Confesiones inesperadas


A la mañana siguiente Marinette se había quedado dormida, Tikki no encontraba forma de hacerla despertar hasta que se le ocurrió la idea de mentirle diciendo que Adrien le estaba esperando con sus padres en la cocina, como resorte la azabache se había levantado de su cama.

Casi todos en su clase ya habían llegado... miro el asiento aun lado de Adrien, posiblemente Chloe no asistiría a clases, de seguro aún estaba pensado en todo lo que le dijo el día anterior. Alya por su aparte estaba loca de la emoción Ladybug había regresado a Paris y la idea de revivir el Lady blog la tenía aún más loca, de solo escucharla hablar con tan emoción sintió una ligera punzada en el pecho aun no dejaba de sentirse culpable por su amiga.

-Creo que Chloe no vendrá a Clases.- el sonrojo en el rostro de Marinette no se hizo esperar, no había notado a Adrien sentarse a su lado.

-E-eso... parece.- Adrien sonrío, después de lo de anoche, no pensó que Marinette se fuera a incomodar con su presencia.- Marinette.

-Con respecto anoche... por favor olvídalo, ya no me atormentes, suficiente tengo con Tikki me lo estuviera recordando toda la mañana.

-... ¿Realmente estabas soñando?

-¡Adrien!

-¡TODOS CIERREN LA BOCA!

Marinette que estuvo a nada tomar al rubio por el cuello del a camisa de un modo amenazante, miro al frente del salón, todos tenían su vista fijamente en Chloe, fue un poco difícil reconocerla, pues la rubia había cambia su ropa de marca por un vestido sencillo color olivo, su cabello lo recogió en una media coleta.

-¿Chloe?- pregunto Sabrina, la rubia bufo con molestia, si, era la misma Chloe en persona.

-Lo que voy a decirles lo voy a decir una solas ves así que escuchen muy bien... ¡Lo siento!- dijo, todos abrieron la boca de impresión pero no dijeron nada, la dejaron proseguir.- lamento mucho todo lo que les dije o hice, no lo hacía con mala intención, solo que desde pequeña me enseñaron que primero debo ser yo sobre todos los demás y ahora es que me doy cuenta de lo que esta pasando.

-Pues ya era la hora de que te dieras cuenta, pero tus actos nos dolieron am as de uno y el perdón no se gana con esas simples palabras.- aunque por un lado Alya estaba sorprendida por aquel cambio tan radical de Chloe, estaba seguirá que con un simple "Lo siento" no arreglaría las cosas.

- Eso ya lo sé, no pretendo que me perdonen ene segundos, tampoco pretendo ganarme el perdón aun me quede orgullo, pero solo quería decirles que lo siento... sobre todo al incidente del lady blog... yo... yo pretendía gastarle una broma Marinette por ser tan fastidiosa durante la clase de Química y le quite su móvil, note que el blog estaba abierto, cuando se dio cuenta que miraba el blog, Marinette intento quitarme su móvil y forcejeamos por el... sin quererlo yo active la opción de eliminar contenido, cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde para recuperar el contenido.

Marinette sonrió por las palabras de Chloe ciertamente aquella había sido la verdad, Alya miro a Marinette quien el afirmo en silencio... la rubia subió los escalones quedando a lado de la morena ambas se dedicaban una mirada penetrante que la tensión entre ambas era percibida por todos.

-Que bien que dijeras que no pretendas ganas el perdón, porque de mi parte nunca lo vas a obtener.

-Alya...-Marinette le miro con pena, la vida de su amiga parecía girar en torno a ese blog.

-Como si me interesara que alguien como tú me perdonara.- sin decir más Chloe arrojo un CD frente a la morena, Alya lo examino sin comprender nada, quería regresarle el gesto lanzándole el CD a la cabeza. Para cuando Chloe se sentó en su lugar se cruzó de brazos y cerró los ojos. – Eso que te eh dado es todo un respaldo de tu amado blog perdido, siempre me asegure de guardar noticias imágenes y videos, realmente no se perdió nada yo tenía le respaldo.

Marinette sonrío, tal vez Alya no le agradecería por el gesto, pero ya era un avance, Chloe se arrepentía de sus actos del pasado.

"Cuando Chloe pida perdón por algo, ese día Adrien te dará tu primer beso"

Marinette coloco una mano en su cabeza, de la nada un destello blanco se había a parecido en su mente junto a esas palabras, su respiración se entre corto... sentía una especie de vértigo.

-¿Sucede algo?- pregunto Adrien colocando su mano en su espalda, ella negó con la cabeza, dedicándole una sonrisa, el mareo ya se le había pasado.

El resto de las clases paso con naturalidad, y aunque tratara de disimularlos, los mareos era un tanto más frecuentes, y le costaba concentrarse a lo que su profesora le decía... aprovechando el descanso Alya, tomo la mano de Marinette y la saco lo más rápido posible de la clase para ir a los baños.

-Escúpelo ahora.- dijo la morena apenas cruzaron por la puerta y cerraba con seguro tras de sí.

-¿De qué me hablas Alya?

-¿Realmente eso fue lo que paso con el blog?- Marinette asintió con la cabeza, todas las palabras de Chloe fueron ciertas.- ¿Cómo lo recordaste tu memoria...?

-De cierto modo... mis recuerdos están regresando poco a poco, no en su totalidad, incluso recuerdo él día que me dijiste que cuando Chloe se arrepintiera de sus actos Adrien me daría mi primer beso.

Alya no pudo evitar tener que abrazarla con fuerza, no solo porque ahora sabia la verdad, sino que su amiga no quedaría por siempre con la memoria perdida, había esperanza de que Marinette regresara a ser la de antes después de tan terrible accidente.

-¡Dios santo Marinette!- exclamo separándola de su lado, su sonrisa ahora era una expresión de total preocupación.- ¿Por qué has venido a Clases? ¡Estas ardiendo!

Instintivamente, Marinette se tocó la mejilla, se sentía caliente, pero no lo había tomado en cuenta para nada, Alya le obligo a sentarse en el suelo recargada a la pared mientras humedecía un poco de papel y lo colocaba sobre su frente, los mareos regresaron a ella.

-¿Tan mal me veo? Yo no siento nada malo.

-La fiebre no puede darte de un momento a otro y de la nada... no te muevas iré por ayuda.

Alya salió de los baños con prisa, Tikki aprovecho para salir de su escondite, inspeccionando a Marinette, realmente aunque ella dijera que no estaba mal, se le veía un poco agotada, y era extraño, la azabache hasta hace nada estaba perfectamente bien.

Marinette apretó los dientes mientras ahogaba un gemido de dolor, sujeto su cabeza con ambas manos las punzadas eran cada vez más fuertes.

-No deberías levantarte, Marinette realmente no te ves nada bien.- Marinette hizo caso omiso a sus palabras, era extraño que de la nada se sintiera enferma, como pudo se puso de pie, estar sentada en ese lugar le hacía sentirse peor. Apenas se puso de pie el mareo comenzó a pasarse.

-No entiendo que me paso Tikki, pero ya me siento mejor, lo de la fiebre es extraño pero si sigo en un solo lugar me mareo terriblemente.- confeso. Se echó un poco de agua en la cara, aquel destello blanco que hace un par de horas había visto regreso con fuerza a su mente.

"Aquel horrible sapo, miro a la luna pidiendo un dese...quisiera ser alguien que pueda quedarse grabada en su memoria y que naciera le amor entre los dos"

Aquellas palabras le dolieron en el pecho... no quería recordar, no podía, no deseaba... la puerta se abrió, Alya entro por ella ayudándole a salir, afuera de los baños Adrien y Nino les esperaban, se preocuparan al ver a Marinette más pálida que de costumbre. El rubio rápidamente le ayudo a la more a hacer que Marinette se sentara, era cierto, ella tenía una fiebre muy alta.

-Sera mejor que la llevemos a la enfermería y llamen a sus padres.- sugirió Nino, Marinette coloco su mano en la espalda de Adrien apretándole ligeramente, el comprendió ese gesto, ella no quería que eso pasara.

-Mejor dejemos que descanse un poco en este lugar, ustedes regresen a clase, en cuento se le pase un poco lo que tiene la llevare a la enfermería y hablare con el director.

-¿Seguro Adrien? Podríamos avisarle a la profesora.

-Descuida Alya, seguramente no sea más que una fiebre, si algo malo pasa me comunico primero con ustedes.

Para Paulette el reabrir su academia ya era un sueño cumplido, muchas personas habían ido a inscribir a sus hijos a sus clases de baile y piano, al ser una sola persona debía tener ciertos horarios y armarse de mucha paciencia, y aunque todo salía de acuerdo a sus planes, debía primero a acostumbrarse a sus estudiantes, no era que le molestara, en las clases de baile tenía tres grupos diferentes de niñas entre los cuatro y seis años de edad. Mientras vivió en Alemania se había acostumbrado tanto a las clases de idioma que por poco pierde interés en lo que más amaba en el mundo.

-Eso es todo niñas, nos veremos la próxima semana.

Sus pequeñas estudiantes fueron directo a donde sus padres, les ayudaron a cambiarse de ropa, Paulette recogía algunos CD del suelo junto a algunas pelotitas cercanas, todos comenzaron a salir poco a poco. Dentro de una hora tocarían las clases de piano, así que debía comenzar a alistar el salón de música.

-¿Señora Paulette?- la rubia miro a la entrada de la academia.

-¿Necesita algo?- le pregunto. Aquel hombre que le había llamado entro, para entregar una carpeta negra sin decir más nada. La rubia se fue a su oficina para ver aquella carpeta.

Al abrirla encontró en su interior los papeles que correspondían a su divorcio de su actual ex marido en Alemania, sus ojos se abrieron de par en par al leer en una de esas hojas que su matrimonio nunca fue válido.

-¿Qué demonios es esto?- se preguntó. Hasta donde entendía, no podía haber un divorcio si no había un matrimonio previo, pero ella se había casado por segunda vez porque...

-Los papeles nunca fueron firmados.- alzo su mirada, Gabriel estaba parado frente a su puerta. Sin permiso entro a la oficina dejando sobre el escritorio una segunda carpeta color azul.

Los papeles hay dentro eran los de su divorcio con Gabriel... pero el...

-No firmaste.- dijo en un hilo de voz, Gabriel nunca firmo los papeles del divorcio, por eso no podía divorciarse. - ¿Qué significa esto?- demando saber.

-Después de que tu firmaras nunca te preocupaste por mirar esos papeles otra vez ¿Verdad? Tú querías el divorcio pero yo no quería dártelo, deje que te fueras que hicieras lo que quisieras con tu vida.

- ¿Mi vida?- pregunto de forma irónica.- ¿¡Mi maldita vida?! ¿¡Gabriel cómo pudiste hacerme esto!?

-Te advertí aquella ves que si te ibas a arrepentir de hacerlo.- Paulette se dejó caer de mala gana en su silla, se sujetó ambas manos con la cabeza estaba desesperada, Gabriel no quería más que verla destrozada.

-Y te parece una buena forma de vengarte de mí reteniéndome a tu lado, cuando por años te fue "infiel" mientras no sabía que estaba aún casa. ¿Puedes ser tan más estúpido Gabriel? ¿Puedes serlo?

-Piénsalo si así lo quieres, quien podría demandarte por esto sería yo de cualquier modo, tienes todas las de perder conmigo.

-¿Qué es lo que realmente quieres? Que regrese a tu lado fingiendo que nada paso en todos estos años, que finjamos ser la amorosa familia feliz que fuimos hace mucho... un corazón que fue destrozado hace años no puede amarte otra vez, no puedo amarte otra ves Gabriel comprende por favor.

Gabriel le miro serio, para después caminar al otro extremo de la habitación, Paulette estaba muy equivocada, un corazón rota puede amar una y otra vez a la misma persona porque es ciego y frágil.

-¿Crees que es mi objetivo? Estas equivocada Paulette, mis intenciones no son retenerte, desde la última vez que te vi, lo eh pensado demasiado retenerte a mi lado con esta mentira fue un error, al final seguimos discutiendo, te fuiste y regresaste, me queda más que claro que no deseas verme nunca más.

-Solo dime que es lo que quieres Gabriel, dilo y vete pro favor ya no quiero saber nada de esta situación.- Gabriel no dijo más nada, se acercó hasta ella quitándole los papeles de su divorcio, de su saco, tomo un bolígrafo con el cual comenzó a firmar los papeles.

-No te molestes en darme una copia de los documentos, no me interesa saber nada de este tema, al fin eres libre.

Gabriel salió de la oficina y de la academia, las clases de piano fueron suspendías... sus ojos esmeralda se perdieron entre letras y firmas frente a ella. Poco a poco las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, apretó los dientes ahogando el llanto, no sabría cómo describirlo pero en cuento miro que ella y Gabriel seguían casados, un frio le estremeció, para cuando él se fue dejándole aquellas firmas, una dolorosa punzada se sintió en su corazón y el dolor hasta ahora no desaparecía.

Era como ver sus sueños destrozándose como le cristal frente a sus ojos.

Una mariposa negra revoloteaba por la oficina, cuando esta se acercó a la rubia se fusionó con la gargantilla dorara que portaba, su llanto ceso de golpe, y la marca de Hawk Moth apareció frente a su rostro.

Réves Brisés, soy Hawk Moth y te otorgo el poder de hacer que los sueños de las personas se vean destrozados, pero a cambio necesito un favor.

-Lo que ordenes Hawk Moth.

El cuerpo de Paulette fue cubierto por una bruma oscura.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top