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Parte única.
Debes escuchar la canción 🌜🌻
Pedido por Noche_de_cristal(amé esto como no tienes idea)💙💛
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Nadar en el mar del amor no es cosa fácil. No, es muy difícil.
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Debe rememorar en su cabecita de adolescente enamorado, que desde niño, una florecilla de color cálido lo trae loco. Y que Ray es un mal consejero en el amor, desde niños también, y tiene dudas del por qué este tiene novia, pero aquello es un tema aparte que no tocará (sobre todo porque su novia era su hermana, Anna Ratri).
La florecilla que lo trae locamente ido tiene nombre y apellido, también tiene un padre que a veces parece odiarlo, y eso solo complica las cosas un poquito más, porque Norman ama a Emma y no puede evitar adorar su sonrisa de sol tierno y dulce. Se pregunta entonces cómo un ser tan bello y angelical nació de...lo que sea que sea Yuugo, ¡era un utopía descarada!
El pequeño problema que Norman también tenía era que esa niña linda parecía no fijarse mucho en el amor.
Y Norman amaba a Emma.
"A Emma le gusta mucho los hombres musculosos" le dijo un día Ray con serenidad, y como si aquello fuera la clave, lo único que hizo fue nadar ¿por qué? Porque, primero, no por nada la mansión Ratri tiene una alberca enorme; y segundo, si bien su cuerpo es débil y frágil, sus pulmones no, y eso más adelante lo volvería muy bueno besando, pero el punto aquí es enamorar a Emma y no en cómo dar su primer beso con ella.
Ahora, con sus dieciséis años apenas cumplidos, se arrepiente un poco de nadar, y le echa toda la culpa al azabache, quien fue su instructor personal de natación durante todo un año, porque Norman lo único que hizo fue crecer y no portar músculo alguno.
Había sido timado por Ray una vez más, pero al menos podía ser la jirafa que Emma necesita para montar.
Sería la mejor jirafa que existiera en el mundo.
— La traes babeando, Norman.
— ¡Eso no es cierto! ¡Me ve como un hermano, uno muy flaquito!
— ¿Sabías que el incesto es legal en...
— ¡Cállate!— se queja abochornado ante las risas de su mejor amigo, quien le palmea la espalda y trata de darle todo el apoyo moral que necesita.
— ¿Y bueno señor altura, qué harás ahora?
— Quiero que Emma me vea como un hombre y no hermano— murmura con las mejillas fuertemente pintadas en carmín, saludando a todo aquel que pasa por su lado gentilmente —Así que "nadaré" hasta que ella me ame.
— Suerte con eso.
— ¡Ey chicos!— escuchan gritar de pronto, y ambos paran y miran a la chiquilla que corre sonriente hacia ellos para abrazarlos — ¿Por qué de pronto me excluyen de sus charlas?
— Porque somos hombres y Norman y yo hablamos cosas de hombres ¿no es obvio?— se limita a explicar Ray, tratando de separarse de la pelirroja, quien, con puchero molesto, observa a Norman.
— ¡Eso no es justo! Norman, dile algo— reprocha, pero el chico no hace nada, tan solo le sonríe dulce, sintiéndose un poco asfixiado ante el abrazo de la chica, aunque admite que aquello le fascina. Siente que incluso algo más le roza el cuerpo, pero él es todo un caballero y evita más la cercanía.
— Ray solo está jugando Emma— consuela dulcemente.
— ¿Por qué de pronto me alejas? Tú no eras así ¡Ray te está cambiando!—se inquieta la chiquilla, frunciendo el ceño ante el azabache.
— ¿Qué esperabas? Norman no siempre será un niño y no siempre aceptará tus abrazos, tonta.
— ¡Claro que sé eso! Norman ya parece todo un hombre, todas las chicas chillan por él.
El albino queda perplejo ante sus palabras, mirando maliciosamente a Ray, quien sonríe con burla ante lo dicho, incluso intuye que la expresión que le trata de decir es "la traes loca por ti" pero no le creerá.
Ray era un timador...uno de los profesionales, y su corazoncito ya está demasiado ilusionado con Emma para sufrir otra decepción.
Los deja a ambos, sin decir palabra alguna, caminando con una sonrisa amplia en su rostro y queriendo saltar de felicidad, pero no, primero debe alejarse por completo de la mirada asesina de Yuugo antes de festejar su primer punto para enamorar a Emma (debe verlo como un hombre, seguro y ya lo hace)
Se pone a pensar de pronto que, después de cuarenta días esperando a que Emna notara algún cambio en él, al fin lo había conseguido. Le iba a confesar su amor, solo necesita un plan perfecto para mantener al perro guardián...es decir, Yuugo, lejos de ambos.
— Ray, te necesito— llama después de una distancia aceptablemente lejos, haciendo gestos para que el azabache fuera hacia él.
— Bueno...parece que Norman me necesita.
— ¿Es que acaso Norman ya no me quiere ni confía en mí?
— Emma...cuando se te pase la ceguera te lo diré— alega sin gracia el chico, quien palmea su hombro y sonríe con sorna ante la carita confusa de su amiga.
Ella los observa irse juntos entre risas y codeos, frunciendo el ceño por la actitud distante de Norman.
— Se supone que yo soy la prota— susurra infantil ante el arrebato de Ray con el albino. Si al final el azabache terminaba quitándoselo, ella le robaría a Anna, no sabe cómo pero lo haría.
— Parece que el espectro y el cíclope te están dejando, antena— molesta con chiste su padre, acariciando su cabecita naranja.
— No es eso, es solo que Norman parece tenerme miedo cada que hablo con él.
— Mejor, así te ahorras un pretendiente más.
—¿Pretendiente?
—Antena, creo que llegó la hora de la charla y empieza con que...el amor es un mar inconmensurable de corazones, y algunos están destinados para estar juntos por la eternidad, como Diana y yo — recita el adulto con aires artísticos, y su hija fascinada por sus palabras se acerca con ánimo a él. Al fin Yuugo usaba palabras cordiales.
—Cuéntame más— pide encantada ante la repentina sabiduría de su padre, seguro ella y Norman estaban destinados a la eterni...
— Todos los corazones menos el tuyo y el del espectro ese están destinados a amarse, él ya me tiene harto con sus miraditas y palabras cursis hacia ti.
— ¡Papá! Norman es muy lindo y me gusta mucho como me habla y mira.
— Pues yo te prohíbo que te guste y le prohíbo a él que te ame.
— No me obligues a usar mi arma secreta.
— No te atreverías— responde su padre, desafiante ante su diminuta hija con antenita chispeante y humeante.
❀
Nadar en el mar del amor no es cosa fácil. No, es muy difícil.
Pero si Ray es tu amigo la tienes ganada.
— Entonces...repasaremos el plan— indica el chico de cabellos blancos a su amigo de mirar aburrido — Usarás la ternura de mi hermana para que ella distraiga a Yuugo y le de galletas en el salón de deportes, luego tú lo empujas y te encargas que quede atrapado en el cajón de pelotas y...
— Espera... ¿Me estás diciendo que quieres que tire al viejo allí y no ayudarlo?— interroga Ray con dudas.
— Así es— afirma tímidamente Norman...quizás y se había pasado un poquito con su futuro suegro.
— Genial.
— Entonces comienza— libera dulcemente, mientras toma sus notas de naranja color para repasar su futura confesión amorosa.
Ray solo asiente y desaparece de su vista.
Si debía ser sincero, su cuerpo estaba temblando a horrores, porque si Emma lo rechazaba, sería doloroso, pero la felicidad de ella era más importante. Toda Emma y cada partícula de su ser eran lo más importante y bello que existía en su mundo, en el mar de sus ojos y corazón.
Pero aún no lo rechazaba, es más, Emma parecía no estar enamorada de nadie (o bueno, quizás sí, pero la niña es una utopía naranja que no logra entender) entonces nadaría por todos los corazones del océano hasta que el amor de ella lo salve. Hasta que quizás, Emma lo acepte.
Ha estado nadando en el amor de ella durante tanto tiempo, que su cabeza parece estar mareada ante el poco oxígeno, así que solo espera ser salvado, sin importar tener que esperar cuarenta días más.
— ¡Ya llegué!— respinga y sus notitas se caen, mirando en dirección al grito que acaba de escuchar, riendo nervioso al ver los ojitos verdes de ella.
— ¡Emma!— exclama con voz temblante, parpadeando ante su rápida cercanía.
— Lo siento...creo que tuve que ser más silenciosa, pero yo también quería hablarte — menciona con alegría, tomando las notitas de Norman y dándoselas.
El albino, por su parte, siente sus manos sudar al ver el desorden de su confesión. Se había arruinado, pero no todo estaba perdido, Emma aún estaba a su lado, mirándolo curiosa.
— Si no te importa, comenzaré yo— añade con seguridad la pelirroja, con el ceño fruncido, y al ser arrinconado por ella y su carita molesta asiente con timidez — Bueno... Primero no entiendo por qué de pronto pareces alejarte de mí, y ahora te la pasas siempre con Ray hablando cosas de chicos ¡yo puedo ser un chico, ¿sabías?!
— Pe-pero Emma, eso yo no...
— Espera, déjame seguir— interrumpe ella, haciendo que Norman sonría suavemente ante su actitud; esa era una de las razones por las que estaba enamorado de Emma, algunos dirían que estaba loca, pero él simplemente se fascinaba cada día más al verla — Parece como si no quisieras estar cerca mío, y a mí me encanta estar cerca tuyo; pero de pronto llega Ray y me dice que quieres ser como un jirafa ¡amo las jirafas pero yo te am...
— Emma, me gustas— sincera con gracia, viendo como de pronto las mejillas de ella se tiñen en dulce rosa ante su confesión — No sabes cuanto, pero desde niños me traes loco, y no puedo imaginar un día sin estar a tu lado, así que deja de pensar que me quiero alejar de ti...— murmura suavemente, acariciando el rostro caliente de ella —...porque eso es lo último que quisiera hacer en este mundo.
Emma parece chillar por un momento, abrazando rápidamente al albino quien, perplejo, se pregunta internamente cómo, con tanta sencilleza, pudo confesarse a Emma sin sufrir un infarto alguno en el camino.
— Tú también me gustas— revela entonces ella, sonriente y uniendo sus labios rápidamente, mientras el parpadea con asombro, pero decide que es mejor no pensar mucho en las cosas cuando de Emma se trata, y con cariño en demasía mueve sus labios y acaricia su rostro para disfrutar más de su primer beso con ella.
Los fuegos artificiales que había pedido por si era aceptado comienzan a explotar por los aires, pero ahora no le importa mucho ese detalle.
— Norman.
— ¿Si?— susurra dulce, sintiendo como ella arregla sus mechones blancos que sin querer se posaron en su rostro sonrojado.
— Eres bueno besando.
— Sabía que las clases de natación me servirían— confiesa divertido, y sin más, regresa a besar el rostro de Emma.
Ella simplemente se deja ser, al fin y al cabo, Norman es muy lindo, y ahora sabe que es bueno besando.
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— ¡Ya me tienen harto, ayúdenme!
— Lo haría, pero necesito recibir la señal para así ayudarlo— sincera Ray sereno, fotografiando a Anna y lo linda que se ve con flores en su cabello.
—Anne Lisse, te ordeno que me ayudes...por favor, pequeña.
— Yo estaría encantada de ayudarle, señor Yuugo, pero no traiciono a mi propia sangre.
— Espera...si tú estas aquí, y tú también ¿dónde están Norman y Emma?
— Bueno...ya sabes, compartiendo saliva— fastidia el azabache, riendo ante los vanos intentos del viejo al querer escapar.
— ¡Eso será sobre mi cadáver!
Ray y Anna, ante un repentino estruendo, asoman sus cabecitas por el cristal para luego sonreír con orgullo. Los fuegos artificiales parecen flores de fuego pintadas en el cielo naranja de forma tan bella.
Norman lo había conseguido.
— Ah~ mis niños merecen ser felices.
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Extra
— No no no y ¡no! Estás muy chiquita para tener novio— se queja Yuugo, tratando de alejar a Norman de su hija, pero este se niega y se aferra más al cuerpo de la pelirroja, escondiendo su rostro en el cuello de ella, para mirar desafiante a Yuugo.
— Tengo dieciséis papá, y Norman es mi novio, tendrás que aceptarlo.
— ¿Pero por qué él, antena?
— Porque es lindo — refuta la pelirroja.
— Porque soy lindo— apoya Norman, recibiendo un beso fugaz por parte de ella.
— ¡Y eso qué!
— Está bien papá, te pase esta la primera vez...pero no me queda de otra, le diré a mamá que me estás molestando.
Hay una estela de silencio y...
Emma mira molesta a Yuugo.
Yuugo se queda con la boca abierta.
Norman se quiere reír (no lo hará en memoria de su suegro, obviamente).
— ¿Para cuando es la boda de ustedes?
— ¡Así me gusta suegrito!— anima cariñoso Norman, besando innumerables veces la mejilla de Emma, quien con ternura lo acepta.
Nadó hasta que al fin lo amó.
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Porque una dosis de bromance es bueno para la salud de mis lectores después de leer el manga 😭💙💛 Realmente los amo mucho 🌜🌻
¡Muchas gracias por leer!
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