35
Jeongin no supo cuando comenzó. Desde que era niño, incluso creía que desde antes que comience a usar el razonamiento, él había sido un omega extremadamente sensible. No le gustaba desobedecer, molestar, hablar, lo irritante, lo problemático, los gritos, los golpes, y peor aún, la sangre.
Para un chico como él, del nivel de sumisión, de anhelo de aceptación. Se le fue un infierno intentar pasar desapercibido por los alfas.
Por qué aunque no lo crean, esa cualidad tan débil y poco envidiable de Yang Jeongin, lo dejaba en la lista de los omegas más fetichados del mundo.
Con el pasar de los años y más años, Jeongin no pudo ir peor. Y no era que no le gustará ser así, en realidad para él el ser amable, delicado, atento y tranquilo lo mantenía en un buen balance consigo mismo. Por qué con lo cruel que era el mundo, ser benigno y dar una dosis de amabilidad a las personas era su calmante.
Sin embargo, los contras siempre serían la falta de resistencia a los actos crueles o sangrientos, o simplemente los momentos opacos en el mundo brillante que el se proyectaba.
Es ahí, cuando cae en cuenta que podrá pasar desapercibido bajo la luz del sol pero a solo metros de él bajo las sombras lo está esperando una dosis de buena maldad para su estabilidad.
Y en realidad ya no lo estaba esperando, ya estaba ahí.
Frente suyo.
Por un momento creyó haberse desconectado del mundo, de sí mismo, de su cuerpo. No pudo temblar o hablar, tampoco llorar, aunque bueno, si usará un poco la cabeza sabía que llorar es todo lo que haría apenas comience a procesarlo todo. Un escalofrío helado y desolador le recorrió el cuerpo mientras intentaba entenderlo, encontrar una respuesta ante la crueldad que estaba presenciando.
Sus pesadillas eran recuerdos de Hyunjin.
Hyunjin, su Hyunjin, su alfa.
El hombre que siempre andó con una fachada de poder y sin ápice de compasión. Nunca se mostró afectado por lo cruel de su trabajo, de su mundo, de su día a día. Cuando conoció a Hyunjin incluso creía que el hecho de que el alfa se esté fijando en él era por que le había parecido una atracción divertida.
Cuando empezó a conocerlo con el tiempo, y Hyunjin reía con él, hablaba con él, le sonreía y sus ojos brillaban. Nunca en ningún pequeño segundo de su vida habría pensado que aquel rostro perfecto y la personalidad desinteresada y juguetona sea solo una fachada de un interior oscuro y dolido.
Hasta solo unas semanas no lo había visto.
Hasta solo unas semanas Hyunjin le ofrecía sonrisas de falsa calma.
Pero como podía culparlo, si ni siquiera él mismo Hwang Hyunjin aceptaba que su pasado aún lo perseguía pisándole los talones. Hyunjin hasta en ese momento no veía el pasado, o al menos no con atención, lo que veía él eran demonios, espíritus malignos que según él estaban en su cabeza recordándole la crueldad de todos sus actos en cada paso que daba.
Cuando la realidad esos demonios eran un explosivo de recuerdos mal enterrados de abuso y maltratos. Que aunque él lo intentó enterrar en un pozo negro.
No lo pudo contener cuando marcó a Yang Jeongin.
Por que especialmente cuando retienes una caja de explosivos que se acerca al fuego como imán, y tú no eres capaz de enfrentarlo. No queda de otra que arrojar esos explosivos a un alma más fuerte y capas.
Y es que Jeongin puede ser sensible, delicado, asustadizo y sumiso. Pero su alma no estaba tan dañada, él podía ser una buena herramienta para cargar explosivos, incluso si estos ya están explotando, apenas podrá llevar un 40% de su alma completa y levemente agrietada.
Era eso, cuando el lazo se formó. Jeongin se convirtió en una herramienta para reparar el alma de Hwang Hyunjin.
Pero antes de eso viene las reacciones, la preparación y la aceptación.
Y Jeongin para nada había estado preparado para enterarse que en realidad las traumas en sus pesadillas no eran suyas, sino de Hyunjin. Y mucho menos, ni de chiste estaba cerca de al menos intentar aceptarlo.
- ¿Qué?.
Hyunjin intentó decir algo, querer tranquilizar al omega, evitar que aquella respiración que comenzaba a alterarse no pase a mayores. Pero incluso él estaba con un gran nudo en la garganta que apenas le permitía respirar. Jeongin sonó afectado, casi sin aliento, sin voz, como si le haya costado una gran fuerza no romperse en ese momento.
- Eso...no puede ser posible- Jeongin intentó explicar, tal vez con sus palabras cambiar la versión, aunque eso sea lo imposible ahora-. P-por qué y-yo...¿habría visto su pasado?. Eso es imposible alfa, no era usted, era yo, soy el único a quien tocaron, ¿c-cierto?. No a usted, los problemas en mi cabeza me están traicionando y los convierto en pesadillas, ¿lo entiende?. No es usted...-
- Jeongin- el omega volvió a perder la voz, la garganta se le seco con la sola mención de su nombre, con la sola mirada seria y dura del alfa-. Sabes que no es así, no intentes engañarte. Por qué yo también estoy haciendo eso y mira en donde estamos, que te está ocurriendo. Si te engañas de esa forma te vuelve más débil.
Jeongin ladeó la cabeza, observó a Hyunjin con atención, sus ojos, evaluando a aquel ser y sintiendo como la opresión comenzaba a afectar a su corazón. Y el alfa no pudo estar más consciente de que significaba esa mirada, la tristeza y el vacío profundo en sus orbes lograron hacerlo lamentarse de su vida, de su cuerpo.
De haber permitido que su ángel se entregue a alguien tan roto y destruido.
Por qué no podía ser una imagen más lamentable el haber hecho sufrir a Jeongin por una marca que le dio el peor dolor físico, para después seguir ofreciéndole dolor emocional. Es lo que él nunca quiso, lo que en un principio quiso evitar, Jeongin se lo había dicho, no podía darle felicidad eterna.
Pero el hecho de que ni siquiera lo estaba intentando, ya era su primer error como su alfa.
Hyunjin quiso decir algo, pedirle perdón, hacerle saber que era el único culpable, que por estar roto lo estaba afectando a él y eso lo estaba consumiendo por dentro. Que por más que intentó, no pudo ocultar aquel pasado que lo avergonzaba y aterrorizaba a la misma vez.
Sin embargo Jeongin no le permitió.
Incluso dejó de respirar cuando las manos del omega abandonaron las suyas.
Hyunjin no solía llorar, al menos desde que se presentó como alfa, él siempre se había abstenido de mostrarse débil, vulnerable. En realidad hace tan solo meses es que aquella fuerza de voluntad por resistirse a la vida se fue desmoronando al conocer a Jeongin, al comenzar a sentir el miedo de perder a alguien, luego al haber perdido a su mejor amigo.
Claro que había llorado mucho en esos tiempos.
Pero lo odiaba.
Odiaba aquel doloroso nudo en su garganta, sus ojos irritarse e hincharse, su corazón oprimirse del dolor y el cuerpo temblándole con espasmos. Para él, esa era la peor sensación.
Pero ahora más que nunca, se le fue imposible retenerlo.
Mientras sus ojos se abrían en grande y su corazón se caía en pedazos dentro suyo, se permitió comenzar a llorar cuando su ángel cayó frente suyo y lo abrazó contra su cuerpo.
Las lágrimas gruesas rodaron por su rostro en cascadas al sentir los brazos de Jeongin aferrarse a su torso con firmeza, estrechándolo y apretujándolo con aquella sensación de apoyo y compresión. Los sollozos comenzaron a escapar de su garganta, rotos, desgarrados y sin aire, cada alarido siendo peor por un llanto retenido desde hace años.
Y fue peor cuando la suave mano del omega lo llevó a apoyar la cabeza en su hombro. Se refugió en el cuerpo de su omega, en su calor, en las caricias en su espalda y sus brazos sosteniéndolo como un soporte humano y emocional.
Jeongin no se quejó ni una sola vez, el llanto se extendió un buen tiempo, tal vez fueron hora y media, o más. El omega mantenía los ojos cerrados mientras palmaba con suaves toques la espalda del mayor, Hyunjin había acabado en medio de sus piernas, apoyado en su hombro y abrazándose de su cadera, su cuerpo se sacudía con pequeños espamos y el rostro contra su piel se sentía húmedo y caliente como un horno.
Probablemente le comience a doler la cabeza.
El omega dejó que Hyunjin tiemble contra él, escucharlo sorber su nariz y tomar bocanadas de aire. Ni siquiera podía cuestionarse su capacidad de no haberse largado a llorar apenas escucho a Hyunjin romperse contra su oído. Pero no podía comportarse de esa manera, no cuando Hyunjin era quien tenía una bola de emociones acentuados en su pecho.
Tal vez había dejado escapar un gran porcentaje, tal vez fue apenas un grano de arena en aquel desierto de dolor.
Pero Jeongin ya podía estar seguro de algo.
Estaría presente en cada grano de arena evaporándose hasta que Hyunjin pueda hallar agua cálida y gozarse dentro de este en paz.
Por mientras, comenzó con lo principal: hacer saber a Hyunjin que definitivamente no estaba solo.
- Hyung debe preguntarse por que no logró esconder mejor su dolor- comenzó. Sabía que Hyunjin lo escuchaba sobre los temblores y los hipidos-. Debe creer que no lo hizo bien. Pero lo hizo muy bien, ni la abuela Kim, Changbin hyung, Minho hyung, su hermana Yeji, ni yo...ninguno habría creído que hyung sufría tanto, que sigue sufriendo, que su corazón dolía, duele y seguirá doliendo por un tiempo más- inevitablemente el labio inferior de Jeongin tembló, parpadeando varias veces reteniendo las lágrimas-. H-hyung la debe haber estado pasando horrible, y lo soportó tan bien.
El revoltijo de emociones volvió a hacerse presente en el interior de Hyunjin. Jeongin no deseaba volver a hacerlo llorar. Pero algo le decía, y estaba seguro que el alfa debía escuchar esas palabras, por mas que solo sea la pastilla para un pequeño dolor de cabeza, de un comienzo de fiebre. Como cubrir la mitad de un cuerpo congelado, solamente la pierna del lado izquierdo. Era eso, solo estar intentando reconfortar una pequeña parte de un corazón roto.
- Ni siquiera yo puedo aceptarlo, y usted quien lo lleva sobre sus hombros por años, apenas es consciente de que dolía tanto- Jeongin apoyó la mejilla contra la cabeza del alfa-. Seguro en un futuro nos preguntaremos por que esto está pasando, por que yo tendría que estar viendo recuerdos que usted no había deseado compartir...pero no hay una pregunta que no tenga respuesta, nada pasa sin que haya alguna razón...es por eso que si yo puedo ver sus recuerdos más dolorosos, me encargaré de convertirlos en los más felices.
Hyunjin abrió los ojos, los sintió tan irritados y cansados, su cabeza palpito un poco pero eso no le impidió entender las palabras del omega, su corazón borbeando sangre con más fuerza.
- Sí acierto, algo fuera de, o en este mundo quiere que yo repare su corazón- Jeongin apretujó el cuerpo del alfa con cariño-. Me encargaré que ya no pueda irrumpir en su mente de nuevo. De que los recuerdos malos de hyung desaparezcan y solo hayan bonitos. Y qué nadie más que usted pueda estar en su mente y hablar por si mismo de lo que siente.
El menor cerro los ojos, los nervios y la incertidumbre haciéndolo pasar saliva y apretar los dedos lleno de nervios.
- Yo también quiero encargarme de hacer feliz a hyung lo más necesario posible. Entonces solo está vez...permitame encargarme de usted, déjeme ayudarlo a sanar.
Esa noche no hubo pesadillas, y cuando el cansancio venció al miedo alfa y omega se quedaron completamente dormidos resguárdandose en un abrazo.
+
La mañana...había sido un poco difícil.
A Jeongin le costó una estirada de piernas hacer que Hyunjin se levante de la cama. Ambos apenas se lavaron y se plantaron en el pasillo del tercer piso cayeron en cuenta del dolor de cabeza y la fatiga.
Hyunjin con él dolor de su corazón, y Jeongin llevándose el físico.
Remojando sus labios algo resecos Jeongin deslizó sus dedos entre los dedos del alfa, automáticamente llamando su atención. El alfa poseía unas leves y oscuras ojeras, su cabello se encontraba recogido en una muy mala coleta que el omega estaba seguro le sacaría más de un pelo al intentar desenredarlo.
Así que ahorrándole dolor rodeó el cuerpo de Hyunjin y colocó la palma de su mano en la cabeza sombre la goma mal amarrado en su cabello. Presionando con la fuerza suficiente tomó la goma y comenzó a estirarla, en el proceso el cuerpo de Hyunjin se tensó, de seguro la había arrancado más de un pelo y lo había aturdido.
Cuando la goma estaba en su muñeca Jeongin se tomó un momento rápido para ir al baño y arrojar los pocos cabellos sueltos que se habían enredado a la goma, y volviendo hasta el alfa comenzó la tarea de tomar los mechones azabache que caían en su frente, juntándolo detrás de su cabeza y comenzando a atarlo disfrutando de la calma y paciencia de Hyunjin al hacerlo.
Cuando todo quedó se posó frente al mayor y sonrió suavemente satisfecho, sus dedos dejaron cariñosas caricias a su cabeza, casi como estar acariciando a un cachorro grande y triste.
- Hyung no debe olvidar cuidar de él- Hyunjin torció la boca a punto de disculparse-. Pero si le gusta ser cuidado solo debe mostrarme un pequeño puchero, actuare rápido- bromeó ligeramente, y dio por satisfecho su intención cuando Hyunjin sonrió y sus ojos descendieron avergonzados.
- Atrapado- su voz salió ligeramente ronca, tal vez por no haber dicho ninguna palabra desde la noche anterior. Levantando las manos Hyunjin fingió ser culpable.
Ambos bajaron dejando las bromas atrás. Al llegar al comedor encontraron el almuerzo ya listo, y es que realmente Jeongin si se paso toda la mañana intentando convencer a Hyunjin que debía desayunar y especialmente tomar mucha agua al estar deshidratado y con dolor de cabeza. Fue un momento difícil pero ligeramente divertido al tomar como opción estirar al alfa de los tobillos y hacerlo quejarse mientras se aferraba a las sábanas.
Almorzaron en total silencio. Hyunjin aveces se perdía en la pantalla de su teléfono con el ceño fruncido luego volvía a la tarea de comer cuando Jeongin lo regañaba.
Tomando su jugo con lo mirada puesta en Hyunjin el omega espero que hablé, estaba seguro que tenia algo que decir.
- Debo salir por un momento...por asuntos de trabajo- y ahí estaba.
Absorbiendo de popote (aun no podía tomar las bebidas sin uno), Jeongin entre cerro los ojos hacia Hyunjin.
- Sin embargo esta mañana no podía siquiera ponerse de pie aunque le supliqué- Hyunjin soltó una risa nerviosa.
- ¿Culpable?.
- Hyung no se siente bien, ¿es muy importante?- Hyunjin suspiro asintiendo.
- Dawon finalmente llegó a su límite. Debo atender ese asunto- relajando sus hombros Jeongin dejo su vaso sobre la mesa y asintió.
- Sí alfa si siente débil busque algo dulce y tome agua, mucha, realmente no está bebiendo ninguna gota hasta ahora- Hyunjin observo entretenido a Jeongin tomar un vaso limpio y llenarlo de agua tibia. A los segundos se lo extendía con insistencia-. Tómelo.
Carraspeando Hyunjin supo que objetar era lo último que debía hacer. Tomando el vaso comenzó a darle largos tragos al contenido hasta finalmente acabarlo, sintió la tensión de su cuerpo aliviarse y la calidez hormiguear, especialmente en sus ojos irritados.
- Listo- murmuró recibiendo una mirada satisfecha departe del omega.
Poniéndose de pie Hyunjin empujó la silla hasta colocarlo debajo de la mesa, volteando hacia el menor se inclinó hasta él y tomó su rostro ante su atenta mirada.
- No tardaré, lo prometo. Llama a Byungchan o Seungmin, no los ves hace un tiempo, estaré aquí de nuevo en unas horas- Jeongin asintió comprendiendo cada palabra. Inevitablemente Hyunjin sonrió suavemente por la manera madura en que el omega llevaba la situación, cuando él era tan consciente que su balance estaba en un feo y peligroso equilibrio-. No lo pienses tanto, ángel. Aunque te permití ayudarme, no soy el único lastimado entre los dos, lo haremos juntos. Siempre juntos.
- S-sí, esta bien- sonriendo de manera afable terminó por separar la distancia y presionó sus labios sobre los del omega en un suave roce.
Dejándolo ir se apresuró en salir de la casa, mientras más rápido se iba más rápido volvería.
Se subió al auto trasero de uno de sus hombres y le obligó a acelerar. Su destino era lejos, un edificio abandonado en un camino nada transitado lo esperaba. Era casi una hora de viaje, y él esperaba que valiera la pena.
Al llegar ordenó a sus dos hombres en los asientos delanteros a esperar en el auto. Bajando con su arma en manos avanzó por el sombrío y vacío cemento, otro auto negro ya se encontraba aparcado más cerca del lugar, era el costado del edificio, uno que anteriormente pertenecía a alguna venta ilegal y que Khangpae terminó adueñandose de este.
Y es que era especial por una cualidad necesitada.
Avanzó en el interior con pasos firmes, bajó por el sótano detrás del mostrador. En cada paso que daba por las escaleras podía escuchar cada vez mejor a alguien moverse por la habitación sin molestarse por ser discreto. Llegando al último escalon se encontró con la conocida mesa de metal en el centro, donde encima de este descansaba un cuerpo, un rayo de luz ingresaba por la ventanilla a un extremo que conducía a la salida del edificio al otro costado de este.
Avanzando por la habitación observó con asco el cuerpo más que irreconocible y podrido de Seo Dawon.
Y levantando la mirada analizó a Minho preparando la cremación del cuerpo.
- ¿Por qué actuaste solo?- soltó la pregunta. Minho ni siquiera se volteó.
- Estaba en su límite- se limitó a responder. No volteó a mirarlo incluso si ya había retirado la caja de la cámara para ingresar el cuerpo. Llevaba puesto unos guantes protectores.
- Lo estaba, pero tú lo hiciste llegar a el más rápido- bajo la mirada el rostro degollado de Dawon-. Descargando tu fustracion en él, al parecer.
- Oh si, la frustración por recordar que mató a mi mejor amigo. Lamento no haber sido suave- Hyunjin frunció el ceño ante la voz sarcástica y carente de humor.
- Alguien debebería recordar que no es él único lleno de rencor- Minho lo ignoró, estirando de la mesa con rueditas lo acomodo en forma recta frente a la cámara y comenzó a estirar el cuerpo dentro de la caja.
Acercándose se posó a un lado del mayor y analizó su rostro ojeroso y pálido.
- ¿Qué tipo de frustración cargabas?- Minho de nuevo lo ignoró, cerrando la puerta de golpe y encendiendo la maquina-. Jisung, ¿donde está él?.
Hyunjin hubiera reído en otra ocasión al descubrir que ese era el punto activador para hacer reaccionar a Minho. Lo notó tensarse y apretar los dientes mientras se quitaba los guantes y lo arrojaba a la mesa comenzando a ordenar cualquier herramienta fuera de lugar que se encontraba en la habitación.
- No lo sé- Hyunjin volvió a fruncir el ceño.
- ¿Cómo que no lo sabes?- Minho soltó un largo suspiro antes de acercarse a un estante y ordenar las herramientas por tamaño, totalmente enfocado en no mirarlo.
- Lo deje ir, ya no lo necesitábamos, después de todo- Hyunjin enarcó la ceja.
- ¿Lo dejaste ir?- Minho no respondió de nuevo-. ¿Cuando vas a admitir que eres horrible mintiendo?.
Minho soltó un gruñido y por fin volteó a encararlo.
- ¿Por qué mierda mentiría?.
- Sí lo hubieras dejado ir tú estarías de todo menos con cara de querer clavar ojos con un cuchillo a lo Chucky- Minho puso los ojos en blanco.
- ¿Podrías fingir por un momento no conocerme bien?. Es molesto- murmuró irritado, pero Hyunjin se encogió de hombros bastante tranquilo.
- ¿Qué ocurrió?, ¿dónde está?.
Minho metió sus manos dentro de su chaqueta mientras paseaba la mirada en cualquier parte, cualquier punto que no sean los ojos de Hyunjin. Y el menor no necesitaba que lo mire para notar el atisbo de molestia y dolor en su mirada.
- Me robó dinero y desapareció. Supongo que estaba harto de que lo tenga apresado- Hyunjin evito hacer una mueca de pena.
Y es que era una información horrible de escuchar.
- ¿Por qué haría algo así?- decidió preguntar-. Esa ardilla tenía cara de todo menos de querer huir.
- Tal vez no quería huir aún sin conseguir un sustento- Hyunjin entre cerro los ojos.
- No...ocurrió nada antes de que se fuera, ¿cierto?.
Hyunjin no necesitó respuesta cuando el mayor pateó una piedra invisible con una expresión lamentable.
- Lo..- carraspeó-...bese- y un susurro inentendible.
- Habla fuerte, idiota.
- ¡Lo bese!- lo soltó y luego gruñó avergonzado volteando a mirar la pared-. Solo lo bese, no pensé que lo odiaría tanto.
Hyunjin mordió su labio inferior con más pena. ¡Es que eso era horrible!.
Literalmente su amigo parecía el hombre más usado del planeta en ese momento. Le había dado a Jisung casa y comida y de seguro un muy muy muy muy buen beso, para que al final el omega le robe y huya sin compasión.
Ahora se arrepentía de su decisión de haberlo encargado de cuidarlo.
Hyunjin intentó aligerar el ambiente al ver la expresión incómoda del mayor.
- Jeongin me fue infiel hace unos días. Para estar a mano con él tal vez podríamos besarnos, digo. No hay ningún perdedor aquí.
Minho volteó a mirarlo y en unos segundos ya lo tenia sonriendo con gracia y más relajado.
- Ya quisieras- Hyunjin fingió estar dolido mientras el mayor reía-. ¿Infiel?, ¿siquiera eso es posible?.
El menor se encogió de hombros.
- Se emborrachó y creyó que yo era un desconocido con parecido a su novio. Hasta le dijo a ese desconocido que él era más guapo- negó con falsa tristeza mientras Minho soltaba una carcajada.
- Incluso borracho ese niño no deja de ser tierno- relajando sus facciones Hyunjin asintió de acuerdo.
Minho lo observo unos segundos en silencio antes de hacerle una ademán con la cabeza.
- Y tú...¿Qué es esa cara de estreñimiento?- Minho siempre fue dulce al preguntar como se encontraba.
Fue el turno de Hyunjin en patear una piedra invisible.
- No han sido buenos días- Minho espero paciente a que siga-. Es un tema extenso...Jeongin ha estado teniendo pesadillas.
- ¿Pesadillas?.
Hyunjin tomó aire antes de comenzar a redactar lo que estaba sucediendo. Minho por un momento lo amenazó que si estaba bromeando lo mataría y luego prosiguió a llorar cuando Hyunjin le confirmó que no era una broma. Para al final abrazarlo y llorar ambos, era un tanto extraño considerando que lo estaban haciendo frente a un cuerpo siendo incinerado.
- Lo siento tanto...por decirte que tenias cara de estreñimiento- estaba arrepentido pero a Hyunjin le daba gracia en cierto punto.
- Descuida, fue dulce de tu parte- ironizó recibiendo una mueca.
- Podrás superarlo, sé que puedes, estarás bien- Hyunjin sonrió suavemente mientras se encogía de hombros.
- Estoy tranquilo, por que después de todo tengo a Jeongin- murmuró, y es que era cierto, para él eso era suficiente medicina para todos sus males.
- Cierto, tienes a Jeongin.
Hyunjin dio por finalizado el tema con un asentimiento.
Volteó a mirar la maquina a un lado suyo, la puerta la cual poseía una pequeña ventana de vidrio le ofrecía vista de las llamas alzándose con fuerza en el interior.
- Por fin en el infierno- murmuró, y Minho quien volteó a mirar el mismo punto torció los labios con desagrado.
- Espero esté ardiendo hasta los malditos gritos.
Ambos salieron del edificio sin esperar a que la cremación se acabe. Llegando hasta su auto dio la orden a uno de sus guardias a que se deshaga de restos y desaparezca con el auto de Minho. Subiendo a los asientos traseros emprendieron marcha hasta el edificio de los miembros de Khangpae.
Irían a los apartamentos al haber recibido una cita de sus hombres sobre tener más información sobre Riki, según ellos ya era un tema más extenso y debían hablarlo en persona, le sumaron a que sus socios de distintas ciudades ya estaban hartos de la falta de presencia de Hyunjin en las reuniones.
Así que el trabajo clamaba por él, como sea.
Bajo palpando su arma dentro de sus pantalones, ese lugar en sí era peligroso al ser un punto frecuente de reuniones y convivencia de la organización, se hallaba en un extremo de un barrio no muy corriente y colorida. Se trataba de un edificio con apartamentos llenos y exclusivos de miembros de Khangpae, solo eran los que decidían ofrecer literalmente su vida a la organización. Y tampoco era que Hyunjin los mantenía a todos como ratas, si era así necesitaría más de cinco edificios.
Ellos pagaban por los servicios cada mes, recibían comida y municiones suficientes cada 30 del mes y no había absoluta queja hasta el momento.
La entrada era resguardada por un muro y un falso guardia de seguridad de una empresa igual de falsa. Tenía su puesto en una casilla donde se registraba las cámaras y los botones del lugar.
Minho y él tocaron el timbre al no hallar al guardia en su puesto. El portón se hallaba cerrado por un cerrojo eléctrico, y pasando un patio pequeño ya ingresabas a los pasillos, el edificio en sí era de siete pisos.
Hyunjin soltó un bufido cuando paso un tiempo de extenso silencio y el guardia no apareció.
Volviendo a tocar el timbre lo hizo con más insistencia y presión, podía escuchar desde su lugar el pitido sonar en algún punto del edificio, muy seguro tratándose de la habitación del guardia.
Cuando los minutos pasaron y nadie salió por la puerta le tocó patear el portón con frustración.
- Para que carajos llaman si no me recibirán. Que se creen...- Hyunjin ya estaba retirando su teléfono de su bolsillo para comenzar a mandar a la mierda a todos.
Pero la mano de Minho sobre su muñeca lo detuvo llamando su atención.
- ¿No está todo muy silencioso?- la voz y expresión del mayor fue totalmente seria.
Volteando hacia adentro Hyunjin registro el interior con atención. Y tenía razón, eran ya cerca de la hora de la merienda y esa hora los demás solían recrearse y jugar alguna tontería en los patios aprovechando la falta de trabajo. Y era más que claro que no había trabajo por que el propio jefe estaba ahí, esperando por ellos.
- No se oye ni una respiración- Hyunjin acotó.
Acercándose al portón Hyunjin tomó la manija con cautela.
Y todos sus sentidos se activaron cuando estiro hacia abajo y este cedió abriéndose en el momento.
Volteó hacia Minho, y con su mirada él ya capto el mensaje.
Saco rápidamente su teléfono y envío la alarma a la organización, era un mensaje programado para casos de emergencia como estos. El mensaje solo era la ubicación a tiempo real del emisor, y cuando los demás lo reciban no tardarán en correr hasta él lugar.
Por mientras Hyunjin retiro el arma del interior de su pantalón, sacando el seguro dio una última mirada a Minho y al recibir un asentimiento avanzó dentro del establecimiento.
El camino hasta la entrada no era muy extenso. Sin embargo a Hyunjin le resultó así mientras más se acercaba y el silencio lo asfixiaba. Pasando por el marco de la entrada se detuvo frente a la puerta de vidrio. El interior estaba en absoluta oscuridad, no podría apreciar más que su reflejo por el cristal a causa del sol de la tarde.
Cuando Minho se detuvo a un lado suyo se atrevió a tomar la manija y estirar la puerta una vez más esta cediendo sin falta de desactivar el cerrojo. Confirmaron de una vez que no había electricidad en el lugar.
Hyunjin avanzó primero, apuntaba el arma con firmeza frente suyo, sus ojos se movieron con rapidez por todo el pasillo hasta la escalera.
Y lentamente bajo su arma mientras se detenía en seco en su lugar, y Minho a su lado también lo hizo.
Las paredes anteriormente de un color amarillo estaban manchados de sangre, mucha sangre.
El suelo era un charco de líquido rojo, habían cuerpos, muchos cuerpos tirados en el suelo y expulsando sangre totalmente inertes, las paredes tenían líneas de sangre demostrando que sus hombres habían sido arrastrados sin compasión.
Avanzando por el pasillo Hyunjin observo la punta de las escaleras, desde aquella posición ya podía ver más muertos apoyados contra la pared o tirados contra los escalones de espaldas y con la cabeza hacia el suelo.
- Fue una masacre- murmuró, subiendo los escalones, encontró gritas de balas en las paredes y armas con balas esparcidas en el suelo.
- Al parecer los inmovilizaron con las armas primero- Minho señaló.
Llegaron al pasillo, más cuerpos, los apartamentos se encontraban abiertos, probablemente la mayoría estaba en su siesta y los tomaron por sorpresa y los arrastraron fuera de este.
Probablemente el guardia no era un aliado.
Subiendo los demás pisos y revisando cada habitación Hyunjin no halló pistas o algún indicio de quien habría podido ser, tenía muchos enemigos, mucha mierda era implicada cuando se trataba de querer asesinar a un gran jefe.
Pero Hyunjin tenía la corazonada que el causante era cierto enemigo nuevo.
Aunque en realidad, era el enemigo más viejo y veterano. Había esperado más de tres años para iniciar su venganza.
Cuando llegó al último piso todo era lo mismo, oscuridad, más sangre, más cuerpo, más desgracia.
Minho saco su teléfono cuando esté vibró.
- Ya llegaron, jefe- Hyunjin asintió, dándole permiso para ordenarles a subir.
Hyunjin se volteó hacia la escalera que conducía a la azotea, esta no poseía marcas de sangre o rayones y no se veía muy atractiva para subir y encontrar nada.
Sin embargo solo por si acaso, algo le dijo que suba.
Comenzando a avanzar escalon por escalon paso la mano por la barandilla, Minho lo seguía por detrás con actitud fiel. Ambos voltearon y subieron unos peldaños más antes de llegar frente a la puerta, la palabra "Exit" brillaba gracias a los tonos fosforescentes ante tanta oscuridad.
Abriendo la puerta Hyunjin entre cerro un poco los ojos ante la cantidad de luz luego de tanta oscuridad. Avanzando dentro de la azotea como pensó no halló nada raro a primera vista.
Nada a excepción de cierta caja en el centro de la estancia, estaba envuelto en papel de regalo plateado y tenía un moño sobre este.
Minho y Hyunjin se acercaron a mirar mejor.
Pegado en el centro con cinta adhesiva se hallaba un aparato activado con una cuenta regresiva.
Ninguno se altero, en realidad solo esperaron por el mensaje. Llevaban años en eso para saber que: número uno, ningún enemigo mataba a otro que le tenía gran rencor de una manera tan patética y fácil, y número dos, esos tipos de explosivos eran muy comunes en ser un portador de mensajes o advertencias.
La cuenta ya iba en tres minutos.
- Oye, si morimos, ¿crees que iremos al infierno o al cielo?- Hyunjin pensó la pregunta del mayor.
- Prefiero el infierno, para volver a torturar a Dawon, y luego a Jinah- Minho asintió mientras Hyunjin se encogía de hombros-. Incluso tal vez encontremos a Changbin ahí, será divertido.
Minho asintió mas convencido con la idea.
Apoyándose en el hombro del menor soltó un suspiro pesado.
- Tranquilo, ya va en dos minutos- Hyunjin intentó tranquilizar.
Y es que no muchos sabían de la fobia de Minho a las alturas. Y en ese momento estar en una azotea con bordes tan bajos le estaban sacando temblores a sus piernas.
Pero todo sea por acompañar al jefe.
Ambos miraron su reloj captando la hora mientras escuchaban a sus hombres movilizarse en el piso de abajo, gritaban órdenes y no eran para nada discretos. Era una suerte que era un edificio apartado.
Cuando sólo faltaba 30 segundos Hyunjin se enderezó preparado para cualquier explosivo con excremento que se le lance a la cara, tal vez le dibujaba algo subliminal en el cuerpo o algo así.
Había gente creativa.
Mordiendo su labio inferior Hyunjin entre cerro sus ojos.
10
9
8
Hyunjin exhaló.
7
6
5
Minho movió la puerta temblorosa con leve ansiedad
4
3
2
1...
Hyunjin casi termino de cerrar los ojos por puro instinto.
Con un pequeño "plot" parecido a un pedo la caja estalló con confeti llenando todo el suelo de aquel brillante papel. Y como un disparo una bandera salto fuera de la caja, una bandera que al contrario de tela se trataba de un cartón, llevaba algo escrito en este.
Acercándose un poco más Hyunjin se puso de cuclillas y leyó el contenido:
"Yangcheon-gu. Lo espero con emoción
De Riki ㅠㅠ"
Hyunjin intentó entender el mensaje. Sin embargo como un golpe helado una sensación en su pecho lo hizo tensarse de pies a cabeza.
Desesperado, su omega tenía miedo.
Sus ojos se abrieron en grande cuando volvió a leer el contenido.
Yangcheon-gu...
Era la dirección de su casa.
Donde estaba Jeongin.
Todo mal, ayuda. Pero si se puede, si se puede...🙆🏻♀️
Je
ESPERO LES HAYA GUSTADO CJAU.
AJDJFJ, no ya en serio, tengan un lindou día 👩🦯💗
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top