Cisnes

Cuando caer grácilmente sueles
Tus blancas ancas santas duelen,
Eras la promesa de una princesa,
Serás la cera que decora una pieza,
Que en el piano y el violín comienza.

Fuego en tu llama, como vela
De candelabro, o de barco en que labro
Una ilusión que clara vuela
Hasta perderse entre las estelas
De las pérfidas y bellas estrellas.

Alma sutil, tan candorosa como vil:
Metamorfosis en simbiosis
Con la dama del vestido terso,
El secreto de tu hechizo es perverso.

¡Cisnes!:
Blancos tiznes incandescentes en el lienzo impresionista de la noche.

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