Kana ya se encontraba sana y salva, sentía que todas sus fuerzas habían vuelto a ella y sus heridas habían desaparecido.

—Kana, ¿ya estás bien?—pregunto Erza.

—Si, ya estoy recuperada.

—El maestro esta en la sala, hay algo que quiere decirnos. Pero puedes descansar si quieres aquí, no es necesario que vengas—comento.

—Iré, estoy mucho mejor—dijo enseñando el músculo de su brazo en señal afirmativo.

Cuando salieron por la puerta, la joven pudo ver a todos allí reunidos. Makarov se servía una gran jarra de cerveza mientras Mavis se encontraba encima de la mesa ante los murmullos de todo el mundo.

—¡Kana!—llamo Levy que se encontraba junto a Wendy y Lucy.

—Escuchen todos—la pequeña capto la atención de todos mientras poco a poco los murmullos iban descendiendo el volumen hasta  desaparecer—bien, ahora les contaré sobre mi pasado y como...conocí a...Zeref—anunció.

Para ello, les contó como conoció a los primeros magos del gremio que fundó así como todos supieron que desde sus inicios, Fairy Tail ocasionó muchos destrozos. Aunque la parte más triste para ellos fue como murió el padre de Makarov así como tuvo que admitir que por su magia, murió su madre tras darle luz.

Y después les contó, para su sorpresa, como el mago oscuro creo a Natsu y a los demás demonios para tratar de matarse ya que él era incapaz. El más sorprendido fue Gray que sintió como aquellas palabras le pesaban mucho. Resulta que Natsu, su mejor amigo y Zeref, su peor enemigo eran hermanos. ¿Cómo iba a ser capaz de matarlo para no dañar a su amigo?.

—Pero hay otro problema. Natsu se marcho para salvar a Kana, esta con su hermano para volverse muy fuerte y hacer frente a...Acnologia—aquella palabra produjo un gran escalofrío recorriendo la espalda de los presentes.

—Zeref es inmortal, ¿porqué no lo derrota él mismo?—pregunto Gajeel.

—Por una sencilla razón, Natsu tiene magia para matar dragones. Además, si vence a alguien tan poderoso como el dragón de la oscuridad, podría ser capaz de matarlo a él después.

—¿Y qué podemos hacer?—el viejo se sirvió otra jarra.

—Necesitamos pensar en un plan. De momento, entrenen y hagan misiones para aumentar sus habilidades...eso también va por ti Nab.

Todos asintieron, tenían que ayudar a Natsu. Cada uno de los magos se fue a hacer misiones o a las afueras a aumentar su nivel de poder. Kana fue llamada por Mavis.

—Tengo que hablar contigo de algo, vayamos al patio—dijo ella levitando.

Una vez en el lugar, Kana se preguntaba el porque ella.

—Creo que eres la maga que más deseos tiene de ayudar...¿no?.

—¿Porque lo pregunta?.

—Porque sientes algo por él, ¿no es así?—dijo con una sonrisa.

Ella dio un grito.

—¿Qué?, ¿yo?, ¿como?, ¿algo por Natsu?—pregunto muy nerviosa y roja.

Mavis le mostró algo parecido a una gema.

—¿Qué es esto?.

—Con esto...te convertirás en la dragon slayer de fuego...como Natsu. ¿No sería bonito compartir amor y mismo poder?.

—¡Una mierda!—grito tirando lejos la piedra ante la mirada de Mavis.

—¡Idiota ves ahora mismo a recogerla!—Makarov de un puñetazo la mando volar.

—Buaaahhhh—lloraba la joven.

—Primera...

Kana fue a parar justo donde la piedra que relucía con luz propia. Al tocarla, esta se incrusto en su cuerpo y ella comenzó a sentir como aumentaba la temperatura. Sentía un gran poder emanar de ella y tras dar un pequeño grito, unas llamas la envolvieron.

—Así que...ahora soy una dragon slayer—susurro viendo sus manos envueltas en llamas.

Aunque a diferencia de Natsu, están tenían un toque más anaranjado.

Continura.