7 años (1ra parte)
"Shaka, Shaka... ¿Por qué te fuiste del santuario?"
"Necesitaba pensar maestro, he decidido regresar hasta que mi mente esté preparada para recibir la armadura de Virgo..."
"Shaka, no pienses que no pasa nada simplemente porque no vez tu crecimiento, las grandes cosas crecen en silencio..."
El pequeño se quedó meditando en eso, sin entender a que se refería o como se relacionaba con lo que él le había dicho. Ya llevaba varios días que Buda le cuestionaba el porqué se había regresado a la india y cuando él le daba sus motivos parecía intentar disuadirlo de su decisión.
Un día, apesadumbrado por no comprender las palabras de su maestro, salió del monasterio a caminar un poco y pudo observar en las calles algo que no había notado antes: el hambre, el sufrimiento, la miseria, personas enfermas, niños como él con los estomagos hinchados rogando por un trozo de pan...finalmente pasó por el rio Ganges, ahí vio a miles de personas que acudían para purificarse en sus aguas, como parte de las creencias de su país. Sin embargo, al ver más de cerca pudo observar que no solo había personas vivas, sino también muertas en el río. Esto le causó tal impacto que duró deprimido por días, al notar esto su maestro le ayudó a entender que no debía estar triste por la pobreza, el sufrimiento y la muerte, ya que no existía felicidad sin sufrimiento y viceversa y le hizo saber al rubio que se encontraba agradecido de ver que al fin Shaka sentía compasión y autentica empatía por el sufrimiento ajeno.
"Querido Shaka, por fin lo has entendido, no es tu fuerza física la que te hace merecedor de la armadura, sino la fuerza de tu espíritu, esa que te impulsa a poner la vida de los demás por encima de la tuya, eso Shaka es lo que realmente te hará un caballero"
El joven abrió los ojos ante tal revelación y entendió que sus sentimientos por Mu no lo habían vuelto más débil, o alejado de sus objetivos, sino que por el contrario le habían ayudado a alcanzar algo que por sí mismo jamás hubiera conseguido. Había sido capaz de querer y respetar a los otros al quererlo y respetarlo a él.
Impactado por la nueva dirección que tomaban sus pensamientos le agradeció a su maestro con una sonrisa y salió corriendo a tomar el vuelo más próximo a Grecia.
....
El peli lila se encontraba sentado en el primer escalón de la casa de Aries, moviendo sus pies mecánicamente mientras veía el cielo atardecer, las nubes eran empujadas lentamente por el viento así como sus cabellos, el poco sol que quedaba calentaba su pálida piel creando un mar de sensaciones placenteras.
Habían pasado ya 5 meses desde que Shaka se había ido, el lemuriano había sufrido mucho el primer mes sin él y más por la manera tan repentina en la que pasaron las cosas.
Flashback
Mu fue a la casa de virgo a buscar a su amigo y lo encontró empacando sus cosas con rapidez.
-Shaka-murmuró el tibetano-¿A dónde vas?
El rubio ni siquiera lo volteó a ver y siguió empacando -Me voy a la India Mu-le dijo con un tono algo seco. El oji verde los abrió como platos-¿A la india? Pero ¿Por qué?
-Quiero ir a mi tierra antes de volverme caballero de oro, pues presiento que será pronto-le dijo -(dos mentiras en una, vaya)-pensó para sí.
Mu no le creyó, lo miró con sospecha y finalmente le dijo-Como quieras, si no quieres decirme la verdad allá tu-Con eso se dio la media vuelta y salió de la casa de virgo ante la mirada asombrada y un tanto herida de Shaka, quien tan solo suspiró y siguió empacando.
Fin flash back
Sin embargo el tiempo le había sentado bien al lemuriano para pensar, leer, investigar, todo lo que estuviera a su alcance para entender sus sentimientos. Incluso se había sentado tardes enteras frente al televisor viendo películas que él y Shaka solían ver, encontrando en todas estas cosas la respuesta.
Al principio no sabía cómo habían llegado hasta ese punto, pues siendo tan pequeños le parecía incorrecto tener sentimientos tan fuertes. Ambos tenían tan solo 7 años, Shaka recién los había cumplido...pero no podía negar que como fuese estaban ahí, y aun que al principio intento forzarse a cambiar de parecer, se dio cuenta que era inútil, mientras Shaka viviera lo acompañarían.
En eso alzó la mirada al sentir una presencia familiar, cuando volteó a ver al pie de las escaleras sintió que su corazón dio un vuelco-Shaka...-escapó de sus labios en un susurro, sintió un fuerte impulso de levantarse de golpe y correr hacia el indio, y así lo hizo...
-¡Shaka!-gritó el chiquillo al ir a su encuentro, el mencionado niño le sonrió y dejó caer su mochila al suelo, consciente de lo que seguía, y si, Mu lo abrazó con tanto cariño y fuerza como Shaka había deseado desde hacía meses atrás y para sorpresa del lemuriano, su abrazo fue correspondido por primera vez.
Ninguno de los dos fue capaz de romper el contacto por lo que parecieron eternidades, ni siquiera se hablo una palabra, era como si con ese abrazo quisieran compensar 5 meses de ausencia.
-Veo que has vuelto Shaka, ¿Por qué no me avisaste para que fuera por ti?-Se escuchó una voz en el fondo, la inconfundible voz del Patriarca, sin embargo esta vez sonaba un tanto severa. Los niños rompieron el abrazo entonces y al ver a Shion pudieron notar en su semblante que no se veía muy complacido, mas no estaban seguros del por qué.
Lo que los pequeños no sabían es que el patriarca era más perceptivo que cualquiera de ellos dos, sus años lo habían vuelto sabio y observador por lo que pudo notar que en ese abrazo había muchas cosas no dichas, y no le gusto para nada. Recordó instantáneamente a Dohko, quien vivió con él una situación similar a esta y el sufrimiento que ambos pasaron por nunca poder llegar a estar juntos del todo. Primero fue el entrenamiento, volverse santos de bronce y súbitamente de oro por la guerra santa, ser los únicos sobrevivientes y que por ello Shion fuese nombrado patriarca y Dohko el protector del sello en los cinco picos, quedando entonces a miles de kilómetros de distancia sin ninguna posibilidad de verse nuevamente.
Esto había hecho amargo al principio el corazón de Shion, pero la edad le dio resignación y sabiduría aceptando su destino y abrazándolo, volviéndose hasta ahora el mejor patriarca que el santuario había tenido. Más aún invadía su mente el pensamiento del hubiera "Se lo hubiera dicho" "Lo hubiera besado" "Hubiera declinado el puesto"....el no quería eso para Mu, así que verlo con Shaka de pronto lo hizo entrar en pánico.
-Shaka-dijo el peli verde, sin darle oportunidad al rubio de contestarle su pregunta anterior-Vete a virgo a descansar.
Shaka obedeció y Mu volteó a ver a su maestro con desconcierto, sin embargo no dijo nada y entró a la casa de Aries.
Al día siguiente
-¡Gran Patriarca! ¡Gran patriarca!-los gritos de Deathmask, apodo que ya se le decía pero se tornó en su nombre oficial al obtener la armadura de cáncer, sacaron al patriarca de su concentración.
-¿Qué ocurre, Deathmask?-
-¿Es una orden del santuario permanecer en nuestras casas por la noche?-preguntó con una sonrisa maliciosa.
-Así es, ¿Por qué lo preguntas?
-Bueno, me gustaría informarle de alguien que no está siguiendo dichas órdenes...
Y ahí estaban nuevamente, como en varias ocasiones atrás, Mu y Shaka en la sala patriarcal siendo regañados por Shion.
-¡No deben! ¡No pueden! ¡Está mal! ¿En que están pensando ustedes dos? ¡¿Desde hace cuanto llevan haciendo esto?!-el patriarca parecía estarse haciendo esas preguntas a él mismo más que a los niños mientras caminaba de un lado a otro, haciendo sin fin de señales con las manos y volteando al cielo en búsqueda de una respuesta-. Estaba gritando tan fuerte que todo el santuario terminó por enterarse que Shaka y Mu dormían juntos desde hacía años.
-¡Se los prohíbo! ¿Me escucharon? No importa que excusa me den, que tanto miedo, frío o lo que sea tengan ¡no volverán a pisar otra casa que no sea la suya en la noche! ¿Entendieron?
-Si gran patriarca-dijeron al unísono y con las mejillas enrojecidas.
Shion se relajó un poco, suspiró y comenzó a frotarse el puente de la nariz con los dedos en un intento por tranquilizarse-Ahora lárguense de mi vista-les dijo aún con los ojos cerrados y los dedos en su nariz.
Los chiquillos no lo dudaron dos veces en salir corriendo de ahí, cada que pasaban por una casa se burlaban de ellos, incluso Camus hizo una mueca cuando pasaron por Acuario, incapaz de mantener su frio semblante por lo cómico de la situación. Era bien sabido que Shion era muy sobre protector con Mu y aun que ahora se trataba de algo tan tonto Shion lo había elevado a un extremo tal como si atrapara a dos adolescentes en una situación indecorosa.
Mientras en Rodorio
Saga se encontraba haciendo las compras del día, nada especial, se había dividido la lista con Aioros quien fue a otro mercado para agilizar las cosas. El joven tomó una naranja pero alguien atinó a tomar la misma a la vez, cuando Saga levantó la vista sintió que la fuerza en las piernas le faltaba, su quijada se cayó al piso y estaba seguro que nunca había abierto tan grandes los ojos en toda su vida.
-Al fin te he encontrado, hermano...-le sonrió el joven dueño de la otra mano que se debatía con el por la naranja.
-Kanon-alcanzó a balbucear Saga-Yo...Yo creí...
-¿Qué estaba muerto?-le dijo con un tono de ironía a lo que Saga no respondió nada, solo se quedo viéndolo, incapaz de procesar el hecho de tenerlo de frente.
-¿No vas a abrazarme, hermano?-le dijo con cinismo a lo que Saga soltó la naranja y se acercó a él para abrazarlo, aun que su semblante no había cambiado.
-¿Pero...como? ¿Qué...que haces aquí Kanon dímelo?-le dijo aun con su hermano en brazos.
-Desde ese día no paré de buscarte-Kanon rompió el contacto, viendo a su gemelo a los ojos-Supuse en vano que tu estarías haciendo lo mismo, pero veo que te encuentras bastante cómodo...-Con ello se le quedo viendo a las bolsas de Saga, repletas de comida-Supe por la gente de aquí que eres el caballero de oro de géminis, pues varios me confundieron contigo naturalmente...
-Kanon, yo...-Saga bajo la mirada-De verdad lo siento...creí que no habías sobrevivido.
-Bueno, no te culpo, yo también creí que no sobreviviría...
Flash back
Los gemelos provenían de Delfos, Grecia y habían iniciado un peregrinaje hacia Atenas para convertirse en caballeros, en el cual se habían visto en diversas situaciones difíciles como soportar hambre, temperaturas extremas, peleas y robos. Ambos eran muy pequeños, contando con apenas 5 años y solo se tenían el uno al otro. Un día se vieron dentro de un fuerte diluvio, intentaron refugiarse pero las calles se estaban inundando rápidamente formando fuertes corrientes que arrastraban incluso autos y puestos ambulantes, ambos intentaron encontrar un punto alto para refugiarse pero eran muy pequeños aún y la lluvia era más rápida que sus pasos.
Fueron entonces arrastrados por la corriente, Saga tomó a Kanon de ambas manos e intentaron no soltarse a pesar de que eran empujados violentamente, por desgracia no solo estaban ellos en el torrente sino objetos que había ido acumulando con el paso y uno de ellos los separó.
-¡Kanon!-gritó Saga antes de que la corriente lo sumergiera y arrastrara sin el poder hacer nada, la última visión que tuvo de su hermano fue la mirada de terror al soltarse de su agarre. El pequeño Saga despertó horas después rodeado de un montón de gente, estaba en un refugio, una persona lo había encontrado y salvado llevándolo para que lo atendieran. Se levantó de inmediato ignorando que estaba gravemente herido por las ramas y objetos que habían logrado golpear su cuerpo y buscó a Kanon en el refugio, sin éxito, empezó entonces a llorar amargamente cuando entendió que había perdido lo único que tenía en la vida.
Pasó poco tiempo en el refugio y se encamino al santuario, decidido a cumplir con el destino que tenia trazado con más empeño en memoria de su hermano, mas el mayor ignoraba que Kanon no había muerto.
Desgraciadamente el menor no había corrido con la misma suerte y había terminado arrastrado de lleno por la corriente y mucho más gravemente golpeado que Saga, en un lugar alejado de la ciudad. Había tenido que sanar solo y muchas veces creyó que iba a morir, sin embargo el pequeño no se dio por vencido, pues tenía la fiel determinación de encontrar a su hermano. Duro casi un año completo buscándolo en ese pueblo, él al contrario de Saga creía en la existencia de un lazo entre gemelos que le decía que su hermano aun seguía con vida, por lo que no perdió la esperanza de encontrarlo ahí.
Cuando alguien le indicó haberlo visto y le dijo que se había marchado rumbo a Atenas, el pequeño sintió crecer en él una ira desmedida, había quedado como un tonto por haber buscado a su hermano cuando él ni siquiera se había tomado la molestia de hacer lo mismo, sino que se había alejado aun mas de él y para colmo con destino al santuario, al que se suponía irían juntos.
Esa ira lo detuvo de ir tras el mayor un par de años, planeando más bien encontrárselo para hacerle la vida tan miserable como había sido la suya desde que tomaron caminos diferentes, a fin de cuentas ya sabía dónde estaba.
Fin flash back
-Saga ya termine de comprar las cosas pero mira que...-las bolsas resbalaron de los brazos de Aioros, se quedó estático viendo a ambos hombres delante de él-¿Do...dos Sagas?-parpadeó varias veces para después tallarse los ojos, pero el "otro Saga" seguía ahí.
-Aioros, el es Kanon, es mi hermano gemelo...-se apresuró a decir el géminis ante la reacción de su amigo. El menor solo le entre sonrió y Aioros se apresuró a recoger las cosas que había tirado.
-Mucho gusto-le dijo aún asombrado y después se acercó al oído del géminis.
-Saga, jamás me dijiste que tenías un hermano gemelo...
-Te lo explicaré después...-le contesto por lo bajo.
En el santuario
-Camus, Deathmask, Afrodita, Aldebarán, Shura... ¡Todos ellos han obtenido su armadura de oro!-Decía un tanto molesto Milo, cruzándose de brazos mientras hablaba con Shaka y Mu.
-Tranquilízate Milo, ni siquiera has intentando ganar la armadura, nosotros lo hemos hecho ya un par de veces y seguimos entrenando, pues aún nos falta perfeccionar un par de cosas, te sugerimos hagas lo mismo-le dijo tranquilamente Mu.
-Mi examen es en un mes-comentó-será el día de mi cumpleaños, ¿Vaya regalo no? Una armadura de oro-sonrió.
El nuestro es mañana-comentó Shaka, deberíamos ir a entrenar Mu, recuerda que ayer aun no podías hacer el muro de cristal a la perfección.
El pequeño lemuriano asintió con la cabeza y se levantó de la grada donde estaba sentado-Tienes razón, vámonos.
...
Saga, Aioros y Kanon habían protagonizado quizá la caminata mas incomoda sobre la historia de Atenas, Aioros al pisar el santuario básicamente decidió excusarse con lo primero que se le vino a la mente y salir corriendo, ofreciéndose a llevar todas las bolsas a guardar.
-Acompáñame Kanon-le dijo Saga a lo que el gemelo lo siguió.
Llegaron a una parte alejada del santuario en donde Saga estaba seguro no podrían ser molestados, el siendo un hombre más bien directo no perdió el tiempo y preguntó-¿Cuál es tu plan Kanon? ¿Piensas unirte al santuario y entrenar, competir por alguna armadura?
Kanon negó con la cabeza, algo había en su sonrisa que a Saga no le gustaba en lo absoluto.
-Nada de eso querido hermano, después de que me abandonaste en aquel pueblo ese sueño perdió sentido para mí, sin embargo, pienso que podemos aspirar a más ahora que estamos juntos y somos mayores.
Saga arqueó una ceja-¿A qué te refieres Kanon?-el menor esbozó una sonrisa maliciosa.
-Tengo entendido que el patriarca de este santuario es un hombre ya de edad avanzada, incluso para ser un lemuriano, sus días están contados en esta tierra...hermano, si en tus manos esta convertirte en patriarca entonces yo podría quedarme en el santuario a tu lado y juntos mantendríamos la paz tal y como lo deseábamos de niños...
A Saga esta explicación no terminaba de convencerle, ciertamente jamás había cruzado por su mente convertirse en el patriarca, ni siquiera había pensado en la avanzada edad de Shion, el a sus 15 años aún conservaba el pensamiento infantil de que Shion era eterno, por lo cual las palabras de Kanon le cayeron como un balde de agua fría.
-Pienso que tu, con tu poder, eres el único que sería capaz de llevar ese objetivo a cabo, si el santuario quedara en manos de alguien más, querido hermano, seguramente sería su perdición. Imagínate por un momento que alguna fuerza suprema, como un Dios, intentara apoderarse de él...
Saga se quedó pensativo un momento, no le dijo nada a Kanon, pero realmente estaba comprándole la idea.
El menor notó esto y sonrió para sus adentros, había logrado su primer objetivo, sembrar en Saga la semilla de la ambición, de la soberbia, disfrazada de preocupación por el bienestar de la humanidad.
En el bosque
Shaka y Mu se estaban adentrando en el bosque, había un enorme árbol por el que siempre pasaban y era una especie de señal para ellos de que debían dar vuelta ahí para llegar a la zona donde entrenaban, cuando lo tuvieron enfrente Mu posó su mano en él y volteó a ver a su amigo-Espera Shaka.
El indio se detuvo y miró con curiosidad como Mu tallaba algo en el árbol, se acercó para ver mejor, el lemuriano había escrito su nombre y la fecha de ese día.
-Escribe el tuyo, como un recuerdo de nuestro último día de entrenamiento antes de convertirnos en caballeros de oro-le sonrió.
Shaka meneó la cabeza con una sonrisa, le parecía una idea cursi y boba pero no podía decirle que no a Mu, así que escribió su nombre.
-Gracias-le sonrió el lemuriano, Shaka de pronto tuvo un presentimiento algo ambiguo y se le quedó viendo a Mu fijo a lo que el tibetano frunció el ceño-¿Te ocurre algo?
El indio puso ambas manos en los hombros de Mu y lo miró a los ojos, era ahora o nunca...las esmeraldas de Mu yacían abiertas de par en par al sentirse de cierto modo prisionero de los brazos de Shaka.
-Mu, yo...-balbuceó el rubio, ruborizándose de inmediato. Mu le sonrió divertido y sin pensarlo le dio un beso en la mejilla a lo que Shaka sintió que la cabeza le iba a estallar.
-Te quiero Shaka-soltó el chiquillo como si fuese cualquier cosa, el semidios aun no había podido retirar sus manos de los hombros de su amigo, pues se había quedado paralizado.
-¡Mu yo...!-alzó la voz ¿Por qué era tan difícil? Decidió dejar de pensar las cosas y le regresó el beso-¡Yo...!-intento de nuevo inútilmente pero las palabras parecían no querer salir de su boca.
Mu para su sorpresa soltó una pequeña risilla-No te preocupes, lo sé-Le sonrió y después le dijo en un tono burlón-A menos que nuestro examen de mañana sea de besos en la mejilla creo que deberíamos continuar ¿no te parece?
Shaka dio un pequeño brinco y asintió con la cabeza, adelantándosele al lemuriano a pasos agigantados.
En el santuario
Milo se encontraba en Acuario sentado en las escaleras columpiando sus pies, volteó a ver a Camus quien llevaba orgulloso su armadura dorada. A pesar de su menudo cuerpo y corta edad la lucia con tal porte y elegancia que pareciera haber nacido con ella, el griego no podía evitar sentirse deslumbrado por su amigo, se veía tan inalcanzable, como si al momento que lo tocases se desvanecería delante de tus ojos.
-Camus ¿Qué se siente portar una armadura dorada?-le preguntó de pronto.
-No te lo sabría decir con exactitud-le contesto, fría y rápidamente como siempre.
-Supongo que en un mes lo sabré-le sonrió Milo.
-Camus lo volteó a ver con una mirada que le decía que apoyaba esa teoría, Milo había aprendido a leer los ojos del francés, entendió que él prefería hablarle a través de ellos.
Con esto el peli azul volvió su vista al horizonte y dijo-Haré mi mayor esfuerzo y una vez que gane esa armadura, me volveré tan poderoso que ningún enemigo será capaz de llegar a tu casa Camus.
El peli agua marina se sobresaltó con esas palabras y sonrió ligeramente para después sentarse en las escaleras del templo junto con su amigo, permanecieron así por horas tan solo disfrutando la compañía del otro.
....
Saga se había turbado mucho con el pensamiento de que pronto Shion partiría y el santuario quedaría desprotegido por lo que decidió hablarlo con el mismísimo Patriarca, por lo pronto quería mantener a Kanon en secreto siendo Aioros el único que sabía de su existencia, por lo que le pidió a su hermano no saliera del templo de géminis.
Llegó entonces ante Shion y le expuso su preocupación, de la manera más calmada y respetuosa posible, el Patriarca le puso una mano en la cabeza y le dio un par de palmaditas para el desagrado de Saga-Géminis, esas preocupaciones no te corresponden a ti, yo en su determinado momento asignaré a mi sucesor-con eso se dio la media vuelta indicándole a Saga que se retirara.
En el bosque
Shaka y Mu se encontraban peleando arduamente en un terreno plano cercano a un risco, el lemuriano construía el muro de cristal y Shaka lo destruía fácilmente, a lo que el tibetano se frustraba cada vez más mientras evadía los ataques del semidiós.
Mu comenzó a sentir mucha impotencia, la presión del examen estaba ejerciendo demasiado sobre él y pensaba que se encontraba en alguna especie de zona de confort al saber que Shaka realmente no constituía una amenaza para él. Conocía todas sus técnicas y era perfectamente capaz de evadirlas, por lo menos con la parte del cosmos que Shaka le había mostrado hasta ahora, entonces, lo comprendió...
-¡Shaka!-le gritó-¡Atácame con todo lo que tienes! ¡No me insultes teniendo compasión de mi!
El rubio se sorprendió mucho, el lemuriano, quien usualmente solo utilizaba tonos suaves al hablar y palabras cálidas le había gritado, sin embargo, se aterró al comprender a que se refería.
-Si logro mantener el muro de cristal contra toda tu fuerza, seguramente ganaré la armadura de oro...
-Pero Mu...-Shaka no quería hacerlo, pero tampoco quería ir en contra de la voluntad de su amigo, quien pensaba que esta era la única manera de construir el muro eficientemente, así que abrió los ojos.
-¡Vamos!-Se puso Mu en posición para construir el muro, al igual que Shaka se posicionó para atacar.
-¡OM!-Exclamó, su fuerza era sin duda inmensa.
Con gran esfuerzo Mu logró conservar el muro, a lo que sonrió complacido, sin embargo el gusto le duró poco al ver que el ataque se le regresaba a Shaka, consecuencia que ninguno de los dos había calculado.
-¡Shaka cuidado!-gritó Mu en lo que se teletransportó y lo empujó, recibiendo el ataque sin ningún tipo de protección. Este lo lanzó varios metros en el aire teniendo como destino final el precipicio.
Shaka por su parte se golpeó fuertemente contra el suelo, sin embargo se incorporó rápidamente al caer en cuenta de lo que el tibetano había hecho.
-¡MU!-gritó mientras lo buscaba a su alrededor, sin éxito. De pronto sintió el débil cosmos de su amigo y la sangre se le fue a los pies al darse cuenta que había caído por el risco, inmediatamente lo subió con su psicoquinesis y lo cargó en brazos, sus cabellos lilas estaban completamente teñidos de sangre. Gruesas lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas mientras pedía desesperadamente por ayuda, en vano, pues el sabia que nadie iría a socorrerlo en medio del bosque. Mientras corría al santuario se culpaba en su mente, pensando que era un estúpido por no haber utilizado el Kan, por haberse quedado ahí paralizado, por no haber empujado a Mu en cuanto lo vio...si hubiera hecho cualquiera de esas cosas su amigo estaría bien.
Subió las doce casas como jamás en su vida lo había hecho, a pesar de las lágrimas y el cansancio físico y emocional. A su paso iba dejando un rastro de sangre el cual fue notado por todos sus compañeros, quienes se vieron tentados a seguirlo pero ni siquiera tuvieron tiempo para entender que ocurría y decidieron no interferir.
Finalmente llegó con el Patriarca, quien vio horrorizado a Mu e inmediatamente se lo arrebató.
-¡¿Qué rayos le ha ocurrido Shaka?! ¡Dímelo!-Shion estaba totalmente fuera de sí, mirándolo con ojos temblorosos y aterrados.
-¡Yo no quería hacerlo, fue un accidente!-gruesas lagrimas resbalaban por las mejillas de Shaka, el aplastante dolor apenas lo dejaba respirar.
Shion inmediatamente cerró la herida que tenía en la cabeza con su poder, sin embargo había perdido mucha sangre para su corta edad.
-Sal de la sala por favor...
-Pero...
-¡Ahora Shaka!-le gritó furioso por lo que el indio no tuvo más remedio que obedecerle, sin embargo se quedo afuera esperando le diera alguna noticia del estado de su amigo.
Pasaron un par de horas y un mucho más tranquilo Shion salió a encontrarse con el semidiós, quien estaba sentado en el suelo abrazando sus rodillas, pero en cuanto vio al patriarca se incorporó como resorte.
-Gran patriarca, él... ¿El estará bien? ¡Si algo le pasara yo...!-el pequeño bajó la cabeza, las lagrimas encontraron de nuevo su camino por sus ojos.
Shaka...-Shion le interrumpió y le tomó con delicadeza uno de sus hombros, mientras que con la otra mano lo tomó de la barbilla para que lo viera a los ojos-Estamos hablando de Mu, sabes que su voluntad es inquebrantable, solo nos queda esperar-En eso su rostro se torno un tanto más serio y le dijo-Aun así, si despierta, te pido que no te acerques a él, ni a nadie, hasta que seas capaz de controlar tu cosmos.
El indio abrió los ojos como platos ante esta declaración, sin embargo no dijo nada para desmentir al patriarca, ya que si él se enteraba de que en realidad Mu se había lanzado a propósito para protegerlo seguramente le esperaría un castigo terrible por su imprudencia.
Los días pasaron y Shaka no se había despegado de su amigo, quien parecía no querer despertar del coma al que había caído, al 4to día Shaka sintió que se movía, pero fue en realidad su deseo y cansancio quienes le jugaron una mala broma. Abrumado por la situación, la culpa y sobre todo temeroso de ocasionarle un daño semejante en un futuro, el pequeño toma la decisión más difícil en toda su vida, el último acto de amor para el peli lavanda que yacía en esa cama.
-Perdóname Mu, pero me aseguraré de que si sobrevives, no vuelvas a pasar por esto...-el rubio colocó su mano en la cabeza del lemuriano y concentró su cosmos en borrar todas las memorias de su amistad: los juegos, las risas, las tazas de té, las bromas, las noches juntos...el beso en la mejilla, el te quiero tan dulce que aun retumbaba en su cabeza y lo hacía estremecer...todo debía irse, todo debía ser enterrado si con eso garantizaba la seguridad de Mu, si con eso lo protegía de él.
-Te quiero-le dijo suavemente en lo que un par de lagrimas cayeron en las blancas sabanas-Te quiero, te quiero...-repetía sin cesar, apretando los parpados. Cuando finalmente terminó de borrar todo, lo sustituyó por imágenes de él en soledad, meditando o entrenando sin compañía, le dio un último beso en la frente y con cuidado retiró de su cuello el collar que le había regalado hacia años, finalmente el rubio salió de la habitación sin mirar atrás.
Continuará...
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