6 años

En Siberia

-Este clima no es para ti, deberías volver a Grecia Milo, el patriarca jamás debió enviarte a Siberia-Se quejaba Camus a la par que cambiaba el trapo caliente de la cabeza del peli azul, que ardía en fiebre.

-No digas tonterías Camus-tosió a lo que el mencionado niño se alejó un poco de la cama-Déjame aquí, ve a entrenar sin mi yo estaré bien.

-Como gustes-dijo el francés saliendo de la habitación, a lo que Milo suspiró.

Pero Camus no iría a entrenar, no con Milo así, el pequeño no dijo nada pero dirigió sus pasos al pueblo a comprar medicamentos, tomó lo que creyó necesario y regreso a la cabaña, preparó una sopa caliente y entró al cuarto, Milo estaba profundamente dormido. El peli agua marina se cercioró de que estuviera bien y le dejó la sopa en la modesta mesita al lado de la cama junto con las pastillas y un vaso de agua.

Horas más tarde Camus se encontraba afuera dando unos golpes en entrenamiento cuando miró por el rabillo del ojo la silueta de Milo.

-¿Qué haces aquí?-dijo con notable indiferencia.

-Gracias Camus-el mencionado arqueó una ceja, pero entendió a que se refería Milo.

-¿Cómo te sientes?

-Algo débil pero bien.

-Eso me regresa a mi pregunta ¿Qué haces aquí?

-¡Diablos Camus!-le gritó Milo, con su voz ronca por el resfrió-¡De haber sabido que me hablarías así jamás te hubiera enseñado griego!-El peli azul se dio la media vuelta y se metió a la cabaña ante la triste mirada de Camus. El no pretendía sonar grosero y estaba muy preocupado por su amigo, simplemente era muy malo para expresar sus sentimientos.

Flashback

-¡Déjalo! ¡No tiene caso! Morirá de cualquier modo si lo llevas con nosotros...

-Así al menos tiene una oportunidad, no podre vivir tranquilo sabiendo que lo deje ahí a su suerte...

Dos marineros discutían sobre el destino de un bebé de aproximadamente un año de edad que se habían encontrado en el aparcadero de Saint-Tropez, Francia. Decidieron que por las prisas lo llevarían con ellos y después verían la manera de acomodarlo en algún lado, esto, si sobrevivía el viaje.

El pequeño se aferró a la vida y consiguió llegar a Siberia a los dos años, resistiendo el inclemente clima gracias a que a su corta edad no conocía otra cosa más que luchar, ahí fue aceptado en un orfanatorio del cual posteriormente lo enviaron a Grecia a los 3 años.

Cuando llegó al santuario solo sabía hablar ruso y francés (ya que los marineros eran franceses) Shion si podía hablar con él por ser poliglota pero Camus no se entendía con sus compañeros, de por si era un niño tímido y reservado...

Sin embargo Milo, siendo muy noble y curioso, lo abordó de inmediato intentando comunicarse a señas con Camus y se ofreció a enseñarle griego si él le enseñaba francés.

Se reunían todos los días en la biblioteca en donde Milo comenzó por leerle cuentos e historias en griego mientras se las actuaba a lo que Camus repetía lo que entendía en francés, y así pasados unos meses ya eran capaces de entenderse con una mezcla entre griego y francés, sin mencionar que se hicieron inseparables.

Camus sin embargo seguía siendo callado, su carácter era así, a Milo esto no le molestaba en lo absoluto ya que él era extrovertido e inquieto y siempre llenaba los silencios entre los dos con alguna broma o disparate que se le venía a la mente y eso le gustaba al francés, a pesar de que no se lo decía.

Fin flashback

Camus bajo la mirada al recordar el empeño que puso Milo en enseñarle, fue una acción tan noble para alguien que ni conocía...su mirada súbitamente cambio, sus bellos ojos violeta se llenaron de determinación y entró a la cabaña. Encontró a Milo sentado a la mesa con una taza de chocolate caliente, el cual revolvía lentamente con la cuchara mientras posaba sus ojos en un punto muerto.

-Milo-susurró Camus, acercándose al peli azul el cual alzó la mirada-Tu me conoces...

-Lo sé-le cortó el griego-Es solo que a veces desearía que no fueras tan directo, es todo.

-Sabes que no es mi intención...

Milo le sonrió débilmente-Tienes razón, perdona que te dijera eso fue muy inapropiado, jamás me arrepentiría de haberte enseñado griego ni de haber pasado ese tiempo contigo.

Camus se sentó a la mesa también y tocó la frente de Milo, solo para estar seguro.

-¿Qué haces?-arqueó una ceja el peli azul.

-Es que me pediste disculpas y eso no es para nada normal-le entre sonrió a lo que Milo lo vio con los ojos entre cerrados.

-Torpe, no es gracioso en realidad me siento mal.

-Bueno-lo tomó Camus por ambas manos, para sorpresa de Milo y lo levantó de la silla-te llevaré entonces a la cama, debes descansar-El francés camino hacia el cuarto tomado de la mano de Milo, quien lo seguía viéndolo extrañado pues el contacto físico entre ellos era básicamente nulo y se preguntaba de donde había surgido el cambio de actitud tan repentino del peli aguamarina, de pronto se encontró sonriendo ante las atenciones de Camus y pensó que le importaba poco que le ocurría al francés, siempre y cuando no le soltara la mano nunca.

En Jamir

Shion le estaba enseñando a Mu no solo las técnicas propias del caballero de Aries, sino también el cómo reparar las armaduras, al principio a Mu le costaba trabajo cortarse a sí mismo, que fue la primera cosa que Shion le mostró, pero al entender la importancia de esa labor sus miedos se disiparon, abrazó esa tarea pues cada día se sentía más fascinado por sus orígenes y su rica cultura.

Además de todo Shion le había contado varias cosas a Mu sobre él ya que el pequeño se la pasaba haciéndole preguntas, así fue como se enteró de la edad de su maestro, de lo que era la guerra santa y como él y Dohko, su mejor amigo (por el cual Mu vio brillar sus ojos pero no dijo nada) habían sido los únicos sobrevivientes. Estos relatos solo hicieron crecer la ya de por sí gran admiración que Mu sentía hacia Shion.

Se había llegado el cumpleaños de Mu, Shion se levantó temprano como acostumbraba pero ese día por consideración dejo dormir a Mu un poco más.

-Feliz cumpleaños Mu-Dijo suavemente el peli verde mientras despertaba al mencionado niño, quien se sentó y luego se talló los ojos, volteó para con su maestro esbozando una débil sonrisa pues aun se encontraba somnoliento-Gracias Papá-le dijo para después prenderse del cuello del mayor el cual abrió grandes los ojos y se quedó helado.

Mu de pronto se terminó de despertar y se dio cuenta de lo que había hecho, se soltó súbitamente de Shion y lo miró aterrado, pero se aterró mas cuando vio un par de lágrimas salir de los ojos del Patriarca.

-¡Perdóneme! ¡Fue un accidente! ¡Yo no quise...!-decía sin poder articular enunciado alguno y agitando sus manos vigorosamente a lo que Shion solo se limpió las lagrimas con el dorso de la mano y sonrió dulcemente.

-No es nada, descuida-con esto le sacudió juguetonamente los cabellos al peli lila y se dirigió a la puerta-Vamos al pueblo, ahí celebraremos tu cumpleaños.

Mu sonrió y volteó a ver el dije de elefante el cual aun colgaba de su cuello, lo sostuvo con su pequeña mano y después volvió la vista hacia el patriarca y asintió con la cabeza.

El mes paso como un parpadeó y sorpresivamente aun que había extrañado a Shaka y los demás, Mu se había entretenido bastante encontrándole un carisma singular a Jamir, al frío, a la quietud, a la compañía de su maestro al cual quería demasiado, a las labores y al duro entrenamiento, había crecido y madurado bastante en ese mes.

De vuelta al santuario también estaban Milo y Camus, Shion le presentó este último a Mu. Mu quien ya era más bien un niño desenvuelto lo saludo con singular alegría y comenzó a hacerle varias preguntas, cosa que para nada agradó a Milo, quien tomó al francés del brazo y se excuso diciendo que estaban muy cansados por el viaje y se retirarían.

Mu se quedó confundido y solo se encogió de hombros-supongo que hablaré con el después-dijo a lo cual Shion solo negó con la cabeza por la actitud de Milo.

Ese día Aldebarán corrió a su encuentro y tuvieron una animada comida en la cual Mu le platicó todo, incluso la parte en la que tuvo que cortarse los brazos para reparar armaduras, lo cual provocó horror en el rostro del brasileño. Este le narró que el entrenamiento con Aioria estaba resultando bastante bien aun que el ojiverde constantemente se quejaba con su hermano y eso los retrasaba un poco, además de que Aioros no podía evitar ser sobreprotector y blando con Aioria.

Mu suspiró al recordar entonces a Saga a quien no había visto en todo el día, supuso que su entrenamiento continuaría mañana y por tal cosa no había motivo para que el géminis lo llamase. Una vez terminada su comida Mu se despidió de Aldebarán y se dirigió a Aries.

Pasaron un par de días en los cuales, por ausencia de Shaka, Saga estaba entrenando con Mu. El mayor se sentía asombrado por la fuerza telequinética que el pequeño de 5 años tenía, pero hacerlo pelear para el peli azul era todo un circo porque el lemuriano no quería combatir y tenía que recordarle constantemente que por eso estaba aquí en el santuario.

Angelo, Afrodita y Shura por su parte también se habían vuelto mucho más fuertes y mas unidos, pasaban casi todo su tiempo juntos y habían desarrollado una amistad de amor-odio bastante cómica en la cual Ángelo era más bien ácido y bromista, Afrodita era quien dotaba de mimos y apapachos no solicitados (pero si bien recibidos) a sus camaradas y Shura era el centrado que los ponía a raya y los obligaba a entrenar.

Sin embargo los tres se habían convertido también en el terror del santuario haciéndole pesadas bromas a los niños e incluso algunas veces a sus maestros llevándose varios gritos y castigos de Saga y regaños flojos y sin consecuencias de Aioros. Las más recientes eran haber sustituido la crema de las galletas de Aioria por pasta dental y haber aceitado el piso de géminis, resultando en una fuerte caída de Saga, quien a pesar de no haberlos visto supo de inmediato que no se podía tratar de nadie más.

Ese mes se pasó pronto también llegando Mayo y con ello Shaka, Mu insistió en ir con el patriarca al aeropuerto para recibir a su amigo y todo el camino llevó una enorme sonrisa lo cual a Shion le ocasionaba gracia, finalmente en la sala de espera Mu no dejaba de mover sus pequeños pies mientras permanecía sentado al lado de Shion y levantaba la cabeza cada tanto en búsqueda del indio, cuando finalmente lo vio se levantó de un brinco y corrió hacia el sin esperar siquiera a que el peli verde lo siguiera.

Shaka alzó la vista pues vio a varios adultos hacer caras de asombro y doblarse graciosamente en lo que Mu se abría paso entre la multitud, de pronto lo tuvo justo frente a él-¡Shaka!-gritó el chiquillo, iba a abrazarlo pero se contuvo recordando que el rubio era amante de su espacio personal.

-Hola Mu-le saludo con su voz calma, sonriendo levemente-me alegra verte.

-A mi también-sonrió el lemuriano mientras lo inspeccionaba con sus vivaces ojos-Haz crecido.

-No lo creo-le contestó.

En eso los alcanzó Shion quien tomó las cosas de Shaka-¿Nos vamos niños?-Ambos asintieron con la cabeza y así dejaron el aeropuerto.

Una vez en el auto ambos niños se sentaron en la parte de atrás, Shaka poso sus ojos en la ventana mientras Mu lo miraba con curiosidad-¿Cómo te fue en India?-le preguntó.

-Bien-se limitó a contestar, Mu no sabía que le ocurría a su amigo, normalmente era serio pero ahora parecía estarlo más de lo normal.

-¿Seguro?-insistió el lemuriano.

-Si Mu.

-¿Y qué hiciste?

-No mucho, entrenar con los monjes, meditar, fortalecer mi mente.

Mu se quedó pensativo un momento, había notado algo diferente en Shaka inmediatamente cuando lo vio, por eso le preguntó si había crecido, pero no era eso, ¿quizá era el aura de Shaka, estaba, distinta...? el peli lila miró hacia el frente y decidió no seguir haciendo más preguntas.

Permanecieron en silencio el resto del camino hasta llegar al santuario, una vez que Shion se alejó de ellos Mu se dispuso a irse a Aries pero fue detenido por Shaka, quien lo tomó de la muñeca-¿Qué es esto?-le preguntó refiriéndose a los vendajes en ambos brazos del lemuriano.

El ojiverde volteó a ver a su amigo extrañado-Ah, no es nada, fue resultado de mi entrenamiento-mintió, no quería preocupar a Shaka como lo había hecho con Aldebarán.

-¿Quieres una taza de té?-le dijo mientras se soltaba del agarre del rubio.

Shaka asintió con la cabeza y acompaño a Mu al templo de Aries.

Una vez en Aries Mu se acercó con la tetera y le sirvió al rubio, lo vio de reojo y dijo-Shaka, ¿puedo preguntarte una cosa?

-Por supuesto-le contesto con su voz serena-sabes que puedes preguntarme cualquier cosa pero no por eso obtendrás una respuesta-le sonrió de lado.

-¿Por qué siempre tienes los ojos cerrados? Sé que no eres ciego, y aun que lo fueras no tendrías por que mantenerlos así, entonces, si no te molesta, me gustaría saber cuáles son tus motivos-El pequeño tibetano dio un sorbo a su té, tratando de ocultar la ansiedad que le causaba esperar por la respuesta del indio. Este agacho su cabeza sin responderle, Mu se apresuro entonces a decirle-Shaka, si no puedes decírmelo, lo entenderé no te preocu...

-No Mu-le interrumpió Shaka-Es solo que, jamás había tenido esta intimidad con nadie...-el indio se quedo pensativo en lo que acababa de decir, era cierto, jamás creyó llegar hasta este punto con Mu, definitivamente no era lo que tenía en mente para él cuando decidió ser compañero del lemuriano.

El peli lavanda lo miro con comprensión y se acerco a él, dándole a entender que tenía su total atención.

- Veras, sabes que la modestia no es mi fuerte y por lo tanto no deberá sorprenderte que afirme que mi cosmos es muy poderoso, probablemente el más poderoso de los aspirantes a caballeros dorados....

Mu lo miró y negó con la cabeza, suspirando y haciendo una mueca de desagrado, lo cual le causo gracia al rubio.

-Por lo tanto-prosiguió Shaka-desde que fui consciente de él mi maestro, el gran Buda, me ordeno mantener mis ojos cerrados para así controlar mi cosmos y no dañar a nadie, pues de no controlarlo podría herir a otros.

-Ya veo-comentó Mu-Es sorprendente como logras ver y ser tan bueno para el combate en esa condición, pero me sorprende aun mas que renunciaras a mantener tus ojos abiertos por el bien de los demás, eso es muy admirable Shaka...

El pequeño calló, no quiso desmentir al lemuriano, pues realmente lo que él pretendía era manejar mejor su cosmos, las personas no eran su primordial preocupación, salvo Mu. Al pensar esto se sobresaltó, no había caído en cuenta de que Mu en realidad le importaba, mas bien, no había querido profundizar en el pensamiento de que le importaba. El estaba convencido de que las relaciones personales eran obstáculos pero no podía evitar sentir simpatía por ese niño que le sonreía alegremente haciéndolo sonreír a el también.

-Supongo-se limitó a contestar finalmente después de un prolongado silencio.

Mu lo miró por un par de segundos, el rostro sereno, los cabellos rubios algo rebeldes, la tez dorada...y de pronto sintió como un balde de agua fría le caía encima, tocó la tetera en un esfuerzo por encontrar una excusa para salir corriendo y dijo-¡Oh, se ha enfriado el té, iré a ponerlo al fuego!-dicho esto voló a la cocina mientras Shaka lo seguía con la mirada, extrañado por la prisa con la que se había ido a hacer una cosa tan tonta.

Ya en la cocina el lemuriano puso la tetera al fuego, abrió el grifo y se echo agua en la cara, puso sus manos a ambos costados de la tina y se quedó viendo como el agua corría un par de segundos. No era Shaka el que había cambiado, era él.

Al día siguiente Saga y Aioros les dijeron que ahora debían entrenar por su cuenta pues ellos ya les habían enseñado todo lo necesario y solo debían practicarlo, posteriormente serian enviados a misiones así que debían estar preparados si querían sobrevivir a las mismas. Los pequeños asintieron con la cabeza y los mayores se dieron la media vuelta saliendo del coliseo, una vez fuera Saga inhaló profundamente y exhaló poniendo sus brazos detrás de su cabeza caminando con tranquilidad-¡al fin me he librado de esos demonios!-pensó mientras se alejaba a paso apresurado antes de que alguno lo hiciera regresar. Por su parte Aioros sintió una especie de desprendimiento y volvió su vista a la salida del coliseo-Milo y Camus-murmuró-A ustedes básicamente no les enseñé nada...quizá debería volver y...-no pudo terminar el enunciado pues fue arrastrado de las ropas por Saga.

-¡Pero Saga...suéltame!-El géminis no dijo nada solo continuó alejando a su amigo del coliseo.

Cuando Saga y Aioros se fueron el coliseo se volvió un caos: Aioria corrió tras su hermano siendo detenido por Ángelo quien lo tomó de los pantaloncillos alzándolo ante la risa de Afrodita y una mirada más bien de desaprobación de Shura, quien se alejó y comenzó a practicar excalibur por su cuenta. Aldebarán trató verbalmente y en vano de que Ángelo soltara a Aioria mientras Milo y Camus los miraban más expectantes que interesados. En eso Mu volteó a ver a Shaka y le dijo-¿Quieres una demostración de justicia?-Shaka solo arqueó una ceja y Mu cerró los ojos, en eso el moreno comenzó a levitar por los aires soltando inmediatamente a Aioria quien cayó ágilmente de pie (cual gato) al suelo.

-¡Bájame Mu!-comenzó a gritar mientras Afrodita intentaba alcanzarlo inútilmente-¡No tengo ningún problema contigo y no quisiera tenerlo!-le dijo.

-Lo siento Ángelo, ¡pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras lastimas a mis amigos!-le respondió el lemuriano.

-¡Bájalo ya Mu basta!-gritó Afrodita quien ya se había cansado de brincar.

-No hasta que prometa que dejará en paz a Aioria.

-¡Lo prometo lo prometo!-gritó y Mu lo dejó caer suavemente al suelo, el afectado se sacudió las ropas y después volteó a ver amenazadoramente a Mu.

-¡Pero tú no correrás la misma suerte!-En eso el moreno comenzó a correr hacia el lemuriano quien se quedó ahí parado viéndolo retadoramente.

-¡Kan!-se escuchó de pronto en lo que Shaka se ponía delante de Mu y Ángelo salía botado algunos metros atrás por golpear con la barrera.

Mu se quedó boquiabierto, fuera del entrenamiento jamás había visto a Shaka atacar. El italiano se quedo tirado en el suelo viendo a los dos niños mientras jadeaba por la ira, Shura lo levantó y le dijo-Ya déjalos Ángelo-El mencionado se soltó del agarre con violencia y se encaminó a la salida del coliseo junto con sus amigos.

-Gracias Shaka.

-No hay de qué ¿sabes? Ya no deberíamos entrenar aquí en el coliseo, lo mejor será que busquemos otro lugar...

Mu se quedó pensativo un momento y de pronto su rostro se iluminó-¡Ya sé donde! ¡El bosque! Donde fuimos a pescar ¿Recuerdas?

Shaka sonrió-Ese es un buen lugar Mu, vamos allá.

...

El tiempo paso muy rápido en lo que los niños siguieron entrenando y haciéndose más fuertes, dominando sus técnicas y creciendo no solo en lo físico sino también en lo personal. Pronto los más jóvenes tenían ya 6 años, los mayores 9 y Afrodita ya había ganado la armadura de piscis, siendo el primero de ellos en convertirse en santo de oro.

Shion le había ofrecido a Shaka la oportunidad de ganar la armadura de virgo hacia un par de días, sin embargo a pesar de demostrar una fuerza más que necesaria para ganar dicha armadura, esta aún no lo aceptó como caballero.

-Shaka, la armadura no te eligió porque no tengas el poder suficiente-le explicó el patriarca- Sino porque emocionalmente no estás listo para convertirte en caballero.

Esto causo gran turbación en el rubio, ¿como él siendo un discípulo de buda, meditando y con conciencia y dominio de sus emociones no estaba listo emocionalmente para convertirse en caballero?, debía ser una especie de chiste ¿Qué más podía posiblemente necesitar? Notablemente frustrado se dirigió a su casa y no salió en días, ni siquiera se había comunicado con Mu, quien prefirió mejor darle su espacio.

Sin embargo, pasados 5 días del suceso el lemuriano se comenzó a preocupar, ya que ellos se veían a diario ya fuese para entrenar, comer, jugar o las tres cosas. Además, cosa que ninguno de los dos admitiría si se los preguntaran, en las noches se escapaban para dormir juntos, todo había empezado por las pesadillas de Mu, quien desde la vez que Shaka fue a Aries a saber que le ocurría opto por subir a la sexta casa cada que tenía un mal sueño, después se les volvió rutina y eran raras las noches que no compartían la cama.

Lo que ellos no sabían es que no eran tan discretos como pensaban, pues por lo menos Aldebarán y Aioria lo habían notado, pero no decían nada. Saga también lo sabia pero no le veía nada de malo, pues eran niños y el estaba al tanto de las pesadillas de Mu, así que los dejaba que se salieran con la suya. El que no se había dado cuenta era el guardián de la 4ta casa, que solía dormir profundamente y bien podía pasar un torbellino por ahí sin que él se enterara.

Entonces Mu se dirigió a la casa de virgo en donde encontró a Shaka desmayado en el suelo, subió a toda prisa con el patriarca cargando al rubio y este después de inspeccionarlo le dijo que había contraído varicela, muy probablemente como resultado de alguna de sus visitas a la india. El lemuriano se quedó mudo y se sintió inmediatamente culpable por no haber acudido antes, quizá de ser así Shaka no se habría enfermado tan gravemente. Shion le indico que no debía acercarse a Shaka por ningún motivo a lo que el peli lila rápidamente alegó que no podía dejar a Shaka solo, pues el patriarca estaba siempre tan ocupado que no sería capaz de cuidarlo.

Shion se molestó pues si Mu se quedaba obviamente se enfermaría y no quería lidiar con dos enfermos, así que lo teletransportó a Aries, pasándose por el arco del triunfo la regla de no usar esa técnica.

Shaka se encontraba muy incomodo pues tenía las manos vendadas, su cuerpo cubierto de una gruesa capa de crema para la comezón (que en su opinión no ayudaba en nada) y encima de todo eso se aburría a muerte.

De pronto un olor familiar lo hizo incorporarse además de un cosmos que él conocía muy bien...

-¿Qué haces aquí?

-Te traje algo de té y momos, no se si ya comiste...-dijo tímidamente Mu, quien sostenía una bandeja con dichos alimentos.

-Vete, vas a enfermarte, además, Shion te castigara...-le dijo Shaka lo mas fríamente que pudo.

-Lo se, pero no me importa, no voy a dejarte aquí solo...

-Mu...-murmuró Shaka, quien estaba sumamente conmovido por el gesto, el tibetano estaba dispuesto a permanecer a su lado sin importarle el enfermarse o el regaño que podía recibir por parte del Patriarca.

-Toma, bebe esto, te sentirás mejor-le dijo tiernamente mientras le daba el té a beber de sus manos, lo cual hizo que Shaka se ruborizara, Mu no pudo evitar sonreír-Hice los momos de vegetales-le dijo, pues el indio era vegetariano-¿Quieres? No se si la enfermedad te quite el apetito...

-Está bien-le interrumpió el rubio-los comeré con gusto-Shaka volteó a verse ambas manos y suspiró con enfado-Maldición, soy un inútil gracias a este maldito virus...

Ni siquiera había terminado de quejarse cuando Mu le introdujo un pedazo de momo en la boca, ante la mirada extrañada de Shaka que apenas atinó a tragárselo sin atragantarse.

-Deja de llorar-Se burló el peli lila-¿Dónde dejas al orgulloso Shaka, reencarnación de buda, portador del cosmos más poderoso del santuario?

-Claramente murió cuando me introdujiste ese trozo de momo en la boca...

Mu soltó una carcajada con el comentario del indio, quien tan solo se limitó a sonreírle.

En eso entró Saga a la habitación, Shaka inmediatamente volteó a ver a Mu y después a Saga.

-¿Qué haces tú aquí?-le preguntó el géminis-¿Acaso no te dijo el patriarca que no vinieras?

-Sí pero...

-Sal de mi vista inmediatamente y ruégale a Athena que no te enfermes pues si lo haces Shion es capaz de matarte con sus propias manos...

Mu tragó duro pero no salió de la habitación sin antes decirle a Saga-¿Usted se quedará con él maestro?

-Por supuesto, yo ya tuve varicela así que me encargaré de él, no te preocupes.

Sorprendentemente Saga le sonrió, el géminis no podía negar que tenía cierta preferencia por Mu, que era un niño tranquilo y obediente, secretamente deseaba que el resto de los niños fuesen tan fáciles de manejar como él.

Para su mala suerte fue cuestión de dos días para que el lemuriano cayera también enfermo, siendo Saga quien lo llevó a la sala patriarcal junto con Shaka, la cual de pronto se convirtió en la cuarentena para ambos niños.

Shion se enfadó muchísimo con Mu y le dejó instrucciones a Saga de que lo castigara por desobedecerlo, sin importarle el hecho de que estaba gravemente enfermo. Sin embargo, Saga no pudo hacerlo-Al contrario del patriarca, yo no castigaré un acto de bondad-le dijo a tiempo que revolvía un poco sus cabellos, Shaka lo miró incrédulo y quizá un tanto receloso pues sabía de los sentimientos de Mu hacia Saga, aun que el propio Mu jamás se lo hubiese dicho.

-Bueno, por lo menos ahora que ambos están enfermos eso irónicamente aligerará mi carga-pensó Saga-pues ya no tendré que estar tan al pendiente de Shaka.

-Si me necesitan Mu, ¿puedes llamarme por telepatía?-le preguntó el griego a lo que Mu asintió con la cabeza.

Una vez que Saga salió del cuarto, Shaka se echo a reír a carcajada abierta para sorpresa de Mu, quien jamás lo había visto así ¿Se le subiría la fiebre?

-Debes sentirte soñado ¿Verdad Mu?-le dijo burlonamente, cosa que el lemuriano no entendió.

-¿Por qué lo dices?

-Bueno, gracias a esto tendrás a Saga atendiéndote por 40 días...

Mu se sobresaltó por las palabras de Shaka y se ruborizó inmediatamente-Pero... ¿Cómo lo...?

-¿Así que es cierto?-le interrumpió el rubio con una sonrisa picara.

-¡No no lo es!-le gritó Mu, a lo que Shaka arqueó una ceja-Yo...-murmuró el lemuriano bajando la mirada-Alguna vez fue así, pero ya no...

Shaka hizo un gesto que Mu no pudo interpretar pero parecía algo entre asombro y... ¿dicha? Decidió mejor no ponerle atención.

La plática murió ahí y mejor se dedicaron a inventar juegos que pudieran hacer dentro de un cuarto y sin ningún juguete ni material cerca más que libros viejos y unas cuantas hojas y lápices. Así inventaron historias, meditaron un poco, actuaron escenas de libros y la lista siguió y siguió pues tenían todavía otros 39 días en los cuales no podrían hacer otra cosa más que entretenerse entre ellos.

De pronto ya estaban en el ultimo día de la cuarentena, se veían muchísimo mejor y el único saldo que tuvieron fue una herida cada quien, Shaka en el cuello y Mu en la barbilla, ambos niños lo vieron como un "souvenir" de la experiencia de haber durado encerrados 40 días juntos "sin haberse matado entre ellos" como les gustaba bromear.

-Mu-dijo de pronto Shaka, el mencionado soltó el avioncito de papel que estaba empezando a hacer y volteó a verlo-¿Está mal que me alegre que te hayas enfermado también?-dijo esto casi como un susurro y agregó-Estar aquí 40 días sin ti hubiera sido aburridísimo.

El tibetano en vez de molestarte por el egoísmo del indio, le sonrió y con toda la inocencia del mundo le dijo-Shaka, jamás creí que algún día fueras a admitir que te agradaba mi presencia. El rubio dio un pequeño brinco en sobresalto, era cierto, acababa de decir en pocas palabras que lo necesitaba, cuando cayó en cuenta de eso Shaka entro en pánico. El no debía y no podía aferrarse a algo terrenal, de ser así estaría alejándose de su objetivo personal que era ser el más cercano a Dios...Pero su lado humano clamaba lo que él denominaba "tontos placeres" que solo Mu le brindaba: la sonrisa cálida, las comidas con té caliente y platicas triviales, su estúpidamente cursi manera de ser, la atención que ponía a los detalles, como hacer comida sin carne porque él era vegetariano...a sus cortos 6 años Shaka estaba experimentando lo que mucha gente no logra conocer en toda su vida: un amor puro y sincero que le aterraba hasta la mas mínima fibra de su ser, pero el aun no tenía la madurez suficiente para comprender esos sentimientos, solo entendía que quería a Mu como a nada ni nadie en el mundo y eso lo llenó de incertidumbre. De pronto ya no sabía quién era ni que quería, se sintió perdido pues sus objetivos comenzaron a parecerle poca cosa si para llegar a ellos debía renunciar a Mu.

Pero, pero eso no estaba bien...¿Que haría ahora? Para empezar Shaka optó por comenzar a entrenar mas días solo y le inventó a Mu una excusa tonta que el lemuriano no se trago del todo, pero prefirió dejarlo así.

Pasados los días y viendo que la situación no mejoraba, Shaka fue directamente con Shion a hacerle una solicitud.

-Gran Patriarca, le pido por favor continuar mi entrenamiento en la India, por un par de meses...

Shion lo miró extrañado-¿Algún motivo en particular?

-Me gustaría visitar mi tierra por una ultima vez antes de dedicar mi vida al santuario-Mintió, de ninguna manera le diría que era para aclarar sus sentimientos.

A Shion esa excusa le pareció pobre pero justa-Bien, te iras 5 meses entonces, pronto te daré los detalles de tu vuelo.

Shaka asintió con la cabeza y se marchó de la sala del Patriarca rumbo a Virgo.

Continuara...

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