Crisis de las mandarinas

Osamu lleva una uva a su boca, la mastica con avidez y goza de su dulzura, toma todas las de el plato del centro, su padre le mira con cierta verguenza. Suspira y abre la boca para hablar.

— ¿Recuerdas a los Miyazawa? — Pregunta, llevando comida a su boca y masticando lentamente, Dazai tararea y agita lentamente su cabeza.

— Quieres decir, ¿Kenji, el niño rubio? — Devuelve la pregunta sin dirgirle la mirada, arroja otra uva en su boca, su padre asiente en una expresion apenada.

— Exacto. Este mes enviaron mas frutas de las que pedimos para el hotel, como un agradecimiento. — Osamu alza ambas cejas como indicandole que estaba escuchandolo, pero su expresion era un poco indiferente, nunca le intereso demasiado lo que su padre hacia en el trabajo, entonces Gen'mon un dia decide hablar sobre su cadena hotelera y sus estupidas frutas (De hecho, Osamu ha comido en el hotel de gorra algunas veces, debe admitir que la comida es buena).

— Bueno, enviaron muchas mandarinas. — Suelta una risita despreocupada, apoya ambos codos en la mesa y observa a su hijo comer con una sonrisa, contrastando el poco interes del menor. — Asi que supongo que traere algunas, ya que estando allá podrían podrirse. Son en realidad muchas.

El Dazai menor frunce el ceño, alza una ceja y asiente, no es muy fan de esas cosas redondas y naranjas, pero en realidad no las odia.

Luego de unos segundos de un silencio un tanto incomodo, Osamu anuncia que se va a la escuela, y lo hace bajo la mirada rendida de su padre.

Probablemente todavia no pueda decirle eso, tal vez porque sabe que Osamu no reaccionara bien.

Dazai a veces piensa en lo mal que le va en la maldita vida, y todos los comentarios de que es un niño privilegiado llegan a su cabeza. 

(Es ese estúpido estereotipo de niño rico lo que no lo deja tranquilo, ¿por que no es feliz si es rico?

Tal vez porque no es normal)

Es extraño, sus amigos parecen serlo, no complican su vida. Yosano es bastante aclamada por sus conocimientos acerca de la cultura popular, destaca en su habilidad e interes por dirigir el hospital de su padre, Fukuzawa. Es linda, estudia en Osaka. No parece tener tantas complicaciones. Rampo tampoco lo hace, es el tipo mas fresco que conoce. Estudia con Yosano en Osaka, un buen instituto, a decir verdad. Ambos tienen su misma edad y su vida es tan tan tranquila, como la de una persona promedio

¿En algún momento de su vida ha profundizado en su propia situación?

Ni siquiera quiere pensarlo.

Acaba de conocer a alguien que su vida es una constante lucha, todos los días. Muchos de sus comportamientos lo demuestran, pero el nunca ha mostrado indicios de tener pena por si mismo. Puede atribuir cierta falta de asertividad, en todo caso, ¿pero realmente es solo eso? 

Porque, el siente que su vida es un tormento, que hay un remolino de pensamientos de toda índole en su cabeza, organizándose, cayendo en un punto especifico de su psiquis. El reacciona a ellos, reacciona como cualquier clase de persona, pero no reacciona como deberia hacerlo, no reacciona como los demás.

Nunca ha encontrado una identificación. ¿Qué significa ser el mismo? ¿Fue el mismo en algún momento de su vida? 

Tal vez lo fue, hace un par de años, cuando era menor, y por ello su madre se suicido.

Nunca ha sido lo que las personas esperan de el, pero no es simplemente eso, nunca alcanza las cosas que el mismo quiere, nunca alcanza la anhelada paz que necesita su cabeza. Resulta que en esos momentos es cuando la gente decide aplaudir sus logros mas idiotas. A veces de forma condescendiente. No lo entiende, puede ser celebrado, pero nunca es suficiente, nunca es todo lo que se espero de el.

Nunca fue suficiente, tal vez por ello su madre se suicido.


Cuando Dazai vuelve de la escuela, entra a la cocina a buscar algo para merendar, y queda petrificado al ver dos malditos sacos desgastados en la despensa. 

Caminando cautelosamente hacia ambos sacos, entrecierra los ojos, deja lentamente su mochila en el suelo justo al lado de el marco de la puerta. Un escalofrio recorre su cuerpo, es como la fiebre, o una pre-fiebre, sabes que algo pasara, y tienes esa incertudimbre. Dazai odia particularmente la fiebre porque no es fanatico del frio.

Se acerca lento, como si fuese a encontrar alguna bestia dentro de alguna de ellas, traga lento y su dramatico trasero finalmente decide abrir uno de los sacos.

El color naranja brillante le recibe por todos lados, su rostro se vuelve en pura angustia. Abre el otro saco y arruga su expresion, como si realmente fuera tan desagradable, no lo es, pero inconsientemente quiere llevarle la contraria a su padre a pesar de que este no lo este viendo. Tira hacia abajo uno de los sacos (con su pobre fuerza, por supuesto).

— ¿No hay ni siquiera una manzana en medio de toda esta mierda? — Murmura con cierta desesperacion. Ha hecho un desastre volcando el saco y tirando las mandarinas al suelo, pero en este momento le importa una reverenda mierda. El no lo limpiara.

Frunce el ceño con severa preocupacion, mira sospechosamente al otro saco.

Y a los segundos grita, desgarradoramente, dos de las criadas llegan corriendo hacia la despensa de la cocina, donde el adolescente con cabestrillo chilla histericamente que odia las mandarinas, y tambien a Gen'mon Dazai, a los Miyazawa, y Dios por hacer que las frutas se pudran.

Ambas lo miran con desaprobacion, un agudo rostro de "¿Es en serio?" y Dazai ignora su presencia montando un espectaculo.

— ¡Al diablo las malditas mandarinas!  

Dos días después de que las mandarinas invadieran la morada de los Dazai, el menor de ambos hace su tarea con un maldito plato de mandarinas perfectamente limpias y separadas a su lado, esta completo, precisamente porque no lo quiere.

— ¿Otra vez estas haciendo un berrinche? — Inquiere el apático Chuuya, alza una ceja y lleva un gajo a su boca, Osamu justifica sus acciones con expresión disgustada.

— Si sigo comiendo mandarinas, me dará cáncer en los dientes o... algo asi — Responde amargado, Chuuya bufa y toma el plato.

— En mi casa, ya se habría acabado al menos la mitad de todo lo que trajeron. — Osamu alza una ceja, curioso ante eso. 

— ¿Y no te gustaria llevarte uno de casualidad? — Chuuya arruga el entrecejo. 

— No aceptare tu mierda solo porque seas mañoso. —  Dispara ambas cejas con contenida indignación, Osamu tararea aceptando su argumento con facilidad. 

— ¿Y si me las compras? — Cuestiona distraídamente, deslizando prolijamente su marcador sobre el papel de su cuaderno, elaborando un cuadro comparativo sobre los tipos de actividades económicas.  

— Hombre de negocios. — Acepta el pelirrojo, mastica otro gajo de mandarina y tararea pensando. — ¿Me darás un precio especial por la compra al por mayor? — Cuestiona divertido, sentándose en el colchón de la cama de Dazai, este encuentra su mirada, Chuuya siente una pequeña punzada en su vientre por su amplia y astuta sonrisa.

 — ¿Ya me pides precio especial? ¿En la primera compra? Que audaz. — Reflexiona. Cruje los huesos de sus manos y suelta un suspiro que Chuuya puede catalogar como cansado. — Lo pensare si me haces la tarea.

Chuuya toma el plato en el escritorio de Osamu y come las mandarinas que hay en ellas.

— Tus maestros notaran la diferencia de nuestras letras. — Regaña, se acerca a el cuaderno del castaño y suelta un quejido angustiado. — Tu letra es una severa mierda.

Osamu ríe y se reclina en su asiento, estirándose. — Es lindo que hables de forma tan significativa y al mismo tiempo maldigas. — Chuuya suspira y le envía una mirada cansada, y tambien un poco avergonzada, desvía su rostro ante la falta de una reacción especial en el castaño y sigue comiendo.

— Habrá un festival en un parque a unas calles de aqui. — Empieza el castaño, vuelve a tomar su pluma y esta se balancea facilmente entre sus dedos ligeramente mientras escribe con concentracion. — Vende frutas de temporada en el y ganaras una fortuna.

— Odio vender. — Responde quejoso Chuuya. — La gente te trata como mierda cuando nota que tienes una necesidad. — Osamu voltea lentamente hacia Chuuya, un poco pasmado por esa respuesta, buscando la seriedad, y ahi esta, el vacio en los ojos azules del pelirrojo.

El lo entiende.

Chuuya ha sufrido. Mucho. Tal vez con eso en especial.

Y el no deberia haber sufrido, probablemente ni la mitad de lo que lo ha hecho, quiere borrar esa mirada pero no se siente propio, principalmente porque lleva dos semanas de conocerlo, y no quiere parecer un idiota, otra vez.

— Si, ellos suelen hacerlo. — Responde bajo, Osamu no quiere ser ese tipo de persona, alguien que Chuuya odie, no quiere ser el tipo de persona que le haga daño.  

El se prometerá a si mismo no hacerlo, es la única persona en mucho tiempo de la que disfruta su compañía, que no lo juzga ni se entromete en su vida (al menos Chuuya no sabe lo mucho que invade su mente inconscientemente, pero eso es uno de los enigmas propios que no ha logrado descifrar), el es genial. 

No necesita que un idiota como el arruine mas su vida. Osamu quiere ser parte de ella, y hacerlo reir. Hacerle olvidar toda la mierda que le ha sucedido y esta sucediéndole, Chuuya no acepta sus aportes económicos, al menos aceptara su apoyo emocional.

(Dazai es un desastre emocional, tal vez esto lo motive un poco a resolver sus propios problemas.

Tal vez.) 

— Lo poco variada que es tu comida en el ultimo tiempo me deprime. — Opina Dostoyevsky, bebe un suave sorbo de te. 

— No encuentro a quien demonios ofrecerle medio quintal de mandarinas. — Suspira con pesadez. — Mi padre parece querer humillarme enviándome a la escuela para ofrecerle mandarinas a todos. Es vergonzoso. 

El rostro de desagrado es indiferente para Fyodor, sin embargo, ofrece una solución.

— ¿La nueva estudiante? Oí que en realidad es becada, y su familia no es tan rica. Seguro las recibe bien.  — Las cejas de Osamu se disparan, Fyodor al tanto de un chisme es algo increíblemente ridículo. Y segundo, ¿Cuál maldita nueva estudiante?

— No se de quien hablas. — Responde secamente. El de cabellos lacios cierra sus ojos un momento y con delicadeza disfruta de su te, luego con serenidad señala con la mirada a una pelinegra.

Esta de espaldas, su cabello es largo, hermoso. Cae grácilmente como hilos azabaches por su espalda, si de atrás es linda, Osamu no puede imaginarse como será su cara-

A lo lejos, las estudiantes con las que ella parece estar tratando de entablar una amistad por ser nueva señalan hacia su dirección, tal vez indicándole a la pelinegra que Dazai Osamu tiene sus ojos fijamente en ella, y ella, oh.

— Sasaki Nobuko. — Concede Dostoyevsky. — Va en mi sección, llego cuando te suspendieron, es algo tímida, humilde y callada, tal vez por eso no la notaste. — Este entrecierra sus ojos, ladea suavemente su mentón hacia ella y frunce ligeramente su ceño. — De alguna forma no termina de convencerme.

Osamu no puede creer que no había notado a una chica tan hermosa.

Si, ella es hermosa cuando antes de voltear acomoda un mechón suave y sedoso detrás de su oreja, sus ojos marrones son dos pozos de miel tierna e interminable que le miran con curiosidad desde lo lejos, un flequillo cuidadosamente cepillado tapa su frente, su piel es pálida, brillante. Es una absoluta maravilla.

 Las chicas que la acompañan ríen y el sonrojo adorable de ella se nota incluso desde donde esta Dazai. El esta embobado, tiene una segura cara de idiota.

— No tienes oportunidad con ella. — Sentencia Fyodor, repentinamente, Osamu voltea súbitamente hacia el y cuestiona con la mirada eso, este suspira. — A pesar de su extraño comportamiento, es muy hermosa. Tu, eres un perdedor.

— Soy literalmente el mejor de la escuela, el numero de uno. — Dispara sus cejas, sonrie orgulloso, el azabache sonríe divertido. — Ella saldrá conmigo, somos tal para cual.

— Oh, clara, la pareja perfecta en la que ambos se complementen porque tienen cualidades afines según opiniones genéricas, por supuesto. Que por presuntas causas naturales serán la pareja increíblemente compenetrada, ella hermosa, delicada y tímida, tu de fama 'encantadora', extrovertida y de afable galaneria. Es un estereotipo de pareja sexista y básica. — Incorrecto. El lo hará. Lee demasiado shoujo. Fyodor repara en que no esta escuchando, como su conciencia, le pone los pies en la tierra. 

—  Tiene experiencia. Tuvo un novio antes durante dos años. ¿Has tenido una novia, tu? —  Se burla con igual experiencia. — ¿Y puedes decir que son almas gemelas con solo verla una vez?

Ruso marica.

— No, pero se una cosa o dos. 

— Muchos dicen que eres asexual, ignorantes, por supuesto, no han sido victimas de tu falta de atención paternal, ejem, digo, de tus coqueteos descarados. — Revela, luego junta sus cejas con preocupación y desagrado. — Yo no creo lo mismo, una vez te vi en el baño-

— ¿Si? Yo te he visto muchas veces viendo al tarado de Nikolai Gogol, y no tengo nada en contra de que seas gay, es mas, lo supe en cuanto te vi. —Interrumpe y contraataca certero. Para evitar que Fyodor termine de decir lo que sea que pretendía develar.

— Por supuesto que no lo supiste, y yo no veo a Nikolai Gogol. — Sentencia sereno. — En mi pais no hacemos eso. Es desagradable.

— De lo que te pierdes. 

Fyodor se sobresalta y le envía una mirada alarmada, Osamu explota en risas.

— Quiero decir, estoy bromeando. Soy heterosexual. —  Luego señala con una sonrisa ganadora a Sasaki, Fyodor le mira con aburrimiento. — Y es por eso que esa chica saldrá conmigo. Lo veras, aparte de superarte en las notas, tendré una novia primero que tu. Pero no vayas a ir corriendo a pedirle matrimonio a Nikolai. — Se burla, Fyodor tiene una expresión seria. 

En realidad, no esta tan equivocado. 

(Para desgracia de Dazai, Fyodor tampoco lo esta.)

— Dazai-san, yo...— La pelinegra toma la bolsa llena de algunas mandarinas y sonrie (si, Osamu se tomo la molestia de ser vergonzoso y al mismo tiempo desvergonzado como para tomar la excusa de hablarle y regalarle esa mierda), hace un gesto y acompaña al castaño a caminar con ella. — Gracias. Es un gesto muy lindo de tu parte.

— No hay ningun problema. — Osamu sabe que su sonrisa es perfecta, atractiva y coqueta. — Me han hablado de ti, Sasaki-chan.

— Puedes decirme Nobuko. — Ella sonrie suavemente.  

— Nobuko. — Jadea Dazai, ella le responde con una sonrisa pequeña. Apenada. — Yo...apenas caigo en cuenta de lo lindo que es tu nombre.

— Dazai-san....— Murmura bajito avergonzada.

.↭. 

— Vamos, Inu. Aplasta mi cara. — El pelirrojo toma el conejo completamente blanco y lo incita a tomar una siesta sobre su rostro, acaricia al conejo llamado perro y murmura enterrando su rostro en costado del animalito moviendo sus grandes orejas al aire. — Que esponjoso eres. Podria morir en paz contigo aplastandome.

.↭.  

— Yo... Tal vez sea apresurado. — Murmura ella, su voz tiembla un poco. Acomoda su cabello atras de su oreja y Osamu la escucha atentamente. Toma una de sus palidas manos y esta se sobresalta.

— Si, lo se. — Ella no ha dicho que sucede, pero el puede adivinarlo. — Nos conocemos hace algunos dias, pero... Yo, realmente me gustas, Nobuko-chan.

— Dios, esto es muy rapido. — Suelta una risita nerviosa, muerde su labio desde el interior y lleva su otra mano para acomdarla sobre la de Dazai. — Pero... tu tambien me gustas, Dazai-san.

Osamu le suelta una expresion suave, y realmente siente que esto es irreal, es la primera vez que le pasa, es agradable. Tal vez penso que seria aun mas romantico como en los shoujos, pero esto esta bien, esta bien para el. Incluso si hace falta la explosion de emociones que se supone que sucede cuando tu declaracion es aceptada. La realidad supera la  ficcion, supone, no todo es como en los shoujos, es una estrategia de marketing para no sentir tan grande la perdida del dinero que se va en la paga de impuestos.

La chica mas hermosa que ha conocido ha aceptado su declaracion, y el esta a punto de pedirle que...

— Quiero ir lento, Dazai-san. Mi ultima relacion fue larga, pero tenia mucha incertidumbre, la mayoria del tiempo. — Ella murmura afectada, baja su mirada hacia sus manos juntas. — Yo... Quiero asegurarme de que puedo confiar en ti.

Dazai Osamu tiene un nuevo reto.

¡Hola! Me tarde demasiado en este capitulo, pero demasiado jaja. Espero que les haya gustado, mi excusa fue un vacío que sentía al escribir, es como, la falta de inspiración, pero por la sencilla razón de que todo lo que escribía no se sentía bueno, ni organizado. Aun tengo la ligera sensación, pero aun asi espero que el capitulo sea presentable jaja.

¡Gracias por leer, votar y comentar 💕! Agradecimientos extras por si a pesar de la tardanza deciden seguir con la historia 🥺, muchas gracias ❤.

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