La maldita trinidad

— ¡¿Estas llorando?! — Grita el de cabellos grises, la pelirrosa se cohíbe, enviándole una mirada reprimida y llorosa a través de sus pestañas. — ¡No estarías llorando si no fueras tan estúpida como para salir vestida así! ¡Fue tu culpa! ¡¿De que demonios lloras entonces?!

— Shirase, silencio. No estas dejando que Yuan hable. — Espeta Arthur, sentado en el sofá con apariencia cansada pero seria. 

—¡Yo lo vi todo! — Replica el de cabellos grises. — ¡Nada de esto habria pasado si no se vistiera como una...! — Yuan apreta los puños, todos guardan silencio cuando escuchan la puerta abrirse y cerrarse. 

— ¡Estoy en casa! — Ese es Chuuya, quien esta comiendo una manzana y se acerca a la sala donde estan todos ellos. Su rostro se llena de sorpresa. — Oye, oye, ¿Estas bien? ¿Y porque Arhur esta fuera de la cama?

Chuuya bueno... estaba bastante feliz de camino a casa, incluso tarareaba una cancion mientras pensaba en lo hermosa que es la vida en el maldito apestoso transporte publico, le cedio el asiento a una mujer embarazada y le regalo una sonrisa mucho mas brillante de la que deberia. Le compro una manzana al tipo ese amargado que esta de camino a casa y le dijo que se quedara con el cambio. Por poco trotaba estupidamente hacia la puerta, y ahora...esto.

— Chuuya...yo... — Yuan tiene los ojos llenos de lagrimas y una expresion culpable y consternada. Parece no haber dormido en toda la noche, y si es sincero es como la primera vez en dos semanas que mira mas de cinco segundos Shirase en casa.

— Yuan tuvo un incidente anoche, Chuuya. — Dice severo Arthur, Shirase parece molesto por la forma en la que lo dice.

Chuuya pasa saliva y se quita la chaqueta, quedando con una camiseta roja mientras se lleva una mano a la nuca, mierda. Parece bastante serio.

Se acerca lentamente a Yuan, dudoso, ella apreta los puños y se acerca a abrazarlo, mientras llora en su hombro y rodea su torso, Shirase vira los ojos. No le importa, de todos los presentes su relacion mas fraternal es probablemente con ella, que siempre esta ahi y da lo mejor de si misma tanto en la escuela como en casa.

Arthur resopla con una sonrisa, y se sienta cruzando las piernas, su cabello largo cae por su hombro.

—¿Crees que puedes contarnos lo que sucedio, Yuan? — Ella se estremece ante la pregunta del pelinegro. Mira directamente a Chuuya y el asiente, ayudandola a sentarse.

— Bueno...Chuuya, ¿recuerdas que te dije que iba a salir con algunas amigas? — El pelirrojo asiente, intentando ser lo mas empatico posible mientras no sepa de que demonios estan hablando. — Yo eh, les dije que ya era tarde, asi que decidi salir de la fiesta y tomar un taxi. No habia transporte publico a esa hora. — Parece que realmente era tarde, Chuuya entrecierra los ojos y sus puños se apretan un poco dentro de los bolsillos de su pantalon. Esta bien, Yuan nunca sale con dinero de la casa, tiene sus propios ahorros.

— Vi a un tipo que estuvo en la fiesta acercarse a mi y decirme que fuera a su casa con el. Yo...bueno, obviamente le dije que no y el...— La pelirrosa pasa saliva e inhala con las cejas fruncidas. — ...el empezo a insultarme y me dijo que era una zorra orgullosa, y que ni siquiera eran tan linda.

El de cabellos grises abre su boca para interrumpir a Yuan, pero es igualmente interrumpido por el mayor de la sala.

— Shirase. — Dice Rimbaud, y son estas las veces en las que el viejo da miedo, con esa mirada mortal le dice a Shirase que mantenga la maldita boca cerrada. — Continua, Yuan-chan.

Despues de un nuevemente espeluznante intercambio de miradas, Yuan suspira y continua.

— Yo...bueno, le dije que me dejara en paz e intente alejarme, pero... — El pecho de Chuuya se aprieta ante la voz rota de la pelirrosa, puede observar sus ojos llenandose de lagrimas y su expresion angustiada. — ¡El t-tomo mi muñeca y empezo a jalarme! ¡Intente golpearlo, lo juro! P-pero... — Ella se rompe, no solo su voz, sino toda ella. — Era demasiado fuerte... tomo mi otra muñeca y me obligo a besarlo...

Fue tan asqueroso, por dios... Tenia tanto miedo que no podia moverme, fue hasta que...empezo a manosearme y trate de patearlo.

— ¡Entonces tuve que ir yo y salvarla! — Las miradas recaen en el de cabellos grises. — Porque, parece que alguien decide vestirse como quiere y no se atiene a las consecuencias. — Acusa Shirase, Chuuya esta congelado en su lugar cuando este voltea hacia el. — ¡¿Acaso no ves como va vestida?! ¡Es como si pidiera que la vi....!

— ¡Es suficiente! ¡Cierra la boca! — Esta vez no es ni Arthur ni Chuuya quien interrumpe, es Yuan, levantandose de su asiento con una expresion mordaz y apretando los puños. — ¿Sabes que, Shirase? Agradezco mucho que me hayas ayudado, pero... — Su mandibula se tensa. — Lo que sucedio no es mi culpa, nunca coquetee con ese imbecil y nunca lo provoque. ¡Es su culpa por no ser una maldita persona civilizada, no la mia! 

Y para su terror, ambos voltean hacia el. Chuuya sigue congelado en su sitio, no tiene maldita idea de que pensar. 

¿Fue culpa de Yuan? No, ella nunca mereceria ni pediria tal cosa. 

¿Tiene el alguna idea de como decir eso? No, por supuesto que no la tiene. Su parte estupida le pide buscar y señalar un culpable entre los presentes, baja la cabeza.

— ¿Verdad, Chuuya? 

— ¿Escuchas lo que esta diciendo? No me extraña que seas una de esas estupidas chicas radicales. — Shirase voltea los ojos, pero Yuan sigue con su mirada sobre el, Chuuya no va a mentir, las cosas que Shirase esta diciendo lo enfurecen, pero no tiene manera de probar lo contrario, no puede culpar a Yuan por lo que sucedio. Asi que solo queda...

— Todo esto... — Dice Chuuya, lentamente, tan enojado como confundido. — Todo esto es mi culpa...no debi dejarte ir, Yuan.

Arthur suspira, prefiere voltear a otro lado, exasperado.

— Por supuesto que no fue tu culpa, Chuuya. — Resopla, con el ceño fruncido. — Ni de Yuan, ni de nadie aqui. El unico que tiene la culpa es el tipo que intento sobrepasarse con ella acosandola. — Los tres miran atonito al mayor. Shirase chasquea los dientes.

— ¿Acoso? No es acoso cuando ella se lo busca. — Inmediatamente el peso de los ojos molestos de Rimabaud caen sobre el. Infernalmente serios, Yuan mira con recelo al de cabellos grises.

— Ella no se lo busco, Shirase. Puede vestirse ya sea con un vestido que le llegue hasta los tobillos o con una falda, y puedo asegurar que nada justifica que le haya irrespetado. — Espeta severo, Yuan parece reflexionar todo eso, y le sonríe a Arhur. — Como dijo Yuan, es su culpa por no ser un humano civilizado y respetarle. Ninguna medida de una falda o prenda determina la cantidad de respeto que merezca. Por ello, tu también estas irrespetándola.

Ninguna medida de una falda o prenda determina la cantidad de respeto que merezca.

Eso resuena en la cabeza de Chuuya unos segundos, parpadea copiosamente, y desciende la mirada.

Se ha hecho cargo de este par por años, a veces olvida que aun es un mocoso, y que tiene demasiado por aprender.

Y es por eso que las personas sabias y con experiencia como Rimbaud pueden guiarlo.

Chuuya sonrie a la pelirrosa. — Tienes razon, viejo. — Resopla bajito, no hay forma en la que el hubiese llegado a esa conclusion y reflexion tan acertada sin ayuda. — No es nuestra responsabilidad señalar a Yuan por lo que paso. — No hay forma en la que hubiese podido volver a ver ese brillo jovial en los ojos de Yuan sin ayuda de Rimbaud. — Sino ayudarla. 

Y no hay forma en la que el hubiese podido ayudarla si ella no fuera tan valiente como para contarle lo sucedido.

— Gracias. — Aprieta los labios, y la abraza, a su manera, claro. Acerca la cabeza de ella como si fuera una niña pequeña, pero es exactamente eso, una niña. No deberia vivir esta clase de cosas ni ser acusada de estas otras. — Gracias por confiar en nosotros, Yuan.

La pelirrosa se muerte el labio, y lo abraza con mas fuerza. Luego dice sarcasticamente.

— No es como que tuviera otra opcion. — Murmura. — El idiota de Shirase seguiria jodiendome si no le cerrara la maldita boca.

— Ese lenguaje. — Dice Arhur, con las piernas cruzadas y una expresion apasible. Ella suelta una risita. 

Lo siguiente que escuchan, es la puerta cerrandose fuertemente por Shirase saliendo del departamento.

Ahora estas en mi vida... —Tararea en ingles, terminando de trazar una linea con su lapiz mas suave y remoja el pincel en acuarela, azul. No mas gris. No mas negro, solo rojo, blanco y un azul muy, muy brillante. — No puedo sacarte de mi men... ¡Wah! — Suelta un chillido poco digno cuando escucha la ventana abrirse, se levanta para tapar vergonzosamente el lienzo en el que pintaba. 

El rojo y el azul brillante son lo siguiente que mira, la tonta de Elliot se emociona y empieza a agitar su cola blanca estando parada en su cama, mirando expectante a la ventana, el maldito engendro se ha adueñado de ella. 

— ¡Chuuya! — Chilla, moviendo torpemente el lienzo y poniendolo al reves para que el pelirrojo no lo vea. El pelirrojo termina de entrar con una sonrisa apenada. 

— Lo siento, mi casa es un desastre ahora mismo- asi que volvi. — Explica empujando las cortinas que se quedaron atoradas en el, se ve gracioso peleando con ellas. — ¿Que? ¿Prefieres que toque tres veces? — Osamu aun esta un poco avergonzado y agitado por mover la estructura que sujeta su lienzo y este mismo hace unos segundos. 

— Olvidalo, no importa. — Carraspea sentandose de piernas cruzadas en su pequeña banca cada vez que pinta. — ¿Hablas de desastres? Apenas pude escabullirme de la sala de baile porque los sirvientes quieren que elija incluso el color de las malditas servilletas.

Osamu suena cansado, Chuuya sonrie, sabe que eso debe ser agotador sumado a que no durmieron absolutamente nada el dia de ayer, esta a punto de hacer un broma estupida con respecto a eso cuando escucha un ladrido detras de el e inmediatamente dos patas se apoyan en el para empezar a olerlo.

Chuuya parpadea un par de veces, asimiliando, cuando voltea es recibido por una cosa hermosa, adorable y maravillosa. Un especimen etereo de brillante pelaje blanco, ojos negros, patas y orejas de pelaje frondoso y tiernamente pequeños. La sonrisa de perro del especimen es tambien un ataque de azucar a su sangre.

Es un...

— ¡Un samoyedo! — Chilla el pelirrojo emocionado, tanto que hace que ella tambien ladre emocionada, y salte adorablemente para alcanzar su cara y lamerlo. Carga a dicho especimen perfecto y lo acaricia detras de las orejas medio alocado. — Eres...una niña, al parecer. — Reflexiona examinando al can. — Una niña muy linda. — Finaliza orgullosamente, como si fuera un padre conociendo a su bebe. Es tan tierno como molesto, mas molesto para Dazai en especial.

— ¿Que carajo es samoyedo? Si tiene que ver con su necesidad patologica de babear a todos, debes tener razon, pero desgraciadamente solo es Elliot. — Resopla con fastidio el castaño, reuniendo toda la dignidad en su ser despues de ser ignorado. Aun con las piernas cruzadas lleva ambas manos a sus rodillas.

En realidad Dazai siempre ha sido elogiado por su excelente postura, pero en realidad todo es gracias a las lecciones de modales y etiqueta de la Tia Kouyou, que a pesar de ser bastante estricta es por mucho mas sabia y con muchas anecdotas interesantes que le contaba a el y a su madre. Mantiene una posicion elegante y agradable para su espalda.

 Aun recuerda que su Tia Kouyou le obligaba a permanecer en una silla sin respaldo por...¿dos? ¿tres horas al dia? Ya sea mientras tocaba el piano, o pintaba, o preferiblemente para la mayor leia un libro en voz alta y perfeccionaba su diccion. 

A veces el castaño recibia el premio de escuchar otra historia fascinante siempre y cuando permaneciera con una buena postura, ha notado que a veces esta sentado junto a Chuuya y este queda viendolo fijamente, entonces corrige su propia postura, es divertido, y se siente orgulloso.

— Samoyedo es el nombre de la raza. — Rectifica el pelirrojo, aun acariciando a esa despreciable bestia peluda. — Arthur-san dijo que provienen de Rusia, y solo he visto uno en fotos, ella es tan adorable...

¿Rusia?

— ¿Que es patologico? — Inquiere curiosamente el pelirrojo. 

— Oh por supuesto, es la exhaustiva investigacion cientifica de los patos. — Responde con una sonrisita maliciosa el castaño. Chuuya frunce el ceño, no demasiado convencido. — Buscalo en el diccionario, amor. ¿No te di uno hace poco?

Pone los ojos en blanco cuando Chuuya gruñe suena mas como un carraspeo, y sigue mimando a la tonta de Elliot con un imperceptible sonrojo en las mejillas. 

Esta molesto ahora mismo, sus sospechas se dirigen a algo bastante fastidioso-

Ignorando la admiracion de Chuuya y su ensoñacion por el detestable cachorro, el mas alto saca su telefono gracilmente de su bolsillo, aunque este en casa siempre lo mantiene cerca, nadie por todo lo que hay en el mundo puede ver lo que hay en el, o mas bien por su dignidad y el respeto que todos le tienen. 

Navega por todos sus chats, ignorando el mas reciente que es de Atsuhi diciendole que reprobo seis clases junto con una carita llorando, tambien ignorando muchos chats antiguos sin abrir porque le gusta acumularlos y fingir que es bastante solicitado. Abre su chat mas viejo, uno que no ha abierto en meses porque la idea de enviarle un mensaje a esa persona es abominable.

Cambia su teclado a ruso y humedece concentrado sus labios mientras teclea rapidamente.

"¿Te suena samoyedo, demonio?"

Para alegar que es alergico a las redes sociales porque pudren su perfecto cerebro, Fyodor lee el mensaje bastante rapido.

"Feliz cumpleaños, segundon" responde Fyodor adjuntando una foto de su cuadro de calificaciones. Todos. Son. Malditos. Dieces. De fondo puede ver el rostro de un perro, idéntico al suyo. Eso claramente fue intencional.

Oh, asi que el regalo en realidad no es de su padre, es de la tercera cosa que mas odia en la vida: Fyodor. Las tres cosas se unen fastiosamente manifestandose como su trinidad maldita personal. Que divertido.

Osamu carraspea y vuelve a guardar su telefono, viendo a Chuuya acostado en su cama jugando con la cachorrita y dejando que esta inspeccione y olfatee sus manos y rostro. 

— En realidad pense que era un Akita Inu muy blanco. — Bromea juguetonamente el castaño, Chuuya parece sumamente ofendido. 

— ¡No se parecen en absoluto! — Jadea el pelirrojo. — No seas id... — Aprieta los dientes porque sabe que no hay forma de que Dazai lo tome en serio. En cambio carga a Elliot y la acerca a su rostro. — Ella y yo estamos muy enojados, ¿verdad, pequeña? No eres para nada un Akita, eres lo mas puro de un samoyedo. Muy linda. — Asiente el pelirrojo, mierda, es demasiado linda. Su cara es parecida a la de un maldito osito de peluche. 

El castaño se sonroja, prefiere desviar la mirada, esas palabras ni siquiera son para el, y por alguna extraña razon siente algo removerse en su estomago. Chuuya idiota.

— Chuuya esta siendo muy vergonzoso. — Dice entre dientes alzando la barbilla.

— Oh, parece que una caballa esta mas enojada porque no tiene toda la atencion sobre ella. — Se burla el pelirrojo, acercandole el baboso perro a la cara. — Vamos a poner todos los reflectores sobre el, ¿hm? 

Osamu se aleja del perro intentando lamerlo, aun con una expresion avergonzada. 

— Chibi molesto, aleja... — espeta con dificultad por el perro acercandose a su cara. — Esa cosa pulgosa de mi. — Su rostro se convierte en una expresion de desgrado, pero no va a levantarse del asiento porque eso seria un golpe en su orgullo, el lo tiene todo controlado, y el hecho de tener un perro en su cara solo es una molestia pequeña para el.

En realidad lo odia.

— ¿No ves que ella solo quiere darte un pequeño beso? — Rie el pelirrojo, como pocas veces puede aprovechar a sacar al castaño de sus casillas. — Pequeñito, solo quiere darte su amor. 

— ¡Eso es vergonzoso! — Chilla el de ojos caoba, tapando su boca. Chuuya rie, y apenas es consiente de el dejando al perro en el suelo y acercandose para quitarle las manos de la cara.

¿Yo tambien puedo besarte? — Dazai odia esto, odia la forma en la que su corazon se detiene por un microsegundo, odia la forma en la que se acerlera inmediatamente despues porque odia a Chuuya siendo empalagoso. — Un beso, pequeñito. — Vuelve a murmurar, con esa sonrisa brillante de superioridad.

Su rostro se convierte en un rojo malditamente escandaloso, y Chuuya estalla en risas. 

Oh, dios mio. Este imbecil esta jugando con el.

Aprieta los puños y su expresion se ensombrece.

En realidad el nunca ha sido demasiado bueno con los sentimientos, se ha obligado a reprimirlos todo este tiempo, asi que cuando inevitablemente son demasiado fuertes no sabe que hacer con ellos, y probablemente Chuuya sea involuntariamente consiente de eso, asi que esta molestándolo.

— En serio caballa...— Dice mientras rie, sentandose en la cama a sus espaldas, se retuerce como el gusano que es. — Iba a besarte...pero despues pones esa cara y...— vuelve a estallar en risas como el maldito insensible que es. —...y deberias verla. Eres demasiado-

En el proximo segundo Dazai esta frente a el, tomando su rostro con esa expresion calculadora y pensativa, y...el peso sobre el...¿acaso esta sentado en sus piernas? Maldito indecente. Chuuya pasa saliva y termina su oracion.

—...lindo. — Murmura contra sus labios, Osamu sonrie de esa forma indulgente y enfermizamente dulce, en algun lugar de su mente registra que Elliot esta viendolos y que ella ladra sentada a unos metros de la cama. Dazai alza ligeramente su barbilla con una mano y Chuuya esta listo para lo que sea que venga, en serio, el solo quiere-

— Me gusta escuchar eso. Buen chico. — Dice Dazai aun esa sonrisita, palmea su mejilla energicamente un par de veces y con la otra mano acaricia ofensivamente suave su cabello mientras se levanta y se aleja, como si acariciara un perro, y Chuuya no quiere ofenderse, porque el ama a los perros, pero ser tratado como uno es abismalmente diferente. Dazai le da la espalda y tararea — Bueno, ¿que opinas de tenedores dorados para el pastel? Recuerdo que el glaseado era de oro comestible, ¿puedes creerlo? 

El castaño lame sus propios labios al pensar en pastel, y se va al baño cantando la misma cancion que estaba cantando antes de que Chuuya llegara. Y Chuuya- oh mierda, Chuuya...

Chuuya acaba de ser victima de su propio maldito juego.

Bueno, accidentalmente esta historia tomo vida propia y me vi a mi misma escribiendo los próximos 7 capítulos por adelantado KLAKSLKAK, así que me di cuenta que no tengo idea de cuando va a terminar, solo se como. Pero, x 😘.

¡Gracias por leer, votar y comentar 💕!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top