Maratón 1/3 

— Capítulo 16 - "Sanbi"

(Narra Mei)

— ¡Kuchiyose no Jutsu! —exclamé, luego de haber colocado mi sangre en mis palmas y haber hecho sus respectivos sellos.

En medio apareció un enorme tigre de bengala, igual de hermoso que antes.

— Kichiro-sama. —hice una reverencia.

— Mei-sama. —me correspondió— Hace tiempo no me llamaba.

— Si, demasiado tiempo. —me enderecé— Muchas cosas han pasado.

El tigre escaneó a mi alrededor, y miró a mi acompañante — Si, ya veo. 

— Bien, no es tiempo de charlas. —dije— Es mejor alcanzar cuanto antes a Deidara y a Tobi.

Nanako asintió, de acuerdo a lo que dije. 

— Kichiro-sama. —lo llamé— ¿Es posible que Shiki-chan esté disponible?

Shiki era una trigresa de un raro color azul con rayas celestes, unos ojos negros y un poco más pequeña que Kichiro, era la esposa de este. 

— Está cuidando de nuestros hijos. —dijo— Hace unos días ha dado a luz.

— Ya veo. —asentí— ¿Hay alguien disponible? 

— No te preocupes por mi, Mei-sama. —habló Nanako— Puedo invocar a mi kuchiyose. 

La miré y asentí, sin decir nada.

La niña se mordió el dedo y pasó sangre por sus palmas, hizo los respectivos sellos y apoyó su palma en el suelo, la marca se hizo presente y de ahí salió un lobo color negro.

— Kuro-sama. —la menor hizo una reverencia.

— ¿Ahora por qué me molestas, mocosa? —gruñó el animal.

Reprimí las ganas de reír.

— ¡Kuro-sama! —se quejó ella— Te necesito como transporte.

— ¿Por qué yo? —se quejó el lobo— Creí que tu burro de carga era Naoko.

Un puchero se formó en los labios de Nanako.

— ¡Pero quiero que esta vez me lleves tú! ¡Onegai! —pidió.

— Tch, solo espero que sea importante.

El Lobo dirigió su mirada a mi y a mi invocación, volvió a chasquear la lengua y solo esperó a que Nanako se montara.

— ¿Y? ¿Qué esperas? —dijo de mal humor mirando a la mocosa.

Esta se exaltó y murmuró un "Ah, si, lo siento"

Miré a mi tigre y ambos asentimos con la cabeza, caminé hacia él tranquila y me subí de un salto, ya que era del tamaño de un oso. 

— Sigan derecho. —ordené— Les avisaré cualquier cambio de rumbo.

— ¡Hai! —ambas invocaciones asintieron.

( . . . ) 

Miré el puesto de Dangos frente a nosotras. 

^Cálmate Mei, resístete, no dejes que este delicioso aroma y las imágenes de esas bolitas esponjosas te engañen.. Mentira, no puedo^

— Iremos a por dangos. —hablé yo a mi acompañante.

(N/A: Las Invocaciones las dejaron, solamente aclararé eso)

Esta me miró con una sonrisa burlona. La miré ceñuda.

— Tengo hambre. —me excusé con un leve sonrojo en mis mejillas.

Caminamos directamente hacia allí, pedí mi ración, al igual que Nanako.

Al ver las bolitas, mis ojos se iluminaron.

Por alguna extraña razón, los dangos me hacían recordar a Itachi, supongo que debe ser porque ambos compartimos la misma obsesión por ellos.

Me los devoré sin una pizca de remordimiento.

— ¿No era que debíamos alcanzar a Deidara y a Tobi? —preguntó Nanako.

La miré fulminante y esta comió sus dangos más rápido.

Terminé de comer y ambas caminamos por la dirección en la que se dirigían nuestros compañeros.

— ¿No es más fácil que actives tú ..? ¿Tú qué?

— Taigaai. —gruñí— Y no, no es más fácil. El Taigaai solo puede ver como mínimo unos 30 ó 50 km como mucho, ambos están a más de 100 km.

Nanako asintió. — Osea que debemos alcanzar rápido los 70 km si queremos verlos.

— Invocaría a Kichiro-sama de nuevo, pero está ocupado. —dije— Sería mejor ir directo hacia el Sanbi. Si seguimos tras ese dúo quizá no logremos nuestro objetivo.

— ¡H-Hai!

( . . . )

Habíamos corrido ya 80 km, estábamos muy agotadas. Me apoyé sobre un árbol, y con las mangas de la capa quité el rastro de Sudor que recorría desde debajo de mi banda de regulación.

— ¿Ya.. Ya estamos cerca? —preguntó agitada Nanako.

Activé mi Taigaai y miré hacia los alrededores, sentí una explosión a 30 km de aquí, seguramente sería Deidara con su pirotecnia barata.

— Hai. —asentí frenéticamente— Ha habido una explosión a unos 30 kilómetros hacia el norte.

Nanako hizo un quejido de protesta. — Deberíamos descansar, Mei-chan. 

— No. —dije fríamente— Ya has atrasado la misión lo suficiente, si no te has dado cuenta quiero acabar con todo esto de una maldita vez. Si descansamos no llegaremos a ningún lado.

La niña suspiró y la vi asentir. Hice caso omiso a mis piernas suplicando descanso y continué corriendo.

( . . . )

A lo lejos pude observar parte del lago y la niebla que hacía el Sanbi en modo de defensa. Y una silueta.

Me estacioné justo enfrente de la orilla, donde claramente se podía observar el ave de Deidara justo volando en el cielo. 

— He llegado justo a tiempo al parecer, Tobi. —dije a su lado, al rato llegó Nanako respirando como si se fuera a morir.

— Nana-chan, ¡Pareces que te morirás! —exclamó el enmascarado con su voz infantil.

— ¿Cómo no morir? Hemos corrido 100 kilómetros seguidos ¡Sin descanso! —se quejó tirándose al suelo— No sé como Mei-chan puede seguir de pié. 

— Deja de quejarte. —hablé fría. 

Todos fuimos hacia el centro del lago mirando a Deidara.

Vi como el rubio tiraba arcilla al agua y se pudieron ver claramente unas cuantas explosiones, que hizo que el Sanbi se alertara y saliera.

— ¡Vaya! ¡Miren eso! —Tobi se acercó, colocando una mano en su frente— ¡Se parece un poco a una tortuga, una tortuga gigante y tenebrosa! 

— ¡Si! —exclamó Nanako con emoción.

— Ah, ya era hora de que llegaran. Esa es la de las tres colas. —habló Deidara.

— Ahh, ha hecho un gran trabajo, eh, le voy a dejar el resto en sus manos. —alagó.

— Tobi, querías ser parte de los Akatsuki y ahora lo eres, encárgate tú, hm —habló Deidara con una sonrisa, alejándose del Bijuu.

Gruñí fastidiada, sin embargo, me alejé de donde estaba.

— ¿Está bromeando, verdad? ¿Por qué no va Nanako-chan? —se quejó.

Nanako soltó un gruñido y se alejó. 

De un momento a otro Tobi se encontraba corriendo por el agua gracias a que el Sanbi casi lo aplasta.

— ¡Auxilio, me está alcanzando! —gritó, y luego soltó un montón de quejas más, como que deberían de haberle asignado a Kisame la misión.

En una de esas el Isobu se tiró encima de Tobi, haciendo que este se hundiera en lo recóndito del lago.

— Realmente patético. —se quejó Deidara, yendo hacia la silueta del Sanbi.

Tiró una de sus esculturas.

— ¡Katsu! —al rato, una explosión de asomó. Y Tobi salió volando hacia arriba.

( . . . )

— ¡Lo logré! —gritó Tobi encima del Sanbi, quien se encontraba medio muerto— ¡Victoria! ¡Victoria! ¿Vio eso? ¿Vio como acabé con su gigantesca monstruosidad con mi Jutsu? Debo admitir que al principio tenía mis dudas pero creo que lo hice muy bien, claro para ser mi primera misión como un Akatsuki  ¿No cree?

— No es así. —Deidara se cabreó— Los cuatro sabemos que fue mi arcilla explosiva la que neutralizó a la bestia, hm. Si no hubiera sido por mi arte seguirías arrastrándote bajo el agua. Ya que eres un Akatsuki entonces  deja de parlotear y aprende a ser genial. Eso es todo, sin ser genial no hay arte. Sabrás que eso es el arte, son las pasiones y emociones acogidas por una actitud tranquila y genial.

Tobi rió, interrumpiendo el show. — Hablando de parlotear.

Deidara lo miró mal.

— ¡Ay! Estaba bromeando. 

De un momento a otro las explosiones siguieron escuchándose al igual que los gritos de Tobi. 

( . . . )

— Asegúrate de no ser muy complaciente, Tobi. La bestia de tres colas fue vencida fácilmente porque no tiene un Jinchuriki. —habló el rubio encima de su ave, que arrastraba el Bijuu— Tiene un gran poder pero no hay inteligencia que la controle. 

Por encima del ave que Deidara nos había hecho, observé a Tobi quien se encontraba tirado sobre el Bijuu.

— Oye, muchacho, dije que fueras genial no que actuaras como un comatoso. Estoy hablándote.

De pronto se escucharon ronquidos, indicando que Tobi se quedó dormido despertando la furia del rubio, quien le arrojó un montón de sus arcillas, llenándolo de explosiones.

— ¡Te vuelves a dormir mientras te hablo y me aseguraré que jamás despiertes! —gritó, y luego se sintió el grito de Tobi, quien voló hacia el lago nuevamente.

Misión cumplida. 

( . . . ) 

¿Continuación?

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-SophiiaB