Dos de cada tres
El viaje de regreso es lo suficientemente lento como para que la mente rápida de Dazai trabaje ya sea planificando los próximos días, o pensando en su vida y cada pequeño y maldito conflicto que hay en ella. Naturalmente.
Apoya su cabeza en la ventana, empañándola con una exhalación divertida al escuchar su teléfono vibrando por el activo debate de Yosano y Kunikida de porque el maestro de ingles es un bastardo y opina que las relaciones interraciales no deberían existir. Tal vez Yosano repruebe su clase por gritarle que es un idiota, pero la maestra de ética estaba muy de acuerdo con ella. La parte mas divertida fue cuando Yosano le dijo con un perfecto ingles que le dieran por el culo.
Su teléfono esta vez vibra con un tono diferente especificado para una persona en especial, sonríe. Lo mira en la bandeja de entrada y escribe una respuesta rápida.
Babosa:
si soy sincero, tal vez te extrañe un poco en estas vacaciones.
Lo acompaña con una calcomanía un poco graciosa, como si fuera alérgico a decir algo sentimental. A veces se pregunta cuanto tiempo debate Chuuya en enviar un mensaje de ese tipo.
Es cierto, el chibi no sabe que esta de camino hacia allá, suelta un bufido mientras responde.
Tu:
no permitiré que lo hagas, tenlo por seguro, babosa.
— ¿Leíste el libro que te di, Chuuya? — Pregunta Kouyou, inspeccionando distraídamente una carpeta del balance financiero de la compañía, alza ambas cejas y sonríe. Chuuya supone que eso significa que estará de buen humor el resto del día y que probablemente Ane-san lo invite a cenar para celebrar.
Primero debe darle esto al padre de Dazai, quien en busca desesperada de no dañar (mas) su masculinidad le pidió a Kouyou que le mantenga informado de la empresa, ella accedió porque puede restregarle en la cara lo bien que van las cosas ahora que ella esta a cargo. Mucho mejor.
— Ya los leí todos, ane-san. — Asiente, recibiendo la carpeta de las manos de la mujer y leyéndola rápidamente. El mes pasado fue bueno. Aunque no demasiado, casi muere del aburrimiento leyendo a Robin Sharma. Kouyou fue amable y le ofreció la versión de tapa dura de su libro favorito.
Ha descubierto que a pesar de lo fácil que sea leer un libro erótico, no es nada comparado con leer algo mas enriquecedor y fascinante como una novela, la literatura clásica es lo generalmente mas importante, pero hay historias a las que puede recurrir en ese momento de desconocimiento sobre su persona, para conocer la profundidad de un personaje a través de las paginas pasando.
Hay novelas modernas y con ideas radicales que lo dejan anonadado, pero también algunas que llegan a ser reveladoras, y la propia retroalimentación que recibe de Kouyou es increíble, tanto que llego a sentirse como un maldito hombre de las cavernas en algún momento, como cuando no pudo ayudar a Yuan con el acoso sexual que recibió-
Ella parece mas feliz e incluso lee libros que Chuuya ya termino, espera que siga esos pasos y tenga una mente mas abierta para saber como defenderse.
— Es bueno escuchar eso, de hecho, acabo de descubrir a un autor americano que podría gustarte, solo que su nombre es terriblemente difícil de pronunciar. — Admite desconcertada, luego ríe suavemente, y cuando llegan a su oficina, se sienta detrás del escritorio. — Ya sabes, algo como el Ángel Gabriel de la biblia, pero era mas largo.
Ante su vacilación Chuuya sonríe, significa que tendrá que investigar para encontrarlo, Kouyou extiende su mano hacia el y Chuuya carraspea avergonzado, dejando un cuaderno en sus manos.
— Estoy segura de que eres lo suficiente mayor como para que no tenga que pedirte la tarea. — Su tono es mas bromista que regañón, Chuuya se rasca la nuca con timidez.
— Por supuesto que no. — Murmura, Kouyou ríe.
— Entonces no pongas esa cara de atontado, querido. — Su voz esta cargada de un cariño y aprecio que ha ido sembrando con el paso del tiempo, al principio era un épico y reflexivo tempano de hielo. Fue cuando le conto acerca de su pasado y sus experiencias en la guerra y Chuuya demostró su admiración a ella, desde entonces lo mira como a un hermano menor. — Puedes irte a casa, mocoso. Es sábado, y no puedo permitirme el lujo de que creas que estoy explotándote.
Chuuya sonríe, se despide de ella con esa sonrisa relajada y sus botas resuenan alejándose.
Ahora que lo piensa, su estilo de ropa ha cambiado ligeramente, cuando no es elegante y apretada para trabajar, prefiere algunas cosas mas ligeras y casuales, como los pantalones de mezclilla y la camisa rojo fuego que esta usando ahora mismo, sobre esta hay una suave chaqueta verde musgo con felpa blanca en el cuello y los puños de las mangas.
Hace frio, así que aparte de ser una vestimenta estilosa también va de acuerdo al invierno, por ello lo acompaña con guantes grises.
En el metro sus pensamientos viajan tan rápido como esta maquinaria, así que sin reparo en las consecuencias, le envía un mensaje a Osamu, ya que la mayoría de sus pensamientos tienen que ver con el.
Suelta un resoplido al recibir la respuesta, y realmente añora verlo.
Algunas horas mas tarde, después de hacer algunas compras para Arthur y los chicos, come una mandarina con una sonrisa tonta y se dirige a la casa de los Dazai para alimentar a Elliot y a London, se quita la chaqueta. Resoplando por el frio.
Con pasos rápidos sube a la habitación de Osamu, que Elliot reclamo... y London tambien, la gata que Kouyou nombro, se ha adueñado por defecto, al ser el lugar favorito de la canina, London siempre la sigue a todas partes.
La gatita negra lo recibe maullando y restregándose en sus tobillos, demandando que le abra la puerta del baño. Chuuya rueda los ojos con cariño.
— Eres tan rara. Eres la única gata que conozco que bebe agua del lavamanos. — Resopla, saludando a Elliot que parece mas concentrada en pararse pacientemente en la puerta del baño, Chuuya alza una ceja. — ¿Tu también? No puedo creer que ambas sean tan mañosas.
Pero cuando abre la puerta del baño, Elliot ladra felizmente y entra con rapidez dando vueltas alrededor de la bañera, donde Chuuya tiene la mirada fija, estoica y asombrada.
— Ehh, Elliot sigue siendo igual de fastidiosa, siempre revoloteando a mi alrededor. — El castaño saca su mano mojada de la bañera y Elliot lame el agua en sus dedos, a pesar de la mirada asqueada del castaño, no quita su mano, y le da una ligera y queda caricia. Estira su pierna morena para apoyarla en la otra esquina de la bañera. Oh dios, espera no ser tan evidente siguiendo ese movimiento. — Creo que es igual a su cuidador.
Dazai... aqui... En la bañera...
Desnu-
¿Que mierda...
— ¿...haces aqui? — Pregunta Chuuya desconcertado, el castaño rie suavemente.
— ¿Reinicie tu cerebro? Son vacaciones, tonto. Dije que no me extrañaras porque no tendrías que hacerlo. Estoy aquí. — Sonríe, y Chuuya esta un poco mas concentrado en su piel brillante y húmeda, su cuello, y su hombro...oh dios mio. Ojala esas malditas burbujas no existieran. Se obliga a apartar la mirada de su piel y resoplar avergonzado.
— Yo no... pensé que no vendrías. — Murmura con un sonrojo, London exige atención a sus pies, subiéndose a la taza del baño cerrado y apoyando sus patas en el lavamanos. Chuuya sale de su trance y lo abre para que pueda beber agua.
— Bueno, estoy aquí, chibi. — Dice cantarinamente, luego su atención se fija en la gata bebiendo agua del fregadero. — ¿Que hace ella aquí?
— Bueno... antes allanaba el jardín y hacia desastres por todos lados, Tachihara le dijo eso a tu padre y cuando Kouyou lo escucho, me ordeno que la atrapara. Creo que le gustan los gatos, porque se lo quedo. — Responde con una sonrisa, acariciando el lomo de la gatita negra y sonríe. — Su nombre es London. Ane-san dice que es su ciudad favorita, porque sirvió ahí...
— Cinco años, si, lo recuerdo. — Añade el castaño, apoya sus antebrazos en la esquina de la bañera y acuesta su rostro ahí. — Parece que también te conto sus historias.
Chuuya sonríe cariñosamente, y de repente el agua de la bañera en la que Dazai esta se siente mas caliente de lo que era...Tal vez su rostro húmedo también este ardiendo.
— Bueno, ella solo bebe agua del lavamanos. Es un poco rara. — Ríe el pelirrojo, cerrando el grifo, London se baja con un maullido y un movimiento ágil.
Dazai tararea, ellos ya tienen historia. Hace algunos años, el odiaba las sardinas, así que cuando el almuerzo llevaba sardinas, el las escondía en la servilleta y alimentaba una camada de gatitos en un hueco del muro en el jardín con ellas. Tal vez London estuvo entre ellos.
— Elliot te extraño. —Suspira Chuuya. — Cuando no estabas, entraba todos los días a tu habitación y olfateaba por todos lados, también olfateaba los pasillos y ladraba a la puerta. — El tono de Chuuya es melancólico, lo que hace que su corazón palpite con fuerza.
Lame sus labios vacilante, eso suena un poco personal, pero sabe que se refiere a que el también lo extraño, así que Dazai sonríe suavemente.
— Hm, tal vez no debí dejar a mis mascotas solas. Se sintieron muy solos, ¿no es así, pulgosa? — Elliot parece emocionada por escuchar su voz dirigida hacia ella, ahora es mas grande, así que puede apoyarse en dos patas y casi alcanzar su cara en la bañera, ella llora intentando lamerlo. En cambio lame sus manos. — Ew, no hagas eso, tonta.
— El plural me hace sospechar un poco. — Farfulla molesto el pelirrojo, cruzándose de brazos, Dazai sonríe con dientes.
— Bueno, fue intencional. Quise decir que no debí dejarte a ti y a Elliot solos. — Dice soltando una risita, Chuuya gruñe y le arroja la toalla a la cabeza.
— Sal de ahí, idiota, vas a resfriarte. — Espeta, llamando con un silbido a Elliot y a London. Ellas van obedientemente detrás de el.
Bueno, ambos animales responden impecablemente a sus ordenes, puede que sea un poco sexy.
La puerta se cierra detrás de Chuuya, y el, obediente, sale de la bañera a cambiarse con un ligero sonrojo también.
Después de algunos atareados minutos, descubre que en realidad solo trajo con el su ropa interior y una camisa, no esperaba que en serio Chuuya interrumpiera su baño, aunque también fue una aparición muy divertida, en las ultimas vacaciones de Navidad, sorprendió a Chuuya de la forma mas estúpida, y también en las vacaciones de verano de este año.
En la primera ocasión, consiguió maliciosamente otro teléfono, distorsiono su voz con una sorprendentemente buena aplicación para eso, llamo a su numero que en realidad se sabe de memoria, y fingió que era un desconocido que necesitaba ayuda-
Bueno, eso fue un poco pesado, pero en realidad es la mejor broma que hizo el año pasado. Cuando Chuuya llego al callejón donde estaba, ya que sabia que Chuuya era un tipo con corazón ciego y grande que no ignoraría un llamado de ayuda, le salio por la espalda y lo saludo amigablemente.
Y bueno, digamos que Chuuya, eh, le dio un pequeño golpe en el estomago por ser un imbécil. El pelirrojo se sorprendió y se arrepintió de su propia reacción, y se disculpo para darle otro golpe menos doloroso por asustarlo, luego accidentalmente empezaron a besarse en el callejón.
La segunda vez Chuuya estaba en la biblioteca publica, en la sección de comedia italiana y de la nada escucha una voz.
"¿No te parece curioso que la comedia este junto a los libros eróticos? Quien haya ordenado los libros tenia un gran sentido de humor" Así que con la expresión congelada avanza al otro pasillo para encontrar la voz que escucho a través de los libros y que conoce realmente bien. Dazai lo saluda con ese libro estúpido en el que elfos tienen sexo en una tierra mágica. Es bastante obsceno.
Y bueno, esa vez Chuuya sonrió, le dio un pequeño golpe en los hombros, y cuando estaban a punto de besarse, ya que en realidad planeaban hacerlo tradición, apareció un tipo raro, con una trenza y lentes de sol, cuando, ejem, estaban en un lugar interior, y afirmo que su nombre era gaviota o alguna ave marina en ingles.
Luego Chuuya lo presento como un ex compañero de trabajo con el que salia a veces, con un amistoso golpe en el hombro, el tipo se le colgó del cuello a Chuuya mientras sostenía una revista pornográfica, grotesco.
Ahora lo sorprendió en su bañera, bueno, las intenciones son menos sucias de lo que parecen, y aunque si sean en realidad un poco sucias, Chuuya no tuvo ninguna reacción en especial, eso es molesto, pero es su sorpresa favorita.
Sale del baño secando su cabello, y Chuuya esta acostado en su cama mientras mira existencialmente al techo, cuando su mirada se dirige a el, se ahoga, o jadea, o alguna reacción favorecedora para el, en serio. Ni siquiera puede ser tímido con respecto a ser visto sin pantalones y la camisa abierta porque sabe que la vista no es tan mala en realidad.
— Dazai. — Llama el, por la mera costumbre de no nombrarlo en persona por mucho tiempo, toma a Elliot y la zarandea graciosamente hasta que ella esta dándole la espalda. — No seas desvergonzado, no puedes pasearte semi desnudo frente a ella.
Y bueno, eso si es vergonzoso.
Elliot y Chuuya le están dando la espalda ahora, incluso el maldito perro parece indignado, y el quiere gritar, ¿desde cuando un chico no puede estar en camisa y ropa interior en su propia habitación? Parece que las reglas cambiaron en su ausencia.
London maúlla, se restriega en sus tobillos, y el se siente desnudo. Crudamente desnudo.
— Me tienes que estar jodiendo...— Murmura, aunque Dazai no es grosero con demasiada frecuencia, de hecho lo era antes de ir a Tokio, pero el habito se ha ido deteriorando porque en Kokusai pueden colgarte por decir "tarado" y el ya lo vivió en carne propia, así que se ha acostumbrado a hablar respetuosamente y domino el arte de ser una perra pasiva agresiva pero jamas grosero.
Elliot ladra a London y ambas se meten debajo de la cama, bueno, su relación es un poco extraña y tensa porque siempre están peleando, pero se entienden bien y duermen juntas la mayoría de veces, eso cuando London no se enoja demasiado de que Elliot robe su comida.
Chuuya se acomoda boca arriba, y el se arroja a si mismo junto a el, mientras abotona su camisa.
Chuuya ríe.
— ¿Así que estas avergonzado? Deberías, Elliot aun es muy pequeña para ver ese lado de ti. — Regaña divertido, Osamu esta ligeramente sonrojado y su cabello húmedo en las puntas se pega a su frente.
— Acabas a de hacerme sentir como un pervertido desvergonzado, pero puedo decir que ya estas acostumbrado a eso. — Señala con molestia, antes tenia unos increíbles nervios de acero, pero ahora es una gelatina, temblorosa y tímida.
— Estoy acostumbrado a ti siendo un sinvergüenza, no a avergonzarte. — Rectifica el pelirrojo, ambos están viendo al techo y sus manos casi se rozan reposando en el colchón. Chuuya voltea hacia el, con sus ojos brillantes como siempre.
Extraño tanto esos ojos, pero debió superar su tristeza porque la vida estaba cambiando, lo único que no ha superado son estos estúpidos sentimientos de pertenencia, de que es el único lugar donde quiere y debe estar, pero la vida casi nunca es como queremos, y se ve a si mismo apartándose de Chuuya como nueve meses al año.
Los otros tres son los mas felices.
El resopla, y estira distraídamente sus dedos hasta rozar un tela suave perteneciente al contrario.
— ¿Aun tienes el cuadro? — Pregunta suavemente, devolviéndole la mirada. Es como si el mar chocara contra un acantilado solitario y erosionado con el tiempo. Chuuya sonríe y señala su caballete postrado contra el armario.
— No... no he podido moverlo. — Murmura en respuesta, sonriendo, lame sus labios. Cada vez que toca el cuadro con su rostro sonriente plasmado cálidamente en el lienzo, siente que puede arruinarlo, que la pintura aun no esta seca, que necesita tiempo y con ello se curara y se secara. — No podría llevármelo, de todas formas.
Dazai sonríe. Dejando el tema porque continuar significaría explicar porque hizo el cuadro en primer lugar, porque se desvelo tres noches antes de irse para completarlo. El por que empeño aquellos suspiros ansiosos por terminarlo, los deslices templados y aterciopelados sobre el lienzo.
Pensó en como dibujar sus labios muchas veces. Supo que tenían que ser de una forma en la que encajaran con los suyos propios, porque siempre los asemeja a la pieza fundamental en el esquema de un rompecabezas. Pero no lo hará, no dirá porque. Ni de que forma. No es necesario.
Es un poco demasiado orgulloso para eso.
— No tienes que hacerlo, en realidad puedo verlo toda la noche en lugar de dormir. — Bromea, Chuuya hace una mueca entre la preocupación y diversión.
— ¿Prefieres verme en lugar de dormir?
— Eso suena mas sucio, definitivamente no me refería a eso. — Cierra sus ojos, fingiendo inocencia, Chuuya puede ver las tontas pecas en su nariz, que solo pueden verse en el sol y de cerca, el prefiere verlas acercándose a su rostro.
— No es mi culpa que digas cosas de dobles intenciones y luego te retractes, descarado. — Susurra, no tiene que hablar demasiado fuerte, Dazai esta cerca y puede escucharlo de esta forma.
— Es tu culpa que diga cosas de dobles intenciones. — Suelta juguetón, Chuuya abre sus ojos ligeramente perplejo, y sus mejillas están rojas cuando pregunta consternado.
— ¿Por que eso seria mi culpa? — Sisea, carraspeando. Dazai hace un puchero divertido y abre su boca para contestar.
— Bueno, porque eres-
No puede terminar, hay un par de labios sobre los suyos.
Justo como quiere que estén desde hace un tiempo, jadea entre la gracia y la sorpresa, ladea su rostro y acuna el de Chuuya.
El pelirrojo besa sus labios suavemente y se separa cada tantos segundos, abriendo sus ojos para ver los suyos, el encantamiento se hace mas fuerte porque los persigue para iniciar otro beso, parece una danza de apareamiento muy tonta. El se separa finalmente, jadeando y diciendo:
— Besarte es menos vergonzoso que escuchar lo que sea que ibas a decir.
Tiene una mano en el costado de su cuello, las manos de Chuuya ahora son un poco mas grandes, en realidad, tanto que abarcan su mandíbula y nuca al mismo tiempo, pero es igual de pequeño que antes. Dazai sonríe.
— Decía que Chuuya es muy atractivo, en realidad. Apenas puedo controlarme. — Termina, hablando cantarinamente. Chuuya en lugar de avergonzarse empieza a carcajearse ruidosamente.
— Suenas como un terrible pervertido. — Rodea los ojos, Dazai sonríe.
— Lo hago porque no te resistes, quiere decir que eres igual de pervertido que yo. — Resuelve, encogiéndose de hombros. — ¿No te parece raro que dos de cada tres veces que nos encontramos terminamos besándonos?
Chuuya se queda quieto, congelado y atónito, aprieta sus labios, reprimiendo una risa.
— Acabas de hacerlo raro, de hecho. — Responde secamente en su lugar, Dazai es quien suelta una risita esta vez y jala de su rostro para que siga besándolo.
Bueno, tal vez Chuuya tenga razón, de hecho. Pero no es algo que el vaya a decir.
Prefiere seguir besándolo, olvidando que no están solos en casa, que en realidad su padre tenia algo que decirle, de hecho esto es lo que menos le importa. Su padre en realidad ya debería saber que el esta aquí, por lo que podría en cualquier momento...
Actualizacion rapida? imposible. Debo admitir que ustedes me inspiran a sacarlo mas rapido 🤭.
¡Gracias por leer, votar y comentar!, como siempre. Pero como dijo mi ex, lo digo en serio 🥺💕. Los amo.
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