único.
02/02/10.
❝Inicio, día uno❞
❰Amaría decir que no fue cliché, que no te ví aquel día de verano y caí. Y efectivamente no lo hice, pero paso algo. No me lo explicó, tampoco deseo hacerlo.
Todo comenzó en ese autobús que cada día odiaba por llegar tan temprano a interrumpir mis sueños. Es decir ¿Es en serio? Entrar a una escuela y que el autobús pase a las 6:30 es totalmente un crimen contra nosotros los dormilones.
En fin, ese día de verano como de costumbre estaba con mi cara de amargado, recalcó el hecho de no poder irme aparte y la incomodidad que sentí por estar con tantas personas. Mi gorro azul y los audífonos a todo volumen y... Te ví, desde lo lejos, desde el asiento al fondo de la máquina. Rodeado de personas que parecían querer ganar tu atención. Un niño tan lindo podía llamar rápidamente la atención de cualquiera.
Nunca en mi vida te había visto, y en esos momentos no me interesaba, supuse que eras popular. Porque vamos, tener esa pinta y tantos a tu lado no te hace ver como el chico más callado.
De cabello rosa brillante y que desde lejos se veía suave, admito que ejercieron un deseo de acariciarlo que sobrepasaron mis propios límites. Básicamente Park, con tus lindos y rizados cabellos rosados robaste mi atención.
Pero solo eso.
Hasta que te examiné a fondo.
Con tus ojos pequeños y esa risa escandalosa que resonaba con sonora en el autobús. Lo diré, nunca me gustaron las personas ruidosas, es más siempre detestaba a los pocos que lo hacían. Contigo fue igual, sin embrago algo se sintió diferente, me irritaba como todas, pero no se sentía como todas.
¿Me explico? Seguramente parezco un retrasado mental. A ver. ¿Cómo lo hago? Bueno. La tuya de alguna manera se sentía cálida, cálida y agudamente chillona pero algo es algo ¿No?
Sentí esas ganas de verte. Rarísimo ¿Verdad? Y como todo Min que se respeta sentí curiosidad, muchísimas curiosidad. Quería saber más de ti, e hice lo que normalmente un adolescente como yo haría.
Obviamente stalkearte, sí, puede ser un delito pero es lo mejor que se ocurrió.
¿No juzgues okey?
Investigue lo que pude y poco después me enteré de que eras el capitán el equipo de básquetbol, que cosas ¿No? Aparte de parecer un modelo ejerces en un deporte tan hermoso, perfecto, increíble y perfecto como el básquetbol. Sí, ya sé, soy como una fangirl por ese deporte. Bueno, continuando digamos que eso fue lo que me impulso a ver más allá de tu aspecto físico.
Pero no.
Solo estabas ahí, te veías feliz aún después de las dos horas de entrenamiento que el deporte exige, las hebras rosadas de tu cabello se dejaban ser por el movimiento de tu cuerpo, ágil, fuerte y eficaz. Mirá niño, es complicado de entender, inclusive para mí, pero me hiciste feliz. En mi pecho se instaló algo cálido.
Descubrí que tenía gripe por una estupidez que hice. ¿Realmente creíste que iba a decir que era por ti? Sorry not sorry baby. Este muñeco no es de esa clase de personas.
Cof, cof.
Así los días fueron pasando te miraba sonreír y yo lo hacía. Rarísimo en mí, no me rió por nada, pero ahí estába yo, riendo de cada cosa que te hacia reír. En ese tiempo creía -aún lo hago- que igualar a tu víctima me ayuda a entenderla, ahg, no me explico bien, básicamente hacer lo que hace, encontrarle la gracia a lo que ella/él hace.
Termine pareciendo un loco porque la verdad jamás te entiendí, te reías por todo y nada, aveces me daba miedo. En serio chico ¿Quién carajos hacé eso?
Bueno. Con el tiempo comenzé a seguirte en secreto en los recreos. Recalcó, no intentaba ser un acosador, no intentaba llamar tu atención pese a que una pequeña parte de mí lo quisiera.
Sólo quería verte.
Quizá haciendo el ridículo y endulzar mí insignificante vida con tus pendejadas porque en serio, yo soy un imbécil y lo sostengo, pero tú me ganas siendo un torpe. Aún así ya quería verte y encontrar lo que sea que tus ojos me quitaron ese día de verano.
Básicamente tiempo y salud mental que probablemente jamás volverán. Fin.
Okey no.
Indagando en otro tema que tiene, obviamente mucho que ver contigo. Siempre ame la armónica y el piano, aprendí a tocarlos a los siete años, tocaba melodías de mi vida, de mi sentir, de mis penas y los momentos fugaces de felicidad. De todo, un adolescente de diecisiete años también puede sentirse así.
Eso fue lo que nos llevó a ese momento, donde yo estaba en la clase solitaria de música.
Ese día parecía haber algo. En serio, siempre pienso que hay cosas dentro, pero bueno. Ese día en particular había algo raro en ese salón.
¿Qué era? Pues, Park, desde ya te digo que ocultarte detrás de las plantas para curiosear nunca es buena idea, habla por mí el madrazo que me metió Jeon la vez que me oculte ahí.
Ah, malditas plantas, jamás volveré a confiar en ellas.
Hasta aquí mi reporte de este casi mes.
Fecha actual: 29/03/10❱
—¿En serio sigues con eso hyung? —mi gran y torpe amigo exclamó.
Quizá un poco preocupado de que finalmente haya perdido el juicio.
—Es interesante. —dejé de lado mi cuaderno y tomé el control.
Estábamos en mi cuarto, Jungkook lejos de mi en un asiento y yo cerca de la puerta en una silla, terminando de escribir.
—Hyung, eso es totalmente tonto. Además ¿De dónde sacaste este cuaderno? Mejor aún ¿Por qué razón es rosa?
—Me lo regalo mi tía el año pasado, yo no tengo el bonito dinero de mamá para comprar todo lo que quiero. -—rodé los ojos mientras dejaba en mi cajón con llaves mi bello cuaderno.
—¿Por qué él hyung? ¿Por qué Park Jimin de entré todo el colegio? —me preguntó, mientras yo subía el barbijo y lo acomodaba.
—Me llamo la atención Jungkook, solo eso. —le resté importancia, él frunció el ceño.
—Tú no eres así hyung, nunca lo harías por alguien que no signifique nada. Salir y mirar desde arriba sacando la cabeza, eso no te lo permite, ni siquiera vas al colegio como nosotros o tienes un salón normal. —lo oí algo preocupado, suspiré y negué.
—No lo sé, me causa curiosidad es todo, además él siempre después de la escuela está solo, no tengo problemas en eso.
—Deberías dejarlo hyung.
—Tengo un serio caso de necedad mi amigo, así que lo siento, pero hasta saber y leer por completo a Park me quedaré aquí, con mi lindo y precioso diario siendo fielmente el único testigo de mi raro interés por ese chico. —cerré con un candadito chico el cajón.
—¿Y yo?
—Tú no cuentas.
—¿Estoy acaso siendo reemplazado por un objeto sin vida? ¡Me siento indignado! —chilló como niña chiquita y se dió la vuelta.
—Oh Jeon, si supieras que nadie te puede remplazar. —me miró con una sonrisa tierna. —Eres único Jeon Jungkook.
—Hyung. —me miró enternecido. Sonreí.
—Literalmente, eres lo más cercano que tengo a un mucamo ¡Y gratis!
—Acabas de arruinar el momento. —me miró amargo y se acostó de nuevo en mi cama.
Mocoso aprovechado.
[•♫•]
Fecha:02/03/10
❰Un mes clavado después de que cruzamos miradas en ese autobús, tres días desde que escribí en este cuaderno rosa. Y como todo Min que se respeta yo seguía pendiente de ti.
Sin querer también pendiente de tu vida y necesidades. ¿Acaso no sabés que ese chico que te paso papel de baño tuvo que correr dos cuadras escapar del colegio y volver a entrar ganandose un castigo por ser encontrado después de entregarte el papel? Pues mínimo merecía un gracias.
Por cierto, no comer frijoles, huevo y ají ayuda a que no huela tan feo. Lo digo en serio Park, nunca más entro al baño cuando tú estás. Te apesta lo de atrás.
No te juzgo, nadie caga bonito. Aunque te veías bonito... ¡Al chile! Y repito, no era así, Min Yoongi no era así, pero contigo sí quise serlo.
¡Por voluntad! Note algo bastante peculiar en tu alimentación aparte de esas barbaridades que consumes. Chocolate, comes muchísimos chocolates ¿Quién diría que el niño con el mejor cuerpo del instituto come como un pequeño toneladas de chocolate? Al menos yo no. Que hambre del demonio Park.❱
—Disculpe señor. —aparté mi libro y fruncí el ceño ¿Señor? Por Dios no soy tan viejo. ¿Diecinueve es mucho? Cerré mi cuaderno rosa y elevé la vista.
La dulce pequeña de quién sabe cuántos años de edad me miraba con sus cabellos castaños y ojos pequeños. ¿Qué se supone que hacía una niña en una plaza tan sola como está? De milagro sale una persona en un mes y es porque soy yo.
—¿Sí?
—¿No quiere chocolates? —miré abajo de ella, la dulce niña traía una bolsita con chocolates envueltos. Mi estómago se sintió derrepente en necesidad por ellos.
Sonreí amablemente a la pequeña y asentí. Aunque por el barbijo seguramente que fue imposible notarlo.
—¿Cuánto cuesta cada uno?
—1 won oppa. —sonrió. Su sonrisa es...
Extrañamente similar a alguien, la forma en la que sus ojos se achican. Me recuerda a alguien.
—Dame cinco. —ella accedió y sacó de su bolsa cinco chocolates de tamaños iguales, con formas diferentes, más cuadrados que otra cosa.
—¡Park Mina! —un agudo grito me hizo girar hacia la voz. Oh. Dios. —¿Dónde se supone que estabas? —el peli-rosa que llevó observando por casi un mes venía por la misma dirección que la pequeña. —Mil disculpas, ella se escapo. —noté que me miraba.
Sus ojos como dos perfectos caramelos de chocolate brillantes me observaron, tragué con dificultad y asentí. Agradecía muchísimo que nunca saliera de casa sin antes ponerme uno de estos.
—Está bien. —cubrí mi rostro aún más con el barbijo negro y mi gorro gris, diablos, las manos me están picando de repente.
—Oh, entonces gracias, eh...
—Yoongi... - lo interrumpí elevando solo un poco la cabeza. —Me llamo Yoongi.
Sinceramente me esperaba de todo, menos lo que hiciste.
[•♫•]
02/03/10.
❝Retomando lo de en la tarde.❞
❰La verdad es... ¡Que sí me sentí mal Park Jimin!
¡Salíste como escupido! ¡Literalmente, la pobre niña se quejo mientras la arrastrabas! ¡ESTOY MUY ENOJADO E INDIGNADO!
No doy tanto miedo ¿Verdad? No, por su pollo que no, yo parezco un osito con swag enojado. Los ositos son cálidos, yo soy cálido.
Eres el peor, me dolió muchísimo. Más que esa vez que Taehyung me lanzó el servilletero por darle una palmada a Yeontan.
Pd: el jodido coso aparte de mearse en mi gorrito se hizo del dos en la sala. Totalmente asqueroso y consentido por su padre.❱
[•♫•]
Era un nuevo día para mí. Y curiosamente estaba en el suelo mirando el cuaderno rosa. Deje eso en el suelo y camine a pasos lentos a la sala. Era un hermoso martes, a las 4:20 P.M.
—Yoongi, corazón. —me volteé a verla con la botella de agua en la boca. —Por favor hijo. —me miró con el ceño fruncido.
—Pekdón. —dejé la botella de lado mientras limpiaba la gota de agua que escurría de mis labios. —¿Necesitas algo?
—Nada, sólo quería saber dónde estabas. —sonrió y asentí.
Caminó a la heladera donde pude ver que saco su caja de chocolates, mire mejor, estaba vacía, mordí mi labios al ver su cara de desilusión. Escuché un suspiro pequeño y saco una manzana en su lugar. Mamá suele comer un chocolate todos los días después del trabajo.
—No tienes. —asumí ella sonrió y negó. —¿No quieres que vaya? —mi madre me miró casi aterrorizada y negó de nuevo. —Puedo hacerlo...
—No Yoonie, créeme está bien así. —
—Pero madre.
—Olvídalo, solo son chocolates Yoon. Mañana puedo ir por más. —fruncí el ceño.
—Pero, pero-
—No Yoon. —me cortó con la voz preocupada. —Está bien.
—Puedo hacerlo, no te preocupes, de todos modos voy a la escuela, ya puedo usar el bus y...
—La última vez te faltó el aire al llegar, Yoongi, además la escuela es diferente, es más segura y la ciudades... Dios.
Negó.
—Quiero hacerlo, si no lo hago y me acostumbro poco a poco, tengo la sensación de que jamás lo haré. —suspiré. —Sólo déjame salir, estaré bien, es martes de Gyung mamá, no hay nadie ahí. —ella torció sus labios y dejó salir el aire en forma de rendición.
—De acuerdo, pero lleva el teléfono por si acaso. No quiero que te pongas mal. —sonreí y asentí.
- ¿Cuales traigo? -
- Cualquiera está bien. -
- Vamos pide uno en especial, soy malo para eso. - recordé con gracia mientras me ponía mi típico gorro en la cabeza.
- ¿Recuerdas los que me trajiste el otro día? Esos estában exquisitos. - claro que los recuerdo, estoy seguro que son uno de los mejores que eh comido. Sweet chimy. Deliciosos y con un toque ligero e inexplicablemente suaves.
- Lo siendo mamá, esos los compré en la calle. - le contesté poniéndome mi barbijo negro.
- Oh, no importa entonces los de siempre Yoon. - beso mi cabeza antes de partir al calor abrazador. - Ah, hijo. - levanté la cabeza. - Por favor cuídate. - sonreí y asentí.
Salí de la casa con mi camisa cubriendo mi piel, era un cálido día en Busan, perfecto para ir a la piscina o salir con amigos, en desgracia mía son cosas que no puedo hacer. Cosas que nunca hago y con las que eh vivido perfectamente.
El sol alumbraba perfectamente las calles, con tanta gente pasando sin ningún peculiar sentido en sus vidas, ir, trabajar, llegar a casa, comer y dormir. Solo mencionarlo me deprime de una manera única. Es desastroso el final que tendré, después de todo algún día seré parte de ellos, parte de esas personas que de forma siniestra buscan dinero y dejen de lado cosas más importantes.
Un segundo ¿Qué se supone que hago pensando aquello? Oh dios, ni siquiera he acabado la preparatoria y ya estoy pensando en los días en que mi trasero se verá como una polera arrugada.
Reí para mí mismo y entre a la tienda... Corrección estampe mi cara contra el vidrio porque la bendita puerta del demonio estába cerrada.
—Oh diablos.
Miré mal el local y acaricié mi nariz. La tienda que se veía cerrada me hizo suspirar con el barbijo. Llevé mi vista al centro comercial y mordí mis labios.
Allí abría mucha gente. Más en las calles vacías de mi barrio.
Cerré mis puños, me cubrí mejor con el barbijo y mi gorro gris. Entré al lugar, según lo poco que sé de este lugar la tienda tendría que estar a solo un par de pasos.
Mientras más rápido mejor.
Agradezco a todos mis santos por no haberme perdido. Lo curioso fue que al lado de aquella tienda había una nueva música, chocolates y música, oh linda tentación. Mire através del vidrio extasiado con todas aquellos instrumentos, desde hace un tiempo deseaba un piano, quizá para el momento de mi cumpleaños pida una... Quizá. Suspiré y entre a la tienda de chocolates.
El delicioso aroma se introdujo en mis fosas nasales y el barbijo. Note que no había nadie por ahora así que observé todo a mí alrededor.
Wow. No sabía que existían tantos.
Con menta, con almendras, con fresas, de dulce de leche, con no se qué, de una marca que en mi vida -y eso que compró chocolates a menudo- había visto. Esa cosa me llamó la atención, curiosamente estában en las caja del mostrador.
Sweet chimy.
—Buenas tardes.
—Oh Dios. —salté en mi lugar con el corazón apunto de salirse de mi pecho.
¡¿Quién carambas se acerca así?!
—Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento muchísimo ¿Estás bien? —la chillona voz... Por favor no. Apenas levanté mi rostro y la comida de hoy se fue directo a mi garganta. —¿Señor?
—¿Ah? —apenas reaccione cuando lo ví mirandome raro, me pare de mejor manera y carraspee apartando la cara. —Bu-buenas tardes.
—Buenas tardes... De nuevo —rió. —¿Te ayudo en algo?
—¿Ah? Oh sí, Sweet chimy. —apunté a la caja del mostrador. —una docena de ellos por favor.
—Lo siento mucho, pero esos no se venden. —la desilusión llegó.
—Entonces ¿Tiene chocolates con sabor a vino?
—¡Claro! Un momento por favor. —me dejó a un lado. Miré las variedades. Mientras él envolvía con cuidado la bolsita, acomodando dentro de la caja blanca y roja los chocolates, él le ponía empeño. Y yo dejé de observar el lugar para verlo. —No lo había visto antes ¿Es nuevo en la cuidad? —pude vivir tranquilo sabiendo que no me reconoció.
—Algo así. —me rasque la nuca.
Lo miré de reojo. Sus rizos viajaban de aquí para allá, de allá para acá, rosados dulces. Bajé la mirada y giré mi rostro.
—Muchas gracias por su preferencia. —él sonrió de forma melosa y asentí. Dejando de ver los estantes para verlo a él.
—¿Ya puedo recojerlo? —me acerqué lentamente a la caja.
—Un segundo, necesito una factura. ¿Su nombre? —alcé una ceja extrañado.
No sabía que se necesitaba eso, en mi vida lo había visto, bueno, contando las pocas veces salgo supongo que he salido es lógico. Verdaderamente uno nunca deja de ser ignorante.
—Yoongi. —alzó su rostro y me miró a los ojos, como dos brillantes caramelos encerrados en una cuenca. —Min Yoongi.
—Ya está listo... Yoongi. —me sonrió al decir mi nombre.
Salí del local con el corazón en la mano y una sonrisa inolvidable en mi mente, por Dios y la santa Ramona juntos, el chico es. Oh dios.
Llegué a casa y crucé la puerta, alejando esos pensamientos de mí.
—Estoy en la cocina. —la oí desde allí.
Pasé por la entrada, me saqué los zapatos y quedé descalzo, me quite el barbijo y la gorra. El olor a café me llegaba hasta la puerta.
Entre al comedor, la encontré de espaldas mirando atentamente su celular.
—Aquí tienes. —lo dejé en la mesa junto a ella y caminé a la alacena, saqué el café negro y el agua caliente.
—Yoon. —giré hacia ella. Mamá mirába con el ceño fruncido la bolsa roja. ¿Me equivoque? —Creo que hay algo escrito ¿Me harías el favor de ver? —me paso la caja mientras ella devoraba vorazmente su comida.
Con el ceño fruncido mire bien la caja.
Madre de la santísima virgen Ramona.
[•♫•]
10/04/10
❰Un mes y no supero esto:
02/03/10
Tu nombre es lindo chico de la libreta rosa. Yoongi, Min Yoongi. Suena lindo para alguien tímido. ^^
ParkXx.
¿Es en serio? ¡¿Y sí por casualidad mi madre se atrevía a abrirla?! En todo el mes no he vuelto a la tienda.
Haciendo recuento de estas semanas, la verdad es que no supe que hacer, te miraba desde lejos. Sabía que sabías de mi existencia, claro, el primer día después de eso me saludaste a lo lejos con un amigo tuyo. Últimamente está libreta rosa se a vuelto peculiar, la llevó a todas partes, creo que me está gustando. Ja, que cosas.❱
—Repito, deberías dejar eso hermano. —dijo Jungkook, desde el otro lado de la mesa.
Ignoré lo que decía y comí el chocolate que tenía en las manos mientras componía. Últimamente me gustan más las letras algo ligeras, acompañadas de un chocolate.
[•♫•]
24/04/10
❰Dos semanas más y tengo preguntas cachetón.
¿Por qué entrenabas tanto? ¿Por qué estabas en todos los lugares a los que iba? ¿Por qué yo iba a todos esos lugares sólo por no perderte de vista? No lo entiendo, pude dormir y perderme en mi cama, en el olor de vainilla que me encanta y dejar que mi cabeza dejé de pensarte. Porque de verdad, soy un dormilon por naturaleza pero oye, no puedo hacerlo bien.
Ahg, que ganas ser y volver a lo de antes, pero no, ahí estába yo; Min Yoongi, el chico que siempre está con el barbijo al otro lado del salón y el gorro azul o gris.
Ahora se encontraba con un banderín del colegio saltando en la cama mientras euforicamente rogaba que no dejaras de correr.
Jimin ¿Quién tiene el coraje de correr 2000 metros? Probablemente muchas personas, pero de todas solo me interesabas tú. Sí, soné estúpidamente cursi.
Quiero aclarar, que grité muchísimos desde mi habitación, te juro no sabía que nuestra escuela tenía un programa en la TV ¿Puedes creerlo? Gracias a eso pude verte, me alegro en cierta parte, y lo siento, salir tan libremente a los lugares así no es mío.
Más reciente.
Debo decir que lograba reír con solo pensar en como te habías caído, ya había pasado casi tres meses desde que estoy con esta ridícula libreta que se a hecho una compañera. Y también, cada vez me causabas más curiosidad, oh, también me di cuenta de que tienes un severo problema con el chocolate. De hecho, no hay día que no comas más de dos barras más grandes que mis manos.
Además, estás no sólo en el club de basquet, o el de atlétismo, sino que también en el de natación, danza y esgrima.
Escuché por ahí que estás en tantos deportes por una razón, lo haces por tus padres, por enorgullecerlos de ti, también oí que estás considerando hacer no sé qué cosas más, entre ellas una dieta, pero sonries y es raro.
Eres muy raro.❱
Dejé mi libreta y tomé mi mochila, mi vista lo captó a lo lejos, hablando con uno de sus amigos y riendo de quién sabe qué. Mientras yo sólo esperaba atrás de todos que nadie estuviera para pasar a mi “aula”. Habían personas que aún murmuraban si estába muy cerca de ellas, con el tiempo muchos se acostumbraron a está apariencia.
No es que tenga un rostro feo, solo es, otra cosa.
Me senté en un banco, ese que estaba por mucho más separado que el resto, atrás mío había una pared falsa, aquí de supone que es donde paso clases. Podía oír todo, pero nadie me vería. Que vida la mía.
—Sí, estoy en el club hyung. —¿Jimin? Me extrañe.
—Oh Jimin, no entiendo cómo es que puedes con tanto amigo, tus padres deben estar muy orgullosos de ti. Sobre todo porque este tipo de cosas te gustan.
—Ah. Oh. Claro, me gusta, me gusta mucho.
Se oía falso ¿O era solo yo? Qué digo, lo eh seguido por más de un mes, él se escucha malo.
—¡Eso es genial! Uh, me tengo que ir, nos vemos Jimin-ah.
—¡Adiós Namjoon hyung! —una presión más de unió al banco del otro lado. —Ah~
Pensé un poco, mordí mis labios, no tenía idea si funcionaria o no. Miré de derecha a izquierda, suspiré despacio y de mi mochila saqué mi pequeño instrumento. Yo le daba la espalda, él no me vería, y baje mi barbijo con miedo, coloque la armónica en mis labios. Inhale fuertemente aire.
Y comenzé, tarareé una canción pequeña, entre líricas y tonos menos agudos que fluía poco a poco, la armónica irónicamente no era dulce. Mis manos la movían de aquí para allá, cada nueva nota era una cadena para formar una conexión entre él y yo, oh, soné muy fantasioso. Terminé la pequeña canción y saqué la armónica de mis labios.
Oí como salía aire de su garganta. Calló unos minutos.
—No sé quién eres, y tampoco creo que quieras que te vea. —así es. —Así que. Sólo, gracias, y, tocas hermoso. No quiero ser inoportuno, pero han pasado cosas difíciles, eh tenido momentos difíciles. ¿Me oyes? —a su respuesta solo pude hacer sonar ligeramente mi instrumento. —Es un alivio ¿Podrías aconsejarme? —cerré mis ojos volví a hacer sonar mi armónica y apoye mi cabeza en la pared. —Gracias, la cosa es, si me siento prisionero de algo, pero sé que puedo hacer feliz a los demás con eso ¿Estaría bien seguir con ello... Aunque no me guste? ¿Podría salir? ¿Debería aún cuando haga feliz a los que amo?
Me quedé en silenció, sus palabras cruzaron mi mentes, nunca estuve en eso, jamás, porque para empezar mi única ambición siempre estuvo lejos. Pero en su caso, en su vida. Y como fuera ¿Qué es lo correcto? O quizás ¿Qué es lo mejor?
—¡Hey Park! —escuché un gritó y subí mi barbijo. —El entrenador nos llama a los de atletismo.
—Estoy muy cansado, tengo trabajo, además estoy haciendo algo. —¿Estás excusandote? —¿No puede ser luego?
—Sabes que no Jimin.
—Pero, pero.
Oh Dios, ya déjalo.
—No Jimin, hay que irnos.
—Yo. Ah está bien.
Me. hubiera gustado ver y saber lo que sus ojos decían.
Escuché sus pasos. La armónica a mi lado revoloteaba de lado a lado por mi agarre.
Yo aún... ¿Podría responderle?
[...]
Mordí mis labios dejando la libreta de lado en mochila. Me escondía en la graderías de la escuela. ¡Vamos Min! ¡Que regrese el coraje de está mañana!
Los gritos en el baño de corredores de atletismo dejaron de resonar, me encantaría saber cómo termine aquí. Oh, ya recuerdo, tengo que darle la respuesta al cachetón. Observé de derecha a izquierda, agradecía que no hubiera nadie. Inhale y corrí a toda prisa, agarre su mochila, metí la cajita ahí y salí corriendo del lugar.
Llegue a mi salón y respire tranquilo. Espero que sepas apreciar eso mocoso.
[•♫•]
01/05/10
❰Te ví con la armónica que te regalé hace dos semanas, no te desprendias de ella. Tocabas mucho y a todas horas. Admito que al principio sonaba terrible.
¿Terrible? No, malísimo, horriblemente malísimo Park, como para romper tímpanos. Con el tiempo mejoraste. Ojalá nunca sepas que yo fuí el idiota que escribió eso. Aunque creo que no fuí obvio, después de todo no sabes quién carambas soy, estamos en clases diferentes y tampoco soy tendencia en la escuela. ¿Lo hice bien?
━ La música es arte y desahogo, haz arte y desahogate. La música es un escape dulce, un lugar libre. Depende de ti ser libre lindo cachetón.
Pd: cuida de eso. Y. Haz lo que quieras, la vida es una, vive con lo que ames tan dulcemente como el chocolate.
Pdx2: me gusta tu cabello rosado.
MinXx❱
Oculte mi libreta rosa de las personas y la metí a mi mochila. Me pregunto dónde estará mi mejor amigo cuando se lo necesita.
Como no había nadie y estába más solo que Adán antes de Eva agarre mi mochila y partí a mi casa.
Hoy es martes, hoy se cumple casi dos meses desde aquél día que compre los chocolates. Sólo quizá me desvíe más de lo debido, sólo quizás era el camino menos correcto. Solo quizás ahora estaba de nuevo con ese barbijo y mi gorrito buscando entrar a la tienda.
Solo quizá me alegré al verte ahí de nuevo. Y tan solo tal vez tengo curiosidad sobre mi regalo.
Por pajaritos chismosos me enteré que ya no haces tanto ejercicio como antes, que dejaste el modesto club de atletismo y natación, también el de matemáticas y álgebra. Gracias a "Jeon estoy para lo que hyung deseé" me enteré de eso. Me alegra que tengas más tiempo para ti. Me alegra que te hayas decidido por eso.
—¡Buenas tardes! —volcó hacia mi con una sonrisa. —Oh, eres Yoongi verdad. —me hablaba como si nunca me hubiera mandado esa cajita. Ahg y yo que aún tengo secuelas traumáticas. Solo asentí. —¿Quieres algo en especial? —negué.
—Solo unos clásicos por favor. —asintió y se dio la vuelta.
Miré atrás de él una silla y una mesita, la sonrisa fue difícil de ocultar, él tenía la armónica ahí.
—Pensé que no regresaría. —su voz me volvió a la realidad.
—Yo también. Pero las cosas sucedieron así. —me encogí de hombros en mi lugar mientras él aún sonreía.
—Ya veo, es raro ver a alguien con un barbijo puesto en todas partes. —me mostró un eyesmile y siguió con su trabajo. Asentí y gire la vista.
Yo tampoco veo normal que un muchacho de diecinueve años este con un barbijo cubriéndose todo el rostro hacia donde quiera que sale.
—Supongo.
—Está listo. —me miró y sonrió, su voz es igual de chillona.
—Gracias. —agradecí y me acerqué a él, tomé la bolsa en la que seguramente habría una caja y dentro de ella chocolates.
Di la vuelta y salí de la tienda con un suspiro, tenía una canción a medio terminar esperándome en casita. Es un desperdicio ahora que lo pienso.
—¡Espera! —el gritó seguido de una mano tomar mi brazo y ese típico escalofrío me recorrió y di la vuelta. -—Toma estos. —no sé si fue por mis ojos que lo demostraron pero al momento me soltó y en vez de eso me entrego una bolsa diferente, está era blanca. —Espero te gusten.
Mire esa nueva bolsa, la abrí, había una caja celeste pastel con una frase en la tapa.
La música es arte y desahogo, haz arte y desahogate. La música es un escape dulce, un lugar libre. Depende de ti ser libre.
Oh mierda, dime por favor que no se dió cuenta. Un escalofrío enorme me recorrió y solo lo miré y alcé una ceja.
—Preguntaste por estos chocolates la última vez, y. También pareces ver mucho la tienda de al lado. Y también te eh notado un poco callado ¡No es que me guste meterme! Sólo. Yo. Es una frase muy buena y quería entregarte esto. —abrí la tapa, venían envueltos y decía Sweet chimy. —Pero si no quiere o se siente incómodo-
—No. —dije más alto y me miró con sorpresa. —E-esta bien. Tú, gracias por esto.
—No es nada. Perdona por hacerte volver, ten una linda tarde Yoongi hyung. —apenas se fue exhale aire retenido.
Llegué a casa, abrí con ansias la delicada cajita de bombones. Abajo de ellos como la primera vez tenía escrito en la tapa.
01/05/10
Me alegra que hayas vuelto. Te extrañe, no sé qué tan raro suene pero es así. Piensa eso. Suena raro, pero alguien sabío una vez me lo dijo.
ParkXx.
Tinta roja similar a la otra.
Ya son las 23:34 y. Dormir se me hace imposible desde la tarde.
[•♫•]
22/05/10.
❰Han pasado tres semanas y sigo yendo los martes a comprar chocolates tengo frases y conversaciones de 20 minutos. Debo reconocer que los chocolates me están subiendo el ánimo. Hoy de nuevo es martes. Estoy nervioso, por alguna extraña razón me está costando más de lo normal salir a la calle, mamá me mira raro, no es normal que su hijo salga tanto. Estoy saliendo todos los martes por tu culpa.
Después de aquella nota escrita en el interior de la caja le siguió otra. Mamá comienza a preguntar porque no tiró las cajas, me dice: ¿Qué harás con todas ellas? No puedo responderle eso.
Eres callado, me gusta tu cabello^^ por favor vuelve pronto, no me dejes extrañarte más.
ParkXx.
Y otras más que no pondré, porque no quiero.
Pero me alegra, de cierta forma ya no solo lo veo a la distancia, aunque en el colegio nunca estamos juntos por obvias razones y es claro que lo sigo mirando. Aún así, en esa tienda de chocolates es diferente.❱
—¡Volviste! —me sonrió. Mientras dejaba atrás el instrumento de lado. La armónica de ese día.
—Supongo que me estoy haciendo un cliente regular ¿Verdad? —asintió con una sonrisa.
—El chico de la libreta rosa viene todos los martes y come chocolate sin parar por veinte minutos. —tarareó.
—Tú también comes muchos.—él me miró con extrañeza. Me di cuenta, estaba hablando de más. —Digo, si trabajas aquí es por algo.
—Verdaderamente me encanta hacer chocolates y su aroma. —dijo mirando el lugar. —Este lugar es realmente lindo, y está junto a la tienda de música que te gusta.
—¿Haces chocolates?
—No. —rió. Alcé una ceja. —De acuerdo solo algunos.
—¿Cómo los sweet chimy? —se sonrojó y bajó la mirada. Eh pillado tu secreto pequeño Park.
—Sí. Me descubriste. —se ocultó con sus manitos. —Me siento vergonzoso, es tu culpa. —debe estar rojo. Reí un poco.
—Quita eso, son los mejores chocolates de mi vida.
—¿Cómo puede decir eso? —dejó de cubrirse y como lo imaginé estaba rojo. —Alguien tan genial como hyung debe comer muchos con sus amigos. —canturreando lo dijo gracioso.
Cierto, tengo muchísimos amigos, tantos que solo recuerdo a Jungkook y a Taehyung y el segundo chico es mi primo.
—No suelo salir mucho, tampoco tengo tantos amigos, pocas personas me agradan y viceversa. —dije. —Un chico que usa un barbijo y se cubre cuando sale, creo que no es muy bien visto. —miré a mi alrededor, parecía igual que antes, las cajas están atrás.
Cajas que espero no traigan las mismas notas que las mías.
—Y... ¿Yo le agrado? —volví la vista hacia él, me miraba con nerviosismo y una mueca mientras jugaba con sus dedos.
—Sí.
—Que alivio, me siento afortunado. —reí mientras lo veía con sus diminutas manos poner el lazo. —Entonces ya que te agrado. Me siento muy bien, Yoongi hyung. —él siempre dice mi nombre de forma más lenta. Es raro.
Cierto, él es chico que come chocolates y dejá varias notas a un extraño, conclusión; él es raro.
Llegué a casa de nuevo. Abrí la caja. Saqué los bombones. Miré el fondo.
Si somos amigos. ¿Podríamos ir a la feria este martes? ¡Prometo que no hay tanta gente! Es martes, no suelen ir muchas personas, por si acaso llevaré mi barbijo, llevemos ambos uno. Por favor diga que sí.
Pd: vuelve el martes por favor.
ParkXx.
Ir a la feria. Tragué difícilmente y alcance mi teléfono. Llame a mi contacto número dos.
—Jungkook. Necesito una mudada de ropa.
—¿Ocasión? Tú solo sales aparte de la escuela dos veces al año a algo ¿De casualidad irás a la esquina? —por alguna razón me siento ofendido.
—Saldré con un amigo. —oí un sonido seco ¿Se cayó?
—¡No te muevas de ahí! Taehyung, ponte los pantalones ¡Nuestro virgen hyung tiene una cita! ¡¿Que parte de cita no entendiste pendejo?! ¡Y sacate que no va a haber nada está noche!...
—¿Hola?
—Uy, seguía prendida. —colgó.
¿Taehyung? ¿Pantalones? ¡¿Cita?!
—Estoy confundido. —miré mal el celular, ojalá no traigan a su bola de pelos.
[•♫•]
29/05/10.
❰Nunca pensé que mis únicos amigos en el mundo harían un escándalo toda una semana por mi ropa, de verdad que no me lo imaginé. Casi muero entre los dos. Ah, y son pareja, casi me desmayo al saberlo. Nunca me dicen nada sino han pasado por lo menos dos meses.
Volviendo al tema de tu existencia. Pasamos el día en aquella ¿Feria? No sé ni cómo catalogar ese lugar, pero no fue un desperdicio, para nada. Salimos juntos, casi no había gente, lo sentí como una cita y sí, seguramente estoy riendo ahora. Hoy sí puedo decir que tuve una relación amorosa aunque sea falsa.
¿Quién diría que uno se puede casar por un día?
¿Quién diría que terminaría casado con Park Jimin?
¿Quién?
Yo al menos no, es raro, él se volvió más tierno y por alguna razón se tomó el papel en serio.❱
—¿Qué escribes esposo mío? —estando acostado a un lado de mis piernas. Aún con mi barbijo y el gorrito en mi cabeza preguntó.
Cerré el cuaderno y lo bote a un lado.
—¿No te han enseñado que es el espacio personal, Park Jimin? —escuché un bufido y una risilla de su parte. Esta tan cerca que me eriza la piel.
Ahg, hay que repetir la parte en la que digo que se ve tierno y se tomó el papel de esposo muy en serio.
—No, no lo han hecho. —se acercó más a mí, hasta que sus cabellos toparon mi pierna y me vi obligado a darle mi bolso como almohada. Tan caprichoso.
Suspiré tranquilo. Fue un día bueno, pero ahora agradezco estar en la tienda, sentado en el sillón, sin nadie. A solas.
—Gracias. —murmuré.
—De nada hyung, es agradable que salga. —su respiración se hizo más lánguida.
Con mi mano libre, un poco dudoso, la llevé a lo primero que me llamo la atención, su cabellera, rizada, con algunos rulos y rosa, rosa pastel como crema brillante que combinan con sus ojos y piel tersa, o al menos así la imagino. Mis dedos al fin alcanzaron sus hebras, fue un instante, tan suaves, y por alguna razón sin enredarse, ligeros. Tal y como lo pensé la primera vez. Y yo. Me animé a hablar.
—Me gusta tu cabello.
Él se rió un poco.
—Lo sé.
—¿Ah, si? ¿Y cómo? —pregunté burlón.
—Solo lo sé. Por favor acaricié ahí lindo chico de la libreta rosa, nunca me toca, me gusta su toque. —sonrió y volví a las caricias.
—Nunca vas a superar eso. ¡Es vergonzoso! —escuché sus suaves risas.
Lindo chico de la libreta rosa. No suena mal.
[...]
—Ya me voy. —exclame, mirando un poco el lugar por última vez hoy.
Es bastante tarde a decir verdad, lo he traído a su casa, descubrí algo muy curioso. La pequeña que me encontré ese día no era su hermana, resulta que se encontraba de niñero y era por eso que ahí estaba. Aunque el apellido y parecido podría confundir mucho.
—No deberías conducir cuando hay nieve. —rodé los ojos divertido. —Hay muchos accidentes así.
—De acuerdo, no pasará de nuevo.
Él me miró un poco dudoso, pero asintió con una sonrisa. Me gusta eso, cuando sonríe sus ojos se hacen pequeños, y brillan. Sé que hay personas que brillan por ser felices, entonces.
¿Es feliz conmigo?
—¡Park Jimin! ¡¿Qué son estás horas de llegar?! —escuché una vez desde adentro y bajé más mi gorro, dí un paso atrás.
Por pura inercia o acto de reflejo, alejándome de las personas.
—¡Ya voy! Lo siento hyung, mis padres hoy llegaron temprano.
Me anime a subir un poco la cabeza, dí con la de un hombre de aparente de edad avanzada que miraba todo desde afuera, y junto a él se posaba una mujer de porte imponente y mirada frívola. Así que esas son las personas las que le hacen inseguro.
—Lo siento, creo que te metí en problemas. —me disculpe con una pequeña reverencia.
—¿Eh? No, no, no, la pase tan buen, no se disculpé por buenos momentos por favor. —alzó las manos con la intensión de tocar lo brazo, de nuevo me alejé un poco.
—Ten buena noche. —exclamé rápido mi despedida y di vuelta.
Abría la puerta del auto y me metí dentro, poniéndome en automático el cinturón de seguridad.
—¡Hyung! —giré y bajé la ventanilla que daba a su casa. —Por favor no ande en su auto sobre el hielo, y cuídese.
Una media sonrisa se ensancho en mi rostro y asentí.
Otra vez no has visto mi sonrisa por el barbijo.
[•♫•]
13/06/10.
❰¿Quién diría que eres una bestia hasta para comer helado? Gasté muchísimo dinero en ti.
Salimos de nuevo, de hecho, es la tercera vez y en efecto, siempre es un martes.
Justo como hoy, lo curioso es que estoy escribiendo esto mientras estás distraído con una mariposa, me cuestas un dineral Park, muchísimo dinero para tenerte a mi lado. Aunque yo me ofrecí para pagar no pensé que te gustarán tanto.❱
—¡Dejé de escribir y venga a jugar! —levanté la vista, el chillido se oyó desde el fondo. Tiré el libro y me senté de mejor manera, arreglando el barbijo y mi gorro gris. Jimin corría con una ligera capa de sudor y un helado de sabor granizado en su mano derecha. —¡Hola! —se sentó sin delicadeza a mi lado.
—Oye, no seas bruto.
—Lo siento. —se disculpó con una brillante sonrisa y rodé los ojos. —Hyung ¿Cuándo es su cumpleaños? —me acomode el cubreboca.
—Fue hace tres meses.
—¡¿Qué?! —gritó y me cubrí los oídos por reflejo. Termino su escándalo y lo miré mal.
—Oye ¿Por qué gritas? Fastidia mucho que grites. —me sobé la oreja.
—¿Por qué no me lo dijo? —seguía como niño pequeño en un lugar con un puchero.
—No me conocías. —respondí con el ceño fruncido. —¿Cómo iba a decirte que eres mi cumpleaños? Además no es tan importante.
—Me siento mal.—termino dándose golpecitos a su cabeza con un mohín en los labios. —Que tonto era mi yo del pasado. —seguía en su lamento.
—Olvídalo, ni siquiera me importa. No estes mal por algo mío que no me importa. —lo miré de reojo tanto como mi barbijo y gorro me lo permitían.
—Es igual. Me siento mal. —arrimo su cabeza en su mano al lado del banco. -—Hyung...
—¿Mmmm?
—¿Tiene sueños? —dejé de ver el paisaje y giré hacia él. Sus ojos cargados de curiosidad en mí me agobiaron y aparte los míos.
—¿Qué persona no los tiene?
—¿Me diría? —me encogí de hombros.
—Una vez soñé que era Superman y-
—No ese tipo de sueños hyung... —lo miré sin entender mientras él reía. —Me refería a si hyung tenía algo pensado para su futuro, una aspiración.
Ah, así que eso. Volví a asentir.
—Rapear. Mi deseo es estar frente a personas que amen mi música, si me preguntas que es mi mayor sueño, sería eso. Estar enfrente de ellos y cantarles toda una vida. Es mi mayor ambicion. —bajé va cabeza y miré el césped. Una ambición imposible.
—Estar en un concierto, con mucha gente gritando «Amamos a Yoongi, amamos a Yoongi» y hacerlos feliz con su música ¿Eso le gustaría? —me miró con un eyesmile que dejaba sus ojos como dos media luna, me saco una risilla. Ah, este niño.
—Supongo que sí.
—¿Cómo supongo? Los sueños que amamos se hicieron para cumplirse e intentarlos. Si desea eso, estoy seguro que hyung puede.
—Hablas tan sabio, pero ese es el problema. —me miró sin entender. —Tengo ese algo en mí y no puedo. ¿Sabes? Eso quiere decir que entraré en pánico si veo un espacio con mucha gente, incluso dos muy cerca de mí logran torturarme. Por eso tocar el piano o la armónica es tan difícil para mí en la escuela, o salir sin el barbijo y gorro, es extrañó pero me siento expuesto, con miedo y entro en pánico. —tragué saliva y por el rabillo del ojo lo observé. Su mirada triste se dió a conocer con un bulto en sus labios.
—Es triste, hyung debería sentirse un poco triste aveces. —me dijo suavemente e inhale de forma ruidosa.
—Estoy perfecto, con dos piernas y brazos, pudiendo usar mi cuerpo perfectamente. No es malo, no estoy triste, sólo debería controlarme y no tener miedo, y con eso mis sueños se harían más posibles. —tal vez así.
—Podrías cantarme hyung.
—¿Qué? —volteé con sorpresa. Una para nada bien disimulada.
—Tienes que practicar duramente para ser una estrella, serás mi estrella por ahora, quiero oír a Yoongi hyung tocar para mí. —sonrió en grande aplaudiendo. Y yo solo lo mire con pánico.
—No tengo un instrumento, me niego.
¡Pasaré vergüenza!
—No se preocupe, ya lo tengo resuelto. —habló tan calmadamente que casi ni notó su rapidez.
—Espera ¿Qué? —sacó su teléfono y con una sonrisa me mostró un piano. Fruncí mi entrecejo.
—Aquí.
—¿En ese cacharro? ¿Siquiera sirve? —me dio un golpe por mi comentario burlesco.
—Solo toca y no seas pesado. No hay presupuesto para más.
Inhale fuertemente. Hay vamos.
[•♫•]
14/06/10
❰Nunca me vi cantándole canciones a nadie. Menos con esas palabras excesivamente dulces. Siento tanta vergüenza en este instante que podría morir. También me llegó en esa cajita de dulces con tus escritos. Chocolate con forma de notas musicales. ¿Es en serio? La caja de chocolates es bonita.
¿Adivina quién guardó otra caja a su colección? Exacto yo.
14/06/10
Yo creó en usted Yoongi hyung.
Con chocolate y música todo será mejor^^
Esperaré el año siguiente para tener un cumpleaños juntos.
ParkXx
Te juro que me siento horriblemente avergonzado. Aunque debo admitir que cantar para ti se hace un vicio, Park Jimin eres peligroso. Me gusta que estes conmigo. Esperaré con ansias mi próximo cumpleaños.❱
[•♫•]
—¡Ya! Deja de ver la libreta por un segundo Yoongi hyung. —rodé los ojos como de costumbre esté mes.
27/06/10
❰Casi estamos en Julio, y han pasado muchas cosas, como primera, Jimin y yo hemos tenido muchas salidas de amigos, en las que yo voy a la tienda, en las que me ve escribir en la libreta rosa o componiendo, que en realidad no hago y solo hago líneas, jajaja lo siento.
Hemos corrido en un jardín, contando esa vez, es la tercera vez que salgo a otro lugar. Lo llevé al río Han al atardecer un martes, al atardecer los martes no hay nadie. Park Jimin, gracias por correr a mí lado.
Los demás días después hablamos, jugamos aunque no parezca, cantamos, lo veo hacer chocolates como ahora que me salí para dejar este pequeño escrito. Cuaderno rosa, no entiendo que pasa.❱
—Hyuuuuunnggg. —alargó las letras.
—¿Qué es? ¿Qué es? —dejé mi libro de lado mientras el estaba escurriendo en chocolate en un molde.
No sabía que se podían hacer chocolates de una forma tan difícil. Según yo solo ir a la tienda, comprar la barra, derretir y listo. Resulta que hay de todo para rellenar, aumentar el sabor y demás. Mucho trabajo.
—Vamos Yoongi hyung. —miré su carita de reproche y negué.
—Ya hice cinco Jimin, además el barbijo no me deja respirar bien.
—Entonces quite eso de su cara. —limpió sus manos terminando los últimos y sonreí negando.
—Olvídalo, mejor dime¿Te gustó estar el río Han? —esperé una respuesta, al no recibirla fruncí el ceño y levanté la cabeza. Fue muy rápido. Se acercó hacia mí y retrocedí un poco la cabeza. —¿Qué es? —su rostro seguía muy cerca, tanto que estaba poniendome nervioso. —Ya.
Tomé su cintura con mis manos. Estaba casi encima de mí.
—Solo espera un segundo. —lo mire con desconfianza. —Por favor.
—No. Déjame, Jimin no me toques. —puse fuerza en mi agarre para sacarlo de encima.
No me gusta.
Mis manos agarran con más fuerza y aprietan sin cuidado su carne.
—Ah. —un sonido de dolor salió de sus labios y mi mente paro en seco su acto. No pude hablar, mi fuerza se desvaneció.
—Lo siento.
—Tranquilo, relájese, basta. Hyung no le haré nada. Jamás podría. —sus ojos con tranquilidad me transmitieron calma.
Dejé salir aire y aligere mi agarre sobre sus costados. Tenía miedo de dejar marcas en su piel. Temía por él.
Por primera vez en mi vida me da más miedo alguien que mi mal.
Sus dedos hacen un recorrido en mis mejillas, pasan por mi mandíbula, acomoda mis cabellos. Él tomo la tela de mi barbijo, mi gorro fue subido. Sus ojos miraban fijamente los míos. ¿Estás intentado transmitirme calma? Mi piel fría se siente tibia de a ratos. Me cuesta tragar saliva, siento un nudo enorme. ¿Sabrás lo de la armónica? ¿Sabrás sobre ese consejo? ¿Sabrás sobre mis notas en el cuadernillo rosa? Bajó el barbijo por primera vez después de mucho.
—Verdaderamente eres un chico lindo hyungnim. —murmuró al verme. No quiero abrir los ojos.
—N-no me gusta, ponme eso y sal de encima, me estás incomodando. —pronuncié con dificultad.
—Nunca te eh visto. ¿Por qué te ocultas?
—Ya te lo había dicho, solo déjame por favor. —agarré con más fuerza el sillón. Escuché su respiración sobre mí, sigue sentado en mis piernas. Sus dedos se quedaron en mis mejillas, abrí los ojos y alcé el rostro, su cabellera caía por su frente y brillaba hermosamente.
—Por favor, estás bien hyung. —se acercó a mí.
—¿Qué estás haciendo? —dejó un casto beso en la punta de mi naríz. Quede petrificado.
—¿Qué pasó antes hyungnim? —negué, porqué no pasó nada, es así, el miedo me recorre, la vergüenza, el temor de la gente al ser tocado, al ser sólo visto. —Está bien, las cosas pueden salir así supongo. Yo solo. Quería decir... Gracias. —tragué. Me miró, me encontré con sus ojos. —Por ser el hyung de la armónica que me dio ese empujón y fue mi música, gracias. —se tumbó en mi hombro y su cabeza quedó en mi pecho, me quedé sin saber que decir realmente.
—Lo sabías. —murmuré.
—¿Te enoja? —negué, su aliento se sentía cálido. —Era obvio, luego de conocer a hyung, se volvió obvio, hyung estudia en mi escuela, hyung me conoce, Hyung... —salió de su escondite, sus mejillas ardieron y se colorearon. —Me mirá desde mucho antes.
Así que también lo notaste.
—¿Se veía psicópata? —él se rió y se acomodó en mi regazo.
—Un poco al principio, después no lo ví malo, nunca hacía nada, mis amigos dijeron cosas sobre usted. Me di cuenta que solo parecia curioso de mí. —rió nuevamente. —Aún no entiendo por qué yo. ¿Usted sabe? —me miró con una sonrisa.
—Tu cabello. —sus ojos estaban llenos de duda. —Ame tus rizos desde el primer día, me gustaron, como Coreano que soy, sabía que tu cabello era solo tinta, pero esos rizos, esos no lo eran, debían ser naturales. Me llamaron la atención, fue lo primero que me llamo la atención de... El chico nuevo de Busan… El chico Sweet chimy. -
—Deja eso, se vuelve vergonzoso hyung.—se llevó las manos al rostro por el sonrojo que nació de sus cachetes.
—Me parece tierno.
—¿Puedo hacer una pregunta? —asentí y él dejó de taparse, seguía rojo. —¿Soy el primero? —lo miré dudoso sin entender su pregunta.
—¿En qué?
—Quiero decir -—aclaró su garganta. —soy el primero al que hyung puede tener tan cerca como para estar sentado en sus piernas. —miré abajo y. Efectivamente era cierto. —¿Soy el único o. No? Solo es... Un poco de curiosidad. —bajó la mirada con vergüenza.
—Eres el primero... —buscó mis ojos. —Con el que dejó que se acerque de esta manera. Park Jimin es el único. —sonrió en respuesta con una linda curva acompañando sus mejillas. Una pequeña melodía salió de sus belfos, aún su voz es chillona.
—Me alegró. —Mi corazón vuelve a latir muy rápido. —Ya que no pude regalarle nada. —habló nuevamente. —¿Hay algo que quiera?
Inhale el aire chocolatoso de su piel, por estar tanto aquí me eh impregnado, y todo él y todo yo también. Chocolates Jimin, eres tan dulce como el chocolate.
—¿Puedes hacer Sweet chimy para mí? —sonrió.
—¡Claro! Haré una caja para usted. —rió mientras me miraba. Carraspeé y giré la cabeza.
—Entonces, escuché que tu cumpleaños está cerca. —él seguía encima de mí. —Tú también pide algo.
—¿De verdad puedo pedir algo? —asentí contento al verlo tan feliz. —Entonces. —se mordió el labios. —¿Puedes tú también hacer música para mí?
Llegué a casa de nuevo, mamá me preguntó donde estaba, se veía contenta. Su hijo sale de nuevo. Entré a mi cuarto. Abrí la caja de chocolates con la frase chocolates y música.
27/06/10
Mi corazón late muy fuerte por hyung. Ser el único para hyung me gusta, aunque quisiera que sea más liberal. Cómo sea, amo a hyung. Hyung es mi música, hyung es la libertad en mi vida.
ParkXx.
[•♫•]
23/08/10.
❰Jimin-ah, es octubre y. Eres totalmente sorprendente, te dije mi miedo, me entregaste chocolates, te conté mis sueño, me diste dulces melodías. ¿En serio organizaste un mini concierto después de que mostré mis composiciones?
¿En serio cantaste a mi lado?
¿En serio dijiste te amo mirandome?
¿En serio golpeaste a ese idiota por mí?
¿En serio cante en frente de tanta gente por ti?
¿En serio estamos ilegalmente en la tienda de chocolates a las diez de la noche en pleno invierno solamente porque querías volver el tiempo a cuando nos encontramos? Y por última.
¿En serio esto es real?
Jimin, te has vuelto mis melodías, las dulces melodías de mi retraído corazón. Me siento en peligro, me has expuesto como nunca antes lo habían hecho, quemaste la distancia y nos uniste, uniste la música y el chocolate de forma perfecta.
Y me deje ser, y caí esa vez ese te ví el primer día de clases que el auto me falló.
No tengo escape de ti, o más bien, no quiero escapar de ti. A lo lejos estás un asiento estás mirando la nada, la distancia y el silencio de luto nos rodean. Después de ese te amo que jamás entendí te escondes.
¿Qué hay atrás de tu lucro silencio hoy?❱
—Estás callado. —murmuró y dejé la libreta.
—Siempre lo estoy.
—No, conmigo no es así, aún si no habló, después de tantos días hablas primero.
—Supongo. —me encogí de hombros.
El silencio matador salió a flote.
—Hyung... —me llamó y lo veo.
—¿Qué sucede? —me miró con los los preocupados sin poder disimular su pena.
—Hyung. —volvió a llamar de forma lastimosa.
—¿Qué ocurre?
Su cálida mirada se deja ver en sus perlas y aún así parece asustado ¿De qué? Me gustaría saberlo, pero hay una barrera que no me deja leerlo del todo.
—Esa vez que me dijo que haga lo que deseé, que la vida es una y tengo que vivirla dulce y felizmente. ¿Aún sostiene eso?
Asentí sin duda.
—Lo hago, vivir la vida como una. Sin temor, sin arrepentimientos, así deberíamos vivirla. —se calló, sólo se encuentran nuestros ojos y su miedo.
¿Miedo a qué?
No lo sé, pero hay está, pero mirándome con miedo y resaltando entre los ruidos de afuera, sus labios temblorosos por decir cosas que seguramente lo atemorizan. Lo veo, algo lo está matando y su boca quiere gritarlo de una.
—Me enamore...
—¿Qué?
El aire se escapo de mis pulmones y él sonrió tan triste.
—Me enamore, y no sé si deba decirlo. —¿Qué es este ardor en mi pecho? Duele mucho. Él solo giró y me evito. —No sé si deba arriesgarme a perder a esa persona. ¿Sabe? Esa persona se volvió mi música, así como hyung hablaba los martes. Esa persona se volvió mi inspiración.
—No sé... —hablar derrepente se complicó. —Qué debo decir.
—Quiero tomar el riesgo, y besar a esa persona, pero no lo sé. —su mirada y la mía de toparon. —Yo... ¿Debería aún con los riesgo... Seguir el consejo de hyung?
—¿La amas?
—Lo amo.
Mi corazón duele y quiere llorar.
—Entonces hazlo, no tengas miedo y dile que la amas. —aparte la vista y se corto nuestro contacto visual.
—Pero es un chico.
—¿Eso te importa? —me giré por completo a él con mis ojos ardiendo por llorar.
—No quiero perderte hyung. —perderme ¿Te refieres a incomodarme? Lo siento, justo ahora quiero salir corriendo y meramente es por lo mucho que en mi pecho se enciende una tormenta. —Tengo miedo que te vayas de mi lado.
—No lo haré. —me miró. —Así como yo hoy gracias a ti hice mi sueño realidad, no importa que pase, así como tú hoy yo estaré ahí, y si te rechazan, recuerda que seguiré ahí... —mi garganta se quede sin aire y los clavos mentales atraviesan mi piel. —Jimin es el dulce de mi vida, lo cálido de mis melodías, está bien quien sea, solo si Jimin es feliz con eso pienso debería hacerlo.
—¿Puedo amar a esa persona hasta mi muerte hyung? —sus ojos con dolor me ven. Basta.
—¿Por qué me preguntas esto? —mi mano da un fuerte golpe que resuena en el sillón. —No sé de esto, no sé nada de amar y ser correspondido de esa manera. —me miró con temor. —Ahg, Jimin ¡Deja de mirarme así!
—Esa persona es mi música hyung. —lo miré mal y dolido, me aleje de él.
—Detengase.
—No puedo.
—¡Pues hazlo! No quiero escuchar.
—Tú... ¿No lo entiendes?
Sus ojos parecían querer gritarme en cualquier momento.
—¿Qué debería entender?
Se rasco la cabeza y pasó sus manos por su rostro.
No entiendo, sus ojos se levantan y me buscan, están lastimeros, están con dudas y preguntas. Jimin es valiente, tanto que me da la cara y al fin habla. Tanto que hace encender el viento y parar la tormenta.
—Entender que desde hace mucho eres mi música idiota. —mis ojos se abrieron desmesuradamente. —Eres lo que me hacía falta, la música es paz y desahogo. —se acercó a mí. —Amo la música y Yoongi hyung es mi música.
—Yo... No te estoy entendiendo. —me miró con desesperación, y finalmente estába a un paso de mí. Sus torpes manos jugaban entre ellas, mientras mordía su labio y sus mejillas se hallaban rojas. Sin pedir permiso tomó mi mano y la entrelazó, su respiración es lenta ese centímetro de más se volvió más distancia. Sus ojos no eran como al principio. Algo cambio. Algo no es como antes. —No lo entiendo. —apoyo su frente en la mía negando.
¿Cuándo llegó hasta aquí?
—No hace falta. —murmuró contra mis labios.
—Quiero hacerlo.
—¿Recuerdas lo que me dijiste ese día que te pedí consejos? —me extrañó su pregunta, pero se vio opacada por su cercanía. Estábamos tan cerca... Asentí. —Te lo eh repetido incansablemente hyung, amo la música que me mostraste, porque desde ese día fue mi libertad, mi escape, mi forma de decirme que era suficiente aún si en ella no habían letras. Ame la música. —una lágrima bajó por sus ojos. —Tú te volviste mi música tonto...
Quise tomar distancia, pero mi cuerpo no reaccionaba y solo lanzaba murmullos sin razón.
—Ji-Jimin-ah..
Negó rápidamente y me agarró con fuerza de los hombros.
—Si vas a decir algo malo, sólo cállate, no es mi culpa estar enamorado de ti, no me gustaban los hombres y tuve muchos problemas con esto. —otra lágrima cayó por su piel. —Queria borrarlo totalmente, no quería verlo a usted como eso, y-yo. Me sentí tan enfermo. —una mano mía subía a su mejilla para limpiar su rostro.
—Lo siento.
—Quise sacarlo de mi mente, de verdad quería borrar el deseo de escucharlo cantar para mí, de preguntarme a diario como sería un beso suyo, como sería si su corazón fuera mío, como sería tomar su mano o sentarme en sus piernas y que acariciara mi cabello siempre. —sorbió su naríz. —Mamá decía que no era normal y traté, traté mucho, quise poner mis ojos en otras personas, en una mujer, en una chica...
Te duele, lo siento. Golpeó mi hombro con su puño.
>>Pero. Cuando pensaba en mi futuro olvidaba todo. Y siempre al final fue lo mismo, eras tú, siempre tú, cada martes a las 4:30 siempre era Yoongi hyung y su barbijo, y aunque no me dejó ver su rostro lo imaginé.
Apartó su mirada lacrimosa. Mi mano acarició su piel.
>>Mucho más, muchas noches, muchos días. Y me dí cuenta, la razón de porque pensaba en hyung…
Se mordió el labio y bajó la mirada.
>>Es porque hyung se robo mi corazón sin saberlo.
No aguante, lo abracé y él se aferró fuertemente a mi espalda, lloró, sus lágrimas mojaron mi abrigo y su cuerpo casi se deja caer de no ser por mí, es la primera vez que abrazo a Park Jimin. Y sus sollozos nos acompañan.
—Tranquilo. —llevé mi mano a su espalda, subía y bajaba, poco a poco su llanto ceso. Poco a poco.
—L-lo siento tanto...
Suspiré teniéndolo ahí, no sabía que decir ¿Qué decirle? No sabía porque estaba tan contento y lo apegue más a mí.
—¿Hiciste muchas cosas tontas? —sonreí al sentir sus labios curvarse a la par de míos.
—Recuerdo haber golpeado a un chico por llamarlo de forma mala, y ser expulsado más de una vez por no poner atención. Hyung... Siento haberme enamorado de usted. —
Tú tampoco lo comprendes mocoso.
—Jimin-ah. —lo separé de mí me miró con dudas.
—¿Sí? —llevé mi mano a su piel, a su mejilla que seguía húmeda por su llanto y sonreí.
—Tú también eres mi música, Jimin posee el nombre de mis dulces melodías, Jimin se volvió lo dulce de mi vida desde hace mucho.
Y eso bastó para que su llanto volviera, reí volviendo a acariciar su espalda, mi mano descendía y se levantaba, él llora en mi hombro con mucho fervor.
—Gracias... Gracias. —se oían desde mi pecho, murmuraba y sollozaba. Miré a la nada.
Hoy dije que amaba a alguien, esa persona llora en mi pecho justo ahora, no tengo la libreta para decirlo, pero es cálido, el niño que tengo en mis brazos es cálido. Jimin, ojalá podamos hacer música toda la vida, ojalá podamos seguir así toda la vida.
[...]
—Aún así podrías dormir aquí, el sillón es grande. —negué con una sonrisa. —No trajiste tu auto hyung, por favor. —me miró suplicante.
—No te preocupes, estaré bien. Diría nos vemos mañana en la mañana, pero no hay clases por las vacaciones invernales. —suspiró y asintió.
—Desde ahora, espero que hyung pueda cantar más seguido, a los chicos le gustó. —mencionó con un sonrojó. Sonreí con gusto.
—¿Realmente?
—¡Sí! —me miró emocionado. —A Taehyung y Jungkook, Hoseok hyung y Jin hyung con Namjoon y Chanyeol hyung con Baekhyun hyung. Dijeron que estan ansiosos por el próximo martes. Aún no entiendo, ¿Por qué los martes?
Le sonreí antes de hablar.
—Te ví por primera vez un martes, dormí el primer día de clases y el siguiente fuí, por eso, martes conocí a lo lejos al peli-rosa de rizos hermosos. —él rió con más vergüenza y agachó su cabeza.
—Entonces... —mordió su labios mirándome. —¿Nos vemos el próximo martes? —reí por su colorada cara y asentí.
—¿Está vez no tienes una cajita para mí?
—Está vez no. Lo siento. —me miró apenado y negué. —Entonces... Adiós, cerraré la tienda y tomaré un taxi, usted váyase mientras tanto, quiero verlo partir y estar tranquilo. —dejé de sentir la lana de sus guantes. —Y —volvió a tomar mis manos. —por favor cuidado con el auto, escuché sobre la tormenta de nieve está semana, posiblemente caíga el lunes o después. —sonreí por su preocupación y asentí. Dejé de tocarlo.
—¿Estás seguro que no quieres que te acompañe? —sus ojos desaparecieron cuando rió y negó.
—Ya váyase. —lo miré a mala gana. —Si hyung no se va entonces lo besaré.
—¡Ya!
Retrocedí inmediatamente dos pasos con miedo. Él lanzó una carcajada.
—Es mentira pero ya vaya, yo estaré bien. —suspiré rendido y di vuelta.
—Ah tú. —antes de partir me volteé una última vez a verlo. —¿Estás usando la armónica?
—Cada día mejoro, algún día lo tocaré tan bien como usted. Lo prometo.
—Es un alivio. —bajé la cabeza asintiendo. Miré al frente y di un paso y luego otro, mi corazón se sentía tan feliz que mi mente de nublaba de eso. Ojalá mañana fueran martes, aún salir es difícil, quizá algún día cantaré para todos. Para mí mundo. Para Park Jimin.
—¡Yoongi-ah! —volteé la cabeza. Estaba con una sonrisa, mi corazón pálpito rápido y muy fuerte. -—¡¿Volverás el próximo martes?!
Me miró confundido, sonreí.
Y corrí de vuelta, el frío me hizo reír, sus ojitos pequeños y apenas abiertos me hicieron quedar hipnotizado, embobado, feliz. Llegué a él, tome su cintura con ambas manos y lo alcé.
—¡¿Qué estás haciendo?!
Chilló con horror por mi acto.
Negué, e hice lo que ninguno hizo antes. Lo besé, uní mis labios con los suyos, bajo la nieve, bajo la nevada, bajo las estrellas. Besé los labios del chico de la tienda de chocolates con fulgor y dulzura, y claro, estoy seguro que en medio de la tela que nos teñia de nieve se vio evidente mi inexperiencia.
Solo fue un contacto, pequeño, de labio a labio.
Y aún así me dí cuenta que sus labios fueron hechos para los míos, para toda la vida, él para mí y yo para él. Para permanecer juntos.
Para la música con chocolate. Para la armónica y los Sweet chimy. Sus manos se enterraron en mis hombros con fuerzas y me atrajo más a él, le robo el aliento a mi boca inexperta y arrebato la inocencia de mi beso primerizo, porque se volvió suave y al mismo tiempo hambriento. Con sus manos cada vez más fuertes queriendo más contacto con mi boca.
El aire faltó y aún arriba sonrió en mis labios, sus gruesos labios sobre los míos delgados.
—Volveré el próximo martes... Lo prometo.
Se lo prometí con la voz entrecortada, sellandoló con mi respiración rápida.
Él asintió, y yo preté su cintura uniendo nuestras frentes. Mi aliento salió frío. Sus brazos pasaron por mi cuello y me atrajo de nuevo a sus belfos.
Con ternura, con suavidad y cariño. Lo solté y baje, los copos de nieve cayeron de forma hermosa su cabellera rosa.
—Cuidado con el hielo, por favor conduce con cuidado. —asentí. -—Y. Vuelve el martes...
Di un pequeño beso en su frente. Acaricié sus cabellos y cerré los ojos cuando me abrazó. Mis brazos lo acogieron.
—Es una promesa, cachetón.
Con el frío en mi cara corrí a mi casa. Con una sonrisa de lado a lado, con mi pecho queriendo más y el corazón agitado.
Llegué a mi hogar, abraze a mi madre. Se extraño y me preguntó que pasó, le bese la mejilla y quedó estupefacta.
Me hizo preguntas. Las respondí. Le conté de él. Y me abrazó.
Saque el cuaderno rosa cuando llegue a la habitación.
23/08/10
❰A seis meses de conocerlo nos hemos besado. El próximo martes iré a verlo.
Aunque no sé si logre contenerme hasta ese día❱
[•♫•]
—Jimin-ah, no puedes quedarte allí, el centro comercial está por cerrar.
—Lo sé Hoseok hyung, pero. Tengo algo que hacer. —el menor mirába como las luces eran apagadas.
La agradable tienda cerraba sus puertas.
—Jimin. Creo que el chico no va a llegar de nuevo. Además puedes ir a su casa a verlo si es que no puedes por las vacaciones invernales. —miró la puerta, con la esperanza de que esas botas negras, el inconfundible barbijo y el gorro gris aparecieran.
Dos semanas, dos semanas en las que había esperado como loco a que Yoongi apareciera, en las que no lo había visto, en las que nunca llegó a la tienda, en las que no recibió más martes como antes.
—Está bien hyung, no se preocupe, ya me iré.
—Cuidate mucho. —Hoseok colgó la llamada. Y Jimin suspiró.
Llevó sus ojos a la nieve, con esperanza. Pero no pasó. Y giró la cara y miró el hielo, sólo lo desesperaba más verlo. Su pecho dolía
¿Por qué no sale? Mordio sus labios. Dijo que volvería ¿Por qué no lo hacé? Sabe de su timidez, y sobre aquella condición del pelinegro, sabe que el más grande es retraído. Y un recuerdo lo mando a querer entumecerse de miedo ¿Es quizá por los los besos?
Quiso mandar a la mierda ese momento con tal de verlo. Las nueve en punto tocó, bajo la cabeza con tristeza y cerró todo, la tienda no permaneció abierta más tiempo, eran las 9:10 PM y todo se apagó por tercera vez.
Su sonrisa era forzada, sus ojos no mostraban su alegría, sus largas ojeras mostraban su cansancio, como antes de la armónica y los chocolates, como antes de Yoongi. Colocó el candado con cansancio, miró las calles frías, frotó sus manos y camino. Sin saber muy bien donde quería ir. Oh, claro que sí, quería ver al azabache, a su piel pálida, a sus tímidas palabras y sus hermosos ojos rasgados.
La naríz le picó sin ser consciente una lágrimas se derramó de su rostro.
«Mañana llegará, mañana lo hará.»
Pero era en vano, porque Yoongi jamás llegaba los miércoles y sus encuentros solo eran días martes, días hermosos, días alegres.
La presión en su pecho aumenta con cada paso. Le paso algo malo, le dolía el pecho, ardía su boca se secaba cada vez más. El local de electrodomésticos sigue abierto y la luz le alumbra la cara, su nariz roja, sus temblorosas manos y las lágrimas inconcientes. Una piedra lo hace parar el paso cuando el instrumento de aire cayó de su bolsillo.
—Diablos. —entre murmullos maldijo, la presión a esa hora era desesperante, el aire le faltaba. Y levantó la cabeza, los ojos de Park se encontraron con la peor escena de posiblemente toda su vida.
Todo estaba mal, terriblemente mal. La desesperación salió de nuevo, el aire se le cortó ¿Por eso era? No supo muy bien nada hasta que se encontró a sí mismo corriendo apretando con fuerzas el instrumento.
Golpeó a miles de personas, el corazón se volvió pesado y la fricción en su garganta llegó a desgarrar por dentro.
Llegó a la puerta y sus nervios los trato de controlar, no era seguro y seguramente espantaria a cualquiera así. Tocó dos veces, alguien salió. La vió y la vida se le fue en ese instante, con ojos rojos y mirada triste. La mujer ladeó su cabeza.
—Buenas noches. —hizo una reverencia.
—¿Tú eres Jimin? —el peli-rosa sin pensar cómo la mujer sabía de él asintió. —Ya veo ¿Quieres pasar? —asintió nuevamente y ella se hizo a un lado dejándolo pasar hacia la sala.
—Lamento venir tan tarde, señora.
—Olvídalo, está bien y, sólo llámeme Sunhee. —el menor se sentó en uno de los muebles y la miró irse al contrario, su expresión demacrada lo hicieron tragar duró. Ella tomó una de las dos tazas ahí. —Toma, te ves agitado. —le tendió una raza de té, Jimin la aceptó y bebió un sorbo.
—Se- digo Sunhee, sé que es tarde, y que las cosas están un poco raras, pero si ya sabe de mí, también debe saber por quien vengo. —ella asintió. —¿Puedo ver a Yoongi?
—… No.
Jimin comenzó a mover sus manos sin orden.
—Sunhee, soy amigo de Yoongi hyung, sé que puede estar dormido pero, quisiera verlo. —la pálida mujer negó nuevamente. —Sunhee. —frunció su ceño. El pecho, por alguna razón, no iba bien.
—¿No te enteraste, verdad?
—¿Enterarme? ¿D-de qué podría enterarme? SunHee, por favor yo...-
—Lo siento mucho Jimin. —susurró.
—Ya. —se rió con los ojos ardiendo. —¿Por qué pide perdón? No es, si culpa que hyung este dormido solo, dígale que lo extraño y... Y...
—Yoongi no está Jimin, ni aquí, ni en ninguna parte del mundo. —la sonrisa falsa se le cayó. La taza cayó de sus manos, se rompió el mil pedazos que rebotaron en todo el lugar. Le temblaron las piernas y negó, negó cuando ese ardor traspaso su cuerpo, negó cuando estés palabras quedaron grabadas en su mente, negó cuando sintió que una parte de él se salía de su cuerpo.
—¿Dó-dónde está Yoongi?
La voz se le rompía a cada sílaba, el su cuerpo tembló, tirito, crispo.
—No está. —ella negó, con sus ojos comenzando a cristalizar.
—No, no. —se paró. —No puede ser, Sunhee-ah. ¿Qué está diciendo? Yoongi tiene que estar aquí. ¡Está es su casa! —gritó obvio, la miró, rogaba, rogaba que se riera de él. Que todo fuera una broma... —¿Dónde esa Yoongi? —sollozó, su pecho se agitó, su cara se tornaba roja por el aire que le faltaba, la madre negó. No supo que hacer y.
Ella solo negó.
—Lo siento...
Negó y negó, incrédulo, el ardor cambio, se volvió un incendio, lo quemó.
—Estás mintiendo.
—Fue un accidente Jimin, un lunes... No volvió a casa.
—No es real, no...no... Él dijo que vendra, los martes... lo prometió. —sus ojos se cristalizaron. —él me cantará... Él, él. —la mujer se negó. —Yo lo ví irse, está bien, por Dios él no... ¡No! -
—Fue un accidente... Chocó.
—No, no, no, no, no. —su cuerpo cayó contra el suelo lentamente.
—Salió en la tarde, hace tres semanas, un lunes. —¿Por qué duele? Quiere gritar. —Le dije que hacía mucho frío pero solo sonrió y dijo "mamá no te preocupes" le entregué las llaves del auto y se fue. La tormenta llegó, y los frenos no sirvieron, el hielo lo arrastró por las calles... El auto salió del carril en contra ruta. Los semáforos alumbraron verde. Y... todos ellos chocaron con él. —Jimin rompió en llanto. —Murió ahí instantáneamente, golpeó su cabeza muy fuerte. No pudo.
—¡Alto!... Sólo, etengase... Por favor... —arañó el suelo, y lo golpeó, golpeó tan fuerte el mármol que sus nudillos de volvieron violáceos. No era verdad, Yoongi vendría a él ¿No? Era miércoles, solo tenía que esperar ¿Verdad? —Él no se fue, aún había manera, aún.
—No, no Jimin, no hay forma en la que pudiera salvarse, golpeó su cabeza. E-el auto quedó hecho trizas, todo se quemó. Todo.
—Mientes, mientes, yo lo ví, él estaba bien, él sonrió, él no... Él no se fue. —la mayor lo acogió en su brazos, el menor lloró en su pecho. —Es mi culpa ¡Es mi culpa! Yo le dije que volviera, si tan solo lo hubiera dejado él no-
—¡No es así! —lo tomó fuertemente de los hombros para que la mirase. —No hables de esas cosas Jimin, no fue tu culpa, de nadie, fue un accidente. Mi hijo dijo que lo hiciste muy feliz...
—Él... ¡ESTÁ Muerto! ¡¿Qué clase de felicidad es esa?! ¡LO MATÉ! ¡LO MATÉ! ¡YO LE DIJE QYE LLEGARA! ¡YO... yo-
—¡No es así Jimin, no es así! - lo tomó más fuerte y lo hizo verla a los ojos. —¿Piensas mandar eso al bote? ¡Mi hijo sonrió estos meses gracias a ti! —apretó sus hombros. —. Mirame Jimin, mirame. Fuiste lo que Yoongi más quiso. ¿Sabes que él me contó sobre el concierto? —acarició sus mejillas.
Jimin negó.
>>Lo hizo... Me contó de sus salidas... Me contó de las frases ¿Sabes lo feliz que mi hijo era con eso? Una persona que tiene miedo a salir y es tan solitario... Dijo que amaba tus cabellos.
Subió una mano y los acarició. Una lágrima cayó por los ojos de Park.
>>“Tan rosas y suaves. .. Qué podría tocarlos toda la vida” eso dijo, lo ví, él siempre fue feliz a tu lado. Lo hiciste feliz.
Jimin la abrazó sin poder más y ella lo acogió en sus brazos acariciando su cabeza.
>>Debiste verlo en sus ojos, el hecho de que Yoongi hiciera una vez lo que ama junto a ti... Lo hizo muy feliz.
SunHee lo abrazo, como su pudiera rescatar un poco de los pedazo de ambos.
Pero eso era tan imposible.
>>Gracias por hacerlo tan feliz este tiempo, Jimin.
—No... No. ¡No! ¡No! ¡No! ¡NO! ¡YOONGI-AH! —SunHee lo apegó a él con los ojos cerrandos. —¡YOONGI-AH! ¡MIN YOONGI! Te amo... Te amo... ¡TE AMO! ¡TODAVÍA NO ERES UNA ESTRELLA…! ¡NO PUEDES... sólo dejarme aquí! No puedes irte... Po...por favor... Por favor... Yoonie... no me dejes.
Cerro sus ojos, llenos de lágrimas.
>>Todavía te amo demasiado.
[…]
Parado frente a la puerta de allí, el sol ya salía, la tormenta dejo de caer sobre Busan y dejó dos corazones destrozados miradose fijamente.
—Yo... Siento mucho el escándalo Sunhee. —murmuró con la voz ronca.
—Lo comprendo. —sorbió su nariz asintiendo, con una pequeña sonrisa lánguida. —A él no le hubiera gustado que te culpes... Ni verte así.
—Lo sé. —limpió con su mano una lágrima traicionera que cayó. —Yoon me hubiera golpeado la cabeza y hubiera dicho, “eres un mocoso idiota, nada es tu culpa, nunca lo sería así que deja de tirar mocos así”
Rió sin ganas e inhaló aire.
—Era muy liberal contigo, verdad.
—Mmmm. Lo era. —bajó la mirada y rápidamente la subió al cielo inhalando. —Espero verla de nuevo.
—Yo también.
—Entonces. Adiós Sunhee.
Elevó la mano haciendo ese característico ademán de despedida.
—Hasta pronto Jimin.
Dio vuelta, tomó el picaporte de ahí, pero su rostro fue hacia las escaleras, donde el gorrito colgado con el color azul estába, el gorrito de siempre, con el barbijo negro a su lado, la nieve cayó en su cabeza y apretó el agarré sobre su armónica.
—Adiós... Yoongi-ah.
Sorbió su naríz y se enterró en la nieve que cesó.
Busan llorá hielo, el gorro azul se mueve al son del frío con el barbijo.
Yoongi también le dice adiós.
[•♫•]
02/02/11.
❰Dos de febrero del dos mil once.
Hoy se cumplen, casi seis meses de ese día.
Me gradué de la escuela, me alejé de casa, me hice amigo de Jungkook y Taehyung, y creo que estaré en clases de piano.
Suelo tocar mucho esa canción, aquella que me dedicaste siendo un par de amigos.
Esa que dice.
Y sí la vida es buena con música, comamos chocolates para hacerla mejor. Oh yes, juntos es mejor. Saying we love you together is better.
Desde hace mucho es mi canción de todos los días, la reproduce de memoria en las mañanas, no preguntes por qué, sólo digamos que las cosas no han sido sencillas.
También dejé de trabajar en esa tienda, y la armónica se volvió derrepente mi único sustento. Me mudé recientemente a un nuevo lugar, lejos del ayer y el dolor, pero ¿Sabés algo tonto? Fracasé.
No estés decepcionado, realmente lo intento.
Eh seguido mi vida lo mejor posible ¿Sabes? Oficialmente soy un bachiller, ya lo dije, pero sé que te gustaría que lo diga.
Este año estoy estudiando en una universidad, una vez me lo platicaste, detestabas la escuela, pero querías estudiar composición. Estoy estudiando para ser un doctor, lo sé, muy lejos de donde soy feliz.
Tu madre y yo hemos hecho una buena amistad, han pasado solo seis meses y nadie quiere ir a tu cuarto. Mis días favoritos se volvieron martes, y también, deje atrás los Sweet chimy, no puedo con ello. Todo lo que hay aquí, todo en el mundo, en mi mundo me recuerda a ti. Porqué eras mi mundo Min Yoongi. Eres mi mundo.
Muchas personas también me dicen que te olvidé, que fue menos de un año, que ni siquiera fuimos algo más. Pero no es así, nosotros éramos distintos, nos conectamos através de lo que amamos. Nos hicimos uno sin necesidad de la lujuria y la lascivia, nos hicimos uno con risas complices y silencios juguetones.
¡Y rayos Min!
Me estoy volviendo loco, este dolor en mi pecho es tan insoportable que siento que algo se fue, han pasado seis meses y siento que mi vida nunca será igual. Aún con el paso de los años, nunca habrá un después para ti, siento que no puedo. Pero ¿Sabes? Estoy haciendo las cosas poco a poco, ya soy libre de las cadenas de mis padres.
Ya soy una melodía que se puede entonar libre Yoongi. Como querías que lo fuera.
No te digo que es fácil, porque no lo es.
Una vez escuche que las personas nunca se van de verdad mientras las sigas pensando egoístamente. Lo siento, no es mi intención ver cada vez que alguien con un gorro azul o gris cruza la vereda, no es mi intención odiar la calle RussGold, y no es mi intención llorar cada vez que toco la armónica.
Y también, será tonto, pero aún te estoy esperando los martes. Y la verdad, no sé hasta cuando sea capaz de no hacerlo.
02/02/11. Hasta aquí mi reporte de hoy.❱
Cerró la libreta en su primera hoja, y abrazó la armónica a su pecho. Sunhee lo dejo entrar ahí, por fin alguien lo hace, "quizá este bien"
Abrío la puerta de ese cuarto, el fuerte aroma a chocolate invadió su olfato. La habitación es impecable, las ganas de llorar se asoman en su garganta y paso a paso va hacia la cama, todo es blanco, pulcro, no le sorprende mucho, Yoongi decía que detestaba la suciedad.
Traga grueso, y gira hacia la gran base de la pila que se formó encima de la mesa que está al lado de la cama. Ahí esta el cuaderno rosa.
Él se encarga de sostener todas esas cajas que estaba encima.
Jimin las reconoce, a cada una. Recuerda como se ponía nervioso al escribir, como ni siquiera sabía que hacer o qué decirle.
Se mordió el labio y negó. No quería recordar, no de nuevo, terminaría llorando y diablos, al menos ahí no quería hacerlo, no quería manchar con su tristeza el lugar de descanso del chico de la libreta rosa.
Según Sunhee había algo que le pertenecía. ¿Pero qué es? Se acercó a la mesa y cuando sacó el cuaderno, cuando sus manos cayeron en ese fino libro.
La pila cayó, el mundo se le cayó, sus ocho meses con Yoongi cayeron al suelo y cada tapa se abrió
02/03/10
Tu nombre es lindo chico de la libreta rosa. Yoongi, Min Yoongi. Suena lindo para alguien tímido. ^^
ParkXx.
01/05/10
Me alegra que hayas vuelto. Te extrañe, no sé qué tan raro suene pero es así. Piensa eso. Suena raro, pero alguien sabío una vez me lo dijo.
ParkXx.
08/05/10
Eres callado, me gusta tu cabello^^ por favor vuelve pronto, no me dejes extrañarte más.
ParkXx.
15/05/10
Wow haz venido de nuevo, eso es lindo, también hoy es martes ¿Hay algo con los martes? Gracias por no dejarme extrañarte más, chico de la libreta rosa. Espero que vengas por mucho tiempo.
ParkXx
22/05/10
Si somos amigos. ¿Podríamos ir a la feria este martes? ¡Prometo que no hay tanta gente! Es martes, no suelen ir muchas personas, por si acaso llevaré mi barbijo, llevemos ambos uno. Por favor diga que sí.
Pd: vuelve el martes por favor.
ParkXx.
29/05/10
Nos hemos casado ¡Nos hemos casado! Esto es una señal, estaremos juntos toda la vida.
Pd: hyung tiene una voz muy linda ¿Cuando podré ver su rostro?
ParkXx.
06/06/10
Gracias por invitarme este martes a la plaza, los martes me gustan hyung, son martes para nosotros. No me habla en la escuela, pero soy muy feliz aquí cuando nadie nos ve ¿Tiene miedo de que nos vean juntos?
ParkXx
13/0610
El helado estuvo rico^^
Gracias por darme de comer, la próxima vez que comamos helado prometo ser yo el que pagué, pero usted tiene que comer :(
No comió nada por no quitarse su barbijo ¿Qué esconde hyung?
ParkXx
20/06/10
Yo creó en usted Yoongi hyung.
Con chocolate y música todo será mejor^^
Esperaré el año siguiente para tener un cumpleaños juntos.
ParkXx
27/06/10
Mi corazón late muy fuerte por hyung. Ser el único para hyung me gusta, aunque quisiera que sea más liberal. Cómo sea, amo a hyung. Hyung es mi música, hyung es la libertad en mi vida.
ParkXx.
03/07/10
No nos vemos en clases :(
¿Tiene miedo? Quiero hablarle pero huye, hablamos de su sueños eso me pone muy feliz.
ParkXx
10/07/10
Martes como siempre, hyung es lindo cuando trata de ser genial, me gusta su voz, hyung me canta de nuevo.
Yo tambien lo quiero hyung.
ParkXx.
24/07/10
No he mandado la anterior :( ¡Nunca más fallare! Me contó que su cumpleaños ya pasó, realmente quiero enmendar eso.
Pd: estoy tocando la armonía mucho mejor.
ParkXx
01/08/10
Le tengo una sorpresa.
ParkXx
08/08/10
Sé que le va a gustar, Yoongi hyung, me gusta estar a su lado ¿Podría quedarse a mi lado para siempre pase lo que pase?
ParkXx
15/08/20
Esta es la última antes del gran día, el 23 de octubre es el día de su regaló. Estoy seguro que saldrá bien, porque no hay nada como nosotros en el universo, y esto lo haremos juntos.
ParkXx.
Sus manos temblaban, sus mejillas derramaban lágrimas por montón y su cuerpo entero tirito. Se alejó de ahí como si algo le quemara por dentro, como si fuera mucho. Jimin se sentía destrozado, perdido, solo y... Herido.
Sus pies lo condujeron por sí solos hacia afuera dejando en desastre la habitación, corriendo de ahí. Pero olvidó una atrás.
La única que Yoongi llegó a escribir, fue única que él nunca leyó.
29/08/10
Me gustas lindo cachetón, sé que no es martes, es un lunes y yo nunca voy los lunes pero necesitaba decirte esto.
¿Quieres salir conmigo y hacer música y chocolates juntos toda la vida?^^
MinXx
Y dentro de esa cajita había una hermosa mezcla de canciones escritas a mano que nunca serían escuchadas.
Fin
•By:Ccs•
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