Revelaciones
Marinette clavo nerviosa su mirada sobre las teclas del piano, no sabía por qué se sentía de esa forma, por su parte Adrien murmuro entre dientes, era imposible que alguien llegase de improvisto en ese momento, su padre estaba en un viaje importante. Al girarse a la puerta observo con sorpresa a su padre parado firmemente en la entrada de la sala.
-Padre...
-Adrien...-dijo el observando a la azabache con indiferencia sentada frente al piano había notado su incomodidad en ese momento.- hace años que no tocabas el piano ¿Por qué ahora?
-Quería hacerle compañía a Marinette, ella también toca el piano y pensé que sería bueno si yo...- Marinette por fn cedió a girarse a ver al padre de Adrien, Cohibida por la seriedad que el mostraba trago duro.
-B-buenas tardes señor.- le saludo, Gabriel clavo sus ojos en ella examinandola por breves segundos para después ignorarle.
-Y ¿Qué se suponen que hacen entonces?
-Nos reunimos para hacer un trabajo escolar.- le explico.
-E imagino que tocar el piano es parte de ese proyecto ¿verdad?- aquella demandante pregunta hizo a Marinette incomodarse, aunque quisiera explicarle fue ella quien inicio todo ese mal entendido no sabía cómo hacerlo.
-No.- respondió el rubio esperando su padre dejara de incomodar a Marinette, pues noto desde un principio sus intenciones, a cada palabra el no le quitaba la mirada de encima.- solo fue un momento para relajarnos ya mismo nos ponemos a hacer el proyecto.
Gabriel avanzo un par de pasos hasta los chicos, Marinette sentía un frio recorrerle la espalda, más debía mantenerse tranquila, se sentía frente a las fauces de un depredador que solo buscaba el momento exacto para atacarla. Para la desgracia de Adrien su padre seguía misteriosamente tranquilo, como si la presencia de Marinette no le importara y al mismo tiempo con esa simple mirada le decía que no era bien recibida en su casa.
-Adrien, tenemos que hablar.- hablo tras unos largos segundos de silencio.
-¿Ahora?- pregunto Adrien, su padre le miro molesto, aquella pregunta por parte de su hijo le sonó a reproche por su parte.
-Si, ahora, es algo importante.- le respondió mirando de reojo a Marinette, quien no pudo evitar pasar por alto aquel gélido gesto.
-P-podríamos hablar después de que Marinette se vaya, el proyecto es un tanto laborioso.- Gabriel entonces deshizo su semblante tranquilo a uno más serio, coloco sus manos tras su espalda, cuando el daba una orden, porque eso era, era para cumplirse de inmediato y no soportaría las altanerías de su hijo, no en su casa.
-Te eh dado una orden Adrien, ahora no vas a responderme solo porque esta niña este presente, tu y yo debemos hablar... o ¿Es más importante escuchar a la hija de un par de panaderos tocar el piano?-
- Lo siento mucho.- dijo Marinette levantándose de su lugar con el rostro clavado en el piso.- Adrien escucha a tu padre, yo ya debo irme.- Adrien quiso detenerla, más su padre selo impidió, el rubio arrugo la frente ¿Por qué su padre actuaba de esa forma tan cruel con Marinette?- lamento mucho esta situación señor Agreste.
Sin decir más Marinette salió sin importarle que Adrien gritara su nombre, solo quería irse de ese lugar, se sentía demasiado mal.
-¿Por qué lo has hecho?- exigió, si por primera ves en su vida Adrien le exigía a su padre una respuesta.
-Primero que nada se hacen las cosas importantes y luego las que sobran.- dijo nuevamente con su porte tranquilo.
-¿Entonces qué es eso importante?
-To cas muy bien el piano, no dejes de practicarlo.- dijo para después salir de la sala.
Adrien casi sufre un paro cardiaco ¿Solo eso? ¡¿Solo esas malditas palabras eran lo importante?! Humillo a Marinette solo para decirle que tocaba muy bien ese maldito instrumento ¡Maldita fuera la hora en que su madre le enseño a tocarlo! Con rabia pateo el banco del instrumento, odiaba a su padre lo odiaba con toda su alma, estaba mal decirlo y pensarlo.
-En lugar de estar tan colérico ¿Por qué mejor no vas a hablar con Marinette?- le dijo Plagg intentando calmarlo un poco.
-Ella me debe estar odiando en estos momentos.- le respondió.- te das cuenta Plagg ¡Mi padre no hace más que joderme la vida! ¿Qué le hizo Marinette? ¿Qué?
-Te dije que te calmaras.- pidió nuevamente.- no crees que el enojo de tu padre contra de ella fue por la sangre que donaste, aunque es algo muy estúpido si me lo preguntas.
Adrien tomo su móvil, de ante mano sabía que la seguridad posiblemente no lo dejaría salir por órdenes de su padre para evitarle darle alcance a Marinette.
Ella por su parte caminaba por las calles, se sentía un tanto perdida más era lo menos importante a sus problemas, se sentía humillada, atacada ¿Qué había hecho para que ese señor la tratara de esa forma? Más que nunca odio el hecho de haberse quedado sin memoria, si tan solo recordara podría haberse negado a hacer el trabajo en casa de Adrien e ir a la suya o ir a la biblioteca. Su móvil comenzó a sonar, Adrien el estaba llamando.
-...Adrien.
-¡Marinette! ¿Dónde estás? ¿Estás bien?
-Si estoy bien, ya casi llego a mi casa.- mintió, sus ojos azules seguían clavos al suelo, en ningún momento se había dignado a levantar la mirada.
-Se que no es la mejor forma de disculparme por lo que hizo mi padre, no sé qué le paso, pero por favor...
-Si no hay problema, yo entiendo, aunque sea lo malo de perder la memoria.
-No, no Marinette no es nada de eso.
-No te preocupes Adrien, yo entiendo...- Marinette suspiro con frustración, no quería que él se sintiera así de mal, sonrio aun con el móvil pegado a su oreja, miro a aun costado.-...Adrien.
-¿Si?
-Te quiero, y no como amigos, realmente te amo.- dijo, para después colgar la llamada.
No sabía por qué lo dijo, pero se sentía liberada, como si con esas palabras el trago amargo que Gabriel Agreste le hizo pasar hace un rato se disipara solo con eso, miro la pantalla de su móvil por segundos para después son reír. Más al alzar su mirada y ver la cantidad de gente se asustó, ella no reconocía ese lugar, no reconocía nada... estaba perdida.
Su cuerpo temblaba por el miedo, los transeúntes le miraban extraño, Marinette estaba a terrada y los miraba a todos con miedo, salió corriendo sin rumbo hasta llegar a la mitad del pont des Arts, se inclinó tomándose de las rodillas para recuperar el aliento, sin duda alguna estaba peor que perdida, no quería causarle más problemas a Adrien y que este la tomara por idiota al perderse, ya no quería depender tanto de las personas quería depender de ella misma, a ser alguien nueva.
-¿Qué hago? ¿Qué hago?- se preguntó a si misma mirando a todos lados.
-Marinette.- escucho su nombre, alterada miro tras de sí al chico pelirrojo acompañado de otro chico alto, sabía que los dos estaban en su clase.
-H-hola.- les saludo tímida.
-¿Te encuentras bien?- le pregunto el chico alto.
-Si, si claro, gracias por preguntar Kim es solo...-dudo...
-¿Te perdiste?- pregunto le pelirrojo, Marinette se cubrió la cara con ambas manos, por lo cual ambos entendieron un si por su parte.
-Lo siento mucho Nathaniel, no era mi intención.- les dijo, Kim coloco una d sus manos sobre el hombro de Marinette en señal de apoyo.
-Tranquila, de cualquier forma pasaríamos frente al colegio a regresar los reflectores, no será ninguna molestia dejarte frente a tu casa.
-Gracias chicos, en verdad lamento causarles molestias.
Cuando Adrien colgó llamada con Marinette, este tenia un expresión un tanto difícil de entender, Plagg intentaba descifrarlo, su boca a vierta como pescado, los ojos bien abiertos como platos... oh Marinette lo había insultado de una forma que su portador no se esperaba o paso algo más.
-Me ama.- susurro.- Marinette me ama.
-Y yo que creí ya habíamos aclarado ese asunto.- dijo Plagg.
-Es diferente ella me dijo que me ama.
-Ya te lo había dicho antes en su habitación.
-Pero es diferente Plagg, eso se lo dijo a Chat Noir, pero ahora me lo ha dicho a mí a Adrien.
-Si, súper original.- el rubio le miro feo, Plagg carecía de romanticismo. La pantalla de su ordenador se encendió, estaba recibiendo una video llamada. Rápidamente se sentó frente al ordenador, colocándose un par de cascos con micrófono, Plagg se sentó sobre le monitos para evitar ser visto.
-¡Adrien!- exclamo la persona al verse contestado su enlace.
-Mamá... ¿Cómo estás?
-Llena de trabajo, mi pequeño ¿Qué tal todo en Paris?
-Bien, todo bien.- respondió sonriendo, su madre sonrió, sabía que algo pasaba con su hijo.
-¿Seguro? ¿Qué te ha pasado para que sonrías de tal modo?
-N-nada, solo creo que di un pequeño...Clik...
-¡Uy! Mi bebe ya es todo un hombrecito, cuanto me gustaría estar contigo ahora Adrien.
-Mamá, por favor...- pidió apenado, Plagg se cubría la boca para evitar estallar en carcajadas, esa era la mejor parte de las video llamadas con su madre, siempre sabia como ponerlo incómodo.
-¿Has recibido los paquetes que te eh mandado?- le pregunto, entonces el rubio le miro sin comprenderlo.
-¿Qué paquetes?- pregunto, su madre gruño molesta ladeando la mirada.
-Ese estúpido de tu padre... Adrien tengo que dejarte, tengo que hablar con ese hombre.- Adrien suspiro, su madre estaba realmente molesta.
No paso más que media hora para comenzar a escuchar los gritos de su padre, era claro con quien discutía y en el centro de la discusión estaba su nombre.
Aquella noche iria como de costumbre a visitar a Marinette, tenía la fuerte necesidad de verla, noto la luz encendida de su habitación, Marinette seguramente estaba despierta, al llegar a su ventana la noto abierta, era extraño que la dejara de ese modo, apenas la abrió un poco sus sentidos captaron los sonidos de sollozos ¿Marinette estaba llorando? Con cuidado y sin hacer ruido entro por la ventana, observo a Marinette tendida en su cama.
Efectivamente ella lloraba, sentía dolor en su pecho ¿Qué le abra pasado? ¿fue por culpa de su padre?
-Princesa.- le llamo dulcemente, Marinette se encogió de forma fetal, abrazando fuertemente su almohada de gato para evitar él le viera la cara.
-Vete.- le dijo entre sollozos.
-Princesa ¿Qué te paso? por favor dime.
Marinette se enderezo limpiando sus lágrimas, realmente no podía ocultarle nada a él, era su mejor amigo, Chat al verla en ese estado con sus hermosos ojos azules irritados por el llanto y los labios secos le rompía le corazón, se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, para después acomodarse recargando la espalda en la pared abrazando sus piernas.
-Este fue un día pésimo.- le respondió, Chat ya podía darse una idea de por qué lo decía.
-¿Por qué lo dices?
-El padre del chico que me gusta, me odia claramente y no sé qué le hice, al final termine huyendo de su casa, creo que le confesé mis sentimientos...- le conto, las lágrimas regresaron a sus ojos.
-¿Te arrepientes de haberle dicho eso?- pregunto, esa pregunta le sabia amarga al salir de sus labios, más Marinette negó con la cabeza.
-No, es solo que sigo siendo una inútil, una carga para todo aquel que se cruza en mi camino.
-Explícame.
-Cuando me fui... termine perdiéndome, no sabía dónde estaba, unos amigos del colegio me ayudaron a regresar y me sentí idiota, inútil.
Chat la miro fijamente a los ojos mientras sonreía, a Marinette ese brillo le pareció algo familiar, no sabía si se estaba burlando de ella, sin preverlo la abrazo gentilmente acariciando su cabello.
-Tranquila Princesa, ya todo está bien.
Limpio gentilmente las lágrimas de sus mejillas, lentamente comenzó el a acotar las distancia entre ambos, hasta juntar sus labios con los de Marinette, ella por su parte abrió los ojos por la gran sorpresa, Chat Noir la estaba besando y ella... ella no podía resistirse, no podía negarse a responder a ese tierno beso. Beso que poco a poco fue tomando intensidad, el gato negro la tomo de la cintura, abrió ligeramente sus ojos, Marinette le correspondía y tenía sus bellos ojos cerrados, no podía negar que se veía adorable en ese momento.
Sin mucho es fuerzo la coloco sobre su regazo, se separaron levemente cuando el aire hizo falta en sus pulmones y estos comenzaron a arder, apenas recupero el aliento Chat Noir fue directo a tacar el cuello de la azabache hay justo donde el pulso le latía ferozmente, ella no podía resistirse por inercia hizo su cuello hacia atrás ligeramente, chat por su parte había colado sus manos por debajo de la blusa de la oji azul, recorriendo su vientre hasta llegar al borde del sostén.
Marinette se estremeció al sentir aquellas garras sobre uno de sus pechos, pero el contacto duro muy poco, él la separo de ella levemente, para que en un ágil y rápido movimiento lograr quitarle la blusa, ella se cubrió rápidamente con ambos brazos; Chat apenas logro observar el sujetador blanco con lunares rosas, coloco una mano sobre su cintura y la otra en la espalda de Marinette para entonces así tumbarla sobre la cama y quedar el sobre ella.
Chat regreso a besar sus labios, su cuello hasta instalarse en sus clavículas, Marinette soltaba pequeños suspiros l sentir los tibios labios del gato sobre su piel... cerro los ojos instintivamente y en aquel momento la imagen de Adrien apareció en su mente.
-¡B-basta!- le grito haciéndolo a un lado, Chat se desconcertó ¿hizo algo malo?
-Princesa...
-No, esto no está bien Chat.- le dijo con la voz entrecortada.- te estas aprovechando ¿Por qué?
-Y-yo no, no lo hago, Marinette yo te amo.
-No... no me estas confundiendo te dije que yo amo a otra persona, no puedo amarte, eres... solo eres un amigo.
-Marinette ¿Puedes amar a una persona junto a todos sus defectos? – le pregunto, la azabache le miro incrédula ¿Qué quería decir con eso?
-¿Qué?- sin pensarlo dos veces tomo la mano de Marinette y la coloco sobre su pecho.
-Puedes amarme a mí y a mi otro yo ¿Puedes hacerlo?
-N-no, no entiendo.- sentía su cabeza a punto de explotar, eso siempre pasaba cuando se forzaba para recordar cosas importantes.
-Lo vas a entender cuándo, lo observes por ti misma.
Dijo, un destello verde comenzó a cubrir a Chat Noir de pies a cabeza, Marinette cubrió su boca por la impresión, el traje de gato negro comenzó a cambiar a ropas comunes, frente a ella ya no estaba Chat Noir sino a Adrien Agreste.
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