Capítulo 14
"La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado."
—Gabriel García Márquez
Capítulo 14
Después de salir, Yuuri se sentía agotado. Necesitaba algo de aire para poder continuar con ese día. Más tarde tendría que enfrentar las consecuencias de sus actos. Probablemente Yurio no iba a estar feliz y ni hablar de cómo iban a mirarlo los demás competidores. Hizo todo un número frente a todos y ese no era su estilo.
— ¿Te encuentras bien? —Pregunto Phichit. El japonés afirmó con la cabeza.
—Creo que voy a correr un poco—habló—. Necesito despejar mi mente.
Una vez dicho eso se despidió de su mejor amigo y se dispuso a marcharse, camino para poder ir a cualquier lugar lejano, un lugar correcto en el cual entrenar un poco más. Pero en su lugar fue aumentando la velocidad de sus pasos para salir corriendo del lugar con rapidez.
Tenía un fuerte sentimiento agridulce en su boca. Por una parte se sentía bien porque logró demostrar que podía hacer la coreografía de Eros, pero luego estaba ese malestar que tenía al pensar que estaba cortando un último lazo que le quedaba con Viktor.
Se detuvo luego de ir corriendo sin destino alguno, con la respiración agitada y pensando detenidamente en la pista de hielo.
— ¡Yuuri!
El grito llamando por él erizó su piel y su corazón saltar, provocando una ligera corriente dolorosa. Su cuerpo volteó por inercia, buscando a Viktor con la mirada. Lo encontró a unos cuantos pasos de él, tomando bocados de aire siguiéndolo.
— ¡No te vayas! —Gritó, para sorpresa del japonés—. Ódiame si quieres, ni siquiera vuelvas a dirigirme la palabra, pero por favor, no me regreses este traje.
— ¿Q-Qué... estás diciendo? —Preguntó, su garganta se sentía seca.
— ¿Por qué me devuelves esto? Lo dejé para ti.
—Porque no lo quiero, no quiero que eso regrese a mí—respondió el japonés—. Ya ejecuté al Eros que tanto querías, ¿sí? Deja que me vaya y regresa con tu equipo.
—No me digas esto, Yuuri, por favor.
—No lo entiendo, ya hice lo que querías—bramó Yuuri—. ¿Qué quieres de mí, Viktor? ¿Acaso te sigo pareciendo insuficiente? ¿Qué más debo pasar para hacerte feliz? Quiero dejar ir a Eros, ¿¡Acaso no puedes entender que eso me lastima!?
—Yuuri...
—Detesto pensar en ti—dijo el japonés, sus ojos estaban comenzando a llenarse de lágrimas—. Sufrí tanto para poder complacerte haciendo esa coreografía perfecta, y ni siquiera pudiste decirme a la cara que no era suficiente para ti. Eres el penta-campeón, sé que no tengo tantas cosas como tú pero...
Hizo una pausa, el ruso se acercó a él con pasos cortos.
— Al menos quisiera saber. ¿Perdí porque no pude ser Eros o porque te enamoraste de Yurio? No, no de la interpretación de Ágape, hablo de Yuri Plistesky como persona.
—Yo jamás amé a nadie de esa manera—respondió—. A nadie excepto a ti...
Yuuri se quedó quieto, observando al ruso en silencio antes de sentir los labios ajenos sobre los suyos. Quería seguir el beso, poder corresponder el gesto, porque su cuerpo extrañaba el tacto de Viktor. Sin embargo, se alejó de abrupto del ruso.
—No, no hagas esto—dijo mirando al suelo—. ¿Por qué vienes a verme el día anterior a la competencia más importante de mi vida y desequilibras todo?
—No lo hago con ese propósito.
— ¿Entonces cuál? —Cuestionó, levantando la mirada—. No quiero que pienses que voy a perdonar todo por un beso. Así no es como deberían funcionar las cosas. No todo es así en a la vida real.
El ruso lo tomó del rostro con delicadeza.
— ¿De verdad me has olvidado, Yuuri? ¿No quieres saber nada de mí? ¿En realidad no me quieres?
Intentó desviar la mirada de los ojos que lo seguían con insistencia, ver su reflejo sobre ellos no lo ayudaba a decidir que era correcto en ese momento.
—No...
— ¿Y por qué seguir practicando "Eros"?
Yuuri respiró profundo, debía enfrentar la situación como el hombre que era, con verdades. En ese momento necesitaba ser alguien fuerte y decir las cosas de frente antes de empeorar la relación.
Se separó de Viktor, quitando las manos contrarias de su rostro antes de que las mismas fueran tomadas.
—Dímelo, Yuuri—pidió Viktor—. Dime que ya no me amas ni sientes algo por mí. Y yo te prometo, prometo que nunca más voy a molestarte de nuevo. Te dejaré ir con quien tú quieras a hacer lo que quieras y no voy a quejarme ni pensaré en sentirme celoso. Di que no me quieres y yo voy a desaparecer de tu vida.
El japonés lo miró, tomó aire y limpió las lágrimas en sus ojos una vez que se soltó del agarre de Viktor. Los ojos de ambos se observaron en un momento silencioso, esperando por las próximas palabras que iban a decidir lo que sucediera en el futuro.
—No puedo esperar a que decidas que es lo que quieres en la vida. Cuando lo sepas, no olvides avisarme... Aunque puede que no esté para eso.
—Yuuri...
—Debes tomar la responsabilidad de lo que has decidido hacer. Por favor, cuida a Yurio, es sólo un niño... Él... actúa por impulso, pero no veo malas intenciones en realidad...
Yuuri desvió el rostro. No quería que más personas salieran lastimadas y Yurio iba a salir mal de todo ese asunto. Era hora de dejar de actuar como un niño que buscaba vengarse y actuar como un adulto. No podía dejar que las emociones subieran por su cabeza.
Vivir peleando no era saludable, tampoco lo era dejar que el resentimiento y la tristeza se quedaran para siempre.
Viktor se quedó en su lugar.
—Adiós, Viktor.
Su espalda se alejó, siguiendo su camino.
Aunque en el fondo esperaba que el ruso fuera de nuevo detrás de él, no lo hizo.
Viktor lo observó marcharse en silencio, desapareciendo por el lugar más cercano en un abrir y cerrar de ojos. Respiró profundo y su mirada se fue volviendo borrosa a medida que sus ojos estaban llenándose de aquel líquido cristalino que se le estaba haciendo tan conocido.
Intentó calmar su respirar. Logró calmarse cuando Yuuri le habló con frialdad y molestia al devolverle el traje, también cuando rechazó su beso y le dijo que él no sabía que quería en la vida. Pero ese "adiós" dicho con tanta calma fue peor que escuchar su voz colmada de rabia.
Se dispuso a retirarse del lugar cuando alguien lo abordó. Los ojos oscuros del tailandés lo miraban fijamente, juzgándolo sin piedad en un juicio silencioso del cual probablemente saldría como culpable.
— ¿Qué es lo que hiciste? —Preguntó Phichit—. ¿Acaso eres un idiota sin remedio?
— ¿Escuchaste todo?
—Casi todo—respondió—. Hubiera entrado, pero Yuuri no se hubiera sentido cómodo por saber que yo estaba escuchando. En todo caso, lo que acabas de hacer fue tan incorrecto que siento lastima por ambos.
—Lo sé—respondió—. Al parecer no hago nada bien, así que no te preocupes, voy a dejar a Yuuri en paz. Él necesita alguien como tú... No alguien como yo.
Una vez dicho eso caminó unos pasos, sin embargo, Phichit lo retuvo cuando habló.
—Ahí está de nuevo, es por eso que todo va mal—dijo enfadado—. No supongas cosas sin saber.
—Hice lo que creí que era mejor para él—habló. Phichit comenzó a indagar y juntar las piezas en su cabeza.
— ¿Y te molestaste alguna vez en preguntarle qué era lo que él quería? No. Tú pensaste que era lo mejor, hiciste lo que tú querías. En una relación no es una sola parte la que debe tomar decisiones.
El tailandés frunció el ceño, irritado por la actitud de Viktor.
—No me quiere ni me necesita—habló—, al menos, no en ese sentido. Lo has hecho todo mal. Yuuri no quiere que lo trates como una persona más, no quiere pensar que será otro amante. Las cosas no se solucionan con un beso, esta no es una maldita discusión leve.
Viktor guardó silencio, escuchando atentamente las palabras del tailandés.
—Deja de decir estupideces, Nikiforov—siseó molesto—. Por tu culpa he tenido que limpiar las incontables lágrimas de Yuuri. Si quieres dejarlo ir, está bien. Yo me encargaré de alguna manera de curarlo. Yo lo cuidaré como lo he hecho estos ocho meses. Pero escucha esto atentamente
— ¿Qué?
—Si Yuuri falla su presentación, la más importante y esperada de su vida, por tu culpa, vas a saber lo que es tener el odio de alguien.
Phichit siguió su camino después de decir eso, con los nervios en su cuerpo, deseando internamente que algo bueno saliera de todo eso. Las cosas tenían un terrible aspecto.
Yuuri caminó por las desconocidas calles de Barcelona, sin rumbo alguno. Miró sus zapatos, con un semblante caído y su entusiasmo por los suelos. Se suponía que estaba en una ciudad maravillosa en uno de los eventos más esperados de su vida.
— ¡Hey, Yuuri!
Levantó la mirada, encontrando al patinador suizo con una sonrisa.
—Chris...
— ¿Tienes algo que hacer ahora mismo?
—No realmente...
—Entonces acompáñame—invitó con una sonrisa amable. El japonés afirmó con la cabeza, siguiendo su camino junto al rubio. Era como estar en compañía de Chris, pero sabía que si se encontró con él no debía ser una simple coincidencia.
— ¿De qué quieres hablar Chris?
—Pensaba tener un poco más de tacto para preguntar—respondió el rubio—. Pero parece que no quieres que primero te invite algo de comer.
—En realidad estoy cansado—respondió, con miedo a sonar maleducado—. Y no tengo hambre. Así que puedes preguntar lo que quieras.
—Bien, si es así...—vio una mueca—. Quería hablarte de Viktor.
—Oh, no—musitó Yuuri—. Sabía que era eso pero...
—Tranquilo, si no quieres responder nada voy a estar de acuerdo con que me mandes a volar. Lo que sucede es que en la pista de patinaje las cosas se pusieron muy... densas, por así decirlo. En especial cuando Viktor salió corriendo detrás de ti pese a las advertencias de Yurio y Yakov.
— ¿Qué?
—Sí, tal y como escuchas—habló amable—. Cuando te marchaste le bastó un par de segundos ir hasta la puerta. No entendimos que estaban diciendo, porque sus gritos estaban en ruso, pero no se escuchaban nada contentos. Después de que saliera Viktor, Yuri salió por la puerta contraria realmente decaído.
Yuuri lo escuchó en silencio. Sentía una mezcla de emociones que contradecían lo que quería decir. Chris estaba jugando algo, y lo sabía bien, pero estaba cayendo, porque se tentó a volver con Viktor.
—Yuuri, no sé qué es lo que pasó entre ambos, pero creí que sería algo diferente—se sinceró—. Ustedes dos tenían tanta química desde el año pasado... no entiendo que pasó con eso.
— ¿El año pasado? ¿A qué te refieres con eso?
— ¿Qué? —. Chris lo miró confundido—. ¿No lo recuerdas?
—E-Espera, no entiendo que es lo que estás diciendo, explícate, Chris, no sé a qué te refieres con eso.
El mayor sacó su celular del bolsillo, revisando entre todas las fotos de su galería aquellas que le interesaban en ese momento. Posicionó la pantalla frente al rostro de Yuuri y posteriormente, dejó el celular reposar en sus manos mientras el japonés revisaba el contenido.
El rostro de Yuuri fue subiendo de tonos rojizos muy leves a otros más fuertes.
—Oh... no puede ser, prometí que no bebería por eso—dijo avergonzado.
—Ah, pero en Rusia disfrutaron mucho, ¿no es así?
Yuuri escondió su rostro entre sus manos. Había hecho muchas cosas a manos del alcohol, ahora iba a proponerse no beber una sola gota más al menos que estuviera realmente desesperado.
Chris soltó una risa cuando vio al japonés, pero a los pocos segundos se tornó en una más seria al tiempo que avanzaba en la galería para que Yuuri pudiera observar otra imagen.
Sus ojos se abrieron con sorpresa, los vio a ambos. A él y a Viktor bailando, como si todo lo que estuviera en el fondo no importara. Ellos sonreían, al parecer, pasando un gran momento.
Era como si el tiempo se hubiera detenido.
Sintió que la fotografía era una señal de un pasado que no había sido nunca, que pudo haber sucedido pero no existía. Y aunque estuviera la foto frente a él, no lograba recordar un mínimo detalle de aquella fiesta. No recordaba nada por más que lo intentara.
—Considero a Viktor un amigo—habló Chris—. Es la primera vez que veo que comete una locura tan grande. Sí, se ha equivocado más que cualquiera, pero te pido que escuches lo que tenga que decir para ti. Ese es mi único deseo, porque no puedo obligarte a nada. Si un después de eso quieres hacer lo que tengas en mente, adelante.
El rubio detuvo su andar, dispuesto a marcharse por otro rumbo que no era el del japonés.
— ¿Sabes? Ayer estuve hablando con él...—la mirada se posó en él, con una ligera sonrisa—. Me dijo que extrañaba a Yuuri Katsuki.
—Soy Yuuri Katsuki.
—No hablo de Melpómene—cortó—. No necesitas una fachada para tener carácter o mostrar lo fuerte que eres. Estás bien siendo simplemente Yuuri, el chico japonés que jamás se rindió sin importar la circunstancia.
Yuuri guardó silencio, entendiendo a la perfección lo que estaba diciendo Chris en ese momento.
—Gracias, Chris...
—No es nada, Yuuri—respondió—. Digamos que para eso están los amigos.
Regresó al hotel cuando el sol se estaba escondiendo, había ido a varios lugares, simplemente pensando mientras escuchaba la música de su reproductor. Se sentía calmado, con una inmensa calma después de su plática con Viktor y esa corta charla que tuvo con Chris.
Fue directo a su maleta, buscando entre las cosas un estuche de color oscuro antes de dirigirse al baño.
Detalló su rostro. Aquel que se veía diferente y no era nada parecido a todo lo que había sido. Las cosas se vieron totalmente claras, era tiempo de que dejara de lado eso. La confianza ya la tenía por el mismo, no necesitaba cambiar su aspecto para poder mostrar eso.
El mayor cambio era aquel que sufrió su confianza.
Se retiró los lentes de contacto y los guardó. Tomó de la caja sus lentes, limpiando los cristales con cuidado antes de colocarlos en el puente de su nariz.
Se miró con ellos, los había extrañado. En realidad, lo suyo no eran los lentes de contacto, no eran nada cómodos. Prefería sus lentes comunes de marco azul. Revolvió su cabello, permitiendo que cayeran por su rostro con normalidad, había crecido un poco más de lo que estaba acostumbrado, pero no le importó.
Se formó una sonrisa en su rostro, una grande y sincera. Se quería a sí mismo, no necesitaba fingir ser otro. Tampoco necesitaba una vida libertina o una serie de amantes con los cuales pasar el momento. Tenía algo mucho más valioso, algo que no se podía obtener tan fácilmente y que muchos deseaban.
Tenía a Phichit, su mejor amigo, aquel que lo había apoyado en todo ese tiempo. Tenía otros amigos que estuvieron junto a él en ese tiempo que fue doloroso. Tenía una familia apoyándolo sobre todas las cosas, esperando que regresara a casa después de tanto tiempo fuera.
Pudo realizar Eros, también Melpómene. Había logrado hacer que personas lloraran con sus presentaciones y también que muchos sintieran empatía de sus sentimientos. Él era valioso por todo el esfuerzo que tardó en llegar a ese lugar. No era un cualquiera.
—Mañana ganaré el oro y volveré a casa—musitó para sí mismo, lazando una sonrisa confiada al espejo.
Se retiró del tocador, apagando la luz. Un segundo después, la puerta de la habitación sonó y se acercó a la entrada. Abrió la puerta, encontrando a Phichit con un semblante preocupado. Sin embargo, esa expresión fue borrada por una de sorpresa.
—Yuuri...
—Hola, Phichit—sonrió amable, borrando aquella expresión indiferente. Una suave sonrisa sincera y alegre, pero madura—.Lamento la tardanza, supongo que te preocupaste por no haber llamado antes. Voy a tomar mis cosas para salir.
El japonés volvió a ingresar a la habitación, recogiendo las cosas que se quedaron sobre su cama. Cuando tuvo todo regresó a la puerta, cerrándola a sus espaldas para poder salir con su mejor amigo.
— ¿Qué sucedió? —Preguntó, refiriéndose a su aspecto en general.
—Recordé algo importante hoy—respondió.
— ¿Qué cosa?
Yuuri sonrió con dulzura.
—Quiérete a ti mismo.
«Al final, no importa cuántas personas que quieran. Si no te quieres como eres, nunca vas a estar conforme con el afecto ajeno tampoco.»
Ambos se quedaron en silencio. Phichit se detuvo frente a Yuuri, con sus ojos abiertos y notablemente emocionado. Se lanzó para abrazar a su amigo, sintiendo alivio y una gran felicidad al verlo de esa manera. Sentía que había regresado su amigo.
No había visto una sonrisa sí desde que ambos estuvieron en Detroit Aquella inocente y dulce que estaba libre de cualquier malicia o depresión.
—Lo siento, me he tardado mucho—se disculpó Yuuri, devolviendo el abrazo a su amigo—. Me tardé mucho.
—Estoy feliz, eso no importa más.
—Quedemos en el podio mañana, ¿sí? —Propuso con una voz alegre—. Quiero cumplir eso antes de retirarme.
—Lo voy a intentar—respondió separándose.
El tailandés lo observó unos segundos más. Era como regresar en el tiempo, una pequeña cucharita dulce en la vida de ambos. No obstante, sabía que aún tenían cosas que solucionar y la en el Grand Prix las cosas iban a terminar de alguna manera.
Debía preguntar cuál era la decisión de Yuuri.
—Lamento interrumpir este momento pero...—comenzó a hablar, Yuuri lo miró expectante—. ¿Qué vas a hacer con Viktor?
— ¿Qué voy a hacer con Viktor? —Preguntó para sí mismo. Reposó unos de sus dedos en el mentón, pensativo y un poco más triste—. Pues no lo sé en realidad.
— ¿Eso quiere decir que todo termino?
—No—respondió sonriendo con una mueca no tan alegre—. En realidad sigo profundamente enamorado de Viktor—soltó con facilidad. —Pero eso no quita todas las cosas que salieron mal, ni tampoco todas las cosas que me dijeron. Me duele pensar en ello, pero si no intento superarlo ahora, no lo haré después.
Phichit se encontró confundido. Sucedió algo después de la discusión que tuvieron ellos. Supuso de inmediato que Chris había logrado decir las palabras correctas para motivar a Yuuri a seguir.
Se hizo una nota mental, se lo iba a agradecer a Chris de alguna manera.
—Como gustes, Yuuri. Sabes que yo siempre voy a estar junto a ti.
—Lo sé—respondió, mostrado una sonrisa extendida, enseñando su blanca dentadura—. Algún día voy a pagarte por todo lo que has hecho por mí.
—No, mejor no. Me basta con que seas feliz.
—Si eso es verdad vas a invitarme algo para comer.
—Eso no es justo, sabes que no me puedo negar cuando estás de tan buen humor.
—Las ventajas de conocer a tu mejor amigo—canturreó feliz el japonés.
Phichit sonrió.
Yuuri estaba bien, él sabía cómo continuar las cosas por su cuenta. Estaba listo para seguir su camino como quisiera, con o sin Viktor a su lado.
Hola :3
Al final no salió dramático. Lo decía más por el principio, la canción de la multimedia creo que queda muy bien con el resto del capítulo, en fin.
Extrañaba a Yuuri con sus lentes QwQ
Ahora sí, que comiencen las apuestas chicas:
¿Cómo creen que van a quedar los puestos en el Grand Prix? Ya los tengo en mi cabeza X'D
Pueden cambiar sus apuestas hasta el programa corto.
Si aciertan más de diez personas los resultados finales (de los seis lugares), voy a hacer algún capítulo o un one-shot hard, ya que están pidiendo eso desde hace tiempo y el moondance no les doy ni un mísero beso X'D Si aciertan más de quince incluso les doy a elegir a gusto el ambiente y lugar.
Muchas gracias por leer~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top