Natsu la zarandeo unos instantes, el pulso de ella era cada vez más débil.

—¡Kana!—el joven con las manos manchadas de sangre trataba de frenar la hemorragia.

Una voz se escucho en ese momento.

—¡Natsu-san!—alguien se acerco.

—¡Wendy!—se alegraba de verla allí en ese momento, era justo a quien necesitaba.

—¡Kana!—Erza se aproximo y apretó los puños al verla en aquel estado.

La pequeña enseguida uso su magia para dar los primeros auxilios y cerrar la herida. Era tan grave que solo pudo hacer eso, necesitaba llevarla al gremio para poder atenderla y usar su magia sin que nadie la molestase.

—Erza y Wendy, llevaos a Kana...yo me ocupo de esto—en su tono se apreciaba que se aguantaba la rabia mientras crujía los nudillos.

Ellas asistieron y se marcharon con cuidado de no hacer daño a Kana. Nasu ahora miro al oponente que tenía enfrente, su cuerpo había cambiado al de un demonio, ya no era humano.

—Vas a lamentar todo el daño que has provocado.

Este solo esbozó una sonrisa y se abalanzo sobre Natsu mientras movía su brazo para tratar de desgarrar a este. El dragon slayer se deslizó a un lado y con una patada envuelta en llamas golpeo el cuerpo de este. Pero apenas lo sintió.

—Chss...¡maldito!—ahora utilizando su puño enrabietado golpeo en el rostro y mandándolo volar.

El enemigo se levanto como si nada y solo esbozaba una sonrisa burlona.

—¡Lamentarás haber dañado a Kana!—grito dando un salto en el aire y cargando un ataque—¡Rugido del dragón de fuego!—una enorme llamarada fue a dar a este que solo se cubrió con sus manos.

Mientras tanto, una presencia no muy lejos observaba todo el combate. Al principio su cara esbozó una gran sonrisa, pero luego cambio a una triste.

—Aún no eres fuerte...Natsu...

El joven se acercó ahora a lo que una vez fue un humano e impacto numerosos puñetazos con poder mágico. Poco a poco iba ganando terreno y ahora si parece que le duelen los golpes haciendo que este suelte un gruñido.

Entonces se revuelve y de una patada manda a Natsu volar unos metros aunque usando sus pies se apoya en una pared para impulsarse y envolver su cuerpo en llamas para golpear al enemigo que ahora es quien sale disparado.

—¿Qué te ha parecido eso?—pregunto este.

Un pequeño temblor seguido de un gran rugido emergió cerca suya, ahora estaba furioso. Ambos se fueron acercando dando pequeños pasos pero que sacudían la tierra.

—Tengo que acabar con esto—pensaba Natsu, necesitaba ver como estaba Kana.

—Bien, creo que ya es suficiente—interrumpió una voz.

—¿Quien eres?—pregunto el dragon slayer. Pero se dio cuenta enseguida—¿Zeref?.

El mago oscuro no dijo nada, seguía con su sonrisa habitual y su presencia calmada.

—Desaparece—de un chasquido hizo desaparecer al monstruo que solo dio unos alaridos de dolor.

Natsu trago saliva y observo en silencio.

—¿Qué haces aquí?.

—He venido a ver como los que intentan matarme crean demonios poderosos. Pero creo que por fin llevare a cabo mi obra maestra...y tu formas parte de ello...Natsu...

—¿Yo?.

—Si deseas salvar a Kana tendrás que venir conmigo. El ataque de antes ha sido muy doloroso, pero si vienes conmigo la salvare...

El joven no decía nada.

—Esta bien...si salvas a Kana...iré contigo.

Zeref solo pudo asentir tranquilo y sereno, saco una botella con un líquido azulado. Se lo paso al joven.

—Dentro de 3 horas en la entrada de tu casa....no faltes—una brisa se levanto provocando una capa de polvo cubriendo al joven. Cuando se aclaro el lugar, Zeref ya no estaba.

Continuara.