PRÓLOGO

Se acabó.

Lágrimas se deslizaban una tras otra hasta caer sobre el duro concreto, mis manos temblaban, mi postura encorvada sobre el suelo. No podía dejar de llorar.

Aún sentía el cuerpo frío e inerte mis manos, recordaba el líquido derramándose por el agujero en la piel como si no fuera nada. La casa a mis espaldas hervía en fuego y ceniza, el calor sofocaba mi respiración, no podía moverme, no pensaba.

Había muerto.

Yo lo amaba y ahora estaba muerto. Por mi culpa.

Las sirenas de la ambulancia se escuchaban lejanas y ruidosas. Alguien me sujetó con fuerza, levantándome del suelo y aprisionándome con sus brazos.

El aroma masculino tan conocido se filtró por mis fosas nasales y me derrumbé, llorando contra su pecho hasta que se me rompiera la garganta; su calor se filtró en el mío.

Él apagó el sonido de las sirenas en la lejanía con su voz.

- Lo lamento... lo siento, no llegue a tiempo.

Las garras en mi espalda sujetaron mi camiseta quemada, sus brazos me rodearon fuertemente aprisionándome con su fuerza.

Lo empuje, llorando desgarrada, zafándome de su agarre al escuchar el sonido acercándose cada vez más.

- Tienes que irte... - le dije tragándome el llanto y retrocediendo - Vete.

Me tropecé con mis propios pies cuando la fuerza me abandonó; la sangre en mis manos fresca después de intentar taponar la herida sin éxito, recordando el instante en que tuve que abandonarlo porque el fuego nos alcanzaba y era demasiado pesado para sacar su cuerpo.

Sus enormes brazos me acogieron por detrás enterrando su nariz en mi cuello y gruñendo gutural.

- No me iré.

Sollocé, restregándome las lágrimas con fuerza, lastimando mis mejillas en el acto y sacudiéndome de sus brazos.

- ¡Vete como siempre lo haces! - exclamé - Lárgate ahora y no vuelvas.

El sonido de neumáticos sobre el suelo me sobresaltó los huesos, agitandome la piel y enviando escalofríos por mi cuerpo.

No, se acercan. No pueden llevárselo a él también.

- No. - gruño con determinación, levantándome con facilidad y girándome en su dirección - No te dejaré, vendrás conmigo.

El brillo en sus oscuros ojos era aterrador, le daban la imagen que siempre me había gustado ver en él. Su naturaleza tal y como debía ser siempre, la mirada que me perdí en las muchas ocasiones en que huí de él por miedo.

- No lo entiendes... Ellos vienen por ti - susurre - lo mataron y quemaron mi casa por eso - me sacudí de sus brazos - No pueden llevarte a ti también, vete.

- Los mataré. Les arrancaré la piel, destrozaré sus huesos - su voz era un rugido bestial - pagarán por lo que te hicieron.

Negué repetidas veces con la cabeza.

- No lo entiendes, escúchame - tome su rostro oscurecido con mis manos, acariciando las finas líneas de su mandíbula - Saben que vendrás por mí, saben que me tienes a mí. Saben cómo atraparte. Por eso tienes que irte, vete y déjame aquí.

Su ya oscura mirada se desfiguró en una expresión aterradora y asesina; las garras en mi cintura se alargaron amenazadoramente, los colmillos en su boca se deslizaron libremente cuando abrió sus labios y gruño, su pecho vibró contra él mío.

Se negaba a dejarme ir.

El chirrido de un vehículo al acercarse me sobresaltó, los neumáticos chirriaron al frenar con fuerza. Lo empujé de nuevo con más energía, la piel en las muñecas ardió al impactar contra su duro torso, no se movió ni siquiera un milímetro.

Sus orbes escudriñaron mi rostro, su expresión sombría y aterradora.

- Por favor, vete.

Acercó su rostro al mío, respirando con fuerza cuando apoyó su frente a la mía y me besó. Un beso suave y fugaz que se perdió cuando sus palabras aparecieron.

- No volveré a dejarte, preciosa - musito con una ronquera baja que me levanto los vellos del cuerpo - Ya no me iré. Es aquí en donde debo estar - levantó mi muñeca y besó el dorso de la mano -. Yo lo resolveré todo, nos iremos lejos...

Pasos apresurados y armas cargándose en mi espalda invadieron de miedo mi sistema.

- Sabes lo que debes hacer... - me ínsito con suavidad sin soltarme - no importa donde estés, no interesa en qué dirección. Solo tienes que recordarme, entonces yo te encontraré.

Asentí con rapidez, sabía lo que debía hacer mientras escuchaba las voces varoniles a mi espalda llamar en advertencia hacia nosotros, sabía a dónde debía ir sintiendo como sus brazos me dejaban libre y a las armas cargándose en nuestra dirección. Lo vi sonreír de esa manera tan suya, su mirada única en mi dirección.

- Te amo... - susurre antes de soltarlo - Siempre lo haré.

- Yo-

Una ráfaga de fuego fue lanzada en nuestra dirección, la piel en mi brazo gritó cuando una de ellas rozó la carne, fui arrojada al suelo, protegida por un cuerpo más grande; el caos se apoderó de la calle, los gritos, las armas, los gruñidos y esas últimas palabras susurradas.

- Recuérdame...

Y entonces todo se desvaneció.







...







¡¡¡Hola a todos!!! ¿Cómo están? Aquí lagisse ♡ ♡ ♡ ♡

Bienvenidos a este pequeño universo, estoy muy emocionada con esta historia, espero que les agrade, no olviden seguirme y dejar su estrellita si les gusta!

Estrenare el primer episodio el próximo domingo! Nos vemos pronto.

¡Los amo! ♡ ♡ ♡ ♡

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