Ya habían transcurrido las tres horas y Natsu se encontraba frente a frente con el mago oscuro quien mantenía ese aro de tranquilidad en su rostro.

—Muy bien Zeref, ¿qué quieres de mi?—estaba preparado para luchar en cualquier momento aunque sabía que le costaría mucho, tal vez no lo podría contar.

—Estoy aquí para que me ayudes.

El chico se relajo unos instantes, era muy extraño su actitud.

—¿A qué?, ¿a matar a gente?.

—Solo matarás a dos personas...a Acnologia y...a mi—Natsu sintió un escalofrío cuando escucho pronunciar aquel nombre.

—¿Ac-Acnologia?.

—No temas...no te haré daño. Ven conmigo y te lo explicare todo—dijo tendiendo su mano.

Mientras tanto, en el gremio Wendy aplicaba el tratamiento y los fármacos que Natsu le había dado horas antes. Aunque estaba preocupada porque el aura de su amigo mostraba nerviosismo.

—Natsu...Natsu—murmuraba la joven adormilada.

—¿Qué ha ocurrido con el enemigo?—pregunto Makarov.

—Ha sido destruido.

—¿Y Natsu?.

—No lo sé, dijo que tenía que hacer unas cosas—respondió ella cabizbaja.

El gremio se encontraba vacío en esos momentos ya que todos estaban ayudando a las personas a poder rehacer sus hogares y arreglar el estropicio. Mavis en su forma fantasmal apareció ante el maestro.

—¿Primera?—estaba sorprendido.

—Tengo que comunicarles algo, reúne a todo el gremio—comento seria.

Luego miro por la ventana en dirección a la lejanía.

—Zeref...—pensó mientras aumentaba su preocupación.

El mago oscuro traslado a Natsu a un lugar remoto, el dragon slayer no sabía donde estaba, pero aquel lugar...tenía que estar muy lejos de Fiore para no detectar ninguna energía de su amigo. Se trataba de una pradera con una gran cabaña cerca de ellos.

—¿Donde estamos?.

—En mi casa, lejos de Fiore. Aquí solo estamos tu y yo, puedes encontrar fruta y animales que cazar si necesitas comer—una brisa paso cerca de ellos, era todo real, no era una ilusión.

—Dime entonces que tengo que hacer.

—Natsu...eres mi hermano pequeño—el joven se quedo de piedra al escucharlo.

—¿Qué?, ¿acaso te has vuelto loco?.

—No, verás...—el joven comenzó a explicar como murió y le devolvieron a la vida a través del libro END, libro que siempre lleva consigo.

El dragon slayer apenas se sentía con fuerzas para poder asimilar tanta información, sentía su cuerpo pesado y su respiración era cada vez más fuerte. Su cuerpo estaba sudoroso y sentía mucho calor.

—Es la verdad que tienes que asimilar...Natsu Dragneel...o debería llamarte...Etherias Natsu Dragneel—el mago solo sonreía.

Natsu se agarró la cabeza con las manos, aquello no podía ser real, ¿acaso era una ilusión?, pero era demasiado real. Aunque comprendía ahora muchas cosas.

—Tomate tu tiempo—dijo antes de entrar a la cabaña.

El joven lloró largo y tendido, no entendía muy bien porque, solo necesitaba soltar todo lo que su cuerpo sentía. No supo cuanto tiempo estuvo allí, pero fue un buen rato. Escucho la puerta y Zeref se acerco, lo único que vieron sus ojos fue una botella de agua.

—Gracias—dijo sin mucho animo.

Sentir el frescor del agua bajar por su garganta le hizo sentirse mejor, aunque estaba empapado de sudor.

—Vamos dentro, descansa hasta que te veas con fuerzas para empezar con mi plan—usando su magia le hizo levitar y lo metió en el interior de la cabaña.

Muy lejos de allí, en el interior de una montaña, un pequeño pájaro echo a volar deslizando una pequeña roca que se colo por el interior de esta haciendo un ruido sonoro. En la oscuridad, unos ojos se abrieron.

—La humanidad...llegará pronto a su fin...huelo a...dragón.

En el próximo capítulo: ¡Kana, la dragon slayer de fuego!

Continuara.