Capítulo 2
Llegó a Tailandia un par de días después de ganar la medalla de oro en Japón. Despedirse de su familia no fue tan difícil como pensó, pero debía admitir que tenía un poco de cargo de conciencia que después de pasar cinco años sin visitarlos pasara un corto periodo de tiempo con ellos para después ser distante dury volver a marcharse sin especificar cuándo iba a volver.
No le dieron nada más que apoyo. Aunque no quisieran decirlo, los padres de Yuuri estaban preocupados por su hijo. La mañana que se levantó temprano para salir a correr sin decir nada y regreso, había cambiado para siempre su pequeño.
De un momento a otro había renovado su amor por el patinaje al igual que sus ganas de esforzarse, ya no se veía derrotado, o por lo menos, parecía alguien dispuesto a dar la cara a una derrota. Sabían que los sentimientos amargos no podían irse rápido, pero, por otro lado, ahora parecía querer regresar para arrasar con todo a su alrededor.
Los siguientes meses fueron de un cambio constante. Yuuri salía más seguido, no estaban seguros si siempre fue para entrenar.
En realidad, Yuuri salía a practicar e intentar cambiar esa parte en su personalidad y pensamiento que le impedía seguir con calma. Y una tarde que pasó frente a las puertas trasparentes de supermercado pudo apreciar su silueta y su rostro en el fino vidrio limpio.
Vio a alguien que aun necesitaba cambiar mucho si quería enfrentar todas las constantes derrotas que había sufrido en esos cinco años de esfuerzos. Esa tarde fue con Yuko, y ella parecía tener las palabras apropiadas para decidirse por completo.
—Yuuri, eres una persona increíble—habló ella—. Una derrota no es el final. Cuando te vi ese día quede muy sorprendida, lograste hacer mucho más de lo que imaginas. Tú puedes ser Eros si lo deseas, pero no lo puedes ver en ti mismo. ¿Cómo quieres ser él si no te das cuenta de tus propios encantos?
—Ella tiene razón—escuchó una voz a sus espaldas, Takeshi había estado escuchando el reclamo de hermana mayor amorosa que Yuko le regalaba—. Cuando imitaste el programa de Stay close to me, y también cuando debías personificar a Eros, lo conseguiste de una manera asombrosa.
—Ten un poco más de confianza, eres alguien que tiene encanto. Solo debes encontrar una manera de demostrarlo, primero, a ti mismo. Si no te gustas tú, ¿Cómo quieres convencer a las personas de que les gustes?
Esa conversación con sus amigos de la infancia quedó grabada en su mente. No pudo dormir, porque intentaba encontrar una respuesta a todos los sentimientos y pensamientos que tenía en la cabeza. No, él no era Eros. No sabía si podía superar esa coreografía y hacerla completamente suya, no tenía el sentimiento para eso.
Pero creyó entender que podía hacer para remediar el resto de sus defectos.
El día que se despidieron de él ya era otra persona. Por la mente de todos pasó la comparación de la persona que iba con sus maletas con aquel que regreso hace tan solo unos meses a casa. La medalla le dio la confianza que necesitaba y le faltaba.
Más de una vez lo abrazaron con fuerza.
—Has crecido tanto—habló Minako cuando lo estrechó entre sus brazos.
Los dejó con una sonrisa y la promesa de volver algún día.
Así que en esos momentos recordaba todo desde la ventana de un departamento en Tailandia. Los grandes edificios le llamaban la atención al igual que las personas. Era muy diferente, le gustaba mucho vivir en pueblos o lugares alejados del bullicio de la cuidad. No era amante de las grandes ciudades llenas de luces y personas ocupadas que parecían tener baterías gracias a las propiedades del café. Prefería la tranquilidad, a pesar de haber vivido muchos años en Detroit.
— ¡Hey, Yuuri! —Llamó Phichit a sus espaldas—. ¿Quieres que te de un paseo por la cuidad? Sería bueno que conocieras a las personas con las cuales vas a compartir pista en los próximos meses.
—Me gustaría mucho—respondió Yuuri. Tendría tiempo de descansar cuando regresara. Extrañaba un poco la comodidad de sus lentes, porque los lentes de contacto no eran mucho de su agrado. Ahora los llevaba por costumbre, aunque sus lentes se encontraban guardados en algún lugar de la mesita de noche.
Alrededor del lugar vio muchas cosas, restaurantes, tiendas de electrodomésticos, oficinas, entre otros que le hacían recordar en donde se encontraba. A parte de eso, prefería ignorar el hecho de que no entendía nada de lo que las personas decían a su alrededor. Phichit y Celestino eran su única red de comunicación con los demás, al menos, por el momento.
La pista de patinaje no se encontraba muy lejos. En realidad, podía decir que tal vez a unos diez minutos de distancia del departamento que compartía con Phichit.
Fue presentando a varios personas, todos con conocimientos, al menos, básicos en el inglés. Los nombres no se quedaron grabados en su cabeza por completo. Su cabeza daba vueltas en lo mucho que necesitaba patinar un momento y también en que debía entrenar mucho y perfeccionar los saltos para la copa en China a la cual tendría que enfrentarse contra su compañero y amigo, Phichit. Por suerte su competencia era sana y no podía arruinar una sólida amistad.
— ¿Crees que debería cambiar algo en la rutina? —Preguntó Yuuri a un lado de Phichit, llevaban en sus manos una bebida fría. Después del entrenamiento se encontraban descansando un asiento, fuera de la pista de patinaje.
—No, creo que ambas están bien estructuradas—respondió con una sonrisa—. Intenta mejorar los saltos y todo va a salir bien, porque los puntos por la parte artística los tienes más que ganados.
Yuuri rió, Phichit era muy amable. Había tenido la oportunidad de ver su programa y no pudo evitar hacer comparaciones. La de Phichit era tan emotiva y alegre, la suya era triste sin remedio. No había un punto de comparación entre ambas, cuando le veía patinar se alegraba mucho. Cuando los demás lo veían a él, parecía que sus ojos se cristalizaban.
—Quédate quieto—habló el tailandés. Yuuri lo miró, encontrando el lente de la cámara sobre él. Ya estaba acostumbrado a las fotos repentinas, por lo cual hizo lo que el más bajo le pidió y se mantuvo en la posición que estaba, bebiendo de su refrescante agua helada.
Escuchó el sonido de la cámara y se movió con libertad.
—Mira nada más—dijo Phichit colocando la fotografía recién tomada—. Eso les va a encantar a tus fans.
Yuuri dio un vistazo rápido y su rostro se tornó de un ligero tono rojizo. Se notaba que había estado entrenando porque tenía el brillo del sudor en su rostro, uno de sus ojos cerrados mientras miraba indiferente a la cámara y la toalla blanca adornando su cuello.
—Yuuri se ha vuelto coqueto—dijo Phichit divertido.
— ¡Phichit, no digas esas cosas! —Exclamó Yuuri avergonzado, tomó en celular ajeno y reviso que ya estaba posteado en Instagram.
—Eso es bueno—siguió sin importarle las palabras de su amigo—, ese toque indiferente te hace ver más maduro. Podrías aprovecharlo, tu imagen ha cambiado mucho.
—No estoy seguro si eso es algo bueno.
—No es malo en todo caso—respondió—. En realidad sigues siendo el mismo chico que es una buena persona, ama el patinaje y le gusta divertirse.
Yuuri sonrió. Le alegraba saber que las cosas buenas en él no habían cambiado en absoluto. De esa manera no sentía remordimientos de haber cambiado. Después de unos minutos más de descanso y un par de indicaciones de Celestino, pudieron regresar. Ahora su compañía diaria era Phichit, por lo cual no era sorpresa que la mayor parte de sus redes sociales estuvieran repletas de fotos de ellos dos en sus actividades cotidianas.
Incluso él estaba comenzando a tomar fotos de aquello que le parecía interesante o momentos agradables y terminaba por subirlo al Internet. Se hizo una nota mental para que Phichit no le pegara su adicción a las fotos y redes sociales, al menos él lo tenía todo controlado.
Cuando llegó a casa tomó una ducha y puso acostarse para descansar un poco. No tenía nada que hacer por el momento, por lo cual se dedicó a revisar las fotografías que había. En casa las cosas parecían marchar bien, las trillizas Nishigori se encargaban de repostear muchas diferentes fotografías y vídeos. Entre ellas, un par de ojos azules hicieron que su corazón saltara.
Era un vídeo. Se vio tentado a presionar el botón para reproducirlo, pero en lugar de eso bloqueó el teléfono. Su orgullo y fuerza de voluntad ganaba, no quería saber que tan bien se encontraba la preparación del equipo ruso. Eso iba a resolverlo y averiguarlo cuando fuera la hora de enfrentarse a Yurio.
Ahora debía enfocarse en China. En los competidores que iba a estar ahí, porque el tiempo pasaba rápido y cuando abriera los ojos, la copa de China llegaría.
Luego pensó en las palabras de esa tarde, cuando Phichit dijo que su aire de indiferencia lo hacía ver más maduro. ¿Podía lograr hacer su coreografía un poco más sugestiva si lograba controlar esa actitud indiferente? Tal vez en el punto cúspide del programa corto, cuando las emociones comiencen a decaer y se muestre el cambio de la relación antes de entrar a la desesperación que era el programa libre.
Lo pensó reestructurando la coreografía en su mente. Podía lograr un mayor impacto en su presentación, aquello que estaba buscando para poder conmover por completo a las personas. Si lograba inducir al llanto, entonces tenía mayores posibilidades de seguir avanzando en las etapas.
Su semblante se tornó serio y decidido, lo iba a conseguir antes de la Copa de China.
— ¡Vamos a comer algo! —Exclamó alegre Phichit después de que Yuuri respondiera varias preguntas de la prensa.
Creyó por un segundo que lo observaba el entrenador Yakov, pero lo descartó al verlo tan lejano y poco hablador junto a su patinador, Georgi.
Un brazo pasó por encima de su hombro y ambos siguieron caminando.
—No estoy seguro si quiero comer algo crudo, la competencia es mañana-respondió Yuuri.
—Es solo un bocado, además, si algo pasa, ambos nos enfermamos.
—Eso no me tranquiliza-respondió, aun así soltó una ligera risa.
Phichit sacó su celular y comenzó a mensajear.
—Vamos a llamar a Guang-Hong y Leo, de seguro querrán verte.
Ambos siguieron su camino hasta un restaurante de buena apariencia, sentándose en una mesa que fue llenada de platos. Yuuri no sentía la necesidad de comer, pero el olor no era desagradable. Aun así, prefirió pedir algo de beber, de esa manera los minutos pasaban más rápido.
Guang-Hong y Leo llegaron después. Los lugares se acomodaron y los castaños se sentaron frente a ellos con un gesto de felicidad.
Ninguno tenía mucha hambre, se guiaron al lugar por mera curiosidad. Habían escuchado en muchos lugares que Yuuri había cambiado, incluso por los mismos mensajes de Phichit. El tiempo que se preocuparon cuando Yuuri cortó durante meses la comunicación con mundo exterior estaban frescos en su memoria. Nadie creyó que regresaría, ellos mismo no lo pensaron.
Los vídeos de la presentación de Yuuri en Japón fueron una revelación y un llamado de atención para más de un patinador. Se había mostrado diferente. Por ese mismo motivo no podían evitar posar su mirada algunos segundo intentando enumerar las diferencias que encontraban en él.
— ¿Sucede algo, chicos? —Preguntó Yuuri cuando se sintió intimidado con la atención de los presentes en la mesa. Intentó ignorar las miradas encima de él, pero eran tan persistentes que lo empezaban a incomodar.
—Nada, es solo que luces... diferente—habló Leo.
—Me estaba preguntando... ¿Dónde están tus lentes, Yuuri? ¿Acaso puedes ver algo? —Preguntó Guang-Hong al ver que Yuuri no los llevaba.
—Los he dejado de usar—respondió Yuuri—. Ahora uso lentes de contacto, así que si puedo ver. ¿Qué sucede? ¿Acaso no me veo bien sin ellos?
—No, no es eso—dijo Guang-Hong apenado.
—En realidad, te ves bien—respondió Leo con una sonrisa amigable.
Después de eso ambos procuraron ser más disimulados. El tema de Yuuri era algo que cualquiera que lo conociera bien podía darle una respuesta. Era bien sabido por ellos cual era el grado de respeto y admiración que Yuuri tenía hacía Viktor, y el golpe más fuerte que debió tener cuando perdió una competencia tan fuerte como la que tuvo cuando interpretó a Eros.
Yuuri guardó silencio. Creía entender que pasaba por la mente de todos los presentes, así que algo cansado, suspiró.
Iba a tardar mucho tiempo en que las personas dejaran de mirarlo preocupadas. A veces se encontraba con la mirada de Celestino, como si temiera que en cualquier momento le entrará una depresión y quisiera dejarlo todo.
—Todo está bien. Por favor, lo que sea que estén pensando, olvídenlo. Eso es cosa del pasado—dijo Yuuri. Dio un sorbo a la bebida que reposaba en sus manos.
La mañana siguiente se encontró frente al vestíbulo. Con un celular en las manos, mirando los mensajes que había recibido de su familia y amigos dándole su apoyo.
—Yuuri—el mencionado sintió una corriente fría y desagradable en su espalda por el repentino toque en sus glúteos. Podría reconocer ese tono sin siquiera voltear a ver.
—Chris—dijo Yuuri apartándose del rubio—. No hagas eso, por favor.
—Veo que estás en buena forma—habló con una sonrisa, pasando esta vez un brazo por el hombro de Yuuri, amistosamente—. Has venido muy serio está temporada.
— ¿Serio?
—Tu temática es interesante, pero...—cortó, juntándose un poco más a Yuuri—, me hubiera gustado ver a Eros.
Yuuri se sorprendió con el comentario. Se volteó para verlo, ignorando la cercanía entre ambos.
— ¿Ver a Eros? —Cuestionó Yuuri.
Los tres patinadores que habían estado escuchando se tensaron.
—Sí, es una lástima. Me hubiera gustado ver quien de los dos podía lograr tener mayor atractivo sexual. Pero en fin...
Una mezcla de sentimientos se agolparon en su pecho. Pensó en algo rápido para no mostrar su titubeo.
—No es como si quisiera sacar a Eros después de todo-habló con un tono suave. Los presentes se congelaron, incluyendo a un par de muchachas que pasaban a la distancia—. ¿Tan poco atractivo te parezco siendo yo?
Lo último lo dijo con indiferente, como si lo de las aguas termales le pareciera poca cosa. Practicó mucho tiempo aquello con lo cual Phichit aseguró que le daba un atractivo maduro. Habían cosas que no podía cambiar, como que siguiera viéndose inocente. Seguía siendo después de todo alguien sin experiencia en el amor o lo que conllevaba una relación, pero podía aparentar un poco ese ambiente.
—No quería decir eso—respondió Chris muy quieto, Yuuri le sonrió antes de apartarse por completo y marcharse.
Respiró muy profundo, controlando la presión. Habían buenos patinadores esperando y aunque fueran amigables no podía darse el lujo de perder. Después de todo, no luchó tanto para caer ante la presión.
La presentación de Phichit fue muy buena. Logró encantar al público con su coreografía y su inigualable sonrisa ganadora. Los conquistó y eso le dio un puntaje muy bueno. Él debía ganar el primero o segundo lugar para entrar al Grand Prix. Por eso, antes de que entrara, estuvo a lado de Celestino para darle ánimos.
Como era su primera aparición se sintió más cómodo. Pasó una mano por su hombro, asegurándose que todo estuviera en orden antes de salir. Phichit se acercó a él cuando lo vio serio, a un lado de su entrenador.
—Todos están viendo esto, Yuuri—habló Celestino con una sonrisa. Él lo miró curioso antes de sentir un abrazo por parte de Phichit.
—Suerte—murmuró antes de que Yuuri saliera a la pista.
Se sintió confundido con la sonrisa de ambos. Parecían querer disfrutar de un gran espectáculo. Se calmó, aspirando aire y mirando al jurado listo para comenzar.
Varias preguntas pasaron por su cabeza, pero se sentía muy calmado a pesar de saber que tenía la mirada de todos. No supo porque en un principio, pero después entendió que eso era lo que quería. En esos momentos sólo deseaba ser el centro de atención y demostrar que era capaz de lograr lo que no creían que él era capaz de realizar.
Lo demostró cuando clavó un perfecto Salchow cuádruple y el estadio aplaudió.
En la televisión se escuchaban los aplausos antes de comenzar. Luego el silencio y al final, como la canción daba inicio en una secuencia lenta.
Mila miraba con una sonrisa, pero no pudo evitar voltear para ver a sus dos compañeros de pista observar con cuidado la pantalla. Yuri llevaba una botella de jugo en sus manos, observando a detalle cada cosa.
《Yuuri Katsuki ha tenido un cambio notable en su patinaje en comparación del año anterior. Al parecer a centrado mucho su atención en mejorar sus técnicas.》
《Puede que haya sido influencia positiva de su compañero, ambos competidores en esta etapa y teniendo el mismo entrenador.》
Un acercamiento a Yuuri. Su rostro se encontraba relajado, con sus pasos delicados. Pero el mismo pensamiento paso por la mente de Viktor y Yuri.
Él no se parecía al Yuuri Katsuki que conocían. Si, aún estaba su esencia, pero su mirada estaba lejos del lugar.
《Según dijo, su tema de este año es el primer amor, sin embargo, éste está enfocado de un punto dramático y trágico. Por ello él y sus fans lo han llamado para esta competencia "Melpómene", la musa de la tragedia griega》
《El papel le ha sentado muy bien, porque ha sido bien recibido por los fans y su ejecución en Japón fue excepcional.》
La coreografía siguió con una combinación de movimientos, seguido de un suave deslizamiento.
《El siguiente salto es un Salchow cuádruple, el porcentaje de aciertos con este salto es de menos del treinta porciento.》
《¡Lo logró! Esa fue una hermosa ejecución.》
Los gritos en el estadio se escucharon hasta que llegaron al final de la coreografía. Yuuri sonrió levemente mientras se dirigió a la salida de la pista. Un poco cansado, pero lo suficientemente bien para llegar y poder corresponder un saludo con Phichit y una palmada de felicitaciones por parte del entrenador Celestino.
《Un gran equipo, un par de excelentes amigos y patinadores. Es grandioso ver tanto compañerismo entre competidores. Su entrenador se ve realmente orgulloso.》
Yuuri sonrió abiertamente cuando se sentó para ver los resultados. Había quedado en primer lugar con un puntaje bastante alto. Hizo una señal de alivio y el momento memorable de sonreír con su compañero y su entrenador.
Yuri se incomodó con ver el resultado. No esperaba que Yuuri se volviera tan fuerte en esos meses que estuvieron sin saber nada. Esperaba que estuviera acostado, entre sus cobijas, llorando y engordando sin remedio alguno.
—No lo entiendo...—murmuró Viktor, llamando la atención de los presentes—. ¿Por qué no usó el programa de Eros?
—Tal vez se dio cuenta que era muy complicado para él—respondió Yuri, restando importancia al asunto. Aunque por dentro también tenía la misma pregunta.
—Yo no la usaría si fuera él—habló Mila, llamando la atención de los dos hombres del lugar. La mujer a su lado sonrió, como si entendiera a que se refería la pelirroja.
— ¿Por qué no?
—Eso deberías pensarlo tú, Vitya.
Después los ojos azules se enfocaron nuevamente en la pantalla. Eso sólo provocó más preguntas. Viktor miró la pantalla con preocupación. ¿Qué pasó en esos meses que no supo nada del japonés?
Yuuri siguió viendo las presentaciones después de eso. Chris tenía una presencia abrumadora. Viéndolo pensó que era imposible para él actuar de una manera tan atrevida. Seguía siendo alguien más bien conservador, y las poses de Chris no era algo que se atreviera a hacer ni en sus momentos de soledad y en estado de ebriedad.
Luego estaban otras presentaciones como las de Guang-Hong o Leo. Ambas eran muy buenas y le gustó lo artísticas que fueron en diferentes maneras.
Pero Georgi le pareció algo similar. A medida que vio su presentación casi pudo sentir sus palabras en conjunto con la rabia y la necesidad de llamar la atención de alguien. Su tema, el desamor.
¿No eran parecidos sus temas? Bastante, pero estaban desarrollados de diferentes maneras. Él comenzó desde lo roto y desecho que intentaba recomponer. Yuuri lo hacía desde las ilusiones y esperanzas que eran falsas. Y aún así, pensó que era parecido y que él debía estar pasando por un mal momento.
Cuando finalizó las competencias lo vio pasar, estaba feliz por el lugar que obtuvo y junto con Yakov se veían confiados de ganar a la siguiente ronda.
—No pienses que te la dejaré tan fácil en el programa libre, Yuuri—dijo Phichit. Yuuri sonrió.
—No sería divertido si no dieras todo de ti—respondió.
Salió del lugar en el que estaba y varios reporteros arribaron para hablar con él. Su sorpresa no pudo ocultarse cuando una avalancha de preguntas fueron soltadas. No tenía intención de contestar muchas de ellas, así que cuando acercaron un micrófono a él lo tomó entre sus manos para dejar en claro sus pensamientos.
—Voy a esforzarme mucho para el programa libre. Y más que eso, mañana voy a estar en el podio.
— ¿Afirma que se siente seguro de entrar entre los candidatos del Grand Prix Final?
—Voy a ir al Grand Prix final. ¡Y demostrare mi valía cuando lo gané!
Varios murmullos de sorpresa de escucharon, Yuuri dio la vuelta cuando devolvió el micrófono. Las preguntas debían acabarse antes de que alguien soltara algo que lo hiciera caer en tristeza.
Ya había hecho una declaración. Al día siguiente debía estar en el podio. No tenía otra opción y no quería otra cosa. Iba a ganar esa competencia.
Vaya~ Me tardé un poco escribiendo, y es que tengo un par de ideas más para otro a fanfics Vikturi que siento que me duele la cabeza de pensar tanto.
¿Qué les parece cómo van las cosas? ¿Qué creen que vaya a pasar de aquí en un futuro? Acepto cualquier teoría (ninguna con cáncer, por favor)
Amo cada uno de sus votos y comentarios. En especial los comentarios, aunque no lo crean leo todos y a veces me conmueven, otros me hacen reír mucho :)
Gracias por leer~
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