Amistad


Marinette se encontraba sentada sobre su cama peinando su cabello, a pesar haber sido su primer día de clases después del accidente, no fue tan malo como ella lo creía, se sentía un tanto mal pues la mayoría del grupo la acepto a pesar de su "historia" Chloe como Nino la describió era el tipo de chica que se preocupaba más por su cabello que por algún otro ser viviente no era conveniente entablar amistad con ella y por ultimo Alya y su blog, en realidad ella no se creía capaz de haberlo hecho, debía de haber una buena razón para ello, si tan solo lo recordara.

Un frio la estremeció completamente.

-Hola princesa.

Hay estaba Chat Noir, sentado la borde de la ventana, Marinette bajo de la cama por las pequeñas escaleras hasta llegar a la mitad de ella y sentarse.

-Hola.

-¿Qué tal el primer día en el colegio? ¿Todos te trataron bien?

-Jaja, si... eso creo.- le dijo desviando su mirada, Chat comprendió entonces que algo no estaba bien, si estando en su forma civil hasta hace unas horas el juraría ella se encontraba mejor ahora su ánimo estaba decaído.

-¿Qué paso?

-Chat, tú me conoces desde hace tiempo...¿Soy una mala persona? Quiero saber la verdad.- le pidió, Char alzo una de sus cejas no comprendiendo su cuestionamiento.

-Marinette, eres la chica más dulce que conozco, no le arias daño ni a una mosca ¿Por qué lo preguntas?

-Hoy me paso algo... una chica de mi clase, todos dicen que somos las mejores amigas, pero ella entonces grito que no lo somos, Adrien me conto algo sobre un blog de ladybug y que yo tuve que ver con su desaparición, no lo sé algo así, por eso quiero saber quién era yo en realidad antes de perder la memoria.

El chico rubio sentado en la ventana era una mescla de emociones, no sabía si molestarse, entristecer o que, entro por completo a la habitación, con delicadeza tomo el rostro de Marinette entre sus garras y unió su frente con la de ella.

-Eres la chica más maravillosa que eh podido conocer en mis siete vidas, no dudes de eso, a veces las personas no se encuentran en su mejor estado y dicen cosas que pueden herir a otras pero no lo hacen con esa intención.- al abrir sus ojos pudo notar aquella mirada azul sobre sus ojos, sintiéndose nervioso, a la verdad que ese acto lo hizo por mero impulso.

-G-gracias...- ella por su parte se había sonrojado, hacia tanto que no veía a a la azabache sonrojarse de ese modo que le resultaba tan lindo.

-B-bueno... creo que... estas cansada yo me.- intento excusarse se sentía un tanto nervioso por lo sucedido que comenzó a caminar por la habitación, hasta que sus ojos dieron contra algo inusual en aquel lugar.

-¿Chat Noir?

El gato negro se había acercado a donde el ordenador, sus ojos no podían creer lo que estaba viendo, aquella pared estaba decorada con fotografía suyas... bien era entre un no y un si, todas esas fotos y recortes de revista como Adrien.

-¿Q-que es...?- quiso preguntar realmente quería saber por qué Marinette tenía eso en su habitación.

-Eso... no lo sé realmente, cuando regrese ya estaba así, no eh querido mover nada, puede que con el tiempo recuerde algo- Dijo de lo más normal y tranquila, no cabía duda que aquello lo sorprendió bastante.

-Ya entiendo... supongo que debes estar cansada y ya sabes hace bastante rato que las princesas deberían de dormir – se acercó hasta ella besándole la frente como acostumbraban él y Adrien despedirse de ella, no le molestaba más bien creía que era un buen indicio para comenzar a recuperar su memoria.

Al día siguiente, la rutina fue la misma, Adrien la recogió en su casa y ambos caminaron hasta el colegio, curiosamente Alya no estaba en su lugar de costumbre, Nino como el resto de la clase la saludaron alegremente con sus excepciones, faltaba como media hora para que las clases comenzaran formalmente.

-¿Adónde vas?- Adrien se percató que Marinette se dirigía a la salida de la clase, ella por su parte le miro sonriendo.

-No tardare solo quiero ir al baño.- dijo, el asintió reanudando su plática con Nino.

Mientras Marinette cruzaba por el patio el nerviosismo se apodero de ella, ver tantos rostros nuevos le había sentir el estómago revuelto, hizo uso de toda su fuerza de voluntad para no regresar corriendo a lado de Adrien por lo asustada que se encontraba, no quería depender por siempre de él, no quería ser una molestia. Cuando por fin llego, suspiro aliviada, al final fue más el susto que nada.

Al cruzar por la puerta y notar que los baños se encontraban completamente vacíos relajos los hombros, la verdad que aún no estaba segura ni de ella misma, más de pronto la puerta se cerró de golpe, Marinette dio un salto asustada girándose de golpe Alya estaba recargada en la puerta con los brazos cruzados.

-M-me asustaste.- dijo nerviosa, más la morena no respondió en aquel momento.

-Lo lamento.- dijo.

-¿Pasa algo?- la mirada de Alya sobre ella la ponía aún más incómoda, un nudo se formó en su garganta.

-¿Realmente no recuerdas nada?- le pregunto.- ni siquiera a tu mejor amiga.

-No, pero me lo han contado y no sé si sea verdad o mentira... yo bueno...- respiro profundamente intentando calmar sus nervios.- Si hice algo que te molestara realmente o siento, no fue mi intención yo... lo lamento.

-Marinette, tu mejor que nadie sabe o sabias cuanto adoraba mi trabajo en el blog, y sé que hice mal, por enfadarme y culparte, pero ¿Qué podía hacer? ¡Toda la evidencia daba a tu contra!- exclamo.- y solo por eso todos me tratan igual a una segunda Chloe ¿Sabes lo humillante que es eso? Es como si te dijeran bruja a la cara.

-Yo no entiendo, no sé qué paso aquel día...- perturbada puso ambas manos sobre su cabeza, le había comenzado un ligero mareo y junto a eso un dolor de cabeza.

-No puedo creer que nuestra amistad se arruinara solo por un estúpido par de pendientes.- dijo ella.

Marinette entonces llevo sus manos a sus orejas tocando dichos objetos... esos pendientes, el regalo de Adrien desde quien sabe cuánto tiempo atrás, intento calmarse.

-Si me hubieras dicho la razón de por qué no querías prestármelos, lo hubiera entendido, tal vez era lo que querías decirme aquel día.

-Tal vez...- susurro ella.- Porque son un regalo importante en mi vida.

-¿Qué?

-No recuerdo nada y lo sabes, pero quiero creer que estos pendientes guardan un gran valor... Adrien me los obsequio, puede que por eso me molestara aquel día.

-¡¿Cuándo hizo eso?!- le pregunto, ella negó con la cabeza.- Creo que ya entiendo esto... el amor de tu vida te obsequia un par de pendientes que pretendes atesorar toda tu vida.- Marinette arrugo la frente no sabía si la risa de Alya era por burlarse de ella.

-¿Disculpa?

-Marinette.- la morena la tomo de los hombros.- tu estas perdidamente enamorada de Adrien... yo... lo siento, fui verdaderamente una estúpida.

-¿Estoy enamorada de Adrien?- pregunto sorprendida, eso era impactante hasta para ella misma.- pensé que éramos buenas amigas simplemente...

-Mari, entiendo todo esto de tus pendientes y lo lamento tanto en verdad, pero no creas que es una reconciliación del todo grata, no te voy a perdonar lo del blog así como así.

-Lo lamento.

-Descuida, la verdad... es que yo, tenía miedo de verte cuando supe de tu estado, sabía que era por mi culpa y no hablar contigo fue terrible, penseque si nunca despertaras del coma jamás me perdonaría por todo lo que te dije

Alya abrazo a Marinette fuertemente, se sentía realmente mal y al mismo tiempo que se quitaba un terrible peso de encima, Marinette por su parte le regreso el abrazo, ya no importaba que sucedió en el paso, eso era y lo dejaría como tal.

La profesora ya había llegado al salón de clase, daría solo dos minutos más para negar la entrada hasta después de la hora de descanso, Adrien se preocupó Marinette llevaba un buen rato fuera, no era como si se hubiera perdido o algo parecido, estaba decidió a ir por ella, apenas se puso de pie, la vio entrar junto a Alya, riendo ¿Qué había pasado?

Ambas tomaron sus lugares.

-¿Todo bien?- pregunto el rubio, Marinette le sonrió tiernamente.

-Supongo, no es del todo una "reconciliación" pero ella ha entendido la razón de los pendientes.- Adrien trago duro ¿Alya sabia?

-¿Q-que?

Como respuesta, Marinette puso su mano sobre la de él, Adrien se sonrojo por aquello ¿Por qué lo estaba haciendo? Y antes de poder formular una pregunta o palabra, ella le beso en la mejilla.

-Eh...

-Gracias.- le susurro-

-¡¿Qué haces besando a mi Adrien?!- el grito de Chloe llamo la atención de toda la clase, la rubia se levantó molesta de su lugar parándose frente a Marinette quien le miraba desconcertada.- ¡Responde!

-¡Chloe!- le llamo la profesora molesta por su actitud, más la rubia le ignoro olímpicamente, estaba roja de coraje y de ser posible echando humo por las orejas.

-Chloe déjala tranquila.- ordeno Adrien, más sus palabras fueron sordas.

-No te vasto la humillación desmemoriada, ¡Puedo hacer algo peor que entregar tu diario! ¡Aléjate de mi Adrien!

-¡Chloe basta!- grito la profesora tomándole del brazo.- ¡Ahora mismo a con el director!

-No puede mandarme con el director, ¡Soy la hija del alcalde!

-En este momento, usted es solo una alumna armando un ridículo teatro en mi clase, a los tres los quiero en la oficina del director ¡Ahora!

Nadie dijo, nada... Adrien tomo de la mano a Marinette para salir de la clase, Chloe no tardo nada en seguirles, sabía que Marinette se estaba aprovechando de su memoria perdida para quitarle a su Adrien, más no la dejaría ganar.

-Tu no vas a ningún lado.- molesta jalo a la azabache del brazo, zafándola del agarre de Adrien.- Puedes engañar a todo el mundo, pero a mí no, yo no te creo estar desmemoriada ¡Mientes!

-¡Chloe ya basta!- exclamo.- fuiste tu, tú fuiste quien metió su diario en entre mis libros, sabias que recibir anónimos me fastidia a sobre manera.

-S- solo fue una bromita Adrien yo...

El suelo bajo los pies de Marinette comenzó a moverse, todo a su alrededor daba vueltas, sentía que la cabeza en cualquier momento le explotaría, en aquel momento se había forzado a recordar, sus piernas temblaron no pidiendo más soportar su peso, estuvo a nada de desvanecerse, para su fortuna el rubio logro sostenerla.

-¿Estas bien?- pregunto preocupado, ella apenas y movió la cabeza como afirmación.

-Lo ves, solo está fingiendo sabe que todo su teatro es una farsa y prefiere hacerse la víctima.

Adren no respondió, tomo a Marinette entre sus brazos y cambio de rumbo directo a la enfermería, ya arreglaría después cuentas con ella, lo único que le importaba era que Marinette estuviera bien. media hora después de haber sido llevada a la enfermería, parecía que todo no fue más que un pequeño susto.

-Ya veo... supongo que es buen comienzo para Alya aceptar su error a pesar de su orgullo, no pensé que fuera demasiado orgullosa.

-También comprendió mi enfado por los pendientes, ella no sabía que tú me los regalaste.

-S-si bueno.

¡Marinette!

El grito retumbo por todo el colegio, los vidrios se quebraron por ello, eso no era bueno y Adren lo sabía, solo podía significar una cosa...un akuma. Preocupado observo a una muy asustada Marinette, justo un akuma atacaba cuando ella no podía transformarse en ladybug.

-¿Q-que fue eso?- pregunto aterrada.

-No lo sé... iré a investigar, tú tienes que quedarte aquí.

-¡No, puede ser peligroso, por favor no vayas!

-Tranquila, solo saldré al pasillo, si veo algo fuera de lo normal regresare por ti.- le dijo, beso su frente rápidamente, para después salir, atranco la puerta como pudo para mantenerla temporalmente segura.

-Chico estas en serios problemas.- Plagg salió de su escondite, no había tiempo para una platica, un akuma estaba atacando en el colegio y lo que menos quería era arriesgar a Marinette.

-Hay que transformarnos y derrotar al akuma.

-¿Cómo planeas hacerlo? Ladybug es la única que puede purificarlo y te recuerdo ella, no tiene a su kwami ahora, no tiene memoria y se asustaría rápidamente.- más que sarcasmo en su voz, Adrein comprendió que Plagg estaba igual de preocupado por el hecho de que ladybug no aparecería para ayudarlos.

-Estoy abierto a sugerencias.

Plagg lo pensó había una solución no tan pacifica para derrotar al akuma, pero conllevaría aun gran sacrificio para Adrien si las cosas seguían de tal modo, Chat Noir no puede purificar akumas, pero puede destruirlos, los riesgos eran grandes ya que él no podría después reparar los daños, curar heridas o borrar memorias.

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