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El corazón de Jeongin se aceleró inestable, cuando sus ojos captaron la sudadera en la mano de su padre, sus ojos rojos y las pupilas dilatadas expresando cólera.

- ¿Quién es él?- Jeongin supo que se refería al alfa detrás suyo, acercándose con su omega lloriqueando del miedo negó suavemente hacia su padre.

- N-nadie, entremos- ni siquiera tuvo que repetirlo dos veces, la mano de su padre su aferró a su muñeca, con tanta fuerza que lo hizo gemir del dolor, arrastrando de él hasta el interior del salón.

Cerrando los ojos tomó aire en pánico, sin embargo cuando escuchó a su padre cerrar la puerta este no cedió, volviendo a abrirse con brusquedad, pero esta vez tanta que la puerta se estrelló con fuerza contra la pared.

Se quedó congelado, escuchando que un fuerte gruñido provenía detrás suyo, el aroma amargo, furioso y colérico, el alfa estaba enojado.

Y Jeongin se sorprendió, cuando no fue él quien cedió, si no su padre, la mano la cual se aferraba a su muñeca dejó de tocarlo y en segundos ya tenía a su padre arrodillado, con los ojos grandes de la impresión...y el miedo, un alfa temiendo de otro alfa.

Su omega gimio aliviado, retrocediendo varios pasos a un lado, lo suficiente para ver cómo el alfa Hwang pasaba de él, el aroma y la posición defensiva sorprendiendo al menor.

- Estás muerto- la respiración de su padre cómo la suya se aceleró, Jeongin apreciando cómo las manos de Hyunjin se dirigiendo al cuello de su padre, levantandolo y estrellandolo con facilidad contra la pared más cercana.

Jeongin sintió náuseas, las lágrimas nublando su vista, sus oídos protestando al escuchar los gemidos desesperando y roncos de su padre, observando cómo comenzaba a patalear cuando sus pies ya ni siquiera tocaban el suelo.

Quiso que se detuviera, los gruñidos, los jadeos de súplica, el aroma la cual quemaba en su pecho.

- B-basta...n-no- torpemente se acercó, apoyando sus manos en el brazo del mayor, lloriqueo negando- b-basta por f-favor- trataba de estirar de él, pero estaba demasiado débil y el mayor sólo demasiado colérico para prestarle atención, gruñendo, haciendo el agarre tan fuerte que las manos de Jinho ya no podían luchar y su piel comenzó a colocarse de un vivo rojo.

- J-jeong...- sintió de nuevo náuseas, su vista dando vuelvas, queriendo cerrar los ojos ante la mirada casi blanqueada de su padre puesto en él.

- A-alfa- con un hilo de temor, golpeo su brazo, tratando de atraerlo hacía él- e-es mi papá, ¡p-por favor a-alfa!- gritó sollozando, pero Hyunjin sólo gruñia, y Jeongin entendió, cuando sus ojos buscaron las del mayor y estos se encontraban oscuros, sin vida, totalmente negros e idos.

Su alfa no se iba a detener.

Cómo último intento, lleno de pánico y miedo, se colocó detrás del alfa, y con fuerza sus brazos se aferraron a él, rodeando su torso y apoyando su frente en su espalda, parándose de puntas hasta que sus labios estuvieron cerca del oído del mayor.

Y soltó su aroma, las feromonas del terror que sentía, cerrando los ojos al sentir el cuerpo contra él suyo tensarse.

- Basta, alfa- el corazón de Jeongin dejo de latir por un momento, sintiendo cómo el mayor se detenía al instante, escuchando cómo el cuerpo de su padre caía al suelo, sus jadeos roncos y gastados eran lo único que se podía escuchar en aquel salón.

Su cuerpo se tambaleó cuando Hyunjin retrocedió, cerró los ojos con fuerza por que el suelo lo recibiría al no poder tomar equilibrio por su posición de puntitas.

Pero eso no pasó, el brazo de Hyunjin se apoyó en su espalda, atrayendolo hacia él, sus manos temblorosas aferrándose al saco del mayor, escuchando a Hyunjin respirar pausadamente.

- Llevatelo Changbin- Jeongin sintió su piel erizarse, la voz ronca y fría del mayor causándole estragos a su cuerpo.

Sus ojos apenas visibles detrás del alfa observaron a un chico entrar a su casa, no pudo cuestionarse, incluso si estaba demasiado confundido no quiso pensar, sólo calló al ver al chico de estatura baja y un traje oscuro levantar a su padre, cómo si solo fuera un saco de basura comenzando a arrastrarlo por el piso, siendo sus quejidos raposos lo único que emitía el cuerpo de su progenitor.

Jeongin cerró los ojos, sintiéndose enfermo, sólo porque ver en ese estado a su padre no le causaba pena ni lástima.

La habitación volvió a quedar en silencio, cómo si un casi asesinato no hubiera pasado, el cuerpo de Hyunjin lentamente se fue relajando, la mano que sostenía su cuerpo se alejó y con eso Jeongin entendió que debía soltarlo, alejando sus manos y dando varios pasos hacia atrás.

Suspirando más tranquilo Hyunjin giró, observando cómo el menor se encogia con temor, observando el suelo mientras sus manos temblaban, y eso realmente le enfadaba, lo hacía sentirse molesto consigo mismo, que Yang Jeongin no deje de temblar de temor por él.

El alfa iba a hablar, preguntar si estaba bien, pero el menor fue más rápido.

- ¿A-aún quiere su abrigo?- se quedó mudo, observando cómo Jeongin se balanceaba sobre su eje, demasiado nervioso.

- Claro, ángel, quiero el abrigo.

Con pasos torpes y la mirada gacha Jeongin rodeo el cuerpo del mayor, acercándose a la sudadera que descansaba en el suelo, algo arrugado pero seguía limpio, e incluso cuando lo tomó y lo acercó a su pecho el aroma fresco y embriagante de alfa seguia percibiendose.

Volviendo hacia el mayor se colocó frente suyo unos centímetros alejado, extendiendo tímidamente la prenda hacia el mayor.

- Gracias- agarrando el abrigo que anteriormente le pertenecía lo sacudió, colocando bien las partes dobladas y tomando cada extremo del dobladillo de la sudadera se acercó al menor, colocando la prenda sobre su cabeza comenzó a colocarselo, el cuerpo de Jeongin quedándose tieso, dejándose cómo si fuera un niño mientras el mayor tomaba su brazo y lo metía en cada manga.

Una vez la prenda arropó al menor y estuvo satisfecho Hyunjin ladeo la cabeza, con delicadeza sus dedos tomaron el mentón del menor, subiendo su cabeza hasta que pudo encontrar su mirada temerosa y cristalizada.

- Te dije que eres irremediablemente mío, omega- Jeongin suspiro, su piel cosquilleando cuando los largos dedos del alfa dieron tiernas caricias a su piel, los ronroneos de su omega lo hacían saber cuán complacido estaba con la atención- y yo cuido lo que es mío.

Casi hipnotizado su rostro trató de seguir la mano de Hyunjin, cuando este lo alejó y buscó su mirada, con duda sus ojos captaron la mano extendida hacia él.

- ¿Vendrias conmigo, entonces?, para que yo pueda cuidarte cómo se debe.

+

Jeongin jugaba con sus pies, juntando sus piernas y golpeando sus rodillas con sus dedos, sus ojos negándose a mirar al frente, demasiado nervioso, y es que lo peor no era estar en una camioneta con tres alfas, no, lo peor era que uno de ellos no dejaba de observarlo por el retrovisor incomodandolo demasiado.

- Changbin, vuelves a mirarlo y te saco los ojos- el omega estironeo su labio inferior, no sabiendo si sentirse aliviado o asustado ante la amenaza de Hyunjin.

- Que estoy pensando, joder- Jeongin pensó que en definitiva, esos alfas se sabían todo el diccionario de insultos, lo supo cuando no dejaban de soltarse palabrotas cuando debían subir a la camioneta.

- Pues ahí abajo tienes algo más grande para ver y pensar- los dedos de Jeongin rascaron su mejilla, queriendo quejarse por las palabras del mayor y al escucharlo gruñir.

- Por qué mejor tú no...-

- D-dónde, ¿dónde estamos yendo?- Jeongin giro hacia el mayor, negándose a mirar al alfa a quien había interrumpido, sus manos se apoyaron tímidamente en los muslos del mayor observándolo interrogante.

Relajándose Hyunjin penso una respuesta fácil y rápida.

- Mi casa, está algo lejos, ¿eso es un problema para ti?- Jeongin no tardo en asentir, su corazón encogiéndose.

- Debo trabajar, uhm, ya que quiere ayudarme, podría quedarme en su hogar por unos días y el lunes volver, t-tengo que volver- murmuró suavemente, tratando de que el ceño fruncido del alfa no se acentúe.

- Hablaremos de esto luego- conformándose con la respuesta cortante Jeongin volvió a acomodarse con las manos en sus rodillas.

Se preguntó por qué todo estaba siendo tan sencillo, por que no se sentía incómodo, Hyunjin le hablaba cómo si fueran conocidos de años, era notable que aveces evitaba pedír su opinión y solo tomaba decisiones por él, cómo si quisiera encargarse de todo.

Jeongin había soltado su segundo bostezo cuando la camioneta comenzó a aminorar la velocidad, sus ojos voltearon hacia la ventana, observando mudo los incontables árboles que los rodeaba, observando hacia el frente no tardo en abrir los ojos en grande sorprendido, ni siquiera con una pasada podía alcanzar a ver cada extensión que conformaba la mansión que se alzaba frente a ellos.

Siguió en silencio, sólo escuchando al chófer dar indicaciones de que las rejas altas se abran, comenzando a avanzar en el interior, un largo camino recto los llevaba al que Jeongin suponía era el jardín principal, la camioneta terminó de estacionarse enfrente de las blanca y largas escaleras de la casa, sus ojos escaneando cada esquina del patio, sintiendo su piel erizarse al notar muchos hombres con traje, pudiendo apreciar grandes armas en sus brazos y los inconfundibles audífonos de escolta que sólo veía en las películas que solían transmitirse en la sala de profesores.

Y recordó cuando había conocido a Hyunjin, él también llevaba un arma, y también lo había visto de reojo en el saco del alfa que se sentaba en el copiloto.

Jeongin se preguntó en qué clase de cuidados se estaba metiendo.

- Bajemos- saliendo de sus pensamiento Jeongin no tardo en tomar la mano del alfa temeroso, sintiéndose más seguro al sentir su piel.

Jeongin sentía que en cualquier momento sus piernas le iban a fallar, estaba a nada de subirse encima del mayor, cómo chicle se pegaba a su espalda, sintiendo las incontables miradas sobre su persona, sobre su cuerpo, el sonido de aquellos hombres aspirar el aire, su aroma, la cual estaba demasiado inestable, no lo tenía controlado.

- Relájate, ángel, no hagas que empiece una pelea aquí- tomando pequeñas bocanadas de aire Jeongin froto su rostro contra el hombro del mayor, llenándose de su aroma, tratando de que el suyo deje de apreciarse en el aire, satisfecho cuando la mano de Hyunjin ayudó y terminó entrelazando sus dedos con más seguridad.

No tardaron en llegar a la puerta, con tranquilidad Hyunjin la abrió empujando de él hacia el interior con delicadeza, tímidamente avanzo hacia adentro observando con los ojos grandes cada espacio de ese enorme salón, demasiados cuadros colgados en la pared, espejos y estantes de vidrio las cuales cargaban hermosos decorados que ni en su otra vida Jeongin podría comprarlos.

- E-es, ¿es su casa, alfa?- pregunto bajito, incluso si no había alguien más con ellos, escuchando la puerta cerrarse detrás suyo y luego la mano del mayor posandose en su espalda, su piel cosquilleando en aquella zona con el mínimo roce.

- Lo es, sigue caminando, ángel- obedeciendo caminó con cuidado, expectante a cualquier presencia además de las suyas.

Sus ojos apenas captaban algunas habitaciones, notando un lindo salón a su derecha, pasando por varias puertas hasta llegar a un pasillo, y cuando se decidió ir hacia ahí cómo la mano del mayor lo guiaba una voz a sus espaldas lo detuvo.

- ¿Hyunjin?- de un salto Jeongin se aferró a las espalda del alfa cuando este no tardo en girar, abrazando el torso del mayor con fuerza mientras escuchaba pasos acercándose a ellos, sacando sus ojos por encima de su hombro al escuchar a Hyunjin reír.

- Abuela, no sabía que seguías despierta- Hyunjin no supo cómo avanzar, la satisfacción llenándolo cuando quiso soltarse para saludar a su abuela y Jeongin solto un quejido aferrándose a él.

- Claro que no sabías, tonto, si acabas de llegar- Jeongin parpadeo, su corazón acelerándose cuando la rochoncha mujer lo observo, sus ojos pequeños observándolo con curiosidad, sus mejillas ardieron de la vergüenza.

- Uhm, entonces creo que debería presentarlos- tomando la mano algo temblorosa del menor se alejó un poco, aunque Jeongin no tardo en sentirse demasiado expuesto cuando Hyunjin se hizo a un lado y su cuerpo quedó a la vista.

Inevitablemente, sintió ternura por la mayor frente suyo, tenía esa aura tierna además del ceño fruncido cómo la típica abuela cascarrabias.

- Abuela, él es Yang Jeongin- señalando al menor Hyunjin espero paciente que el omega haga repetidas reverencias- y ángel, ella es mi abuela, Kim Haesook- Hyunjin asintio suavemente a la mirada interrogante de la mayor, el entendimiento mostrándose en su mirada.

- Un gusto Yang Jeongin.

- El gusto es mío, l-lamento las molestias en aparecer a estas horas- Haesook suspiro sin parecer afectada acercándose al temeroso omega que seguía ofreciéndole reverencias.

- Este mocoso me deja a velas siempre, no te preocupes niño- Jeongin iba a responder pero apenas subió la mirada se quedó tieso cuando la mujer tomó su rostro y apretujo sus mejillas, cómo si estuviera escaneandolo.

- Uhm..- no le molestaba, más bien le avergonzaba estar en esa posición frente al mayor, quien al mirarlo sonreía de lado divertido.

- Pareces ser sano, pero estás muy delgado, las ojeras pueden arreglarse, yo puedo arreglarlo- Jeongin no tardo en tocar su rostro cuando las manos pequeñas y rechonchas de la mayor dejaron de tocarlo, saltando cuando las manos pasaron a palmear su cintura y cadera- tu cuerpo es bonito, yo me encargo de taparlo de vistas sucias- Jeongin sólo pudo sonrojarse avergonzado escuchando al mayor carraspear, siéndole divertido cómo con simples toques la mujer parecía medir su talla.

- Uh, ¿es algún experimento?- se atrevió a preguntar, tímido al ver la mirada pensativa de la mayor mientras observaba su rostro.

- Es para tu pijama, no por nada estás tan de noche aquí- Jeongin iba a cuestionar, queriendo refutar que estaba bien con sus jeans y el cómodo abrigo, pero la tierna mayor siguió parloteando- sí, definitivamente demasiado bonito para Hyunjin.

Con el rostro del omega ardiendo de la vergüenza y los quejidos del alfa Haesook se devolvió en busca de las cosas para el pequeño omega que se hospedará en la mansión.

- Hyunjin, pide comida para el niño, rápido- Hyunjin suspiro viendo a su abuela entrar al salón desapareciendo de sus vistas, girando hacia el menor sonrió a la expresión avergonzada y desorientada.

- ¿Ella siempre es así?- pregunto bajito el menor.

- ¿Así cómo?- cuestionó Hyunjin, el omega volviendo su mirada hacia donde había desaparecido la señora Haesook.

- T-tan linda- ladeando la cabeza Hyunjin sólo prefirió asentir.

Soltando un largo suspiro dramático observó inconforme al menor.

- No puedo creer que mi abuela haya sido la primera en tocarte tan vívidamente- Jeongin entrelazo sus manos negando mientras miraba al mayor con acusación.

- También lo ha hecho varias veces, alfa- con una sonrisa ladeada el alfa se acercó.

- ¿Entonces, puedo hacerlo de nuevo?- apegándose a la pared del pasillo Jeongin soltó un quejido, avergonzado al tener la mirada oscura del mayor sobre él, su cuerpo cosquilleando cuando las manos del mayor se aferraron a su cintura y con suavidad su rostro se frotó en su cuello, Hyunjin soltando un bajo gruñido de satisfacción por el dulce aroma que pudo percibir, fuerte y delicioso, por que Jeongin estaba tranquilo y eso lograba relajar a su alfa.

Jeongin ronroneo cuando los labios del mayor besaron la piel de su cuello, y ni siquiera pudo pedir más cuando la voz a la lejanía los interrumpió.

- ¡La comida, Hyunjin!.

Con un suspiro frustrado de parte del alfa, Jeongin se dejó guiar por el mayor riendo por su reacción.

Minutos después Jeongin ya se encontraba descansando sobre una suave y cómoda cama, sintiéndose pequeño por el tamaño de la habitación del alfa, sabía que era de Hyunjin, todo su aroma se percibía en la habitación, sus pies balanceándose sin saber que hacer, no quería tocar nada, sólo optaba por mirar y cuestionarse de las cosas.

Sus ojos fueron a parar en el escritorio a un lado de la puerta, mordiendo su labio inferior al notar pequeñas y brillantes balas descansar sobre este, su mente comenzando a cuestionar su alrededor, Hyunjin vivía en un casi palacio, muchos guardias, mucamas de aquí y allá y una inconfundible aura de poder.

- ¿Una celebridad?- se preguntó, él no sabía mucho del mundo de la televisión o artistas, tal vez se le había pasado, pero eso no explicaba tanta seguridad, si tenía a tantos guardias, ¿por qué también cargar él un arma?, no creía posible que incluso siendo una celebridad, se le de autorización a cargar armas de fuego.

Además lo que aún lo tenía los pelos de punta, es donde se habían llevado a su padre, Hyunjin incluso le ordenó a su guardia, Hyunjin había notado su presencia fuera de la casa, él no pudo notarlo en ningún momento desde que se encontró con el mayor.

Hyunjin era un alfa raza pura, era lo más probable que el alfa también sepa de su capacidad, Jeongin había escuchado que había muy pocos de esos casos en el mundo y los que había ya se encontraban registrado, lo más usual era mostrar sumo respeto a una raza tan superior, no era ley pero si un estereotipo que era muy común y seguido, entonces, ¿Hyunjin era un raza pura registrado?, debía serlo, ¿cierto?, con la presencia del alfa era muy difícil pasar desapercibido por el gobierno.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por los pequeños golpes en la puerta, sin saber que hacer observó a su alrededor cómo un tonto, él no era quien debía dar el "pase", pero no tuvo alternativa al notar que los golpes comenzaron a ser insistentes.

Tomando aire se acercó a la puerta y la abrió con cuidado.

- Aquí tienes tu comida- Jeongin observo con extrañeza a la linda omega frente suyo, notando cómo sus mejillas enrojecian y le extendía la bandeja con platillos que siendo sincero, a Jeongin se le hizo agua la boca al aspirar el aroma.

- Muchas gracias- tomando con cuidado de la bandeja se encaminó al escritorio dejando con toda la delicadeza posible sobre la madera, suspirando cuando logró su misión de no ser torpe y dejarlo caer.

Volviéndose hacia la puerta aún encontró a la omega en el mismo sitio, con los ojos brillantes observando toda la habitación.

Jeongin supuso que esperaba una reverencia.

- Uhm, muchas gracias- dio una reverencia y sonrió amable cuando la omega volvió a observarlo, sintiendo de nuevo extrañeza cuando esta le sonrió y giro retirándose de la habitación- tú eres el extraño, sí.

Asintiendo cerró con cuidado la puerta y saltando se dirigió hacía el escritorio, retirando la silla giratoria tomó asiento remojando sus labios al observar cada uno de los platillos.

No podría comérselo todo, de eso estaba seguro.

Con tranquilidad comenzó a digerir la comida, sentándose cómo indio en la silla y comenzando a girar, incluso se atrevió a mover los brazos con un extraño bailecito, no podía mentir, la comida lo ponía contento, masticando la deliciosa carne mientras de vez en cuando se preguntaba a dónde había ido el alfa.

Hyunjin por mientras esperaba impaciente que su abuela elija la pijama de su ángel quien lo esperaba en su habitación, golpeando la suela de su zapato contra el suelo sentado en el sofá de la habitación de Haesook, reclamando aveces que la mayor se estaba tardando apropósito.

- Te digo que estás pijamas son demasiado reveladores- Hyunjin rodó los ojos cansado.

- Que importa ya, no dejaré que nadie lo vea después de todo- Haesook extendió la camisa de seda negra frente suyo, con mangas largas y un conjunto de pantalones de la misma tela.

Soltó una risa sarcástica.

- Es por ti, mocoso sucio, que estoy buscando una pijama adecuada.

- Sabe que no haré nada que él no quiera, ¡además que ya tengo sueño!- dramatizó deslizándose por el mueble hasta caer al suelo con los brazos extendidos.

- Este es perfecto- levantando la cabeza Hyunjin observo el conjunto negro exhalando con exageración.

- Es lo mismo que los anteriores- levantándose tomó la pijama de las manos de su abuela y hizo el amago de salir, sólo que no pudo lograrlo cuando de un estirón en su oreja Haesook volvió a colocarlo frente al sofá- duele, duele.

- Escúchame bien- sobando su oreja Hyunjin asintió de mala gana- sí estás pensando decirle quién eres a ese niño, más te vale reaccionar bien a su decisión, si él decide querer alejarse, no te queda más que aceptarlo, ¿lo entiendes?.

- Pero ángel es mío- poniendo los ojos en blanco impaciente la mayor golpeo el brazo de Hyunjin cómo castigo.

- Mocoso inmaduro, ese ángel no es un objeto- regaño mientras ignoraba los quejidos y objeciones del alfa- sólo obedece a la abuela y verás que te ira bien en la vida, ahora ve qué se ha quedado sólo por mucho tiempo.

Con pisadas fuertes demostrando su madura reacción Hyunjin salió de la habitación, ya que la esta quedaba a un lado de las escaleras le tocaba comenzar a subir de nuevo, llegando arriba un largo pasillo lo esperaba, sin atajos o trampas, sólo un largo pasillo con demasiadas puertas, y la suya situándose en el centro, al final de todas las habitaciones.

Llegando a la puerta de su habitación lo abrió con cuidado, pensando que encontraría el menor dormido, pero en su silla giratoria apoyando en el respaldar se hayaba tarareando.

- Volví, ángel- dejando de observar sus manos detuvo sus movimientos en la silla observando al alfa, su ánimo volviendo de golpe, un poco más y se quedaba dormido.

Terminando de ingresar a su habitación y cerrando la puerta se acercó al menor extendiéndole la pijama cuando este se puso de pie.

- ¿Le agradeció por el detalle a su abuela, alfa?.

- Claro- murmuró lentamente, creyendo que lo que sentía su corazón al ver el brillo esperanzado del menor era incomodidad- ve a cambiarte.

Observando la única puerta en la habitación Jeongin se dirigió a ese, abriendolo sus ojos brillaron sorprendidos por las variedades de trajes que se encontraban colgados en las paredes, pequeños cajones debajo y una repisa de vidrio que por lo que pudo apreciar Jeongin, descansaban muchas corbatas dentro.

- Más adelante, omega- Jeongin no refutó cuando el alfa comenzó a empujarlo al final del armario, observando una pequeña manija para dedos en la pared no dudo en estirarlo curioso, la puerta deslizándose a un lado y claro, revelando un reluciente cuarto de baño.

Alzando su mirada hasta encontrarse con la del mayor lo observo interrogante.

- Puedes darte una ducha, si así lo deseas- Jeongin sonrío poquito avergonzado, el mayor no tardo en entenderlo.

Cuando la puerta detrás suyo volvió a ser cerrada y Jeongin quedo sólo en ese reluciente baño su corazón se encogió con molestia.

Se dijo que esa sería la única vez que se daría un lujo, la primera y la última.

+

Hyunjin observaba sin pestañear al menor secar su cabello, y mientras Jeongin observaba su teléfono casi atontado, ya que el alfa se hayaba viendo una película en netflix, cuando el omega noto tan buena calidad no le hizo falta suplicar al mayor cuando este ya colocó el teléfono en el escritorio y así Jeongin podía verlo mientras quitaba la humedad de su cabello.

La cabeza de Hyunjin ya se estaba ladeando tratando de buscar la mirada del menor, estaba sentado en la cama por lo que no era capaz de apreciar la película, sólo escucharlo.

Cuando vio que el menor ya ni siquiera prestaba atención a su cabello se dio una oportunidad.

- Jeongin- al instante el omega lo observó- ¿podría secar tu cabello?- tocando su cabello que aún se sentía húmedo Jeongin asintio tímidamente, volviendo su mirada al teléfono se preguntó cómo podría pausar el video, tocando la pantalla con temor no tardo en encontrar las dos pequeñas rayas en el centro parecidos a la forma que tenía el botón de la radio del instituto, precionandolo se quedó unos segundos en silencio tal cual la película.

Con felicidad al haber hecho algo bien se acercó al mayor y se sentó en el suelo entre sus piernas esperando paciente.

Bueno, su plan no salió tan bien.

- Ángel, ¿puedes sentarte es mis piernas?- girando avergonzado Jeongin se encontró con la mirada tranquila del alfa, colocándose de pie se acomodó tímidamente sobre el mayor mientras este quitaba la toalla de su cuello.

Sus ojos se cerraron cuando el mayor no tardo en frotar su cabeza con la toalla, siéndole tan placentero, teniendo sus bajos ronroneos cómo el único sonido que se apreciaba en la habitación.

- Jeongin, te preguntaré algo, tú solo responde con toda sinceridad- abriendo sus ojos Jeongin los sintió pesados pero asintió, dejándose cuando el mayor lo alzó poquito para acomodarlo de costado y así poder verse.

- Claro- murmuró suave, esperando paciente mientras el mayor buscaba las palabras correctas.

- Conoces...o mejor, ¿haz escuchado la palabra Khangpae alguna vez?- ladeando la cabeza Jeongin no tardo en asentir.

- Creo que no hay persona que no sepa de ellos, alfa, ¿por qué?- Hyunjin remojo sus labios, indeciso a la brillante e inocente mirada del menor, no deseaba que deje de observarlo así.

Comenzó a dudar, Yang Jeongin muchas veces había temblado por su presencia, había obedecido y lo había mirado con terror, y a Hyunjin eso nunca le había importado, sentirse un demonio a los ojos de la gente, después de todo eso es lo que llevaba dentro.

Pero Jeongin era un ángel.

No podía probarlo, pero su aura te sacaba las dudas, su sonrisa, su voz, su manera tan bonito y delicado de ser e incluso sus pequeños ojos las cuales siempre brillaban, y Hyunjin no era capaz de comportarse cómo un demonio frente de un ángel, no frente de Jeongin.

- ¿Hay algo mal con ellos?- Jeongin se atrevió a preguntar, temeroso de que el alfa esté teniendo problemas con la mafia, definitivamente sí era así, el omega temía que Hyunjin no salga vivo de eso.

Aunque eso le carcome, Hyunjin prefirió retroceder.

- No, sólo hay una película, que es muy interesante y parecida a la mafia khangpae, solo quería saber si serás capaz de verlo- confundido Jeongin observo detenidamente al mayor, pero este lo miraba apacible, así que entendió que tal vez Hyunjin había notado su inexperiencia hacia las películas.

Asintiendo sonrió tímido y avergonzado.

- Claro, definitivamente sí quiere, podemos verlo.

+

- Es hora de dormir- murmuró cómo sexta vez Hyunjin, viendo al menor cabecear de una manera tierna pero negándose a descansar.

Porque Jeongin quería ver la película de mafias por Hyunjin.

- Pero aún es temprano- murmuró bajito, demasiado cansado para dar una excusa más coherente.

- Son las dos, es muy tarde y ya acabamos la película que habíamos empezado hace un rato, podemos verlo más tarde, vamos ángel, debes descansar.

Quejándose Jeongin se puso de pie, caminando hasta la puerta con las pantuflas que le habían prestado, abrió la puerta y con paciencia espero al mayor.

Sin embargo cuando se giró, este lo observaba confundido.

- ¿Qué haces ahí?.

- E-estoy esperando que me lleve a mi habitación, s-si no hay uno desocupado el sofá está bien para mí...¿tiene sofá, cierto?- pregunto temeroso, pero Hyunjin sólo pudo reír acercándose al omega.

- Jeongin, no quiero que duermas en otra habitación, en mi cama descansaras bien- haciendo un puchero Jeongin negó.

- Pero pero, usted...-

- Si te sientes incómodo yo dormiré en otra habitación- sintiéndose presionado Jeongin se negó a seguir discutiendo.

Minutos después Hyunjin se dejó caer en la cama de la habitación de huéspedes.

- Ángel, enserio que eres increíble.

Sin poder evitarlo comenzó a sonreír, recordando las mejillas rojas del menor por la vergüenza de mandarlo a otra habitación.

Suspirando Hyunjin coloco sus brazos debajo de su cabeza, estirando su extremidades, observó el techo cómo si fuera lo más interesante, sin embargo el sonido de una llamada entrante en su teléfono lo hizo incorporarse con un gruñido.

- Dime- contestó de mala gana, escuchando a Changbin reír del otro lado.

- Buenas noches, Hwang.

- Ajá, ya dime que quieres- escuchando un suspiro del otro lado se impaciencio.

- Hay una mala y otra mala, ¿cuál quieres primero?- tocandose el puente de su nariz Hyunjin gruño exasperado.

- Joder Seo, dilo ya.

- Bien bien, lo malo es que Yang Jinho está casi muerto y lo otro malo es que sigue pidiendo por tu ángelito- Hyunjin ignoro el hecho de que Changbin sabía del apodo hacia el menor y proceso la información.

- ¿Que carajos hicieron sin que yo diera la orden?- gruño contra el teléfono, escuchando a Changbin carraspear.

- Es que chillaba mucho, ¡y amenazó con matarnos!, entonces digamos que jugamos un poco con él y quedó algo, ¿chueco?- Hyunjin se golpeó la frente escuchando las risas de Changbin y Minho, totalmente escandalosos.

- Escúchame joder, que esto no es un juego.

- Vamos Hwang, ¿te importa el señor chueco?- y de nuevo risas, y claro que a Hyunjin le valía tanto, he incluso hubiera querido estar ahí al recordar cómo trató tan bruscamente al menor, pero a Jeongin si le importaba.

Y si Jeongin la pasa mal, sus dos amigos la pasarán peor.

- Mira jodido dark, si el hombre chueco muere, les cortó las bolas- y cortando Hyunjin se apresuró en ponerse de pie.

Suspirando se dijo que después de todo iba a hacerlo.

Corriendo por el pasillo para no retractarse se detuvo frente a la puerta de su habitación, tocando la puerta con cuidado, al no recibir respuesta la abrió con cautela. Sus ojos no tardaron en encontrar al menor en el centro de su cama, sentado mientras también lo observaba a él, pareció asustado por que cuando lo vio sus fracciones se relajaron mientras lo observaba curioso.

- ¿Alfa?- sin poder retractarse Hyunjin entro a la habitación y con pequeños saltos ya estaba sobre la cama, apoyando sus manos a cada lado del cuerpo del menor hasta lograr que este caiga sobre las almohadas, sus ojos bien abiertos mientras sus suaves mejillas se volvían de un tono carmesí- ¿Q-qué ocurre?.

- ¿Haz escuchado hablar de la mafia khangpae?- de nuevo hablaba de ese tema, Jeongin asintió temeroso- ¿qué pensarías si te dijera que trabajo para ellos?.

El entendimiento rozó la mente del menor, haciendo un puchero, su corazón acelerándose por lo que eso podía significar, estaba en la casa de un hombre sumamente peligroso, un alfa que trabajaba para la mafia más buscada y temida, con sólo decir el nombre a Jeongin le daba escalofríos, ¿pero estar en la misma cama con un alfa que trabajaba para khangpae?.

- H-hyung, eso es...demasiado peligroso- murmuró bajo, sus manos temblando de la incertidumbre y sus ojos humedeciendose- ¿cómo ha logrado entrar ahí?, ¿está teniendo problemas con el líder?, oh alfa, esto realmente no está bien, sí usted sale herido y-yo me pondré muy triste, ¿y si habla con el líder?...no mejor no, hyung no puede ponerse en peligro, no se acerque al jefe por favor...-

- Jeongin- interrumpió al menor sorprendido al verlo llorar, sus manos aferrándose a su camiseta.

- P-puedo acompañarlo alfa, s-si el líder necesita algo a cambio yo le ayudaré- bueno, sí podía fingir ser su propio jefe para obtener a su ángel no era tan mala idea- p-pero hyung debe huir rápido, para que esté a salvo, ah, hyung definitivamente será más rápido que el jefe...-

Cuando el llanto del omega comenzó a ser más fuerte Hyunjin se dijo que no, no podía dejar que el omega se siguiera divagando.

- Ángel.

Con pequeños hipidos Jeongin guardo silencio prestando atención, dejándose cuando los dedos del mayor limpiaron las lágrimas de sus mejillas incluso si estas no se detenían.

- Yo soy el jefe.

N/A: Me dije que hoy no actualizaría, pero apenas termine de escribirlo y ya estaba impaciente por publicarlo, ¿le está gustando?, lloro por que enserio me esfuerzo aaa unu

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