Especial Navidad



Tengo que decir que después de este capítulo quizás tarde un poco en actualizar esta historia, hay muchas que se me están quedando atrás y muchos pedidos, prefiero ir sacando estos últimos de forma un poco mas constantes, porque si no jamás vana a ver la luz a este paso :v.


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Era navidad, la mejor época del año para algunos, un asco para otros.

En el caso de la familia Kinomoto era un época alegre llena de comida deliciosa y unos cuantos días en familia, al menos los días que tenían todos libres.

Era también la época en la que Harry echaba de menos la cantidad de fiestas que había en Inglaterra para ese momento, en Japón era poco menos de dos días en los que todos podían estar juntos sin que los trabajos de los dos mayores interfirieran con las fiestas.

Ahora bien, Harry esta en una misión; Conseguir los regalos de navidad para su familia.

Después del incidente de hace unas pocas semanas, casi no había podido ni moverse de casa sin que tuviera una chaperona que lo acompañara a todos lados por si acaso.

Lo entendía, pero era estresante.

Entonces había decidido escaparse en un descuido de sus dos hermanos cuando estos se dirigían a sus actividades de club correspondientes en su ultimo día de clases antes de las vacaciones, había dicho que iría directamente hacia casa, pero todos sabemos que eso no iba a pasar.

Había agarrado esta mañana sus ahorros del año para poder conseguir las cosas que quería regalar a su familia, y nadie iba a impedirlo.

Llegando a la zona comercial enseguida fui hacia la tienda que había visto hace unos días, no tenía mucho pero sabía que mi familia preferiría algo que hiciera con mis propias manos a no algo comprado.

 Comprando los materiales y pagando por ellos, estaba en la puerta para salir cuando me di cuenta de que había una estúpida tormenta de nieve absurda fuera.

Era tan fuerte, que la gente dentro de la tienda no podía salir.

Oh mierda.

El problema fue cuando las horas iban pasando y la tormenta no paraba, las quitanieves habían pasado sin descanso por las carreteras, pero se estaba haciendo tarde y sabía que si por algún casual alguno de mis hermanos había llegado a casa o, incluso mi padre y no estaba ahí para cuando llegaran iba a estar castigado hasta el día que me muera.

Era arriesgarse en la nieve o esperar el castigo.

No por nada había sido un Gryffindor.

Armándose de valor salió de la tienda aunque el dependiente había intentado evitar que saliera solo y había seguido caminando por las calles con gente corriendo para llegar cuanto antes a sus casas y las maquinas quita nieve pasando lo mas rápido que podían.

El problema llego cuando a la zona residencial donde vivía, las maquinas quita nieve pasaban menos seguido por esa zona, demasiado ocupadas intentado que el núcleo urbano no colapsara por la nieve en las carreteras, por lo que era en ese momento que estaba odiando ser tan bajo, era extremadamente difícil caminar cuando la nieve te llegaba hasta los muslos, y, si no fuera poco se estaba congelando de frío, por suerte sus compras las había metido en su mochila, si no sería mucho mas difícil el poder caminar.

Resoplando mientras miraba muy mal a su obstáculo mas formidable en este momento, no noto cuando una persona se le acercaba por detras.

Era una mujer de kimono blanco, pelo blanco y unas joyas azules en el cuello y en su frente.

Notando algo extraño en el ambiente se giro rápidamente para encarar a una de las creaciones de su antiguo esposo.

-¿Nieve?.- dijo perplejo ante este acontecimiento.

Aunque bueno, ahora que lo pensaba, el que de golpe hubiera una tormenta de nieve ahora tenía mucho mas sentido.

Asintiendo y sonriendo ligeramente, dicha mujer empezó a brillar hasta convertirse en su forma de carta, la cual acabo en las manos de Harry quien estaba estupefacto.

Suspirando metió la carta en su mochila y siguió su camino mientras veía como empezaba aclarar y salir el sol poco a poco.

Llego a su casa y por supuesto los demás integrantes de la casa tenían que estar allí frenéticos cuando se dieron cuenta de que no había llegado antes de que empezara la tormenta de nieve.

Sin darse cuenta su hermano mayor se había caído junto con él cuando estaba saliendo por la puerta, muy seguramente para ir a buscarlo, mientras escuchaba a su padre decirle a su hermano mayor que esperara que irían los dos juntos por si acaso la tormenta empezaba de nuevo.

-¿Hari?- su hermano había dicho antes de abrazarlo fuertemente, extremadamente preocupado como estaba por su hermano pequeño no le importaba ya el que hubiera llegado tarde, si no el que estuviera bien y ha salvo junto con ellos de nuevo en casa.

-Siento llegar tarde Toya, pero la tormenta hizo imposible el que pudiera volver antes- dije pensando en las mil y una escusas para salir de esta.

-¿Donde estabas Hari?, ¿sabes lo preocupados que estábamos?- dijo esta vez mi padre, mientras me abrazaba fuertemente al igual que había hecho mi hermano poco tiempo antes.

-Me distraje con las luces y antes de darme cuenta, estaba perdido en medio de la ciudad cuando empezó la nieve- dije apenado.

Suspirando resignados por mi poco sentido de la orientación, me dejaron entrar y enseguida fui a cambiarme de ropa, donde después de bajar me esperaba una taza de chocolate caliente y unos rollos de canela para disfrutar junto al resto de la familia.

Al parecer me había librado de la bronca que estaba seguro en otro memento me habría caído sin dudarlo un poco.

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