Muchos creen conocerme, la mayoría no me conoce, prácticamente no existo.

Todos creen que soy un fantasma o un mito, pero soy muy real.

Ahhh, ¿dónde están mis modales?... damas y caballeros, mi nombre es Arthur Lucifugus o
Hewitt, utilizo este apellido en el mundo humano para evitar malos entendidos... y soy descendiente de Haise Lucifer.

Antes que digan algo... soy descendiente y al mismo tiempo una versión alterna de él... cómo es esto posible?... bueno, esa pregunta tendrán que hacérsela a Elisabeth-oka-sama.

En fin, cree mi agencia de detectives en mi mundo y en otras partes del Oni-verso, me costó mucho trabajo lograrlo pero pude.

Mi centro de operaciones principal es en mi mundo, los otros lugares están siendo atendidos por la inteligencia artificial que cree... Desde que abrí mi agencia de detectives, me ha ido bien, he resuelto bastante casos.

No tengo ninguna queja por el momento... he decidido ayudar a todo aquel que lo necesite.
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El joven estableció la Agencia de Detectives Hewitt en el distrito urbano de Londres como detective durante aproximadamente dos años.

Se siente feliz de ayudar a los demás y ayuda a la gente del pueblo mientras continúa con su trabajo de detective en varios mundos.

Ya que también recibe casos pequeños como encontrar objetos perdidos y mascotas, es bastante popular entre los residentes de Londres.

En los mundos que ha ayudado también, claro que es solo en ciudades, pequeños pueblos o casos extremadamente raros, países.

Muchos lo describen como un hombre tranquilo y reservado, ademas de muy estricto. Siempre toma enserio su trabajo mientras trabaja como detective. Las personas que lo ha ayudado o las que están más cercanas a él, saben que su rostro estoico e inquebrantable casi nunca traiciona al desconcierto o al entusiasmo, sin embargo cuando lo hace, a menudo es a un nivel mínimo y de manera disimulada.

Por lo general no se a mostrado pelear en serio, siempre utiliza su ingenio para resolver todo o en casos que no lo requiera, la fuerza, lo cual es raro.

Y él estaba en caso bastante peculiar.
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Ubicación: Multiverso, en uno de sus lados más oscuros.

Había un joven muchacho de unos 18 años, tiene cabello plateado levemente oscuro, ojos azules. Lleva puesta una camisa blanca manga larga, sobre esta un chaleco rojo oscuro con finas rayas blancas, una gabardina  gris de cuello alto; un collar de camafeo, guantes de tela blancos, pantalones oscuros un poco ajustados y botas negras hasta casi las rodillas. Él estaba caminando en unos de los barrios mas oscuros del multiverso, esté tenia la misión de buscar y salvar a un chico británico, solo eso, si la situación lo ameritaba, asesinar al celestial que lo secuestro.

Para él no fue nada complicado encontrar su paradero.

Los celestiales de hoy en día han caído muy bajo, ya no son lo que solía ser antes y descubrir lo que hacían era “fácil” según las palabras del joven.

Por eso pudo hacerse con su paradero tan fácilmente, el celestial se había ido a un edificio de más 100 metros de alto y de ancho, era un burdel, en el último piso era donde se llevaba acabo el burdel mientras que en las plantas de abajo eran para hacer negocios, traficar armas y etc.

Ese celestial no se tomó su tiempo, no señor, siendo un Dios, quien lo detendría? ¿quien iba a juzgar a alguien cómo él? ¿Los guardianes tal vez? A lo mejor si fueran los de antes, la segunda generación no es como la primera, así crímenes menores podían ser cometidos. Sin embargo, eso no iba a durar mucho, el joven del pelo plateado tomo la misión de encontrar al chico y lo encontró rápidamente, junto al celestial que lo secuestro.

En se edificio era donde muchos celestiales de bajo nivel pasaban por ahí, siendo las mayorías clase baja, un puñado de medía clase y en casos raros altas.

El muchacho camina tranquilamente hacia la entrada mientras tenía sus manos en los bolsillos de su gabardina gris.

En la entrada había varios guardias, eran unos eternos y tú todavía no habían visto al chico.

Cuando el chico iba a entrar en su campo de visión, él “desapareció” antes de ser visto por ellos y las cámaras de seguridad.

Adentro.

Se escuchaba la música a alto volumen, las luces de diferentes colores se apagaban y prendían. Había bastantes celestiales de todo tipo, también eternos, hijos de celestiales igualmente y otros seres.

El chico se movió tan rápido y seguro, no tropezó con nadie y se fue directo a los ascensores.

Presiono el botón, cuando llego y las puertas se abrieron se vio dos eternos hablando entre ellos y cuando fijaron su vista al frente no había nadie.

Detrás de ellos mientras se cerraban las puertas estaba el peli plata.

Al cerrarse la puerta, él vio el tablero, habían muchos botones y habían una placas que decían a dónde llevaban. Las últimos botones tenía la placa arriba de ellos que decía “privado”.

Sacando su mano derecha, apuntó hacia los botones, creo una fórmula mágica de color gris y luego el ascensor comenzó a subir.

Volviendo a guardar su mano en su bolsillo espero.

Lo bueno es que no tenía que hacer nada, no había cámaras de seguridad en el ascensor o otro aparato que pudiera delatarlo, solo tenia que esperar.

Arriba.

Llegando a su destino, las puertas se abrieron.

Cuando los eternos vieron adentro sin había alguien, no había nadie, eso los confundió.

Lejos de ahí, el peli plata estaba caminando tranquilamente hacia la barra de un mini-bar, se sentó en una de las sillas y pidió una cerveza y en silencio veía todo, aquí encontraría a su objetivo y seguramente al celestial que posiblemente tendría que matar.

Si era posible preferiría no derramar sangre innecesaria pero sabiendo como eran ellos esa posibilidad se esfumaba rápido.

La subasta ilegal comenzó y vio que esa subasta ilegal vendían a humanas esclavas, las vio pasar mientras tomaba su cerveza calmadamente, ya las liberaría, pero por el momento su objetivo era el primordial.

Hasta que por fin apareció su objetivo, bebiendo con tranquilidad, vio que subía a la tarima un joven de unos 19 años, cabello corto de color rubio, llevaba un traje a cuadros de Glen pero estaba sucio y desgarrado... apenas cubría lo necesario, y por último estaba amarrado por una correa para perro.

El joven peli plata podía sentir el poder del chico.

Era mucho mayor que los presentes, lo cual dedujo rápido que algo debió de pasar para que haya sido capturado.

Acercándose vio que el celestial que tenía a su objetivo tenía la apariencia de un hombre de unos 45 años de edad, a los lados de él, habían otros sujetos de unos 40, 30 a 25 años, y habían varios eternos armados.

En ese momento todos los guardias se quedan inmóviles, el ambiente era de un cristal carmesí o hielo. Arthur pasa al lado de ellos caminando normal.

Al llegar donde estaba el celestial, Arthur entre cierra por un momento los ojos, entonces el espacio congelado de color carmesí cambia a un espacio blanco parecido al hielo.

—¿Qué? —exclama el celestial confundido junto a los otros.

Luego ellos ven lo que sucedía y se percatan del joven Lucifoge.

—Vengo a llevarme a todas las esclavas y el chico —hablo con frialdad el peli plata.

—¿Quién eres? —pregunte el el celestial serio y con un poco de miedo en su tono.

—Ya deberías saberlo, ¿no? —contesto el peli negro fríamente.

El celestial junto a los demás comenzaron  temblar de miedo, él con una voz temblorosa dice.

—¿Arthur Lucifoge? —pregunta el celestial con miedo.

Arthur simplemente asiente con la cabeza. El celestial desesperadamente ve a sus eternos.

—¡H-Hey!, ¡Hagan algo!, ¡Matenlo! —grito el el celestial en desesperación a sus eternos.

Lo mismo hicieron los otros.

Pero sus eternos no se movían en absoluto.

—Es inútil. El tiempo se detuvo para todos menos ustedes y yo —le informa Arthur fríamente.

El celestial apretó los dientes molesto, los demás sacaron sus propias reliquias y el celestial principal una reliquia con forma de pistola de última generación, él le apunta con su pistola al peli plata y dispara tres veces, pero Arthur hace ligeros movimientos y los esquivaba.

Los demás con espadas, cuchillos, pistolas y etc lo atacaban.

Pero Arthur solo esquivaba todo con elegancia mientras envolvía sus manos en su aura plateada y con un ligero toque a las armas las congelaba, al igual que a los propietarios.

En el momento que lo atacaron perdieron el derecho de negociar por sus vidas.

A la final solo quedó el viejo celestial que le disparó primero.

Y él al ver que era inútil oponer resistencia, el celestial tira el arma y dice.

—L-Lo que te van a pagar, y-yo te lo triplicaré —le ruega el viejo celestial en desesperación—. También, te puedo dar cualquier otra cosa, lo que sea —le ofrece el celestial desesperadamente.

—No —respondió Arthur con frialdad haciendo añicos las últimas esperanzas de la deidad de vivir.

El peli plata lentamente saca su mano, lo forma en puño, hecha para atrás un poco su brazo.

—Instant Murder Pressure Fist —murmuró Arthur impulsado ligeramente su puño lanzado una ráfaga de Ki invisible.

La onda de Ki invisible golpeo el pecho izquierdo, en ese momento su pecho comenzó a hundirse.

Al final cayo boca abajo sin ningún ruido.

También decidió matar a las otras razas que veían a los humanos como juguetes.

Todos y cada uno de ellos quedó congelado y con ligeros golpes caían hechos pedazos.

También se encargó de los eternos, no quería cabos sueltos.

Regresando el tiempo como estaba.

Todas las chicas y el chico vieron sorprendidas (o) lo sucedido.

Las deidades que las tenían prisioneras estaban muertos, y vieron al único que estaba de pie, viéndolas en silencio, un joven un poco menor que ellas, la situación parecía un cuanto de hadas de como un caballero surgía para salvarlas y defenderlas. A lo largo de sus vidas que estuvieron en la oscuridad, alguien las estaba salvando.

Por otro lado el chico miraba a Arthur con desconfianza.

Y lo que llamó su atención fue que Arthur se estaba acercando a él específicamente.

Caminando hacía su objetivo, puso en alerta a el chico, sin embargo no duro mucho por las acciones que hizo... Arthur le dio su abrigo y destruyó el collar, luego liberó a todas de sus collares.

—... ¿Están bien todas?... —pregunta viendo a todas.

Cada una le respondió con un “si”.

Luego de confirmar eso, creó un círculo mágico y de ahí salió varías ropas.

—Vistanse y crucen esta brecha —al lado de él se abre una brecha—. Las llevara a su nuevo hogar.

Ellas dudaron por unos segundos, pero pensaron que por fin tendrían una mejor vida si hacían lo que les decía ese joven.

Total las liberó así que confiar un poco no hacía daño.

Cada una iba cruzando la brecha, mientras Arthur volvía a ver al chico.

—¿Cómo te llamas?.

—...

Él no respondió lo miraba con seriedad y algo de odio.

—Mi nombre es Arthur Lucifoge... tu hermano me busco para que te rescatará.

Al escuchar eso abrió los ojos y por un momento se quedó en silencio sin saber que decirle a Arthur.

—Ya todo acabo, así que puedes volver con él.

Sientiendo que no había hostilidad, maldad o aunque sea un poco se malicia de él, decidió presentarse.

—Yo... me llamó... Arthur Pendragon.

—Hoh, tenemos el mismo nombre... Hmmm con que Pendragon, ¿eh?... ahora entiendo... Bueno, no importa, ya puedes estar tranquilo, no tienes que preocuparte, ya estás a salvo y ya vas a volver con tu familia.

El joven Pendragon se le salieron las lágrimas de la felicidad y se hicieron aún mas grandes al escuchar de que por fin podría volver con su familia.

—Ya no llores... vámonos —se da la vuelta—. Ah, cierto... les dejaré un regalo —dijo Arthur mientras crea un círculo mágico en su mano derecha y aparecía una esfera de metal del tamaño de una pelota de béisbol que tenía un botón rojo en la parte superior.

—¿Qué es eso? —pregunta el chico curioso viendo la esfera.

—Un regalo —respondió sonriendo levemente mientras se volteaba.

El joven Pendragon tenía un expresión de confusión. Arthur presiona el botón de la esfera y un contador apareció, 5:00. El Pendragon entendió de inmediato que era esa esfera. El Lucifoge simplemente tiro la esfera hacia atrás como si fuera un bola de papel que no servía y acto seguido cruzaron la brecha.

La misión había sido todo un éxito.

Continuará...?.