy vivas en su mente y temió que esto pudiera suceder en verdad, ladeó la cabeza apartando esa idea de su mente, la abrazó por la cintura de forma protectora y cerró los ojos, sintió como la joven se tensaba al sentir el contacto de sus cuerpos, pero al igual que antes pasó por alto lo que le pedía su instinto y se acurrucó en su pecho. Erik no era el único que había tenido pesadillas.
—¿Crees que fue buena idea?— preguntó Eva cortando el silencio.
—¿Qué quieres decir?—preguntó Erik sin mirarla.
—Lo que digo es que si en verdad ¿fue buena idea alejarnos de todos? ¿escapar?—terminó en un murmullo— jamás no lo perdonaran.
El mayor la estrechó aún más contra su pecho.
—No pienses en eso, ellos tomaron una decisión, nosotros otra, lo entenderán—le aseguró Erik mirándola.
La joven shek asintió no muy convencida.
—Iré a buscar comida—dijo Eva levantándose— ahora vuelvo.
—Ten cuidado.
—Claro.
Eva tomó sus armas y se fue. Erik salió de la tienda, abanzó por el improvisado campamento hasta llegar a un roble caído a pocos metros de la tienda, alzó su espada y la blandió hacia la madera, con una cortada limpia consiguió lo que buscaba, tomó el tronco que había partido y lo dirigió a la improvisada fogata y lo dejó allí, después de esto se dispuso a prender la fogata, al terminar se sentó en el tronco y se quedó mirando el horizonte por donde empezaban a divisarse los primeros rayos de sol. Se quedó allí un rato pensando en lo que le había dicho su hermana, tenía razón como siempre, eso era algo que sus padres jamas les perdonarían, sólo había dicho eso para no preocuparla más, aunque sabía perfectamente que eso no sucedería, lo más probable era que Eva ya lo supiera, pero eso no quitaba el hecho de que se negara a creerlo.
Se acercó al pequeño arroyo que había a pocos metros del improvisado campamento, se quitó los zapatos y metió los pies dentro del agua, estuvo así un largo rato hasta que escuchó unos pasos a su espalda, se lavó la cara y volvió a ponerse los zapatos antes de levantarse y volver al campamento, los troncos, que antes había estado ordenados unos encimas de otro, estaban tirados por todos lados y no habían rastros de su hermana por ninguna parte, entró con prisa a la tienda donde habían dormido, dentro todo estaba echo un desastre y en un rincón, hecha un ovillo, estaba la joven irreconocible, Erik se apresuró a agacharse junto a ella.
—Shh tranquila— murmuró Erik colocándole una mano en el hombro.—¿Qué sucedió?—al ver que la joven no contestaba añadió— Sabes que puedes confiar en mí.
—Papá nos odia. Me habló y me dijo que no debí haberme ido, me preguntó que donde estaba, le dije una mentira, se dio cuenta, me lo volvió a preguntar, pero al ver que yo no lo diría, me obligo a mostrárselo, traspaso mis barreras y vio donde estamos, tenemos que irnos y todo por mi culpa— le explicó Eva entre sollozos.
—¿Te hizo daño?— fue lo primero que preguntó Erik.
La joven negó con la cabeza.
—Jamás lo haría, aunque me duele un poco la cabeza— añadió al ver que Erik no le creía.
Lo cual era cierto a medias, no le dolía un poco, le dolía a horrores. Erik pareció darse cuenta porque le puso una mano en la frente con cariño.
—Descansa, en un par de horas te despierto.
—Soy una torpe, nada me sale bien y últimamente no dejo de llorar como una niña pequeña.
—Eso no es cierto, tú siempre has sido una llorona— bromeó Erik, ganándose un manaso de parte de su hermana.
Tras asegurarse que estuviera dormida, se levantó y salió, tomó los frutos que Eva había conseguido, se comió uno y los demás los guardó, los troncos los tiró lejos de la tienda y fue a cazar.
Al volver preparó la comida y almacenó agua, cuando todo estuvo listo entró de nuevo en la tienda dispuesto a despertar a su hermana, pero esto no fue necesario, la joven ya estaba despierta y estaba guardando sus cosas en la mochila, no dio muestras de haberlo escuchado entrar, pero Erik sabía que podía sentir su presencia, fue a la esquina opuesta de donde se encontraba su hermana y empezó a empacar en silencio, cuando todo estuvo listo, comieron, levantaron el campamento y siguieron avanzando, como siempre sin ver atrás.
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Con el tiempo su presencia dejó de ser una sorpresa para los pocos habitantes de aquella casa, el joven dejó los intentos de escapar después de un par de semanas al darse cuenta que la casa estaba completamente asegurada contra él, el joven descubrió que estaban en las afueras de una ciudad, aunque seguía sin saber en donde estaba ya que su protector no le permitía salir de la casa y hablando de Alsan, bueno no hay mucho que decir, Eddy estaba ansioso por preguntarle como había sobrevivido, pero aún no era de su confianza y esa pregunta era muy personal, y lo que más le intrigaba era porque su padre les había dicho que estaba muerto.
Los primeros días se las pasaba encerrado en su habitación o intentando salir, con el tiempo dejó de escapar y empezó a salir de su habitación, se pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca o en la sala de entrenamiento, aveces, si tenía suerte, encontraba a Alsan ahí y entrenaba con él o sino entrenaba solo, cosa que se le hacía muy extraño ya que nunca antes lo había hecho, siempre solía entrenar con sus hermanos o con su padre, incluso con Christian, jamás solo. Entrenando se dio cuenta que su padre tenía razón, Alsan no era un oponente fácil y era muy buen maestro, le enseñaba todo lo que podía, de alguna forma aquel niño le recordaba a Jack.
En la casa habían mas personas de las que Eddy hubiera esperado encontrar en un comienzo, su gran mayoría eran empleados, humanos todos, aunque el niño no estaba muy seguro si estaban en la Tierra o en Idhún así que no estaba seguro si era normal que solo hubieran humanos o no.
Una tarde después de entrenar, se tomó una ducha y comió, al terminar se despidió de Alsan y subió a su habitación y no le gusto lo que encontró allí.
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