26
Hyunjin apenas podía procesar un sonido aparte de su corazón acelerado, observando perdido el cuerpo su mejor amigo comenzar a expulsar sangre y más sangre.
Parpadeó intentando decir algo, la respiración agolpado en su pecho mientras sus ojos conectaban con los de Changbin y caía en cuenta que lo había protegido de una bala.
- ¡Joder, Hwang muévete!- Hyunjin sintió su pecho subir y bajar con rapidez mientras Minho lo empujaba y se inclinaba hacia Changbin.
Subiendo su mirada hacia Dawon encontró su mirada igual de perdida que él sobre su hijo.
Y fue Hyunjin el primero en reaccionar, pasando a un lado de Changbin se aproximo al alfa furioso, alterado, temblando de la impotencia.
Dawon intento moverse asustado, pero ni siquiera pudo ponerse de pie antes de caer gracias en la bala en su pierna, recibiendo el puño de Hyunjin en su rostro de un fuerte impulso.
Y ni siquiera pudo defenderse cuando Hyunjin se puso encima suyo comenzando a golpearlo, golpe tras golpe mientras Hwang emitió gritos de furia, casi desgarrando su garganta mientras no se sentía satisfecho al ver el rostro de Dawon cubrirse de sangre y más sangre.
- ¡Hijo de puta!, ¿te das cuenta a quien disparaste?- tomó el cuello de su camisa, totalmente cubierto por gotas de sangre.
- N-no, no era a él, a él n-no..- pero a Hyunjin no le importo.
Tomando el arma que había dejado caer el mayor lo coloco contra el abdomen de Dawon, disparando dos veces sin escrúpulos ignorando al alfa gritar y retorcerse. Arrojando el arma lejos atajo los brazos del mayor cuando intento empujarlo.
- Voy a hacerte pedazos, ¿me escuchas?- Hyunjin se apoyó con una pierna encima de la herida en la extremidad del mayor, escuchándolo perder el aliento y gimotear-. No vas a morir aquí infeliz, no dejare que eso pase.
Soltando sus brazos con brusquedad se puso de pie, alejándose y sacando su teléfono con los dedos temblorosos, marcando lo más rápido que pudo a sus guardias.
Cuando estos dieron la confirmación que llegarían en segundos se permitió ir hacia Changbin, cayendo a su lado empujó a Minho al verlo temblar y mirar al mayor sin saber que hacer.
Changbin aún se mantenía consciente, quien al ver a Hyunjin soltó una risa gastada y débil.
- ¿Por qué estás llorando?.
Hyunjin apretó los dientes, pasando su brazo debajo de la cabeza del mayor tomo su brazo con cuidado y lo hizo girar, confirmando que la herida se encontraba en la parte de la cintura izquierda.
Moviendo el brazo de forma brusca se retiro la manga de su saco de un lado, y atajando la cabeza de Changbin repitió la acción con el otro. Tomando su saco lo presiono con cuidado contra la herida, al menos con eso deseando parar un poco el sangrado.
Hyunjin maldijo por lo bajo al sentir las lágrimas deslizarse por sus labios.
- T-te ves horrible llorando- Hyunjin apretó los labios por la burla del mayor.
- Idiota, t-tú te ves más horrible ahora...- Hyunjin paso saliva al notar los ojos de Changbin cerrarse y abrirse con torpeza-. Cierras los ojos y te mataré yo mismo, ¿me escuchas, Seo?.
- ¿Quién puede dormir con tus chillidos?- Minho se puso de pie aturdido, temblando y tragando el nudo en su garganta.
Sus ojos pararon rápidamente a la silueta que bajo por las escaleras.
- Ya estamos aquí, jefe- corriendo hacia ambos en el suelo el beta ayudó a Hyunjin a poner de pie a Changbin.
- Rápido, quiero un maldito auto cuando lleguemos afuera.
- Sí, señor.
Hyunjin intentaba con todas sus fuerzas ignorar los quejidos de dolor de Changbin, viéndolo ser transportado por las escaleras con todo el cuidado que podían mientras la ansiedad lo consumía por el tiempo que gastaban para llevar a Seo a ser atendido.
Todos salieron por la puerta trasera de nuevo, teniendo que pasar por el tumulto de gente.
Cuando todos estuvieron en el auto Hyunjin tomo del brazo a uno de sus hombres rápidamente.
- No dejen que ese infeliz muera. Es una orden- el beta dio una rápida reverencia mientras Hyunjin lo soltaba y se apresuraba al auto subiendo con un rápido desliz.
Hyunjin se mantuvo arrodillado frente al asiento observando casi sin parpadear a Changbin recostado sobre Minho, su manos apretándose en puños cuando lo ojos de Changbin se cerraban y tardaban muchos segundos en abrirse, cada vez con menos tiempo.
- ¡Carajo, acelera está cosa!- rugió golpeando el asiento del conductor, escuchando la afirmación temblorosa del beta mientras el auto aumentaba la velocidad.
- Eh Hwang, n-no dejas dormir..- chasqueando la lengua Hyunjin paso el dorso de su mano por sus ojos intentando eliminar las lágrimas.
- ¡Estoy intentando que sigas abriendo los ojos!- Changbin soltó un bajo gruñido, sin fuerza y entrecortado.
- Minho, s-si muero...enseña a Hwang a callarse, como tú, es tan irritante...- Minho soltó un baja risa, sin gracia y vacía.
- Cállate y concéntrate en respirar.
Changbin cerro los ojos cuando sólo podía apreciar manchas negras frente suyo. Soltando un forzoso suspiro mientras intentaba meter aire a sus pulmones, podía apreciar tan bien el caliente líquido de sangre escapar de su herida y mojar toda su piel, su cuerpo comenzando a entumedecerse mientras los segundos pasaban.
- Oigan..- susurro sin aliento, cerrando los ojos sintiéndose demasiado cómodo en las piernas de Minho, le causaba sueño, solo que no lo iba a admitir-. Ese infeliz...no apunto bien- musitó con una risa burlona.
Hyunjin volvió a pasar la mano por sus ojos, maldiciendo a las lágrimas que seguían bajando, maldiciendo a los recuerdos que lo asaltaban con aquel idiota que era su mejor amigo, maldiciendo a Seo Dawon y maldiciéndose a si mismo por no ser capaz de proteger a nadie. Odiando el hecho que las personas que más quería terminaban lastimándose por culpa suya.
- H-hwang...- Hyunjin apretó los labios, sintiendo las lágrimas nublado su vista al volver a encontrarse con la mirada de Changbin.
Su corazón se estrujo cuando su mano cayó del asiento hasta tomar la suya en su rodilla, la fuerza con la que se aferraba le hacia saber que estaba usando toda su energía.
Y el aroma comenzó a ser amargo, frío, húmedo y tóxico.
- No es tu culpa.
Entonces Hwang Hyunjin supo, esas fueron las últimas palabras de Seo Changbin.
+
Jeongin observaba inquieto la puerta principal, observaba de reojo a Jisung cambiar de canal la televisión y a la señora Haesook ir de un lado a otro ordenando la sala de estar.
El omega no sabía que era ese mal presentimiento.
Las infinitas ganas de echarse a llorar con el sentimiento amargo de que Hyunjin no volvía, con el hecho de que ya habían pasado tres horas y pronto sería media noche, y el alfa no volvía, tampoco llamaba y el omega solamente no era capaz de interferir en su trabajo.
- Eh, zorrito. Juan debe estar bien, ya sabes, con esas manos puede borrar el rostro de cualquiera con una cachetada- Jisung fingió golpear el aire en simulación de una cachetada.
Jeongin no pudo reaccionar, intento ofrecerle una sonrisa en respuesta pero su labio inferior temblaba. El omega estaba más que consciente en lo sensible que se volvía cuando no estaba con Hyunjin, y el hecho de que el alfa se encuentre intentado encargarse de una misión peligrosa, solo lo hacia querer echarse a llorar.
El rubio suspiro al notar que Jeongin no parecía ni siquiera parpadear ante sus chistes.
Así que intento distraerlo.
- ¿Cómo conociste al muñeco?- Jeongin pensó la pregunta.
Lo conocí en el instituto en que trabaja, hyung reclamó que me quería para él y desde ese momento comenzó a acosarme.
No, Jeongin no diría eso.
- Uh, en el instituto en que trabaja anteriormente...fue ahí la primera vez que vi a hyung. Creo que le guste desde aquel momento, por que comenzó a frecuentar en mi trabajo y buscaba acercarse a mí- era la manera más cuerda que podía explicarlo.
- ¿Cómo un especie de cortejo?- Jeongin parpadeó.
- Sí...algo así- realmente el menor no encontraba manera de explicar a Jisung sin que la historia se vuelva realmente absurda.
Jisung no supo si logró distraer al menor o no, al menos un momento. Por que un minuto después y Jeongin de nuevo se encontraba mirando la puerta principal.
Suspirando el omega mayor se hizo un pequeño ovillo en el sofá y apoyó la cabeza en el posa brazo, totalmente dispuesto a dormir. Cerró los ojos exhausto.
- Me despiertas cuando lleguen los alfitas.
Jeongin solo pudo asentir, observando en silencio la puerta, subiendo las piernas y abrazándolo contra su pecho apoyó el mentón en sus rodillas. Sus ojos nunca se apartaron de la puerta.
Sin embargo Hyunjin no llego esa noche. Y Jeongin cayó dormido cerca de las 3:00AM.
Jisung fue el primero es despertar, incómodo y con las extremidades tensas por haber dormido en la misma posición toda la noche. Sentándose en el mueble comenzó a estirar sus brazos, mirando su alrededor con el rostro algo hinchado, solo notando a Jeongin dormitar a su lado como un bebé.
Froto sus ojos mientras notaba el rostro hinchado del omega y él fuerte rojo al rededor de sus ojos.
Había estado llorando.
Poniéndose de pie Jisung comenzó a caminar sin un destino fijo, encontrando la escalera frente a vestíbulo comenzó a subir con cautela, observaba a su alrededor con la mirada más sigilosa hasta llegar el segundo piso. Encontrando las incontables puertas comenzó a abrirlos con movimientos rápidos y asustados, solo encontrando habitaciones vacías y totalmente ordenada.
Llegando a la última puerta se alivio con una gran sonrisa al encontrar el baño.
Entre buscando entre los estantes no se sorprendió al hallar todos los elementos de higiene de sobra. Tomando un cepillo de dientes dentro una cajita totalmente cerrada, lo abrió y lo retiro del interior, comenzando a cepillar sus dientes con la mirada puesta en el espejo encima del lavado.
Jeongin no lo despertó, y eso era la obvia razón de que los alfas no habían llegado aún.
Lavando su boca llena de pasta dental tomo una toalla de uno de los cajones y seco su piel. Incluso ahora él sintiendo inquieto por la ausencia de aquellas personas que aunque lo habían secuestrado, parecían más indefensos que una mosca.
Volviendo a bajar no faltó hacer reverencias a las mucamas que se encontraba en el camino. Llegando de nuevo a la sala de estar encontró aún a Jeongin durmiendo mientras sus brazos se aferraban a una almohada, hecho un pequeño ovillo.
- ¿Deseas desayunar?- algo exaltado Jisung se volteo hacia unos metros del salón, encontrando a la señora Kim en espera frente a la puerta de otra habitación.
- Uh, sí. Si no es molestia- murmuró algo tímido, bien, podía ser el omega más rebelde de los tiempos, pero de la gente que si se intimidaba era de los betas mayores que no sabía siquiera que pasa por sus mentes.
- Ven. El desayuno ya está en la mesa- el omega se acercó con pasos cautelosos, siguiendo a la mujer cuando está desapareció por el interior de la habitación, siguiendo él y notando que se trataba del comedor.
Tomando asiento en el primer asiento a la izquierda observo de reojo a Haesook colocar bandejas de pasteles en la mesa, junto a una jarra de lo que Jisung suponía, se trataba de algún batido dulce.
- Sírvete cuanto gustes- Jisung hizo una leve reverencia antes de tomar su vaso de vidrio y comenzar a servirse el atrayente desayuno.
Comenzó a comer en silencio, algo incómodo y con la vista puesta en su comida, la mayor no parecía afectada, tomaba de su tasa de café y observaba algún punto en las flores de la mesa.
- Entonces, Han Jisung...¿de donde vienes?- Jisung paso saliva, realmente nervioso.
- Soy de Jeonju, nací y viví la mayor parte de mi vida ahí, vine a Seúl hace tan solo dos años..- la mayor asintió interesada.
- Es un viaje largo. ¿Qué te hizo venir a Seúl?- Jisung mordisqueó su labio inferior inseguro de su respuesta, no le resultaba incomodo hablar de sus acciones en la vida, lo que si le incomodaba era como cargar con la opiniones de las personas.
- Dinero. Simplemente necesitaba dinero- Haesook asintió mudamente. Jisung quiso seguir hablando-. No creí que sería tan difícil, con la corriente en que se maneja la sociedad, no tuve ninguna posibilidad en ninguna parte ya que soy un omega y la mayoría de negocios grandes solo es manejada por alfas- Jisung se encogió de hombros, dándole otra bocanada a su pastel-. Termine intentando conseguir dinero de manera más indebida, y funciono. Y hasta el día de ayer, vivía cómodamente gracias al sustento de Seo Dawon, que estoy seguro que sabe de quien se trata.
Haesook no estaba sorprendida. Ya había pasado un tiempo en que se acostumbro en la manera en que se maneja las personas que entran en aquel mundo del negocio peligroso, omega, alfa o incluso beta. Todos terminaban teniendo el mismo camino y los mismos deseos, solo que aveces las intenciones eran más buenas que otros.
- Así es, se de quien se trata. Y ahora, ¿a donde piensas ir?- Jisung se encontraba intrigado por saber el por qué tanta curiosidad de parte de la mayor.
- No lo sé- se encogió de hombros, levemente avergonzado-. Chantajee un poco al jefe para que me tenga bajo su cuidado unos días, principalmente por la presencia de ese señor en las calles. Sin embargo si no es todo lo contrario, creo que ya debieron haberlo matado.
Jisung se apoyó en el respaldo de su silla, teniendo como finalizado su desayuno.
- No estoy preocupado. Tengo dinero de sobra por el momento, solo necesito estar fuera de todo este enredo y me iré.
Haesook asintió, no tenía nada que acotar en aquel asunto.
Jisung y la mayor no tardaron en girar cuando las puertas del comedor se abrieron. Ambos teniendo como reacción un encogimiento de corazones al apenas ver el rostro cansado y pálido de Jeongin.
Sin embargo este les ofreció una sonrisa amigable y tranquila, como si nada estuviera pasando.
- Buenos días. Veo que me he levantado un poco tarde- musitó deslizándose hasta la silla a un lado de Jisung y tomando asiento.
- Buenos días, Jeonginnie..- la mayor se puso de pie, tomando la jarra de batido de chocolate y sirviéndoselo en un vaso al omega menor.
- Muchas gracias- tomando el vaso con sus dos manos Jeongin comenzó a beber en silencio.
Dejando el vaso en la mesa, Jeongin no lo pudo contener.
- Hyung aún no ha llegado...- quiso preguntar, pero el ya estaba consciente. Así que su tono fue más de afirmación que otra cosa.
De igual manera Jisung decidió contestar.
- No lo ha hecho. Creo que es normal, ese hombre es una rata escurridiza, deben esta en camino- trato de animar. Observando de reojo a Jeongin encogerse y su semblante solo apagarse.
Haesook suspiro, entrelazando las manos sobre sus muslos.
- Jeongin, sabes que nada pudo haberle pasado. Hyunjin es como invencible- Jeongin levantó la mirada, intentando animarse al solo encontrarse con la mirada cálida de la mayor.
- Lo sé. Solo es que no puedo dejar de estar paranoico y tener presentimientos negativos- murmuró con la voz cansada, volviendo a dar un sorbo a su bebida.
- En un principio es así. Estas todo el día al pendiente y en espera de ese mocoso tonto que logra preocuparnos como nunca, y al final, siempre vuelve a casa. Hyunjin puede ser el alfa más impetuoso, pero siempre vuelve, con un rasguño de más, pero lo hace, empiezo a creer que realmente es una peste para las balas o las heridas, nunca recibe una de la que debes alarmarte- Jeongin no pudo a negar que comenzó a relajarse con las palabras de la mayor, intentando ignorar aquel sentimiento amargo dentro suyo para relajarse.
- Y que me dice de las heridas...interiores. ¿Ha visto a hyung realmente herido del corazón?- la pregunta de Jeongin tomo por sorpresa a la mayor, teniendo que pensar bien aquellas palabras.
- Ha pasado un tiempo...no lo he visto de esa forma por un tiempo, uno realmente largo.
- ¿Desde cuando?- Jeongin ansío saber.
Haesook dejo caer los hombros, inevitablemente tensa y afectada con la conversación. Siendo Jisung el único estable y silencioso en el comedor.
- Desde que la señora Jinah acabo con la vida de su madre omega. Desde ahí no es visto a un Hyunjin realmente lastimado.
Jeongin sintió su corazón quebrarse, caerse en pedazos con la sola imagen de su Hyunjin sufriendo por la muerte de su madre, él sabía cómo se sentía aquel dolor, quedarse sin esa figura materna que se encargaba de guiarte y desarrollar los sentimientos más bonitos, y que de alguna manera, una persona en un coche o una mujer mentalmente inestable, te la arrebate en solo un suspiro.
Y el hecho de que de nuevo esa mujer haya sido la causante de tanto dolor a Hyunjin...¿realmente hay algo que esa mujer no haya hecho mal?.
Jeongin no pudo decir nada, y aunque se trataba de por qué realmente no tenía palabras gracias al nudo en su garganta....
La mayor razón fue al escuchar la puerta principal abrirse.
No espero decepcionarse por encontrar a otra persona, no importo realmente, ni siquiera si realmente se trataba de Hyunjin y deseaba venir primero hasta él. Jeongin no quiso esperar a eso.
Levantándose con brusquedad exaltando a las dos personas en la meza junto a él, su corazón decidiendo golpear con fuerza contra su pecho gracias a los acelerados latidos ansiosos y esperanzados.
Y así, con el cuerpo y la mente totalmente inestable corrió fuera del comedor, sus ojos de nuevo llenándose de brillo y luz al encontrarse a Hyunjin plantado frente a la puerta.
Pero de la misma manera en que se iluminaron, sus ojos volvieron a apagarse totalmente afectado al aroma dolorosamente triste que lo golpeó, sintiendo su cuerpo debilitarse y temblar al encontrarse con los ojos oscuros y carente de emociones del alfa.
- ¿H-hyung?...- no pudo avanzar más del sofá, quedándose plantado a un metro de los peldaños para llegar al vestíbulo y plantarse frente a Hyunjin.
Jeongin descendió la mirada, apenas siendo consciente de la cantidad de sangre que manchaba la camisa del alfa. Palideció, su cuerpo teniendo descargas desagradables a lo que aquella muestra de manchas rojizas pueden significar.
Sin embargo estaba más que seguro que no era sangre de Hyunjin, no podía estar de pie si toda esa sangre perteneciera a él.
- Alfa...¿qué ocurrió?- Jeongin avanzo dos pasos, pero se le era totalmente imposible, Hyunjin lo observaba en un silencio sepulcral que lo hacía querer lloriquear, se veía tan afectado emocionalmente que estaba incluso dudando de poder ser él el que pudiera consolarlo.
Hyunjin observo el rostro cansado del omega, las pequeñas y oscuras bolsas debajo de sus ojos, su cabello azabache revuelto y ondulado, su piel pálida y el brillo totalmente opaco de su mirada.
¿Él había causado eso?.
Como podía esperar llegar y que Jeongin no se encuentre igual de afectado que él cuando simplemente se distanciaban unas horas. ¿Siempre lastimaría de esa forma al omega?, teniéndolo en constante sufrimiento, mientras él iba y sacrificaba vidas por no saber manejar los problemas, perdiendo a su mejor amigo y siendo consciente del peligro en que siempre mantenía al menor.
¿Qué ocurriría con él si el siguiente en terminar herido sea Jeongin?, ¿si no pudiera detener una bala y esta termine enterrada en el corazón de su ángel?.
Su ángel...¿podía siquiera Hyunjin llamar algo tan precioso como suyo?.
Hyunjin se preguntaba si no se encontraba tan perdido ya para alejar de una vez al omega, de llevarlo al otro lado del mundo y poder sacarse aquel peso de que en algún momento sería solo él quien termine despidiéndose de aquel mundo y no aquel precioso omega de sonrisa brillante y aspecto de ángel.
Solo eran preguntas, divague tras divague cuando al final de todo, Hyunjin siempre terminaba siendo egoísta, obsesivo e impulsivo. No podría dejar ir al único que lo mantiene cuerdo en tanto desastre, no podía aceptar que Jeongin se vaya de su vida y encuentre a otro alfa, que muestre aquellas facetas que el alfa estaba seguro que el omega solo se lo había mostrado a él.
El simple hecho de que Jeongin ya no vuelva a sonreír para él, lo volvía peligrosamente inestable.
Jeongin no se permitió entrar en pánico, no estaba para nada contento con aquella actitud lejana y vacía del alfa, así que debía hacer algo para cambiarlo.
Avanzando la distancia que lo separaban de los peldaños y subiendo con pasos casi torpes, sus ojos ignoraron cualquier mancha de suciedad en el cuerpo de alfa, solo siendo capaz de mirarlo a los ojos, sintiendo su corazón doler y extrujarse ante el aroma increíblemente desgarrador.
Y sus ojos, Hyunjin apenas parpadeaba, viéndose tan triste y apagado.
- Alfa...- susurro suavemente, escuchando algo ansioso las puertas del comedor abrirse detrás suyo.
Hyunjin lo observaba, y podía escuchar el sonido de su respiración, tan pausada y lenta que apenas podía considerarse que respiraba.
Y cuando estuvieron frente a frente vio aquel destello en su mirada, pareció tan asustado en un momento que Jeongin casi retrocedió, quiso hacerlo aterrado con hacer un solo movimiento mal, pero el menor eligió guiarse totalmente por el instinto de su omega.
Jisung observo mudo la apariencia lamentable de Hwang Hyunjin, lo más alejado posible para evitar un catástrofe de aromas y hormonas.
Jeongin dio un pequeño paso más hasta por fin tener que levantar la mirada y observar tan de cerca como era posible, sus labios formando una cálida sonrisa mientras levantaba las manos levemente temblorosas.
Hyunjin sintió el tacto quemar, quemaba de tan buena manera que lo odio, sintiendo el tacto tan suave y delicado del omega acariciar su rostro, y quiso retroceder, quiso apartarlo, necesitaba alejarse de aquellas sensaciones tan placenteras para poder tomar sus decisiones con la cabeza fría.
Pero desde luego que no pudo, él necesitaba tanto ese tacto como si de una droga se tratase.
Jeongin vio aquellos indicios de duda, casi era como ver al alfa luchando consigo mismo con el solo reflejo de su mirada. Así que no le importo seguir avanzado, acariciando el rostro suave y caliente del alfa, notando tan bien las manchas de sangre seca, los ojos rojos e irritados y los labios tan secos y rotos.
Era doloroso ver lo hermoso que se veía a causa de sentimientos tan tristes.
Enterrando los dedos en el los mechones en la nuca del alfa lo atrajo hacia él con delicadeza, escuchando la respiración de Hyunjin volverse levemente inestable, pero de igual manera cedió. Abrazando el cuerpo del alfa y apoyando su cabeza en su hombro, comenzó a palmar su espalda y cabeza con cariño soltando de su aroma, frotando su cuerpo y apoyando el mentón en el hombro ajeno.
Y esa fue la primera vez que lo escucho, tan bajo pero doloroso, los sollozos del alfa paralizando a Jeongin y haciéndolo estremecer aterrado.
Sus ojos se abrieron en grande, sintiendo como el alfa parecía perder ante cualquier campo de fuerza que había creado para contenerse, sus brazos aferrándose con tanto desespero a su cintura que creyó que lo lastimaría, su rostro enterrándose en su cuello y temblando por causa del llanto mientras Jeongin solo podía sentir como su corazón se le hacia cada vez más pequeño del dolor.
- Hyung...- llamo asustado, no podía contenerse. Siempre había Jeongin el llorón y consolado, pero ahora que todo parecía invertirse, ¿qué era lo que debía hacer?.
Giro la cabeza un poco detrás suyo, Jisung estaba de la misma manera, mudo y con los ojos bien abiertos. Y por otro lado, Haesook solo portaba una mirada triste y sin brillo.
Y la beta tan consciente de que el alfa no la escuchaba ni olía, se acercó unos cuantos pasos, observando con solidez al omega.
- No entres en pánico. Sólo sube y dale una ducha, no te separes de él, es lo único que necesita- Jeongin paso saliva, asintiendo con torpeza.
Volviendo su atención al alfa se hizo un poco para atrás, intentando no ser él quien comience a llorar al encontrar el rostro sonrojado y lleno de lágrimas del alfa.
¿Qué había ocurrido que lo tenía tan lastimado?.
- Vamos arriba, ¿bien?- Hyunjin lo observo con la misma mirada oscura, pero esta vez brillando a causa de las lágrimas. Pasando su pulgar por la mejilla del alfa se inclinó, frotando su nariz contra el alfa de forma torpe pero cariñosa, era según él, lo que debía hacer un omega para consolar a un alfa lastimado-. Tu omega cuidara de ti, alfa.
Fue como darle el postre más dulce al niño mal portado.
Jeongin totalmente aliviado cuando Hyunjin avanzo frotándose el rostro y tomando su mano, ambos subiendo la escalera mientras Jeongin ordenaba sus pensamientos en como cuidaría bien al mayor.
Llegando al tercer piso el omega condució al alfa hasta el cuarto de baño, prendiendo las luces y haciendo sentar a Hyunjin encima de la tapa del inodoro.
Dudoso observo a Hyunjin apoyarse en sus muslos con la mirada en algún punto en el suelo.
Jeongin no sabía hacerlo, pero se esforzaría por hacer sentir mejor al mayor.
Deslizando sus manos por el rostro de Hyunjin subió su cabeza, tímido y totalmente dudoso se aproximo a su rostro y dejó un suave beso en su nariz, el alfa siempre hacia eso con él, moviendo con delicadeza su rostro dejo otro beso en su mejilla derecha, parpadeando mientras Hyunjin lo miraba atento y en silencio.
¿Eso fue suficiente, cierto?.
Torpe y ligeramente avergonzado Jeongin descendió sus manos, comenzando a desabrochar la camisa totalmente manchada de sangre esta vez con los ojos del alfa fijos en su rostro.
Deslizando la prenda por los hombros contrarios su corazón salto aliviado al no hallar ninguna herida abierta en su piel aparte de la sangre seca, pudiendo confirmar que realmente la sangre no era de Hyunjin.
Ahora se preguntaba si esa sangre pertenecía a Seo Dawon.
Arrojando la prenda en el suelo se agacho con cautela, casi teniendo un ataque cuando Hyunjin noto sus intenciones y no hizo más que echarse hacia atrás para dejarle paso libre hasta el cinturón de sus pantalones.
Con toda la tranquilidad forzada se deshizo del cinto y desabrocho la trabilla, bajando la bragueta dejó su trabajo hasta ahí absteniéndose de desnudar a Hyunjin antes de llenar la tina.
En silencio comenzó a preparar el agua, asegurándose de que la temperatura se encuentre fresca y la medida del agua perfecta pudo volver hacia Hyunjin. Una vez más nervioso cuando de golpe los ojos del alfa se encontraron con los suyos, cayendo en cuenta que el mayor no despegaba la mirada de él en ningún momento.
Con suavidad extendió su mano hacia él.
- Ven hyung, ya puedes entrar a la tina.
Hyunjin tomo la mano extendida, poniéndose de pie y quedándose en espera. Jeongin necesito parpadear y usar las neuronas unos segundos para entender que el alfa esperaba a que baje sus prendas inferiores.
Tomando aire soltó su mano y llevo sus dedos dentro de las prendas del alfa, cerrando los ojos los bajo lo más rápido que pudo para volver a ponerse de pie con la misma rapidez.
Al abrir los ojos Jeongin vio el primer destello divertido del alfa desde que lo encontró tan vulnerable.
Un casi imperceptible destello de alegría en tanto dolor.
Retirando de una vez las prendas de sus tobillos Hyunjin rodeó al omega y se metió a la tina, tomando asiento y dejándose envolver por la cálida temperatura, deslizándose hasta poder apoyar la cabeza contra el borde y sentir sus rodillas salir al exterior al no caber entero en aquel espacio.
Jeongin tomo el jabón que reposaba en un pote en la encimera, ignorando el agua volviéndose sucia a causa de la sangre. Inclinándose comenzó a frotar la piel del alfa con el agua, observando como la sangre seca desaparecía y causaba que el agua se vuelva más oscura, repitiendo la acción hasta llegar a la cadera del alfa.
Minutos después luego de pasar el jabón por el torso y espalda del alfa, Jeongin volvió a vaciar la tina y llenarlo con agua limpia.
En ese momento solo apoyándose en la tina y acariciando el rostro del alfa dejando caer pequeñas gotas de agua y frotando su piel con la yemas de los dedos. Sus ojos observando con admiración y en completo silencio a Hyunjin mantenerse con los ojos cerrados y el cabello rubio húmedo cayendo sobre sus hombros.
- Alfa, ¿se siente mejor?- Hyunjin no había vuelto a soltar ninguna lágrima, pero en ese momento parecía volver a quebrarse con la inocente pregunta del omega.
Abriendo los ojos se encontró con los ojos expectantes y temerosos. No pudo responder, en cambio sacando la mano del interior del agua y con suavidad agarrando el dedo del omega que aún se extendía hacia su rostro, apretujando la extremidad con cuidado.
Jeongin suspiro al notar los ojos del alfa comenzar a apagarse de nuevo, perdiendo su mirada en sus dedos tomando el suyo y sus orejas enrojeciendo.
En serio lloraría de nuevo.
- Hyung- murmuró bajito, asustado con lo rápido que el alfa descuidada sus emociones.
Hyunjin ni siquiera pudo esconder sus lágrimas con las gotas de agua, ya que estas caían con más intensidad y sus ojos se encontraban tan cristalizados por el llanto retenido.
Jeongin apretó los labios sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas cuando Hyunjin comenzó a sollozar.
- A-alfa, sabe que puede decirme que ocurre, no se guarde todo dentro suyo, si quiere llorar todo el día hágalo, estoy aquí para acompañarlo- Hyunjin tapo su rostro con la mano libre, sintiéndose demasiado idiota por no poder retener su llanto.
Pero no era nada fácil cuando el rostro de Changbin se aparecía en sus pensamientos.
- C-changbin, ese idiota...- Jeongin sintió su corazón detenerse al por fin escuchar a Hyunjin, su voz bastante ronca y quebrada y algo lejana al tener la mano cubriendo su rostro.
- ¿Qué ocurre con él?- pregunto, todas las posibilidades de que Changbin lo hubiera traicionado cruzando por mente.
Sin embargo, tan pronto como aquel pensamiento llegó a su cabeza desapareció al escuchar la versión completa.
- Ya no respira, hyung y-ya no respira por mi culpa...- Jeongin parpadeó intentando procesar lo que estaba escuchando.
Al final de todo, su corazón no parecía satisfecho hasta hacerlo temblar del dolor, y Jeongin también deseo llorar, su labio inferior tembló desesperado por desahogarse.
Pero si él volvía a llorar y era consolado por el alfa. ¿Quién consolaría a Hyunjin?.
Así que tragándose el llanto y las lágrimas se puso de pie, sin importarle que aún traía ropa se metió en la tina, haciéndose paso en medio de las piernas del alfa abrazo su torso casi estrujandolo, dejando que Hyunjin envuelva su cuerpo y vuelva a llorar en su hombro.
- L-lo siento tanto tanto, alfa. Estoy muy seguro que no es su culpa, hyung solo debe llorar por la pérdida de su amigo. Changbin hyung no querría que esté pensando así de usted mismo- Hyunjin sintió los dedos del omega acariciar su espalda, sintiendo como si esas caricias estuvieran aminorando los infinitos delitos que cometió su cuerpo, tan delicado y dulce.
Y luego sus labios, apreciando como el omega dejaba pequeños besos en la piel de su cuello, totalmente en silencio mientras Hyunjin soltaba un pequeño hipo a causa de las lágrimas retenidas.
Mientras el llanto comenzaba a detenerse gracias a la atención del omega, y el agua se enfriaba, Hyunjin solo podía pensar en que no deseaba soltar al omega nunca.
Solo teniéndolo ahí, entre sus brazos, sin que nadie pudiera hacerle daño mas que pasando sobre él.
+
Jisung observo sus manos en su regazo, la mansión estaba en silencio total, era como si el personal halla percatado todo lo ocurrido y se hayan escondido en lo más recóndito de la casa. La única mujer permaneciendo a su lado siendo Haesook.
- Y-yo...creo que me iré ahora. Estoy consciente que no podré hablar por un tiempo con el jefe y realmente no es necesario seguir aquí- Jisung se puso de pie, haciendo una leve reverencia ante la atenta mirada de la mayor.
- No tienes que hacerlo. Puedes quedarte e irte cuando hayas hablado con Hyunjin, lo que sea que le esté pasando, te aseguro que se recuperará con su omega a su lado.
- Lo sé. Sin embargo deseo no ser una molestia e incomodar, ya le comente que tengo como sustentarme, así que...- sonriendo levemente volvió a ofrecer otra reverencia-. Fue un placer, señora Kim, dé mis agradecimientos al jefe.
La mayor no pudo refutar nada más, sonriendo sin mostrar los dientes.
- Cuídate, Jisunggie.
El rubio no tardo en soltar un profundo suspiro al salir de la mansión, totalmente aliviado. Incluso él estaba por desesperarse de tantas emociones en una sola casa.
Acercándose a la reja sintió una leve tristeza, nunca había escuchado a un alfa llorar con tanto dolor. Era un idiota pero estaba tan aliviado de que el jefe tenga al zorrito, por alguna razón sentía calma al saber que no la pasaría tan mal, con lo que sea que le estaba afectando.
Saliendo de la mansión ignoro las miradas totalmente curiosas de los guardias, observando a metros suyo el asfaltado. Caminando unos metros encontraría una parada del bus, llamaría un taxi pero en medio del grandioso secuestro ni siquiera pudo tomar su teléfono.
Avanzando entre la fila de autos de los guardias se cruzó de brazos.
Pero antes de avanzar un poco más una fuerte bocina lo hizo chillar y saltar en su lugar totalmente asustado.
Girando hacia el auto que había producido la fuerte bocina estuvo preparado para comenzar a maldecir a quien sea que se tope.
Sus manos se apretaron en puños al encontrar una camioneta justo al frente suyo estacionado al lado derecho. Sus ojos conectando con la mirada oscura y fría del alfa Lee Minho mientras volvía a escuchar una bocina de su parte.
Sin pensarlo le levanto el dedo del corazón.
Sin esperar su reacción volvió a avanzar por el cemento con pasos rápidos. Sin querer admitir que su cuerpo se estremeció enterito al escuchar la camioneta encenderse detrás suyo.
Acelerando sus pasos observo de reojo el vehículo comenzar a girar e ir a dirección recta hacia él. Pero de igual manera lo intento ignorar totalmente orgulloso.
Sin embargo dos estruendosas bocinas lo hizo chillar de nuevo asustado, girando tembloroso casi cayó hacia atrás al encontrar el auto a solo centímetros suyo, volviendo a recibir la misma mirada fría del castaño.
Gruñendo golpeó el capo del auto con rencor, ignorando las miradas de los guardias metros suyo.
- ¡Animal!, ¿piensas arrollarme o que mierda?- quiso llorar cuando Minho hizo ronronear el motor y el auto dio una pequeña avanzada de golpe hasta chocar el metal contra sus rodillas.
Temblando y totalmente furioso rodeó el vehículo colocándose a un lado de la ventana del alfa y golpeó con fuerza del cristal ante la aburrida mirada del contrario.
- ¡Vamos, abre y te golparé el hocico, animal!- pero Minho lo ignoro.
En cambio apuntando el asiento a su lado.
Soltó una risa totalmente carente de diversión, soplando el cabello que caía sobre su frente en el proceso.
- ¡Prefiero besar el trasero de una vaca a subir contigo!- gruñó y volviendo a la acción de mostrarle el dedo del corazón volvió a caminar frente a la camioneta esta vez con los pasos mucho más rápidos.
Jisung aseguró que es alfa era el ser más idiota de la galaxia. Escuchando la camioneta avanzar detrás suyo y como un disco rallado la bocina ser tocado una y otra vez.
Deteniéndose se giro de golpe, ocultando lo mejor que pudo el temblor de su cuerpo cuando de nuevo el auto se detuvo rozando sus piernas. Con pasos fuertes y furiosos se dirigió hacia el lado derecho e intento abrir la puerta trasera, abriendo los labios incrédulo cuando sus ojos captaron el seguro ponerse de golpe y la puerta no cedió por más que estironeo de la manija.
Subiendo la mirada encontró la de Minho observándolo por el retrovisor, y sin parpadear lo volvió a ver apuntar el asiento a su lado.
Jisung trono sus dedos, daría tremenda paliza a ese idiota cuando subiera.
Estironeando de la manija con impaciencia espero a que el seguro cediera, apenas escucho el pequeño click se subió como animal escapando del zoológico y estrelló la puerta con fuerza.
Su cuerpo giro con violencia, encontrando la mirada del alfa ya tomo impulso para tal vez mínimo dejarlo la mitad del rostro morado.
Sin embargo se detuvo de golpe al encontrar los ojos del alfa más cerca, rojos e hinchados.
Apretando los dientes intento no mostrar su cambio de expresión.
Sin embargo Minho lo noto al instante.
- ¿No pensabas golpearme?, te veías muy decidido- su voz era apenas un murmuró, tan bajo y sereno que Jisung tuvo que recriminarse por el estremecimiento que le causó.
Chasqueando la lengua le dio la espalda colocándose el cinturón de seguridad.
- Aveces tengo compasión de animales como tú- decidió contestar, cruzándose de brazos.
Sintió que el alfa lo observaba unos segundos más antes de comenzar a avanzar esta vez como una persona normal y tranquila sin intención de arrollar a específicamente un omega rubio con personalidad sacada de una película de terror.
- ¿Puedes decirme a donde mierda vamos?. Por que si me llevas para matarme prefiero bajarme y que de una vez me atropelles.
Minho no respondió.
Apresando su labio inferior Jisung no intento controlar los gruñidos irritados que se escapaban de su garganta observando la ventana con tanto rencor que si eso fuera ficción y él un villano estaba seguro que el cristal se derretiría.
El alfa por otro lado aceleró, intentado llegar cuanto antes a su casa y alejarse mínimo tres habitaciones de ese omega. No se sentía para nada agradable disfrutar de su aroma tan dulce.
El camino termino siendo en silencio, Jisung sin ánimos de preguntar y ser ignorado y Minho simplemente sin ánimos de querer respirar.
El omega siguió en silencio al mayor cuando el auto terminó bien aparcado en el garaje. La casa era realmente bonita en su exterior, un jardín pequeño y bien cuidado, la casa solo era de un piso, sin embargo desde la entrada Jisung ya podía apreciar la extensión enorme de esta, debía tener mucho pasillos. Podía apreciar un poco del interior ya que esta se conformaba de paredes de cristal, sin embargo con barrotes en forma de equis contra estos.
- Sí asustas a mis bebés te pateare hasta la calle.
Jisung abrió los labios incrédulo, ¿tenía hijos?, ¿ese animal tenía pareja?.
Se sintió incomodo de un momento para el otro, sin entender su presencia en aquella casa.
Aun así siguió en silencio a Minho, observando con curiosidad las puertas abrirse delante suyo, un beta del personal ofreciéndole una reverencia. Jisung apenas pudo corresponder el saludo, siguiendo con duda al mayor por la casa, observando el gran salón con muchas piezas de cristales o de apariencia transparente, a Minho le debía gustar mucho lo elegante.
No tardo en detenerse de golpe cuando el alfa lo hizo, observando sobre sus hombros que estaban frente a una puerta deslizante de cristal, al otro lado se encontraba una habitación lleno de juguetes esparcidos en el suelo, almohadas de colores en el suelo y platos de comida para animales en el un extremo.
No tardo en horrorizase.
¿Alimentaba a sus hijos en platos de animales?.
Cien por ciento animal.
Abriendo la puerta Minho apunto al omega para que pase, rodando los ojos cuando avanzo a su lado con pasos torpes y dudosos.
- Te presento a mis bebés...
De pronto, con fuertes maullidos, tres felinos salieron del interior de pequeñas casas de tela de colores en el suelo contra la pared.
- Dori, Doongie y Sonnie.
Ohhh, sus bebés eran unos gatos.
Riendo por sus tontos pensamientos no se movió cuando uno de los felinos se acercó a él y comenzó a frotarse entre sus piernas, era de pelaje naranja con blanco, y en realidad eran dos, pero Jisung ya podía apreciar que uno de los dos era más naranja que el otro.
- Es Sonnie- señaló al gato que se frotaba en su pierna con fuerte ronroneos, era el de pelaje más naranja.
Agachandose froto debajo de las orejas del felino satisfecho al ser atacado con sus insistentes ronroneos.
- Bien, el jefe dijo que debo mantenerte seguro por unos días. Como ambos no podemos respirar en el mismo espacio te recomiendo evitar cruzar caminos conmigo. Mientras no nos matemos los dos salimos beneficiados, ¿de acuerdo?.
Jisung lo observo receloso, poniéndose de pie y cruzándose de brazos.
- ¿Y que se supone que haré aquí dentro?- Minho se encogió de hombros.
- No lo sé, ve televisión. Problema tuyo mientras no rompas nada, si lo haces te ataré al patio y pagaras tu deuda muriendo de hambre- Jisung jadeo indignado mientras Minho daba media vuelta y se acercaba a la puerta.
Volviendo hacia él apunto hacia afuera.
- Te llevare a tu habitación.
Pasando de él espero impaciente a que halague en susurros a sus gatos y cierre la puerta con toda la lentitud de la vida.
Siguiendo por el pasillo Jisung se encontraba con cuartos de ejercicio, comedor, una habitación enorme que no hacía falta preguntar para saber a quien le pertenecía, era una habitación más cerrada, con apenas un ventanal de vidrio en el techo, solo pudiendo apreciar el interior de la habitación gracias a que la puerta de madera se encontraba abierta.
Legaron hasta el final del pasillo, una puerta a la izquierda, otra en la derecha, y otra en el centro.
- Ya tienes un baño personal, pero por si acaso este es otro cuarto de baño- señaló la puerta en el centro.
Jisung observo el pequeño pasillo a un lado de la habitación izquierda, podía apreciar a través de los cristales que conducía hacia el patio trasero, uno muy bonito hasta incluso con una alberca.
- Elige una de las dos, no puedes ir a mí habitación, come lo que desees, no causes desorden. Adiós- Jisung abrió y cerró la boca mientras Minho le daba la espalda y se alejaba con pasos rápidos de él hacia el pasillo.
Y a metros suyo lo vio entrar a su habitación y cerrar la puerta de un portazo.
Más que indignado observo ambas habitaciones, decidiéndose por la izquierda ingreso con confianza, encontrando una cama matrimonial, mesitas de luz en cada lado, lámpara en ambas mesas, armario más grande que una fábrica, pilares grises y una cortina negra en un extremo de los cristales. A un lado de la mesita encontrando una puerta que al ingresar confirmo que se trataba del baño.
Suspirando Jisung opto por darse un baño para hacer literalmente nada.
Encontrando muchos buzos de colores entre grises, blancos y negros en el armario, también rompa interior y pantalones de marca que Jisung aprovecharía hasta para hacer un nido, era como dormir con celebridades.
Dándose una relajante ducha se encargo de lavar bien su cabello y refrescarse con los agradables aromas del jabón.
Saliendo más que refrescado se colocó una sudadera blanca y shorts del mismo color, cómodo termino por lanzarse sobre la cama, estirándose sobre el gran colchón termino en forma de estrella de mar observando el techo blanco.
Estaría mintiendo si dijera que los ojos rojos e hinchados de Lee Minho no le atormentaban a cada minuto.
¿Por qué todos los alfas se ponían tan sensibles justo ese día?. Si Jisung hubiera sabido lucharía hasta el final y no se hubiera subido al coche. Jisung odiaba que su presencia sea una molestia, y estaba más que seguro que cuando un alfa necesita desahogarse, no quería la presencia de otra persona que no fuera su omega.
Y si no hay omega, no hay gente.
Y Jisung era gente, una persona entrometida en la casa que no le pertenecía.
Con un bufido derrotado Jisung se puso de pie. Realmente moría de hambre, debía haber pasado ya tiempo de la hora de almorzar.
Saliendo de su habitación camino por el pasillo con cautela, pasando de la habitación del alfa ignoro con todas sus fuerzas el aroma extremadamente encantador que salía del interior, por que Jisung no iba a mentir, ese alfa olía tan bien, a ciruela y acogedora madera.
Y el amaba la ciruela, pero odiaba a Minho.
Llegando al comedor se alivio de que este esté dividió con la cocina y no debía cruzar otra puerta más. Acercándose al frigorífico no pudo evitar remojar sus labios, en ese refrigerador había más comida que en un super mercado.
Con felicidad se preparo una exquisita merienda de licuado de fresas y leche, hizo tostadas y encontró un pote de mermelada la cual coloco todo en la mesa y se dispuso a digerir contento y complacido.
Cuando en la jarra apenas sobraba para un vaso, Jisung se planteo si dejar la mala educación con el mayor y llevárselo para poder tener un aperitivo de la tarde.
Sin embargo recordó que Minho le prohibió acercarse a su habitación y se le pasó, e incluso insulto internamente al alfa por ser tan extraño.
Encargándose de lavar los utensilios utilizados se seco bien las manos y regreso saltando hasta su habitación. O almenas eso intento, quedándose en medio camino paralizado e incluso intentado silenciar su respiración para apreciar mejor aquellos pequeños lamentos.
Su cuerpo giro plantado frente la habitación de Lee Minho al escuchar el llanto provenir de adentro.
Jisung volvió a dar media vuelta, no era de su incumbencia, no tenía derecho a escuchar lamentos ajenos a escondidas, si Minho lo viera muy probablemente lo mandaría al país vecino de una patada.
Dando unos cuantos pasos sintió que toda la fuerza que utilizo para alejarse se agotaba al apreciar aquel aroma amargo, e incluso si podía apreciar al alfa intentando acallar sus sollozos, no era cosa fácil cubrir el aroma, no cuando las emociones juegan en tu contra.
Volviendo los pasos que había avanzado observo con el ceño fruncido la habitación, deseo golpear a Minho por hacer que se preocupe y que su corazón se estruje feo.
Acercándose observo por unos eternos segundos la puerta, para finalmente dar pequeños golpes en la madera.
Y luego de unos segundos quedarse paralizado del arrepentimiento.
¡¿Qué diablos hacía?!.
Por un momento espero que Minho le abra la puerta y se arroje a sus brazos para ser consolado. ¡Pero hablaba del animal!, para la única cosa que se arrojaría sobre él es para hacerlo pedacitos por desobedecer e ir a su habitación cuando le ordenó que no lo haga.
Jisung apretó las manos en puños cuando el silencio lleno la casa entera, ni un pequeño lamento o un fuerte insulto.
- ¿Qué haces ahí?- sus ojos se abrieron en grande al pequeño susurro al otro lado de la puerta, un pequeño murmuró con la voz rota.
Solo por una vez, Jisung sería amable por una vez por que el alfa se lo merecía. Estaba pasando un mal momento, el omega se convenció.
- ¿Sabías que la miel ayuda a conciliar el sueño?.
Era la miel con leche, pero que más daba, un poco de dosis de miel no afecta en nada.
Jisung se preocupo cuando los segundos pasaban y el silencio estaba presente al otro lado de la puerta. Prometió huir si pasaba un segundo más, eso era vergonzoso y tonto.
Sin embargo la puerta frente suyo cedió.
Escucho pisadas en el interior, así que con cuidado abrió un poco más la puerta para deslizarse adentro y cerrarla detrás suyo. La habitación estaba en total oscuridad, Jisung tuvo que parpadear para intentar ver algo con ayuda de la luz que se filtraba del ventanal de vidrio.
Sus ojos se detuvieron en la cama, observando con algo de dificultad el pequeño ovillo que soltaba lentas respiraciones.
Era Minho, muy seguro intentando controlar su llanto y su respiración.
Con sigilo se movió por la habitación, ni sabia realmente lo que hacía, no entendía por qué estaba ahí, que demonios le ocurría para interactuar en un nuevo enemigo alfa, pero Minho tampoco se quedaba atrás, le había abierto la puerta, luego de prohibirle ingresar él mismo la abrió.
Así que no era uno, sino ambos actuando de forma extraña, pero solo por esa noche.
Llegando al borde de la cama Jisung subió, era una cama verdaderamente enorme, el colchón era tan blando que sentía que podía dormir eternamente una vez cierre los ojos.
Gateando hasta la cabecera Jisung apoyó la cabeza en una almohada, su rostro se calentó con lo fuerte que le golpeaba el aroma del alfa en esa posición, se contuvo para no ronronear, era vergonzoso, demasiado.
Sus ojos captaron la cabellera de Minho, casi totalmente escondido bajo las sábanas, tan cerca suyo, a sólo centímetro, ambos, compartiendo cama.
Tomando aire intento concentrarse.
- Uh, ¿no puedes dormir, cierto?- ambos sabían que no era así, lo que Minho no podía es dejar de llorar, y esas palabras solo eran una excusa.
Minho no respondió, el omega lo escucho sorber la nariz, y podía sentirlo, pequeños temblores cerca suyo, y el aroma a tristeza haciendo una bolita de papel a su corazón.
Cerrando los ojos Jisung busco no arrepentirse.
Apoyándose en su codo observo sobre el hombro del alfa, notando que efectivamente había un gran espacio frente suyo para que su cuerpo pueda caber con normalidad.
Oh Jisung, ahora cabarás tu tumba.
Deslizándose sobre el cuerpo del mayor lo sintió tensarse de golpe, pero Jisung no cedió, si cedía se iría corriendo de ese planeta y no estaba preparado para gastar tanta energía.
Su cabeza cayó sobre la misma almohada que el alfa, tenía su rostro justo frente al suyo, simplemente la tela de las sábanas separándolos. Pasando saliva Jisung tomo las sábanas e intento tapar también su cuerpo, se sentía como un omega adolescente hormonal cuando su corazón hizo una carrera de latidos al sentir el calor del cuerpo del alfa.
Era jodidamente cálido.
- L-la miel te ayudará a dormir, ¿bien?.
No espero una respuesta real, levantando lentamente de la sabana que cubría el rostro del alfa.
Sus mejillas ardieron al encontrarse con los ojos contrarios, brillantes a causa de las lágrimas, y agradeció infinitamente a que la luz se encuentre apagada, no se atrevería a mostrar su rostro ruborizado a ese alfa, jamás.
Jisung paso saliva, dios estaba que se desmayada de los nervios.
- Permiteme solo esta vez.
Minho no refutó, no lo hizo cuando el brazo del omega se deslizó debajo de su cabeza, atrayendo su rostro hasta su cuello y llenándose completamente de aquel aroma dulce de la miel, empalagoso pero le gustaba tanto, sus ojos irritados de tanto llanto mientras cedía a aquella muestra de ayuda, no le importaba con qué intención lo hacía el omega.
Se sentía demasiado bien, y además de retener el llanto, también le había relajado el cuerpo, sintiendo sus ojos cerrarse ante la atmósfera relajante y cálida.
Y aunque solo seria esa noche, Jisung dejo que su corazón enloquezca cuando Minho se aferró a su cintura y se quedó totalmente dormido respirando tan peligrosamente cerca de su nuca.
Para los que preguntaron sobre las edades de Jeongin en el cap pasado, es por que me guíe en las edades en Corea, Jeongin tiene 22 allá así que es por eso que puse 22. Realmente olvidé que había puesto 20 en un principio ㅠㅠ, al igual que Hyunjin, tiene 23 años pero yo había puesto 21, disculpen mi error <\3
Cualquier duda ya saben, puedes preguntar.
Tengan una linda noche <3
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