¡Eres tú!

Entre varios hombres los llevaron a rastras hasta lo que parecía ser un calabozo, los tiraron a ambos adentro y los encadenaron de los pies, evitando que avanzaran, en cuanto los hombre se fueron Erik se acercó a Eva.

-¿Estás bien?

Eva no contestó estaba muy ocupada forzando su vista en la oscuridad, al fondo de la celda podía vislumbrar una silueta tirada en el suelo de no ser por su parte shek no estaba segura de haber podido reconocerla.

-¡Jos!

La niña se irguió y los vio.

-Erik-su voz sonó casi como una suplica, se levantó y hizo ademán de acercarse, pero en seguida cayó al suelo con un quejido.

-Jos, ¿estás bien?-preguntó Erik forcejeando con las correas.

La chica negó con la cabeza con una expresión de dolor.

-¿Qué tienes?-preguntó Eva, pero no obtuvo respuesta.

-¿Qué tienes?-repitió Erik.

-Tengo la pierna rota y el tobillo dislocado o algo parecido, no puedo moverlo-logró decir la pobre chica entre muecas de dolor.

-¿Estás encadenada?-inquirió Eva, pero de nuevo Joselin la ignoró.

Ambos hermanos intercambiaron una mirada, Erik repitió la pregunta de Eva y está vez Jos si le contestó negando con la cabeza.

-Ven.

-No puedo-sollozó la chica.

-Sí, sí puedes, apóyate con los brazos.

-Me duele-se quejó Jos.

-Tú puedes.

Sin dejar de sollozar la chica se puso en pie apoyándose únicamente en la pierna izquierda y avanzó despacio, logró dar un par de pasos antes de caer al piso de nuevo. Eva, que era la que estaba más cerca, se acercó lo más que pudo y logró tomarla de las manos, pero la joven dragón se apartó.

-Me tiene miedo-murmuró la shek comprendiendo.

-¿Qué?-preguntó Erik sin dar crédito a sus oídos- Jos, es Eva, tú hermana, ella no te hará daño, ¿por qué le temes?

Joselin no contestó.

-Porque ella pensaba lo mismo de Nicolle y ya viste lo que pasó-le explicó Eva entendiendo su mirada.

Sin darle tiempo a replicar la tomó de los codos y la arrastro hacía ella, la joven se revolcó en sus brazos, pero estaba muy débil y no pudo quitarse, Eva la acomodó de forma que pudiera agarrarla mejor, la alzó y se la pasó a Erik, quien la atrajo así si y la abrazó de forma protectora, la chica se hizo un ovillo en su pecho y cerró los ojos, mientras lágrimas silenciosas le recorrían la mejillas y se perdían en el pecho de su hermano.

-Shh, tranquila, tranquila...

Le acarició la cabeza con cariño y la abrazó, detrás del hombro de Jos pudo ver el rostro serio de Eva, era claro que no se sentía cómoda con la situación, dos hermanas menos, en un sólo día, le tendió la mano que tenía libre, Eva se la estrechó con un cariñoso apretón. Esperaron hasta que la chica se hubo tranquilizado y Erik rompió el silencio.

-¿Estás bien?

-Me duele mucho la pierna-contestó la chica con el rostro oculto en el pecho de su hermano.

-¿Puedo ver?

Despacio se separó del chico y se levantó con cuidado de no apoyar la pierna, volvió a sentarse, esta vez dándole la espalda a Eva y con suavidad puso la pierna lastimada en el regazo de Erik, el chico levantó el pantalón de esta a la altura de la rodilla y con mucho cuidado examinó su pierna y el tobillo, Joselin tenía razón, la pierna estaba rota y el tobillo lo tenía dislocado, lo tenía muy hinchado y morado, tras intercambiar una mirada con Eva volvió a poner su atención en Joselin.

-Tienes el tobillo dislocado-le comunicó el chico con suavidad.

-¡Que noticia!-ironizó la chica con los ojos cerrados.

-Hay que volverlo a poner en su lugar-murmuró Eva.

La joven dragón se sobresaltó al escucharla, había olvidado que estaba ahí.

-Eva tiene razón-asintió Erik.

La chica se estremeció al escuchar eso.

-¿Es necesario?-preguntó Joselin con un nudo en la garganta.

Ambos asintieron al unisono. La chica tragó saliva, después de pensarlo mucho asintió con la cabeza. Eva la tomó de los hombros prensándola de modo que no pudiera moverse, a Joselin no le hizo gracia que fuera Eva quien la agarrara, pero no se quejó, dejó caer la cabeza en su regazo y cerró los ojos con dureza, Erik rompió el borde de su camisa y se lo dio.

-Muerde esto.

La chica tan sólo abrió la boca y dejó que su hermano le pusiera la tela en la boca, mientras Eva la sujetaba, sintió las manos de Erik en su tobillo, cerró los ojos con dureza y mordió la tela justo antes de sentir un muy fuerte tirón en el tobillo, evitando gritar mordió la tela mientras lágrimas recorrían sus mejillas.

-Ya, ya, ya se fue-dijo Eva acariciándole el cabello.

-Ya está todo bien-añadió Erik.

Joselin se sentó con los ojos hinchados por el llanto, sin poder contenerse por más tiempo abrazó a su hermana.

-Lo siento-se disculpó Joselin.-No sabía si podía confiar en ti.

-Descuida, te pasó lo mismo con Nicolle y te dio la espalda, y ahora te cuesta confiar en mi.

Joselin asintió con la cabeza.

-Te importaría devolverme mi camisa-dijo Erik con una sonrisa.

-Muy gracioso, pero creo que esta algo babeada-dijo Joselin pasándole el pedazo de tela.

Este la tomó y buscó algo a tientas en la oscuridad.

-¿Qué buscas?-preguntó Eva confundida.

-Algo rígido-contestó Erik sin mirarla.

-En aquella esquina-dijo Joselin mostrándole el lugar.

Erik levantó las manos y le mostró las ataduras en sus muñecas, la chica entendió la indirecta y, a duras penas, se puso de pie y fue hasta la esquina, tomó un pedazo de madera y volvió con sus hermanos, le dio el pedazo de madera a Erik y volvió a sentarse, el chico le puso la tabla en la pierna y con el pedazo de tela se lo amarró.

-Así estará mejor.

-Gracias-murmuró Joselin dejando caer la cabeza en su pecho.

Erik no contestó tan sólo le depositó un beso en la frente mientras que con la mano que tenía libre abrazaba a Eva, la chica recostó la cabeza en el hombro de este y Erik recostó su cabeza sobre la cabeza de su hermana, a pesar de ser una posición incomoda los tres lograron acomodarse de modo que no les molestara y lograron dormir un par de horas sin inconvenientes.

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