La confesión
Momo POV
Los rayos del sol se cuelan por la ventana y hacen que despierte de mi tan necesitado sueño. Sabía que cortinas de color claro no serían una buena opción para nuestra habitación, pero Dahyun insistió cuando nos mudamos a esta casa. Tallo mis ojos mientras suelto una risa recordando aquella pelea tonta sobre el color de las cortinas.
El peso de mi esposa me aprisiona contra el colchón, hace calor, mucho calor; pero me es imposible alejarla, su cuerpo y el mío siempre han encajado tan bien que apartarla sería una grosería para ambas.
Observó el rostro de mi esposa, sereno y tranquilo. Me transmite paz verla así, tan relajada y ajena al mundo, entre mis brazos. Poco a poco veo como despierta, bostezando en el proceso, sus ojos tratan de adaptarse a la luz y después me mira.
Nos quedamos un rato así, sin decir nada, viéndonos a los ojos y sintiendo nuestros corazones latir con fuerza. Dahyun siempre tuvo ese efecto en mí.
—Buenos días, cariño. —dice después de un rato.
—Buenos días, cielo. ¿Dormiste bien?— preguntó mientras nos separamos. No necesito ver la hora para saber que es tarde y que si no desayunamos pronto, estaremos de malas.
—Dormí bien, aunque el dolor de cabeza no ha parado.
Hace unos meses Dahyun había comenzado a padecer migrañas, por supuesto fuimos al médico, le receto algunas pastillas y menos actividad física.
—Ahora que desayunamos verás que te sentirás mejor— la ánimo sabiendo que eso no pasará. Sinceramente me preocupa la constancia de sus malestares, pero no lo menciono pues sé que a Dahyun no le gusta que precipite diagnósticos. Aunque para mi era inevitable, ser una doctora jubilada y un tanto vieja no ayudaba a mantenerme tranquila.
La mañana pasó tranquila, con ambas en la cocina preparando el desayuno. Yo disfrutaba de mi habitual café negro y Dahyun de su chocolate caliente.
—No he dejado de pensar durante la mañana sobre la vez que todo se complicó. — digo rompiendo el agradable silencio. Mi esposa inclina la cabeza y frunce el ceño, tratando de recordar aquel día, pero al parecer no lo logra. —Fue cuando Tzuyu se confesó, cariño.
—Refresca mi memoria— Ella sonríe y yo lo hago con ella, aunque tengo miedo de lo que dice, comienzo a narrar.
Flashback
Lo había decidido, le iba a confesar mis sentimientos a Dahyun. Era doloroso verla y no abrazarla, no besarla y hacerle saber el amor que tenía. Por supuesto que había luchado contra todo eso después de regresar a casa aquella tarde donde Dahyun bailaba.
Las siguientes semanas habían sido un infierno, intenté alejarme de ella y volver a ser una ermitaña, por mi cuenta. Eso no funcionó pues cuando intenté hacerlo, las chicas se acercaron a mí preguntando por mi repentina separación del grupo. Siendo sincera me costó estar sin ellas, se volvieron mi familia en Corea y definitivamente extrañaba estar con ellas, además ellas no tenían la culpa de mis sentimientos hacía Dahyun.
Intenté no verla más, excusando planes en las tarde; "tengo que limpiar la casa", "hay una iguana y necesitamos deshacernos de ella antes de que Jeongyeon se vuelva loca". Por supuesto que quería seguir buscando una salida, una de ellas era volver a Japón pero no pensé que fuera lo correcto después de tanto esfuerzo por estar aquí. Hasta que un día, en la sala de mi departamento, Nayeon se acercó a mi. Sí, la que se la vivía follando con mi roomie en mi departamento cuando me ausentaba.
—Te vas a quedar sin aire de tanto suspirar— me dijo, yo la miré de arriba abajo. No es que no me cayera bien, pero pensar que sus fluidos podrían estar en cualquier lugar de mi hogar me hacía sentir incómoda. —Puedes hablar conmigo en lo que Yeonnie regresa de la tienda de conveniencia.
Lo consideré por un momento, mi roomie y yo no eramos muy amigas, solo eramos compañeras que compartían un lugar para vivir. Mucho menos era cercana a su novia, pero no tenía opciones, hablarlo con las chicas no sería buena idea pues harían las cosas incómodas en el grupo, así que comencé a hablar.
—Deberías confesarle lo que sientes, no has hablado con ella sobre eso y la oportunidad que tienes puede desaparecer en cualquier momento— dice después de que le contará de manera resumida y después va abrir la puerta. Al parecer su novia había llegado y nuestra conversación había acabado.
Me dirijo a mi cuarto pues definitivamente no quiero escuchar los húmedos sonidos que hacen sus labios. Cierro la puerta y me pongo audífonos, recargó la frente en la pared más cercana que tengo, confesarme no era ni de cerca una opción, no hasta que la mujer de dientes de conejo lo mencionó.
Hay un millón de cosas que podrían salir mal de eso, es decir ni siquiera sabía si a Dahyun le gustaban las mujeres. Nunca menciono una relación, ni heterosexual ni lesbica, pero esa era la punta de iceberg de problemas que podría traer decirle mis sentimientos.
Después de pensarlo mucho tiempo, hoy citaría a Dahyun en la biblioteca de la escuela para decirle todo. Ahora me encontraba con las chicas en la cafetería, a excepción de Tzuyu que no estaba aquí ahora. Sana estaba contando algo sobre un perico que casi le come el dedo mientras Jihyo reía a carcajadas y yo me dedicaba a frotar mis manos por el nerviosismo, tratando de encontrar el momento perfecto para hablar. Pero nunca llegó.
Sana enfrente de mí deja de hablar y me mira, Jihyo se ha callado y levantó la ceja cuestionando su repentina actitud, pero me doy cuenta que no me esta viendo a mi, esta viendo detrás de mí y decido llevar mi mirada hasta donde la atención de mis amigas esta puesta. Detrás de mí, se encuentra Tzuyu caminando hacía nosotras, con un ramo de tulipanes rosas.
Las favoritas de Dahyun.
El arreglo era modesto, pero muy bonito. Con su maravillosa sonrisa llega hasta nosotras, hasta Dahyun específicamente y desde ahí todo se vuelven dagas de dolor en mi pecho.
"Dahyun me gustas mucho" dice sin preámbulos, siendo directa.
Yo quisiera ser así.
"No me importan las miradas sobre nosotras, dame una oportunidad"
Silencio. Dahyun la mira con sorpresa en su semblante, ella no se esperaba eso. Di que no, Dahyunnie, di que no, deja que al menos te diga lo que siento.
"Esta bien, Tzuyu"
Y mi mundo se desmorona, sin importarme nada me levanto con la vista nublada por las lágrimas que amenazan en derramarse. Me dirijo al baño y susurro un "felicidades" antes de irme sin darles la oportunidad de ver mi rostro.
Al llegar al baño me encierro en un cubículo y trato de respirar mejor, el dolor es agonizante, he perdido mi oportunidad, y todo por mi indecisión. Lloro en silencio mordiendo mi antebrazo para evitar sollozar. Me duele pues estaba a unas pocas horas de hacer lo mismo que Tzuyu.
Era obvio que le diría que sí, Tzuyu es maravillosa y sobre todo llena de confianza. Después de un rato logró componer mi estado y salgo de la universidad agradeciendo haber traído mis cosas en el momento que me fui de la cafetería.
Fin del flashback
—Debiste detenerme en ese momento, Momo— la voz severa de Dahyun me interrumpe, sus ojos miran los míos— Yo también sufrí.
—Lo sé, Dahyunnie, lo sé.
Dahyun POV
Flashback
Mi mente seguía en el momento en el que acepté una cita con Tzuyu. ¿En qué estaba pensando cuando lo hice? Ahora no sabía dónde estaba Momo, salió hace unas horas y no la he vuelto a ver.
Cuando nos felicitó corrió de ahí, supongo que lo hice porque no le gustó la atención que estaba recibiendo nuestro pequeño grupo en el momento. Había estado tan distante en las últimas semanas que había decidido dejar de insistir, y ahora recuerdo porque acepté salir con Tzuyu, para sacarme a Momo de la cabeza.
Era obvio que Momo jamás querría algo conmigo, cuando comencé a acercarme a ella con intenciones más allá de las de una amiga, ella puso una barrera entre nosotras. Me dolía, por supuesto, había abierto mi corazón a la hermosa japonesa y al día siguiente me trataba como una extraña.
Una parte de mi se sentía muy culpable por usar a mi amiga para olvidar a la japonesa, pero no sabía qué más hacer. Además Tzuyu era una persona muy dulce, pero no tanto como Momo. Niego con la cabeza tratando de apartar esos pensamientos, compararlas es cruel y aún más cuando Tzuyu sostiene mi mano mientras me acompaña a mi siguiente clase.
No se siente como la de Momo.
—Te mandaré un mensaje para la cita y ponernos de acuerdo sobre el lugar— dice Tzuyu antes de inclinarse a depositar un beso sobre mi cabeza. Yo solo puedo sonreír falsamente con mi corazón estrujado.
Los días pasan junto con la cita que Tzuyu preparó para mi, una bonita cena en un restaurante donde vendían comida taiwanesa. Había intentado besarme después de eso, pero cuando me aleje de ella solo preguntó porqué.
"Aún no sé si me gustas, Tzuyu. Nunca he tenido una relación, por favor deja que resuelva esto"
Ella solo sonrió y se aseguró de dejarme claro que me iba a conquistar, y así lo había estado intentando, con pequeños detalles como una nota y un desayuno en la mañana del lunes, una pequeña libreta decorada por ella el martes, y para el miércoles una playlist de canciones para estudiar. Quisiera decir que con aquellos gestos gentiles y amables se estaba ganando mi corazón, pero era una mentira pues cierta japonesa a nuestro alrededor se llevaba toda mi atención.
Momo había llegado al día siguiente de la confesión de Tzuyu, como si nada hubiera pasado, pero con las mismas ganas de hablar y relacionarse como cuando llegó a Corea. Ninguna quiso cuestionar pues ciertamente era un tanto normal en Momo. Había temporadas en donde regresaba esa tímida y callada japonesa.
Lo que me molestaba era su mirada fija en mí y en lo que hacía cuando estaba con la más alta, me enojaba que me mirará así, como si estuviera celosa. No, no podría ser. Las tardes en mi casa se habían terminado, no había esperanza.
El frío de Seúl azotaba aquella tarde y para colmo de mis males no había un rayo de sol en el cielo, lo que indicaba una fuerte lluvia. Mi día en la universidad había terminado y yo me moría por regresar a casa.
—Dahyun ¿por qué me estás evitando?— rodé los ojos al escuchar su profunda voz, Momo me había alcanzado— No has contestado mis mensajes y tampoco me hablas.
Resoplo y comienzo a caminar ¿no era obvio el por qué lo hacía? Estaba comenzando a irritarme cuando detuvo mi caminata e hizo que girara mi cuerpo hacía ella.
—Respondeme.
Ella demanda y yo solo puedo zafarme de su agarre, no quiero enfrentarla ahora, no quiero ver sus ojos rogando por respuestas cuando ella no había sido capaz de darmelas a mi. Era evidente la tensión que había entre nosotras desde hace días, hasta la despistada de Sana lo había notado.
—Déjame en paz, Momo. No quiero verte— y la dejó ahí parada, comienza a llover y así como la lluvia azota el suelo de las calles, mis lágrimas azotan mi rostro. Cuando estoy lo suficientemente lejos me doy cuenta que no me ha seguido, volteó hacía donde está ella y la veo estática, mojándose y ahí es en donde me doy cuenta que me ha dejado ir.
Fin del flashback
—Pensé que de verdad me habías dejado ir, Momoring— me recuesto en su pecho, estamos sentadas en el sillón de la sala mientras trato de buscar a Boo quien normalmente está mordiendo uno de sus juguetes.
Habíamos adoptado a ese bonito perro unos años después de la muerte de Ari, cuando aún vivíamos juntas en Corea el perrito había fallecido por vejez llevándose una parte de mi corazón con él. Momo no dejó que me sintiera mal y adoptó a Boo de un centro de rescate animal en el que trabajaba su antigua compañera de cuarto ¿o era su antigua compañera de hospital? No lo recordaba.
—Estuve a punto de hacerlo, no quería complicar las cosas y huir de los problemas siempre fue la respuesta para mi antigua yo— me saca de mis pensamientos— pero no podía dejarte ir, no podía.
Flashback
Las lágrimas seguían cayendo, se mezclaban con las gotas de lluvia, grandioso día para romper mi corazón, grandioso día el que la madre naturaleza decide el clima.
Estoy a punto de llegar a mi casa, empapada y con el alma en un hilo, unos metros más y llegaría. Mi barrio es tranquilo, la mayoría de las casas están habitadas por ancianos o por adultos mayores.
Alguien corre hacia mi, lo puedo escuchar por el sonido que generan los apresurados pasos. Me asusto y comienzo a caminar más rápido, pero de pronto siento sus brazos rodearme, haciéndome perder el equilibrio y tropezando a punto de caer. Lloro con más intensidad.
—Momo vete de aquí, no me lo hagas más difícil— digo contra todo lo que mi corazón siente. Ahora estamos fuera de mi casa, Momo se separa y se coloca frente a mí, sus ojos rojos por llorar también y su ropa empapada, ni su mochila se salva. Estamos en las mismas condiciones.
—Deja que te lo explique— me enojo con ella y frunzo mis cejas en señal de desacuerdo.
—Me dejas de hablar por días, después me evitas por semanas justo cuando abrí mi corazón hacía ti, me rechazaste indirectamente para después verme con celos. Me estás lastimando, Momo. Deja de jugar conmigo.
Ella parece sorprendida, sabe de lo que hablo. Sabe que mostré mis sentimientos con acciones, buscando sus manos en las tardes de películas y yendo a sus brazos antes de que dejará mi casa, y ella solo se alejo. La lluvia sigue cayendo, deslizándose con cada segundo que Momo prolonga el silencio.
—Y-yo y-yo te lo iba a decir— está nerviosa y su llanto no la deja hablar. Me giré, dispuesta a entrar de una vez por todas a mi casa. Estoy agotada — Espera, Dahyunnie.
La miró otra vez y sus ojos reflejan miedo, miedo de que entre pues el probable que jamás tengamos otra oportunidad otra vez. —Te lo iba a decir el mismo día que Tzuyu lo hizo, estaba planeando decírtelo en la biblioteca, donde todo comenzó. ¡Pero soy tímida, Dahyun, ella se adelantó! ¡No supe qué hacer después de aceptar estar con ella!— está sollozando, destrozada por la situación y mis lágrimas salen también. —No quise entrometerme más, no quise hacerlo. Incluso antes de decidirlo, estaba dispuesta a olvidarte pero te amo tanto— su confesión me descompone y no deja que hable— No pude alejarme de tu lado, cuando intenté ser sincera sobre mis sentimientos hacía ti, apareció Tzuyu y me inmovilizo. Pensé que tu decisión era la correcta y opté por tragarme el dolor de verte con ella a ponernos en esta situación, pero ya no puedo ocultarlo, Dahyunnie, ya no puedo.
No sé como pero ella ahora recargaba su cabeza en mi hombro, llorando como jamás lo había visto, ni cuando su abuelo murió y ella no estuvo en Japón con él. Yo me quedo inmovil, tratando de procesar todo lo que me ha dicho en tan poco tiempo y ahora me doy cuenta de lo estúpida que soy. Ella se retira de mi hombro, tratando de controlar su llanto.
—Solo quería decírtelo, no me interpondré entre Tzuyu y tú. — Y se da la vuelta, sin más. Me hierve la sangre ante sus acciones, y la adrenalina toma el control de mi. Tomó su antebrazo y la pongo frente a mi, sin notar a una persona que se acerca a nosotras sosteniendo una sombrilla. Me acerco a Momo y la beso, la beso con frustración. A ella le toma un momento seguirme el paso, pero cuando le rodeo el cuello con mis brazos y pegó mi torso al de ella, me toma por la cintura. La lluvia sigue cayendo, pero esta vez no me importa.
—No quiero a Tzuyu, te quiero a ti— le digo separandome de ella, con la respiración irregular— no debí aceptar estar con ella. Le diré que no quiero estar con ella, pero por favor no me vuelvas a ocultar tus sentimientos así.
—No será necesario que me busques más, Dahyun. Lo sé todo ahora— Tzuyu menciona y hasta ese momento me doy cuenta de su presencia, había olvidado que vendría a mi casa, pero al salir hecha un tornado de emociones, no la espere y supongo que ella nos alcanzó hasta aquí.
Momo me suelta y reacciono sobre lo que la más alta de las tres acaba de ver, puedo ver que su cuerpo está seco debido a la sombrilla que la cubre de la lluvia, pero su rostro esta siendo empapado por las lágrimas que se deslizan sobre sus mejillas. Ella nos sonríe el llanto y se da la vuelta.
—Tzuyu espera— Trato de detenerla pero es demasiado tarde, se ha ido. Dirijo mi mirada a Momo, quien tiene los labios apretados— Entremos, antes de que nos resfriemos.
Fin del Flashback
Momo POV
Dahyun deja de hablar y noto el dolor en su mirada. Por supuesto que ninguna quería dañar a nuestra amiga, pero cuando la vimos ahí, después de las palabras de mi ahora esposa era evidente que la habíamos herido.
—Me hubiera gustado rechazarla, nos hubiéramos evitado muchos problemas. —aprieto su mano entre las mías y acarició sus nudillos, hasta el momento sé que es algo que no se ha perdonado.
Dejamos el tema para el día de hoy, pues la hora de la comida nos ha llegado, Dahyun alega que está agotada y que no quiere recordar nada más por hoy.
Estamos preparando los alimentos de hoy, cuando Dahyun pregunta algo que me deja muda.
—¿Le diste de comer a Boo?
Boo había muerto a los dos años de adoptarlo, murió de envenenamiento cuando uno de nuestros vecinos en Corea no pudo aguantar más sus ladridos por la noche. Dejó de cortar las verduras y la veo, tan tranquila como si acabara de preguntar lo más obvio del mundo.
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Digan sus opiniones, aunque ya hayan leído :( JAJJAJA
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