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Se quedó paralizado, Jeongin técnicamente tembló de pies a cabeza, evitando gemir de la sorpresa y la vergüenza, y tal vez un poco de la excitación, o mejor dicho mucha excitación, se planteó esconderse debajo de las sábanas, tímido a las palabras del alfa.
Pero también quería aferrarse a eso aceptando cualquier propuesta de Hwang Hyunjin
- ¿Q-qué?, desde c-cuando...¿estás ahí?- pregunto tembloroso, sintió sus rodillas temblar, cerrando las piernas con disimulo.
Su respiración se aceleró, su piel ardiendo en cada paso que el alfa comenzaba a dar hacia él.
- Solo fui a despedir a un socio- Jeongin aferro las manos en las sábanas, sus mejillas se sintieron arder cuando noto su intenso aroma.
Sus feromonas llenaban la habitación, dulce e inestable, excitado y necesitado, y totalmente vulnerable.
Jeongin imploraba control, soltando un gemido débil, con su piel quemando cuando el alfa subió en la cama, se sintió empaparse vergonzosamente, sus ojos observaron la media sonrisa del alfa, sus carnosos labios brillando con tentación, y sus ojos, Hyunjin parecía un León apunto de tomar a su presa, la intensidad de su mirada mostrando la satisfacción, complacido con la posición en la que se encontraba el menor.
- Solo tarde unos minutos, y tu aroma ya llegaba hasta el pasillo- el omega se exaltó, gimió como si el simple toque el alfa lo estuviera enloqueciendo.
Y tal vez era así, se sintió flaquear, su piel debilitándose con un estremecimiento cuando la mano del alfa se deslizó por su rodilla, e incluso si el tacto era cálido, su piel quemaba en cada sitio que tocaba.
- A-alfa...- llevo su mano a sus labios, mordiendo su dedo índice soltó un jadeo, casi imperceptible, sintió el latir de su corazón en sus dedos, enloqueciendo en la manera en que los dedos del alfa se deslizaban por sus muslos.
Si hubiera estado más cuerdo, Jeongin hubiera sentido vergüenza, por que no dejaba de dejar escapar pequeños gemidos, casi suplicantes al sentir los dedos del alfa apretar su carne, el tacto mandando descargas a su entrada, estando tan cerca, e incluso si el mayor deslizaba un poco más los dedos debajo de los shorts, estaba seguro que sus dedos se iban a empapar de su flujo, caliente y viscoso, tan mojado por unos simples toques.
- Lo siento..- murmuró, casi en un susurro, mientras sentía sus ojos nublarse, no entienda por qué pedía perdón, tal vez porque necesitaba decir algo por tan notable y vergonzosa excitación.
Hyunjin mordió su labio inferior, sus ojos no perdiendo ningún detalle del menor, su cuerpo temblando bajo su tacto lo estaba volviendo loco, podía olerlo, se encontraba tan mojado, su piel estaba caliente, casi ardía y con intensidad un rojo fuerte decoraba casi todo su cuerpo.
Con lentitud, buscando torturarlo más, deslizó sus dedos por debajo de los estirados shorts, no se perdió la manera en que los ojos del omega se cerraron, mordiendo su dedo hasta notarlo blanco, su cabeza empujandose un poco hacia atrás mientras su ceño se fruncia, tal vez de la vergüenza.
El pantalón que llevaba se sintió asfixiante, sintiendo su dura erección palpitar, maldijo internamente al aspirar del dulce aroma, escuchando los bajos quejidos del omega, casi lloriqueando por su tacto.
Hyunjin sintió sus ojos nublarse, sonriendo al escuchar al menor gemir con más fuerza, casi suplicante cuando sus dedos pararon en su entrada, sobre la ropa interior, apretando dos de sus dedos mientras lo sentía empaparse con el líquido caliente que expulsaba.
- Estas chorreando, ángel, ¿en qué andabas pensando?.
Jeongin negó frenéticamente, avergonzado, con la mente nublada, aferrándose con una mano a las sábanas mientras el otro aún mantenía mordisqueando su dedo.
- Por favor, p-por favor...- suplicó, no sabía porque precisamente pero necesitaba más, quería más de esas sensaciones, seguir sintiendo aquellos temblores.
- ¿No me dirás?- Hyunjin se posicionó más cerca del omega, Jeongin se quejó cuando se abrió paso entre sus piernas, su cabeza se hundió contra las almohadas al sentir los dedos del alfa acariciar sobre la tela, sintiéndose tan tortuoso considerando lo mojado que se encontraba.
Hyunjin apretó los dedos con más fuerza, disfrutando hacer que el omega se arquee, sintiéndolo deshacerse en temblores mientras gemía, definitivamente lo más dulce que estaba escuchando sus oídos.
- H-hwang Hyunjin, s-solo pienso en Hwang Hyunjin...- una parte de él, muy seguro su omega, le decía que lo grité, qué le de un saboreo al nombre del alfa deslizándose por su lengua.
Pero ni siquiera se atrevió a pensarlo cuando una nueva corriente lo hizo gemir, con necesidad, sus ojos nublados del placer abriéndose poquito para apreciar el rostro del alfa centímetros suyo, su cuerpo se encogió del placer, sintiendo el peso del alfa cerca de su entrepierna, creando una tortuosa fricción de su miembro erecto y su mojada entrada.
Jeongin jadeo, respirando inestable cuando la mano del alfa tomó su muñeca con brusquedad, sin lastimarlo mientras retiraba su dedo de su boca y en cambio detuvo su brazo sobre su cabeza, sus dedos deslizándose hasta entrelazar los suyos, su palma cosquilleo por el tacto.
- ¿Te gustaría jugar?- el aliento dulce acaricio sus labios, no pudo concentrarse tan bien en la pregunta, hipnotizado en la manera en que la lengua del alfa remojaba sus labios.
Hyunjin no se lo pensó, moviendo las caderas hizo fricción contra el pelvis del menor, empujando sus dedos que aún se posicionaba dentro de los shorts sintiéndolos hundirse aún más en el mojado agujero.
Jeongin chilló, entendiendo el mensaje, su cabeza hundiéndose en las almohadas casi ahogado con las corrientes que recibía su entrada.
- Que c-clase...uhm, ¿d-de juego?- inclinándose un poco más, Hyunjin rozo los labios del menor, su lengua lamió sus labio inferior, perdido en la manera en que los pequeños ojos lo observaron suplicantes.
Queriendo que lo toque y se deje de rodeos.
- Yo planeo la jugada, y tú te diviertes, lo único que tienes que hacer es..- volvió a crear fricción con sus caderas, incluso él teniendo que gruñir para controlarse, escuchando al omega gemir su nombre bajo, con timidez-. Gemir alto, fuerte para que lo escuche toda la jodida mansión.
Jeongin estaba por poner los ojos en blanco, mareado con tantas sensaciones, sumando el fuerte y dominante aroma del alfa.
- ¿Jugamos?- el omega ya no lo pensó dos veces.
- Sí, quiero jugar, por favor.
Hyunjin gimió satisfecho, comenzando a devorar los labios del menor, soltando su muñeca, sintiendo sus manos aferrarse a su cabello jalando de sus mechones, su garganta vibró de la satisfacción, sus dedos estirando de su cabello podían ser una de sus cosas favoritas.
Jeongin se preguntó si había algo más que se sintiera tan bien como los labios del alfa, estirando los suyos, sus dientes aferrándose a su labio inferior, sus lenguas enredándose mientras los dedos del mayor estiraban ansiosos de sus prendas inferiores.
Se permitió respirar luego de unos minutos, casi sacando la lengua sintió sus labios protestar por tanta succión, sus manos taparon sus ojos mientras se arqueada del placer, gimiendo cuando sintió los shorts y la ropa interior dejar su cuerpo.
Hyunjin exhalo, con las mejillas rojas y la respiración inestable, sus manos aferrándose a la cintura del omega, gruñó en busca de autocontrol, perdiéndose en la pálida piel de su ángel, sus muslos empapados con el transparente lubricante y su piel algo sonrojado por la manera en que sus dedos se aferraron a sus muslos.
- Te lávaste hace un momento, ¿cierto?- Jeongin se quejó bajo, asintiendo sintió su cabello pegarse a su frente a causa del sudor.
Pasando sus manos por el interior de sus muslos Hyunjin apretó con fuerza, sintiendo al menor levantar la cadera con un jadeo.
- Mírame, ángel.
Obediente Jeongin destapó sus ojos, atrapó su labio inferior con timidez al notar su posición, encontrándose con los ojos oscuros del alfa, su cabello rubio algo desordenado, su cuerpo tembló por la manera en que su pecho subía y bajaba acelerado.
- Te tocaré ahora- Jeongin se derritió frente al mayor, los ojos del alfa buscaban aprobación, después de todo él buscaba que esté seguro mientra el omega ya estaba perdiendo la cabeza.
- Hazlo ya.
Jeongin tembló ante la sonrisa que bailó en los labios del alfa, sus ojos se abrieron con algo de impresión, sus mejillas ardiendo al sentir la mano del alfa golpear su trasero.
Ni siquiera pudo quejarse, ahogando un grito cuando dos dedos se deslizaron por su interior, sus manos jalaron de las sábanas mientras se retorcía, lloriqueo cuando los largos dedos del alfa no se detuvieron hasta que sus nudillos tocaban su piel.
- Alfa, oh Dios- gimió más alto, no pudiendo decir nada coherente mientras sentía los dedos comenzar a moverse, con brusquedad, apretandose a sus paredes y golpeando su trasero con pequeños chapoteos, el flujo ayudando a que solo el placer nuble sus sentidos.
Hyunjin metió un tercer dedo, su miembro protestó, imaginándose que era su erección a quien las paredes del menor se aferraban, cerrándose en sus dedos y succionando en su interior, sus ojos observaron los labios entre abiertos de su ángel, se sentía torturado.
Pero sobre todo complacido, tensandose con cada gemido y lloriqueo del omega, aspirando de su caliente aroma, de vez en cuando un pequeño gemido raposo, casi como gritos endulzaban sus oídos.
- C-creo que..- un nuevo gemido lo acalló, estirando de su cabello tembló con pequeños espasmos, sintiendo los dientes del alfa raspar la piel de sus muslos, succionar y lamer, sintiendo otro dedo invadir su interior, moviéndose en sincronía hasta sentir que iba a enloquecer del placer.
Cuando las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro Jeongin sintió que colapsaría, lloriqueo mientras el alfa deslizaba sus dedos por la nuca del omega, Jeongin jadeo con los ojos entre abiertos cuando estiro de él.
Su cuerpo entero ardió, manteniendo sus ojos fijos en los del alfa, sus manos aferrándose a la larga cabellera, gimiendo contra sus labios mientras sentía su estómago calentarse, cosquillear, lloriqueo sintiendo los dedos empujarse con más fuerza, largos y causando espasmos a su cuerpo, no se pudo cuestionar si habían tocado su punto sensible, aunque lo sintió así.
- ¡Alfa!- Hyunjin gruñó contra sus labios, el menor sintió que dio su último aliento cuando se corrió en tiras, flaqueando aferrado al mayor se sintió volar entre nubes, chillando y temblando con violencia.
Hyunjin espero unos segundos mientras sentía la respiración del menor relajarse, sus ojos cerrados mientras el adorable rojo decoraba sus mejillas y nariz, mirando un poco más abajo noto su camiseta manchada del conocido líquido viscoso y blanco.
Y como imán, los tonos rojos casi violáceas en la piel de sus muslos le llamaron la atención, sintiéndose totalmente satisfecho.
Uh, tardaría mucho en desaparecer.
Jeongin se quejó bajito, sintiendo al alfa acomodar su cabeza contra la almohada, y con lentitud sus dedos abandonaron su interior, sintiendo el vacío golpearlo.
Abriendo un poco sus ojos observo los dedos del alfa, su cuerpo se calentó de la timidez al verlos totalmente mojados. Hyunjin se inclinó hacia la mesita de luz, notando la mirada del omega no tardo en tomar la caja con pañuelos que mantenía encima.
Sacando un par limpio sus dedos, observando a su ángel notó sus ojos algo caídos, y era entendible su cansancio. Tomando un par de pañuelos más comenzó a limpiar su camiseta, inclinándose hacia los labios del omega dejo un pequeño beso, sintiendo sus labios calientes.
- Descansa, ángel, yo me encargo- los ojos de Jeongin se cerraron por inercia.
Hyunjin se encargó de limpiar todo el cuerpo del menor, colocándole de nuevo su ropa interior se levantó con un suspiro tranquilo, notando la lenta respiración del omega, sonrió levemente por lo adorable que se veía durmiendo luego de un orgasmo, claro que sí.
Yendo a tirar los pañuelos Hyunjin comenzó a retirar la ropa de su cuerpo.
Entró en la ducha, ya que a él aún le faltaba un asunto allí abajo.
+
Se suponía que en la mañana sería un lindo día, llena de satisfacciones y el acogedor aroma de Hwang Hyunjin;se suponía, claro.
- Por qué hace tanto calor- Jeongin lloriqueo ventilando su rostro, su cuerpo estaba acalorado con los recuerdos de la noche anterior.
No sabía cómo miraría al alfa más tarde, como la mayoría de veces, Hyunjin no se hayaba a su lado esa mañana. Pero volvería en la tarde o al día siguiente, tal vez al otro día, pero volvería, y Jeongin quería enterrar su cabeza en el suelo con solo pensar que debía verlo, y sobrellevar su comportamiento de la noche anterior.
Se había excitado por sus pensamientos tan impuros, el alfa lo vio en ese estado, lo escucho suplicar por el vergonzosamente, le desnudó la parte inferior y sus largos y adictivos dedos se hundieron en su interior.
Magnífico Yang Jeongin.
Chillando de la vergüenza Jeongin optó por darse un baño, buscando despejar su mente, y limpiar su cuerpo con capas de sudor seco.
- No puede ser..- apoyando la frente contra la pared el omega se quedó sin palabras al observar sus muslos.
Esas hematomas no se taparían con el short que pretendía usar ese día.
Su cuerpo se sentía caliente bajo el agua, terminando de limpiar su piel se refugió en una larga bata y terminó de pie frente al espejo de cuerpo en el armario.
Jeongin observo sus labios algo maltratados, el fuerte rojo en sus mejillas y nariz, sus ojos expectantes observando cada espacio de su renovado cuerpo, y abriendo un poco de la parte inferior de la bata sus ojos observaron con atención los conocidos chupetones en su piel, se veían con tanta intensidad considerando lo pálido que era su piel.
Y Jeongin por alguna razón se sentía bonito, satisfecho.
Tal vez era por que las marcas pertenecían al único alfa que le ofrecía su atención, y en ese momento lo tenía en su piel, decoraban sus muslos y a él le gustaba, se sentía bien.
Pero aunque su omega gemía por mostrarlo, no quiso ser más el centro de atención de lo que ya lo era en esa mansión. Así que con un suspiro se acercó a los cajones de ropa del alfa.
- Oh- sorprendido Jeongin no tardo en notar las llamativas prendas de tonos cálidos, eran muchas, y estaban perfectamente acomodados a un lado de las ropas del mayor, no había duda que eran nuevos.
Jeongin no pudo evitar pensar que eran suyos, su ropa nueva.
Río como tonto, mordisqueando de su labio inferior al sentirse extrañamente complacido por el detalle del alfa.
Pero prefirió no apresurarse y suponer cosas, podría estar equivocado. Así que saliendo del armario se acercó al escritorio del alfa, allí descansaba su celular, el cual antes creía ser muy interesante, y ahora no lo utilizaba mucho por que le aburría.
Carraspeando palmeo sus mejillas estando seguro de su voz, se sintió tímido sin siquiera comenzar la llamada.
- Tú puedes- asintiendo para sí mismo Jeongin presionó unos segundos el número "1" en el teclado, y este no tardo en mostrar el nombre, "Él único a quien debes llamar", en la pantalla.
Casi imperventilando colocó el celular contra su oído, escuchando los raros timbres con ansias.
Y cuando la llamada fue descolgada Jeongin ya se estaba comiendo las uñas.
- ¿Ángel?- tapando sus ojos con su mano el omega dio pequeños saltitos evitando chillar de la emoción.
Carraspeando golpeo su pecho tal vez con algo de fuerza mientras buscaba su voz.
- S-si- cerrando los ojos Jeongin disfruto escuchar una pequeña risa proveniente del alfa, baja y ronca, acariciando su oído y sacándole un estremecimiento-. Soy yo.
- Eres tú...buenos días, ángel, ¿necesitas algo?- Jeongin quería gritar que lo necesitaba a él, y que si aparecía en ese momento era capaz de olvidar todas sus vergüenzas.
Pero por muy obvias y respetables razones, no lo hizo.
- Uh n-no, nada alfa, solo llamaba para preguntar sobre la ropa nueva en los cajones- mordiendo su dedo índice Jeongin se sintió avergonzado, no quería preguntar como suponiendo que era para él, tal vez era para otra persona y él terminaría en una situación incómoda.
- Bien, ¿qué pasa con la ropa?- rascando su cabello húmedo Jeongin busco las palabras en su cabeza, ordenandolas para no hacerlo mal.
Apretando el dedo entre sus dientes no pensó en algo más inteligente.
- ¿M-me las presta?.
Jeongin apretó los labios entre su dedo avergonzado al escuchar al alfa reír en la línea.
- Jeongin, la ropa es tuya- apretando los ojos Jeongin dejo ir su dedo con alivio, soltando una pequeña risa tímido.
- S-solo me aseguraba- aclaró titubeante-. Y gracias, por comprarlas, alfa.
- No importa, si necesitas algo solo pide, cualquier cosa- Jeongin estuvo apunto de morder su dedo de nuevo, pero se detuvo al notar que se le estaba haciendo costumbre, aunque se preguntaba si morder su labio sería más sano.
- Esta bien- remojando sus labios Jeongin estuvo listo para cortar-. Lo llamaré...-
- Jeongin- el omega guardo silencio a la interrupción, escuchando la fuerte exhalación al otro lado, su cuerpo se seguía estremeciendo por lo antinatural que eran los sonidos que ocasionaba el alfa.
- D-dígame.
- No dejas de soltar sonidos con tu saliva, me pusiste muy ansioso en el trabajo, ángel.
Al omega eso lo tomo con la guardia baja, no supo que hacer con las desesperantes ganas de atrapar algo con sus dientes. Era muy común en él no poder dejar de mordisquear algo, ya sea cualquier lápiz o plástico, normalmente su dedo, ayudaba a la picazón de sus dientes y a sentirse más tranquilo.
- Uh...lo siento, no puedo evitarlo- avergonzado apretó los labios-. Trataré...-
- Esta bien para mí, solo que para mí entrepierna no es muy bonito.
Jeongin trato de procesar, comenzando a sonrojarse violentamente al comprender. Más no pudo agregar algo al respecto.
- Me gusta tus manías, al final de todo- abriendo los labios el omega busco hablar-. Ahora debo irme, ángel, cualquier cosa llamas, siempre llamas o pides a las mucamas, ¿entendido?.
- Sí- Jeongin escucho un suave murmuro satisfecho del alfa y luego la llamada fue colgada.
Con el corazón hecho un lío el omega se apresuró hacia el armario, volviendo a abrir los cajones busco un conjunto para ese día, se le fue casi imposible, todas las prendas eran tan bonitas y olían demasiado bien, sin embargo debía optar por algo acogedor y no tan llamativo, después de todo era un omega.
Y no era muy seguro para él en las calles.
Termino con unos vaqueros sueltos, y una sudadera con rayas anchas de tono rojo y negro, con un cuello de camisa blanco abrigando su piel.
Notando que ya eran cerca de las diez de la mañana bajo al salón, ya no dejaba que se le lleve el desayuno a la habitación siéndole la presencia de la cocinera cada mañana una molestia para él. Con timidez se deslizó al comedor, no pudiendo evitar sonreír al instante al encontrar a la señora Kim bebiendo de su desayuno en una de las sillas.
- Buenos días, señora Kim- dando una reverencia tomó asiento frente a ella cuando está le ofreció una diminuta sonrisa pero viéndose dulce y amable.
- Buenos días, Jeonginnie, ¿has descansado bien?- apenado sin siquiera notarlo el omega asintió lentamente.
- Lo hice, ¿y usted?- Jeongin no se sorprendió cuando una de las tantas betas cocineras se adentró con una bandeja con su desayuno, había entendido que siempre se lo tenían preparado desde muy temprano y solo esperaban su presencia.
Dando una suave reverencia tomó de su taza con jugo, al probarlo evito ronronear por el delicioso sabor a banana con miel.
- Bueno, he dormido bastante bien a decir verdad, el joven Hwang no ha estado necesitando de mí- la beta se encogió de hombros, con total confianza mientras daba un sorbo de su café.
- Hyung ha estado más horas fuera de la mansión que dentro- la mayor asintió a sus palabras, cruzándose de brazos en la mesa observo detenidamente al joven frente suyo.
- ¿Y eso está bien para ti?- parpadeando el menor ladeo la cabeza con lentitud, dudando en su respuesta.
- ¿Si?, creo que sí, también voy a trabajar y terminamos juntos al final del día o antes de anochecer, y hyung suele llamar- asintió dando otro sorbo a su jugo.
- ¿Trabajas?, ¿por qué?- la beta exhalo dramáticamente mientras Jeongin sonreía divertido por su reacción- no hace falta haber nacido en esta generación para saber que cualquier omega que sabe aprovechar, estaría disfrutando de los lujos que te da Khangpae.
Jeongin estuvo a punto de soltar las palabras equivocadas, dispuesto a nombrar que los lujos eran del trabajo sucio e ilegal, pero al final de todo, ¿quién era él para juzgar el negocio?, una organización que existe hace muchos años, no era cómo si su opinión cuente o sea tomada, y después de todo cuando disfrutas del dinero de Khangpae, Jeongin estaba seguro que lo primero que piensas no es el dinero sucio que compra lo que tienes, cómo en ese momento, que traía puesto las prendas del dinero de Hyunjin, y lo primero que pensó es en lo bonito que se veía con la ropa.
- Si disfrutará más de esos lujos, ¿me miraría de otra forma señora Kim?- la pregunta sorprendió un poco a la beta, pensando en una buena respuesta hacia el bonito omega que por más que trate de ignorarlo, su ternura era tan abrasador como para aligerar su corazón duro y temeroso. Haesook sabía que no era la única, ya se había encontrado en muchas situaciones regañando al personal por estar hablando de Yang Jeongin y su llamativa aura brillante y dulce en horas de trabajo.
- Vería a un niño tímido luciendo bonitos vestuarios y trayendo a Hyunjin en una correa- exhalando Jeongin comenzó a reír, ventilando su rostro acalorado con la simple imagen mental que tuvo. Haesook sonrió‐. ¿De que te ríes mafioso Jeongin?.
- ¿Ahora soy mafioso?, aún no estoy disfrutando de esos lujos- soltando pequeñas risas trato de tranquilizar su alegría. Al final continuó con una sonrisa encantado con el sentido del humor de la mayor.
- Como sea, seguirás siendo Yang Jeongin, un lindo y amable omega quien tiene a todos encantados, es esa en la manera en que te seguiré viendo. Si no muestras lo contrario- Jeongin asintió satisfecho y halagado con la respuesta, dando un pequeño asentimiento de respeto.
- Gracias, señora Kim.
Con un suspiro la beta se levantó tomando su taza de café, acomodó la silla utilizada y observo al menor apacible.
- Sigue con tu desayuno Jeongin, yo iré a ver en que anda el personal- levantándose Jeongin dio una reverencia hacia la beta mientras está se dirigía a la puerta de la cocina.
Cuando estuvo dispuesto a sentarse la beta volvió a girar hacia él, algo pensativa, pero al final soltó las siguientes palabras:
- Y ya no me digas señora Kim. No se siente cómodo, abuela está bien.
Jeongin casi cayó hacia atrás, tapando su rostro enrojeciendo de ternura al recibir una sonrisa cariñosa y dulce de parte de la mayor, donde sus tiernas y arrugadas mejillas resaltaban como una dosis de azúcar.
Termino sentándose en su silla cuando la mayor se retiró del comedor, tocando su corazón, abuela, quería que la llame abuela.
Con una sonrisa brillante Jeongin desayuno con un cálido y abrasador sentimiento.
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Llegando a la tienda el omega estaba más que de buen humor, saludo a Seungmin con alegría mientras dejaba su abrigo detrás del mostrador y tomaba su chaleco del trabajo. Sus días eran más tranquilos desde que había dejado el trabajo en la escuela, no fue su decisión favorita, pero era eso o no trabajar nunca más, ya que según el alfa, "Ángel no debe trabajar en las mañanas frías por que puede enfermarse".
Jeongin siempre se derretía de ternura por el comportamiento de Hwang Hyunjin.
- ¿Cómo te encuentras Seung?- el menor se apoyó en el mostrador luego de haber ordenado todos los productos de los estantes. Observando expectante al mayor quien a juzgar por su expresión, se veía algo cansado.
- Estoy bien, un poco cansado ya que ayer Sanha tuvo una de sus tantas crisis y dejó la casa hecho un desastre- Jeongin mordisqueó su labio inferior al escuchar el nombre de la madre de su amigo. Él conocía mucho del temperamento de esa alfa, así que siempre se encargaba de revisar todo el cuerpo de Seungmin de pies a cabeza para asegurarse que su madre no le había puesto el dedo encima.
Puede que sus situaciones no sean muy distintas. Pero Jeongin no soportaría que a Seungmin le hagan daño, era su único amigo y lo conocía bastante bien para saber que cualquier maltrato hacia su persona no se lo iba a merecer nunca.
- ¿Limpiaste mucho?- viéndolo asentir Jeongin hizo un pequeño mohin-. ¿Qué sucedió esta vez?.
Seungmin se dejó caer al alto taburete detrás suyo, entrelazo sus manos sintiendo sus músculos cansados y tensos. Deseaba tanto uno de esos caros y efectivos parches para el dolor muscular.
- Llego en la noche agitada y temblando de pies a cabeza. Comenzó a destruir todo lo que veía a su paso, furiosa, gritaba algo de que le consiga el dinero, supongo que es una nueva deuda y ya se la quieren requerir, me amenazó en conseguirla rápido, así que supongo que debería adelantar el sueldo del mes próximo.
- Oh Minnie, ¿no puedes tratar de ignorarla?- pregunto, desanimado al notar la expresión mortificada del mayor.
- Sabes que no- Seungmin no tardo en sonreír aligerando el ambiente, levantándose y saliendo de detrás del mostrador-. Al final de todo, es la única forma de que Sanha deje de molestar.
Más animado Seungmin se dirigió hacia los estante, buscando hacer algo, igual si el menor ya lo había arreglado todo.
- Atiende el mostrador, por favor.
Con un suspiro Jeongin se colocó detrás del mostrador, pensativo por la situación de su amigo. No era demasiado de ayuda y tampoco podía pensar en una solución, Seungmin tampoco era alguien quien aceptaba ayuda de los demás, prefería y se sentía a gusto arreglando sus propios asuntos.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de la campanita, avisando que había un nuevo cliente.
Jeongin no tardo en parpadear perplejo por la belleza del alfa frente suyo. Sus ojos observando tímidos como este pasaba frente suyo y le ofrecía una amable sonrisa, sin mostrar los dientes y dando una pequeña aura de ternura, había muchos puntos que resaltar de su apariencia, piel demasiado pálida, rasgos extranjeros, cabello corto y castaño y fracciones que Jeongin moriría por haberlos heredado.
- Bienvenido...- murmuró algo torpe, sintiéndose casi expuesto a la mirada expectante que le ofrecía el cliente.
Jeongin no perdió la oportunidad de seguir escaneandolo mientras este se paseaba por los estantes, no podía evitar sentir curiosidad por su presencia, era demasiado llamativa e imponente, su esencia de alfa ya estaba llenando la tienda y era demasiado relajante, sumando a su estatura baja y extrañamente confiable.
Jeongin sintió su presencia demasiado agradable.
Se acercó a la caja registradora cuando el alfa volvió a acercarse con una pequeña barra de chocolate. No pudo evitar sonrojarse un poco cuando el alfa lo observó fijamente, sin parecer intimidante pero poniéndolo nervioso.
Se notaba a distancia que no era coreano, Jeongin se preguntó si podría mantener una conversación estable, por que si el alfa hablaba en un idioma que él desconocía, estaba seguro que entraría en pánico.
- Esto y una caja de cigarrillos- el alivio lo golpeó, moviéndose mecánicamente Jeongin tomó una pequeña caja debajo de la repisa de vidrio, posándolo sobre el vidrio con timidez.
- Listo, serían 3700₩- Jeongin espero paciente a la entrega del dinero, colocando los productos en una pequeña bolsa.
- Es la única tienda que no abren las veinticuatro horas en este barrio- su suave voz manejaban el idioma con fluidez, lo más atrayente de su presencia era en la manera en que lo imponia, el omega entendía que era eso lo que hacía que se sintiera tan tranquilo. Parpadeando Jeongin no supo que responder, no podía explicarle el asunto laboral del dueño de la tienda, era hacer conversación a un desconocido-. Así que no entiendo por qué no suelo verte en las calles, Yang Jeongin.
Jeongin se quedó mudo, sintió un pequeño escalofrío al notar como el alfa se remojaba sus rosados labios casi pareciendo divertido en esa extraña conversación.
- ¿C-cómo?...-
- La etiqueta, Yang Jeongin- señalando a su chaleco el omega sintió que el aire volvía a entrar a sus pulmones, enrojeciendo por la vergüenza.
No tardo en entregar al alfa la bolsa cuando este le extendió el dinero, recibiendo el monto correspondiente.
- ¿Usted es...?- no entendía el interés del alfa en hacer conversación, así que al menos esperaba recibir un poco de información por tan extraña presencia.
Jeongin vio una sonrisa extenderse por el rostro del alfa, esta vez una más real, donde unos pequeños hoyuelos marcaban sus mejillas y el interés se reflejaba en sus ojos.
- Christopher Bang, es un placer.
Yo viendo que la mayoría de mis lectores son de México, Chile y Argentina: 👁👄👁.
Literal que nadie nombró mi país AUDK, pero meh, me siento muy cercana a todo Latinoamérica con solo saber de que país leen mis historias aaa.
Cómo esto es interesante, ahora díganme cómo se llaman AHSFG (so, no lo exijo, solo curiosidad :)).
Yo soy Melissa, un gusto c: .
Linda noche♡
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