Capítulo 15

"No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo."

—Miguel de Cervantes.

Capítulo 15  

Las calles de Barcelona estaban frías esa noche. Yuuri sonreía después de pasar por varios lugares junto a su mejor amigo. Probaron varios platillos que le resultaron interesantes y pasaron por tiendas que tenían muchas cosas interesantes. Aunque Phichit había intentado contactar con Chris, le resultó imposible hacerlo.

Yuuri no supo que había pasado con los demás concursantes después de pasar esa tarde fuera de la pista de patinaje. Así que después de un par de horas entrada la noche y con hambre, decidieron entrar a un restaurante de la zona para comer.

Se sentaron en una mesa cercana a una ventana que ocupaba gran parte de la pared. Pidieron algo al azar en el menú y se sentaron para hablar hasta que el celular de Yuuri comenzó a sonar. Con sorpresa, tomó su celular y se dispuso a observar el contacto de su celular, respondiendo de inmediato.

— ¿Minako-sensei? —Preguntó—. ¿Cómo estás? ¿Sucedió algo?

— ¿Debería pasar algo para que llame a mi antiguo estudiante?

—No... quizá—cambió de opinión.

—De hecho, con Mari llegamos a Barcelona hace unas horas, pero no te encontramos por ningún lugar.

— ¿Qué? —Yuuri se levantó de su lugar, mirando a Phichit—. ¿Dónde están? Ahora mismo voy a buscarlas.

—Tranquilo, tranquilo—dijo alegre Minako—. Creo que estás ocupado.

—No, está bien—repuso—. Si no quieren que vaya por ustedes podría mandarles indicaciones o algo. No me molesta pasar con ustedes hoy. Ahora mismo estoy con Phichit.

— ¿Tu familia? —Preguntó el tailandés al no entender nada de la conversación que tenía su amigo. Yuuri asintió con la cabeza y una ligera sonrisa.

—Sí, al parecer están en Barcelona y las he invitado a venir, ¿te parece bien?

—No hay ningún problema—sonrio Phichit.

Después de mandar unas cuantas indicaciones se dispuso a esperar a su hermana y a su maestra. Ellas no le dijeron que viajarían a Barcelona para ver su presentación.

En momentos como esos pensaba las contadas veces que habló con su familia. Se preguntaba si tal vez los había preocupado con sus múltiples escándalos o su forma de actuar. Con tan solo pensar en eso se avergonzaba, mucho más porque él era la clase de chico que nunca dio nada malo de lo cual hablar.

Debía disculparse por preocuparlos de esa manera. Al fin el cabo, parecía que después del incidente en el hospital las cosas no habían cambiado mucho. Seguía haciendo preocupar a su familia y amigos, cosa que debió haber evitado desde un principio. Su cabeza se llenó con pensamientos de remordimiento.

—Lo más probable es que mi familia haya escuchado todos los escándalos entre nosotros—dijo Yuuri—. Por lo cual, quiero disculparme por cualquier cosa que puedan decir...

—No te preocupes, sé que es lo que tengo que decir—respondió el tailandés, colocando su celular a un lado y formando la mejor y más randante de sus sonrisas—. "No se preocupen, prometo que voy a responsabilizarme por mis acciones."

Yuuri lo miró en silencio un par de segundos y su rostro ligeramente sonrojado antes de reaccionar, soltando una risa.

— ¡Phichit! Estoy hablando en serio. Lo haces sonar como si hubiéramos hecho algo raro.

—Lo siento, es que estabas muy serio—respondió, soltando una risita—. Debiste ver tu cara.

—No digas eso, podrían tomarlo como una propuesta verdadera—dijo el japonés con una sonrisa—. Y eso no nos convendría.

—No estoy seguro de si quiero casarme a mis veinte y en medio de mi carrera como patinador. Aunque si fuera con un amigo tal vez fuera menor pesado...—dijo Phichit—. ¿En todo caso llevarías mi apellido o yo el tuyo?

—No tengo ni la menor idea de cómo funciona eso—respondió Yuuri, sin borrar su gesto divertido—. Además, suena raro... No me gusta cómo se mezclan los nombres...

Yuuri pensó en el intercambio de los apellidos con recelo. No era una buena idea pensar en el apellido de tu mejor amigo como tuyo, como si fueran una pareja casada. En realidad, no le gustaba la idea.

Revisó algunas imágenes en su celular, encontrando a un grupo de patinadores celebrando, unas cuantas fotos del entrenamiento de esa mañana y también una de J.J y su novia con un par de anillos colocados en sus manos.

Después de terminar esa conversación los platos llegaron y se dispusieron a comer. Al cabo de unos minutos el japonés escuchó el ligero golpe del cristal y se encontró con su maestra y hermana al otro lado, saludándolos con ánimo. Ellas entraron al lugar y tomaron dos lugares al lado de los patinadores.

—Ha pasado un tiempo, me alegra verlas de nuevo—saludó Yuuri.

—Fue un viaje bastante largo, pero no podíamos perdernos de este evento. Incluso Mari logró hacer un espacio para venir a verte—dijo Minako.

—Es verdad, reuní los necesarios y vinimos a apoyarlos—dijo la japonesa.

—Muchas gracias, estoy feliz de verlas—dijo Yuuri con una sonrisa. El gesto hizo que los presentes guardaran silencio. Los ojos de Minako se mojaron ligeramente, pestañeando varias veces. Mari lanzó una sonrisa tranquila. La última vez que habían visto a Yuuri fue con una eterna seriedad, sus lentes de contacto y la mirada eternamente melancólica que no se podía borrar.

Ahora veían de regreso al chico feliz y calmado, con la confianza suficiente sin llegar a lo engreído.

—Por cierto, Yuuri—dijo Mari—. No es como si fuera mamá para preguntar por tu vida persona, pero... ¿podrías explicar esto?

De uno de sus bolsillos sacó su celular y después de unos mostró el contenido. Yuuri sintió su cara enrojecer con la cantidad de contenido que estaba de él en el Internet. No podía creer que las personas aún no se olvidaran de eso.

—E-Eso es...

—Yuuri no ha sido tan inocente como pensábamos, por lo que veo—dijo Minako—. ¿Qué has estado haciendo a escondidas?

—Nada—respondió, intentando no morir de vergüenza.

— ¿Ahora Phichit es tu novio? —Preguntó Mari a Yuuri para después mirar al tailandés—. ¿Qué hiciste después de ver esto? Yuuri ha te ha sido infiel.

—Bueno, he decidido darle otra oportunidad—respondió con una sonrisa extendida—. Todos se equivocan alguna vez. Fallar y hacer las cosas mal de vez en cuando es algo que hacen todos.

—Phichit, deja de echar leña al fuego—pidió Yuuri, sintiendo su vergüenza crecer más. Fue una mala idea juntar a esos tres cuando tenían ganas de molestarlo.

Esa cena fue una de las más estresantes para el japonés. Tuvo que soportar todos los juegos con respeto a su diversión con el alcohol y las coreografías sensuales que hizo en arrebatos de confianza que no controló como era debido.

Al finalizar la cena se dispusieron a salir, caminando por algunas calles en una conversación alegre. Su conversación se vio interrumpida cuando escuchó una voz conocida.

— ¡Hey, ustedes! —Exclamó J.J. Se encontraba con su novia abrazada de él mientras caminaban. Yuuri lo saludó con educación al igual que Phichit y las dos chicas que estaban a la expectativa.

—Hola, J.J... que sorpresa verte aquí.

—Veo que has recuperado tus lentes—dijo animado—. Creí que no te volvería a ver con ellos.

—Sí, me cansé de usar lentillas....—respondió.

—J.J ¿No le ibas a preguntar por el vídeo si te encontrabas con él? —Dijo su novia en un tonó dulce para su novio. El japonés levantó ligeramente una ceja. Lo que faltaba era otro estúpido vídeo en el Internet que tuviera que ver con él. Como si no tuviera suficiente con los rumores y la prensa.

—A eso mismo iba—respondió antes de mirar a Yuuri—. ¿Has visto la cantidad de veces que te han llegado enlaces compartiendo un vídeo en la última hora?

—De hecho, estaba con mis amigos y mi hermana así que...

Phichit sacó su teléfono para revisar un mensaje por privado de parte de Chris. Con curiosidad leyó una nota que vino acompañada de un enlace al Internet y lo abrió de inmediato, abriendo sus ojos con sorpresa cuando el título en la pantalla se mostró.

—Yuuri... ya sé de qué está hablando J.J

El canadiense se acercó a la pantalla, observando el vídeo que estaba cargándose para poder reproducirse.

—De ese mismo hablo—miró a Yuuri—. Tal vez deberías verlo.

El japonés hizo a un lado a la pareja que no se separaba para poder ver en la pantalla. Phichit acercó al aparato a Yuuri para que pudiera ver la pantalla, al ver el rostro de su mejor amigo decidió darle el celular y permitir que tuviera la vista perfecta para ver el contenido mientras el grupo se amontonaba a sus espaldas para ver.

«Viktor Nikiforov realizando rutinas de entrenamiento de Katsuki Yuuri.»

El vídeo comenzó a realizarse y la música conocida para él era lo único que se escuchaba. Aquella rutina improvisada que realizó la mañana siguiente al primer reclamó de Viktor del porque no realizó la coreografía de Eros. Cuando solo una pregunta pasaba por su cabeza: ¿Qué es lo que quieres?

https://youtu.be/kCMOdEFFJCU

«Lo recuerdo muy bien»

«La primera vez que vi»

«Tu cabeza en la puerta»

«Te quiero aquí esta noche»

Era idéntica, los pasos, los tiempos, la interpretación. Lo único que podía sacar de diferente eran las partes que Viktor resaltaba más de la canción, que para cualquiera podía no haberse notado, pero para los patinadores profesionales era fácil de percibir.

Sintió los nervios crecer y su piel erizarse. Esa clase de intensidad que podía ver en la rutina lo estaba sofocando, pero no podía apartar la vista de la pantalla, mucho menos cuando la canción llegaba al punto cúspide para poder llegar a la parte desesperada de la misma. Tragó en seco, esperando ver la segunda parte.

«Dios me perdonará, pero yo...»

«Me azoto con desprecio»

Los pasos, aunque fuera una réplica de lo que hizo alguna vez, le parecían diferentes de alguna manera. Más dolor que odio, y más desesperación que confusión. Su corazón se estrujó con las expresiones de Viktor, con la voz y la música de la canción. Quiso saber si ese era el sentimiento que había trasmitido a los demás o si era lo que Viktor trasmitía con aquella performance.

«Quiero escuchar lo que tienes que decir sobre mí»

«Escuchar, si vas a vivir sin mí»

«Recuerdo diciembre»

Vio un giro sobre su propio eje, moviendo los brazos en diferentes posiciones. Moviéndose al ritmo de los instrumentos de cuerda en una danza bastante comparable al nivel de las competencias. Los saltos con dificultad, las combinaciones, las vueltas. Todo creaba una increíble forma de ver lo difícil que era realizar algo así.

Una vez que terminó, sintió que le faltó el aire.

Escuchó los aplausos de la pista, seguramente de las personas que estaban viendo el vídeo. Bajó la pantalla, llevando una de sus manos a pecho, sentía que le faltaba aire.

—No dejes de ver, que aún no termina—dijo J.J antes de colocar su palma debajo de su mano, levantándola para que siguiera viendo el vídeo.

Fueron unos cuantos segundos de silencio hasta y un par de intercambio de palabras hasta que la música comenzó a sonar una vez más.

https://youtu.be/fdzwEIkxbrE

«Sé que estás en algún lugar»

«En algún lugar lejos»

«Te quiero de regreso»

La combinación de pasos conocida, idénticas a la suya. Muy lento y sutil mientras veía lo que era una réplica muy bien lograda de una de sus coreografías de práctica mejor realizadas. Aquella que Phichit solo pudo ver y le causó tristeza.

«Mis vecinos creen que estoy loco»

«Pero no entienden»

«Tú eres todo lo que tengo»

Pero en algún momento, después del coro la letra y melodía de la canción cambio sutilmente a otra. Escuchaba un cambio en el piano, muy parecido al anterior para dar terminar con los pasos que el creo, ahora Viktor estaba haciendo otra coreografía.

«Nuestra canción en la radio pero no suena igual»

«Cuando mis amigos hablan de ti»

«Lo único que hace es hundirme»

«Porque mi corazón se rompe un poco»

« Cuando escucho tu nombre»

Sentía la mirada azulina muy cerca, casi como si estuviera frente a él. Aunque fuera una grabación, podía sentir el mensaje con tanta claridad que su corazón saltó en un acercamiento.

La técnica era elevada y cargada de cosas. Se sorprendió de no verlo agotado por lo anterior, tal vez estaba haciendo más esfuerzo del que podía para poder mantener todo impecable mientras lo grababan.

«Debí haberte dado todas mis horas»

«Cuando tuve la oportunidad»

«Ahora mi amor está bailando»

«Pero está bailando con otro hombre. »

Se encogió en su propia persona, en cuclillas en el piso y con la mirada en el suelo, cerrando una de sus manos estiradas en un puño y juntándola a su pecho.

Se levantó e hizo un suave deslizamiento en el hielo. Dejó de observar la cantidad de asuntos técnicos como los saltos para enfocarse en él. En Viktor. En la expresión de su rostro mientras se movía con esa elegancia tan característica de él.

Viktor lo estaba haciendo. Él volvió a patinar como todo el mundo quería, pero aun así, no era exactamente lo que todos querían ver. La belleza de las presentaciones no le faltaba, tampoco la interpretación o todas las cosas que podían asegurar un buen puntaje u otra medalla en su gran y brillante carrera. Era diferente, aunque Yuuri hubiera querido darle una calificación, no podía encontrarla.

«Ahora nunca conseguiré limpiar todo el desastre que ocasioné »

« Y esto me persigue cada vez que cierro los ojos»

«Así me duela. Seré el primero en decir que estaba equivocado »

«Sé que probablemente es demasiado tarde »

«Para pedir disculpas por mis errores»

«Pero solo quiero que sepas que»

«Espero que te de todas sus horas»

«Que haga todas las cosas que debí haber hecho»

«Cuando era tu hombre.»

Terminó y lo vio desviar la vista de la cámara. Y un pensamiento fugaz, pero muy sólido, pasó por su mente al ver eso. Viktor no era el tipo de persona que lloraba, era imposible que lo hiciera por una coreografía, ¿verdad?

— ¿Te lastime? —Preguntó para sus adentros.

Una vez que el vídeo terminó, volvió a la pantalla pequeña para que pudiera verlo de nuevo. Se quedó en su lugar unos segundos analizando lo que acababa de ver.

—Ten—le devolvió su celular al tailandés, en completa calma y en medio de sus pensamientos. La letra de la canción seguía fija en su cabeza y le provocaba un sentimiento de melancolía. Su garganta se sentía seca y con un ligero nudo.

Necesitaba encontrar a Viktor. Necesitaba saber que era lo que no le estaba diciendo. Cualquier cosa, aunque fuera irrelevante para el ruso, podía significar mucho para él.

Aun podían arreglar las cosas, aun podían intentar llevarse bien después de todo ese desastre. Pero nunca escuchaba lo que quería escuchar de Viktor. Él no decía lo que quería oír para intentar reparar todo lo que estaba roto.

— ¿Cuándo fue esto? —Preguntó Yuuri.

— ¿Qué?

—Sabías de esto, y sabes hasta la hora. En una toma se te ve a ti cuando están hablando en el cambio de canciones, J.J. Ahora dime cuando fue esto y donde está Viktor.

—Un momento, un momento—interrumpió Minako—. ¿Estás escuchando lo que dices, Yuuri? ¿De verdad vas a ir a buscarlo?

Yuuri volteó para ver a la mujer, con un gesto calmado y decidido. No sabía cuántas cosas podían salir mal de todo eso.

—Supongo que sigue en la pista, junto a Chris—respondió—. Tal vez si vas ahora...

—Gracias, J.J—Interrumpió Yuuri antes de salir corriendo del lugar.

« ¿Cuántas veces se puede equivocar una persona hasta saber si algo es correcto o no? ¿Cuántas veces se puede dar una oportunidad a alguien?»

—Oh, Dios mío...—murmuró por lo bajo Minako—. La verdad es que este chico...

—Está bien—dijo Mari—. No es un niño. Deja que solucionen las cosas como adultos.

J.J miró de reojo a Phichit, quien estaba expectante ante la situación. La mirada oscura oscilaba entre su amigo y el celular que aún se encontraba listo para ver la presentación nuevamente.

— ¿Y tú qué es lo que piensas de todo esto, Phichit? —Preguntó J.J. El tailandés lo observó de soslayo.

—Pienso que hemos hecho todo lo que se puede—respondió con sinceridad—. Ya no hay nada que podamos hacer, únicamente.... Esperar lo mejor.

El aire entraba y salía de sus pulmones, sintiendo como su garganta ardía por la necesidad de beber algo. Buscó la pista de patinaje, esquivando a varios transeúntes que paseaban y lo miraban con malos ojos por ir a esa velocidad. Sus piernas se estaban cansando y sabía que era incorrecto porque debía estar en sus mejores condiciones al día siguiente, pero no podía parar.

Cuando vio de cerca la pista, la encontró con las luces apagadas. No obstante, se acercó cuando vio una silueta cercana al lugar.

Se sintió estúpido por ir a ese lugar. Esa misma tarde había huido y le dijo a Viktor que no lo quería ver hasta que tuviera sus prioridades claras y sin embargo, en ese momento corría desesperado para verlo. Una vez más, como si fuera obligación suya, se encontraba buscándolo.

Llegó finalmente a la entrada, encontrando a personas desconocidas mirarlo antes de volver a su habitual andar. Pero nadie más estaba en ese lugar.

No se encontraba Viktor, tampoco estaba otro patinador con él. Era la silenciosa noche, las luces tenues del lugar y la puerta cerrada, esperando ser abierta en la mañana para celebrar los acontecimientos del día anterior.

No encontró al ruso.

—Yuuri...—sonó una voz a sus espaldas. Se volteó de inmediato, encontrando los cristales azulinos tan conocidos para él observándolo con sorpresa.

—Viktor—pronunció con voz baja, observando al ruso acercarse lentamente a su persona. Su mente se desconectó un momento, no podía entender que era lo que buscaba yendo ahí.

Sintió que los dedos repasaron en el marco de sus lentes, sus ojos lo miraban como si no lo hubiera visto en muchos meses, con añoranza y remordimientos. La mano acarició su mejilla muy lentamente, con extremo cuidado. Pensó que quizá el ruso tenía miedo de que fuera a rechazarlo y alejarlo como la última vez que se vieron.

—Te he extrañado tanto...—escuchó en un murmullo.

Lo vio moverse rápidamente, los brazos contrarios lo abrazaron; y dejó de dudar por segundos. Era cálido y muy reconfortante. Se mantuvo callado, sintiendo que las cosas no estaban mal después de tanto tiempo, que todo se encontraba bien y su corazón no estaba tan roto como antes.

—Lo siento, Yuuri—dijo Viktor, su voz sonaba quebrada.

El japonés reunió aire en sus pulmones, sintiendo que el cuerpo contrario se alejaba de él. Aquellos ojos que lo miraban, esperando por una respuesta. Sintiendo algo dentro de él prenderse, como una pequeña llama que apenas lograba mantenerse viva, surgiendo y levantándose con ardor y quemando todo a su paso.

—No sé cómo disculparme por todo lo que he hecho—habló el ruso—. Y no merezco tu perdón, no te he dicho ni la mitad de las cosas que quiero pero... De verdad quiero tu perdón...

—Las coreografías...

—Era mi manera de decirte que nunca te olvide. Siempre he estado pendiente de las cosas que haces—habló, mirándolo a los ojos al castaño—. Las dos son hermosas... aunque hubiera preferido que jamás las hubieras hecho... por mi culpa.

—No te entiendo, Viktor—dijo Yuuri, entristeciendo su expresión—. ¿Qué es todo esto?

—Voy a responderte todo lo que quieras, pero antes de eso...

Las manos contrarios tomaron su rostro, acunándolo con suavidad. Los pulgares acariciaban sus mejillas con suavidad. El tacto ajeno era suave y sentía que podía quedarse ahí eternamente.

—Eros ganó ese día...—habló—. Desde que te conocí, siempre fuiste tú, nadie más...

Se quedó callado, observando a detalle a Viktor. Se había olvidado de lo que era tenerlo tan de cerca. Sin embargo, antes de poder responder vio una persona parada, mirándolos fijamente bajó el poste de una de las calles.

Se soltó de Viktor.

—Maldición...—dijo por lo bajo, miró a Viktor con pena y desvió su mirada.

Yurio los había visto. Y peor que eso, sentía remordimientos al ver su rostro lleno de lágrimas.

¿Qué debía hacer?

Hola gente bonita~

Perdón la tardanza por el capítulo, no me sentía bien y decidí descansar (porque me dijo una amiga) un poco antes de seguir escribiendo.

Estuve leyendo sus respuestas del capítulo anterior, de cómo quedaran los puestos. Y aunque algunas personas acertaron los seis lugares, varias me dejaron únicamente los tres primeros puestos, por lo cual no se llegó a los 10 aciertos. En fin~ Pronto sabrán los resultados del programa corto n.n

Este es el capítulo en el cual he usado más canciones, tanto como para inspirarme como usándolas en el sentido literal. No sé si esto está contando como un songfic (¿?)

Las coreografías son las que hice para el capítulo 3 y 11, con sus respectivas canciones. La del 11 encontré ese cover que he puesto como una base a lo que tenía en mente. Espero que la calidad no sea muy mala para ustedes.

Normalmente odio poner multimedia entre la historia, creo que se pierde el hilo, sin embargo, lo vi necesario en esta ocasión, no quisiera repetirlo...

Muchas gracias por seguir leyendo esto u.u~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top