╾ ⚘ ❛ delirios de la comunicación » osamu x oc
╰ 🥃 Dazai x oc.
mundo canon.
❝¿Realmente eres tú?❞
Ren miró su celular por décima vez desde que salió de la ducha, intentando aguantarse en presionar la pantalla. Sus ojos no dejaban de pasarse entre los números y el nombre que citaba el dispositivo. ¿Debía hacerlo? ¿Podía hacerlo? Dudaba tener el coraje suficiente para poder marcar. Suspiró con pesadez, dejando el celular a un lado de la cama, meditando si era buena idea o no, después de todo, había sido unos largos dos meses en el que decidió dejar ir todo.
La falta de comunicación era bastante peligrosa, al menos eso había oído en diversos programas que llegó a ver momentáneamente cuando pasaba por canales o dejaba el televisor encendido; también lo escuchó por algunas amigas de la universidad, cuando estas quejaban por el corte de sus relaciones. Dicen que por experiencias ajenas las personas no aprenden, por eso ahora ella lo sabía, pues ese dichoso problema había florecido en su relación y la había cortado en dos. ¿De quién podía ser la culpa? ¿De ella? ¿O de su pareja? ¿Siquiera ellos tenían la culpa? Fuera de ese mínimo detalle, ambos estaban bien, al menos así lo notaba y estaba segura que él también.
Muy en el fondo, Ren sentía que era su culpa. Si tan solo no hubiese preguntado si su novio seguía siendo el mismo, no hubiese pasado nada, ambos estarían juntos, sonriendo y tonteando como si nada... ¿verdad?
No tenía ni idea de cómo había conquistado a Dazai, tampoco en qué momento habían formalizado su relación de tal forma en la que se dijesen "novios". Ninguno era de esos de confesiones, muchos menos el castaño. Y es que él era tan complicado, había veces que no sabía en qué pensaba o qué quería, pero solo se dejaba llevar por sus sonrisas y jugadas.
❝¿En verdad te conozco?❞
Otro suspiro escapó, dramatizando aún más el ambiente que ella sentía. Quería volver con él, ignorar sus propias palabras y establecer un nuevo comienzo más lindo para ambos. A lo largo de los que parecían ser incontables días, había extrañado con fervor al detective. Se acostumbró tanto a su persona, que se le hacía imposible pensar que no estarían de nuevo.
¡Solo fue un pequeño descuido! ¿Cierto? ¡Podían volver a intentarlo! Tenían la experiencia ahora y la evitarían. Ren tomó su teléfono, decidida a marcar, hasta que un ligero, pero muy importante detalle surcó su mente, esfumando su ilusión con su paso.
¿Osamu quería volver con ella?
La duda le volvió a llegar, porque sin saber lo que él pensaba, no podía actuar. Suspiró, dejando caer el celular en su pecho, desistiendo por ese día.
Ren fue invadida por la nostalgia y el remordimiento. Ya teniendo su fatídica situación, solo quedaba un lado arcano a todo. Osamu Dazai, ¿qué pensaba él al respecto? ¿Le daba igual? ¿Poseía el mismo sentimiento que ella?
Quizás, pero nadie realmente entendía la mente de ese hombre, mas daño no hacía averiguar la situación de esa otra parte afectada. Aunque... ¿podía llamarse "afectada"?
El detective hallábase, a vista de sus compañeros, con una mayor manía por querer suicidarse. Kunikida ya había perdido la cuenta de cuántos suicidios había interrumpido a lo largo de los dos meses. ¿Por qué? Él pensaba que finalmente se había terminado de volver loco. Pero, ¿qué ocurría en verdad en el maniático suicida? Perder sus ganas de vivir ya era mucha exageración, no obstante, esa era su forma de hacerse ahogar en su miseria.
¿Qué podía representar eso para él? Si bien esos conceptos no iban con su persona, podía decir que le había agarrado gusto a su relación. Tener compañía, alguien que le dedique palabras de apoyo, con el que poder ignorar su realidad y sentirse bien. Para Osamu era más hacer que hablar, gracias a eso, todo se fue a la borda.
Ren tuvo la desdicha de haber querido comenzar algo nuevo cuando Dazai no estaba de humor para juegos de parejas. Lo que pareció una idea para afianzar su relación, comenzó a ser un cuestionamiento constante de si realmente lo conocía, trayendo una discusión inminente.
—Dazai... ¿Yo te conozco? —Fue lo primero que soltó en el momento en el que sintió que este estaba ignorándola y todo lo que creía conocer se estaba desmoronando.
Ren, al intentar buscar respuesta a cosas personales del hombre, se daba cuenta que no sabía nada de él. Pensaba y pensaba, mas su mente en blanco se hallaba, fomentando el susto y decepción de ver si su relación de verdad estaba sostenida en confianza y apoyo mutuo.
—Ren, claro que me conoces —contestó, forzándose a sonreír—. No te preocupes por cosillas.
Eso fue solo un detonante para los próximos conflictos. La fémina, teniendo la semilla de la duda en su cabeza, comenzó a querer saber más de su pareja, al punto de casi querer obligarlo a hablar, provocando que este se colocara a la defensiva. Poco a poco, lo que se suponía que era su relación, se desintegró cuando ella misma cortó todo ante la frustración de sentir que se relacionaba con un desconocido por costumbre y necesidad.
Sabiendo qué había pasado, la cuestión era: ¿él quería seguir?
¡Por supuesto! Aunque, quizás no sea la forma ideal de volver. Si había algo que le interesaba, era esa compañía de la cual podía sentir un complemento calmo, donde los pesares de sus días no lo atormentaran por un rato. Solo quedaba esperar a que las necesidades no puedan oprimirse más.
El viernes por la tarde, Ren había caminado entre arrepentimientos y vacilaciones hasta el edificio de la agencia, en busca de resolver lo que su injustificada tontería, había arruinado. Cada escalón que subió hasta llegar a la oficina, fueron recordatorios del por qué deseaba volver, pero una vez frente a la puerta, le dio una variedad de nervios inefables, mas ya era muy tarde como para devolverse. Tocó la madera que impedía su paso hacia su destino, la cual fue abierta por Naomi, quien sonrió alegre al verla.
—¡Ren! Qué bueno verte —saludó, haciéndose a un lado para que la castaña pudiese pasar—. Si vienes a buscar a Dazai, está en el sillón.
—Muchas gracias, Naomi —agradeció, sonriendo mínimamente, inclinando su cabeza con educación.
Naomi asintió alegre, devolviéndose donde antes estaba, dejando sola a la muchacha, quien se quedó quieta en su lugar, pensando con detenimiento antes de encaminarse al espacio cerrado donde se hallaba el sillón y, sobre este, su ex novio.
—¿Ren?
Aunque, tal parecería que no tenía la necesidad de ir en busca de él. Osamu se hallaba de pie a cierta distancia de ella, con sus ropas arrugadas por estar dormitando y su cabello alborotado. Inspiró un poco, acercándose a él, dejando salir el aire retenido por sus labios es un jadeo nervioso. Lo observó de cerca, sin saber qué decirle ni cómo saludarlo sin sentirse incómoda. Apenas y podía mantenerle la mirada, porque el arrepentimiento parecía jugarle en contra. Para rematar, el varón tampoco parecía tener el amago de hablarle, solo esperar en silencio.
¿De verdad debía ser tan complejo?
Movió sus labios, intentando decir algo, pero solo brotó aire de estos. Su corazón retumbaba y en su estómago los nervios cosquilleaban maliciosos. Ante su carencia de voz, se dio cuenta que había sido muy mala idea buscar a Dazai en su trabajo, pero qué iba a hacer, no iba a desaprovechar la única oportunidad en el que la valentía se adueñó de ella.
—¿Tienes un momento? —Logró articular en un murmullo, viéndolo con nerviosismo reflejados en su grisáceo mirar.
Agradecido fue el momento en el que él sonrió y se dispuso a seguirla, sospechando por donde iba su actuar tan entorpecido.
Una vez afuera y un poco alejados de la puerta, Ren lo abrazó, sin hallar una manera más apta para comenzar esas cosas que sentía desde que rompieron. Sus brazos se cruzaron por la espalda de su amado, pegando su frente al pecho ajeno, cerrando los ojos para hallarse más calma. Las manos vendadas, con delicadeza experimentada, colocó sus manos en la cintura de la fémina.
—Lo siento —susurró, sin deseos de alzar el rostro para verle aún—. Yo... Ni siquiera supe qué hacía. Debí respetar tu decisión y no haber insistido. —Tomó una pequeña pausa, acumulando el valor para mirarlo a la cara—. Quisiera volver a intentarlo. En verdad te he extrañado mucho.
En una señal de fortuna para la fémina, Dazai delineó su mejilla, sonriéndole con gracia, inclinándose un poco para tratar de igualar su altura.
—Oh Ren, eres tan adorable —halagó, deslizando sus dedos en el pómulo ajeno, sonriendo—. Yo también te he extrañado mucho. ¡Ni te imaginas! Así que gustoso también me gustaría volver a intentarlo.
Osamu miró el rostro de la joven, apreciando su cara de ilusión y alivio cuando pronunció aquello último, dándole el pase seguro a unir sus labios en un necesitado ósculo, abrazándose más a ella cuando su pecho aclamaba un poco de aire.
—Ah, Ren, te he extrañado tanto, que en estos momentos es impensable separarme de ti —confesó dulzón, tomando la mano ajena—. ¿Qué tal si voy a tu casa en este mismo instante?
—Estás trabajando, no creo que deberías. —Pese a que tampoco quería separarse, aún quedaba un atisbo de responsabilidad en ella.
—Shhh. Las reconciliaciones se deben celebrar. ¡El trabajo no es una celebración! —exclamó, conduciéndola hacia el camino que él quería—. ¡Vamos! ¡Vamos! Verás que será divertido.
Felicidades, Dazai. Tus momentos de distracción habían vuelto de la mejor manera posible.
bien—
comenzaré diciendo que
este es el primer pedido que
se hizo en todo el libro ✨
de mano de mi queridísima
Wen.
acá lo mismo, que dije en su
momento, honey, una disculpa
por la ridícula tardanza y el posible
de desorden que hice al mezclar tonos,
jsjsjs. pero ni en caso, espero que
te siga gustando 💕
━━WHISKEY PEDIDO POR
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