Cinco
Jungkook.
Después de las fotos para la revista, Mingi me tomo algunas con Sarang, es como una tradición cada que Mingi me hace algún set de fotos, por eso siempre buscamos vestuarios que combinen cuando me acompaña.
Jimin estaba viendo las fotos junto con mi hija, se le podía notar levemente la marca roja de mi mordida en su cuello, de no ser por ese cuello alto sería bastante visible.
—¿Va enserio con ese niño?
—¿Qué?
Mingi se puso a mi lado limpiando el lente de su cámara —Que si vas enserio, nada más fue cuestión de que me acercara y casi lo orinas como si fueras un perro, creí que tenías más clase.
—Solo es una atracción, no es más que eso.
—¿Sari lo sabe? Porque ella esta fascinada con ese omega, creo que es igual de posesiva con él, que contigo, es mejor que le dejes en claro a la pequeña que no se encariñe con él.
—Papi, ¿Podemos ir por una hamburguesa?
—Claro vamos.
—Bye Bye Mingi —le lanzo algunos besos con la mano y yo le cubrí el rostro.
—Esos besos son de papá.
Lo que quedo de la tarde lo utilice para estar con ella y Jimin, pues en la noche tenía un par de entrevistas, en esas prefería que ella no estuviera presente, siempre que soy la imagen del luchador engreído ella pone cara muy seria, no me gustaría que llegue a pensar que todo lo que se dice de mi es verdad. En el restaurante que fuimos a comer, había área de juegos así que ella se fue a corretear con otros cachorros, mientras la observábamos desde la mesa.
—Me parece increíble lo mucho que está acostumbrada a todo esto —Jimin dio un sorbo a su refresco.
—Es muy lista, sin mencionar que no esta todo el tiempo conmigo, por eso no se ha fastidiado del todo, pero desde que nació la he enseñado a lidiar con la fama de su padre.
—Pues ha aprendido bien, es bastante madura para su edad, además su inglés es muy fluido.
—También habla japones, pero esos méritos son de su madre, ella le ha enseñado otros idiomas, es maestra en una escuela internacional en Seúl, por ello no se le dificulta hablar otros idiomas.
Jugo un poco con el vaso antes de mirarme de nuevo —¿Puedo preguntar por qué, ya no estas con la madre de Sari? —alcé una ceja, regularmente dan por hecho que le fui infiel, que fui un padre ausente, o prefieren evitar la pregunta.
—La madre luna debía de darme a Sarang, ella tenia que llegar a mi vida, aunque no fuera de la manera que lo planeara —ladeo la cabeza confundido — fue la aventura de una noche, conocí a Abril en una fiesta cuando apenas empezaba mi carrera como luchador, entrados en copas terminamos enredados, el celo de Abril inicio esa misma noche, por lo que no la solté todo el fin de semana, no la anude, no la mordí, ella misma me dijo que fue un celo agradable y estábamos de acuerdo que solo seria eso, pues ninguno buscaba nada serio —me recline en la silla y cruce los brazos —al mes recibí la llamada de que ella esperaba a mi cachorra.
—¿No pensaste en marcarla?
—No, primero hable con ella, sabíamos que seria juzgada por como termino embarazada, pero ella no le importaba, haría lo que ella me pidiera con tal de tener a mi cachorro conmigo, así que llegamos al acuerdo de que la registraríamos con mi apellido sin casarnos o marcarla, la ayude todo el embarazo, igual que con su carrera, yo estaba en campeonatos pequeños, trabaja como guardia de seguridad por las noches, entrenaba en las mañanas y le di a Abril todo lo que necesitaba.
—Me es difícil pensar que nunca tuviste un lazo afectivo con su madre.
—La quiero, pero no de manera amorosa, la admiro porque logro callar bocas a quienes la creían incapaz de ser madre soltera como ellos decían, cuando Sarang cumplió un año mi carrera como luchador despego, ella conoció a Chanyeol y llegamos a los acuerdos que tenemos con ella.
—Te soy sincero, creí que tendrías mas problemas, tienes torneos y entrenamientos seguidos, además de las promociones que debes de dar.
—No te mentir, hay ocasiones que no logro verla cuando digo que lo hare, pero casi siempre es porque las promociones se extienden o las fiestas terminan algo intensas para mí, pero jamás la he dejado plantada, tarde y desvelado, pero siempre estoy con ella —le quité el refresco y di un sorbo —gracias.
—¿Por qué?
—A veces es liberador poder contar esto de manera tan sincera.
Su rostro se puso demasiado rojo y se levantó —Debería, debería ir por Sari, se te hará tarde para tu entrevista.
Regresaron al hotel y yo me fui directo a la televisora, me sabia la rutina así que llegué directo a maquillaje, regularmente las maquillistas están sobre de mi todo el tiempo, pero ahora se limitaron a solo hacer su trabajo, pues un aroma fuerte a cereza llenaba mi ropa, cierto omega me dio un abrazo antes de bajar del auto.
¿Cómo te sientes con tu siguiente pelea?
Los entrenamientos con el señor Park ¿han ayudado a mejorar?
¿tienes algo en mente después de la gala del mes que viene? ¿alguna pareja?
Recientemente se te vio con la modelo...
Siempre terminan haciendo esos tipos de preguntas, las cuales tengo que fingir que no me molestan, debo lucir cínico, intimidante, ser todo el estereotipo que ellos desean para que mi popularidad siga dando de que hablar, a los patrocinadores les gusta toda la atención que recibo, además de que los encuentros con los siguientes peleadores son mas interesantes si soy el tipo malo.
Pero la verdad estoy algo cansado de eso.
Quiero poder salir con mi pequeña sin necesidad de exponerla a ese tipo de atención, no quiero que mas adelante la interroguen el ¿Qué se siente tener un padre tan aterrador?
Saben de mi hija, pero la misma imagen que tengo, la uso prohibir que hablen de ella, o se metan con su madre, las protegí por todos lados, si alguna foto de mi hija llega a ser subida por algún paparazzi o medio televisivo, la demanda que tendrán los dejaría en la ruina.
Pero ella desea que su padre suba sus fotos como lo hace su madre con ella, quiere que podamos ir a un parque de diversiones con mas gente sin necesidad de que tenga que vaciar casi el parque, sus amigos de mi lado, son los chicos del gimnasio, luchadores que saben en realidad como soy, de mi lado los adultos son los que se relacionan con ella, de lado de su madre se rodea de un mundo un poco más infantil.
A veces lo siento bastante injusto para ella, pero agradezco que sea tan comprensible a su corta edad.
Llegue al hotel casi a la una de la mañana, nuestro vuelo saldría hasta el día siguiente pues aun me quedaba una entrevista por la mañana, así que buscaría que mas actividades para ella como recompensa por tenerla aquí en el hotel.
Ambos dormían en mi cama, Jimin tenia entre brazos a Sarang, esta le tocaba el lóbulo de la oreja, costumbre que tiene cuando se esta quedando dormida, los deje descansar en lo que me iba a dar una ducha, fue un día agitado y me hacia falta un baño para relajarme.
Cuando salí del baño Jimin ya había salido de la habitación, mi hija emitía pequeños ronquidos de cansancio mientras abrazaba una almohada con el suéter de Jimin puesta en ella.
Debo ir a darle las gracias y desearle buenas noches, seria grosero de mi parte no hacerlo.
—¿Jimin?
Dio un pequeño salto y se cubrió el pecho —¿No tocas? —me quede callado y el rodo los ojos —la puerta, hablo de la puerta.
—Venia a decirte buenas noches, pero —entre a su habitación y puse el seguro —cambié de opinión.
Jimin.
Pánico.
Esa es la palabra, ha estado jugando conmigo desde que nos subimos al avión, me coquetea, me toca, me provoca, una especie de juego sexy donde ya estaba apunto de perder la cabeza.
Ahora que esta aquí en la habitación, con esa mirada de deseo que analiza mi cuerpo en ropa interior, apenas me iba a colocar el pijama, pero con sus feromonas por la habitación lo que menos quiero en este momento es usar ropa.
Me asusta mucho tenerlo tan amenazador frente de mí, como si su lobo estuviera gruñendo en desesperación por poseerme, es algo mas fuerte que la atracción que se siente durante el celo, una conexión mas rápida, mas intensa, no se como explicar la manera en que me atrae.
Menos cuando dije que no caería ante un alfa tan superficial.
Pero sabes que no es así...
Es verdad, toda la imagen que tiene para los medios, la derrumbo con medio día de tratarlo, de ver como ama a su pequeña, de ver como las otras personas lo perciben. Dejo de ser solo un cuerpo delicioso, a convertirse en una persona completamente real y bastante agradable.
Siendo sincero conmigo, en este momento no me interesa tanto la persona, estoy mas enfocado en su respiración lenta mientras camina hacia a mí.
—En mi maleta siempre traigo de estos —saco una tira de preservativos —pero no pensé que necesitaría más tan pronto.
—Esos son más de cinco condones.
—No planeo usarlos todos esta noche, mañana tenemos que salir de nuevo, sería algo cruel que no puedas caminar bien —maldito engreído.
—Dijiste que Sarang podría despertarse.
—Puede ser, pero pensé en formas en mantener ocupada tu boca y mitigar un poco el sonido.
Retrocedí y sentí la cama tras de mí, perdí el equilibrio quedando sentado en esta, Jungkook estaba frente a mi haciéndome mirarlo desde abajo, pudiendo notar cada musculo, cada tatuaje cada vena de su zona en V. Su dedo pulgar delineo mis labios y después bajo su pantalón completamente sacando su erección.
No dijo nada, saque la lengua esperando a recibirla, mi lengua toco la punta para cerrar mis labios alrededor y comenzar a mamar de manera lenta.
—Jimin.
Siseo mi nombre, lo que me animo a usar mis manos para masturbar el tronco, el sabor de su liquido pre seminal invadió mi lengua, la mandíbula me empezaba a doler, pues era grueso, largo, el estarla saboreando me tenia empapado, me dolía mi propia erección. Jungkook me separo de su miembro.
—Maldita sea Jimin, tu aroma ya está volviéndome loco, tu mirada en este momento no tiene precio, pareces un pequeño cachorro hambriento.
Me empujo para inclinarse y besarme mientras quitaba mi ropa interior, la vista se me nublaba, estaba demasiado ansioso, podía sentir la humedad chorrear entre mis piernas, escuche el envoltorio del condón, y a Jungkook subir a la cama.
—Jungkook.
—Dilo pequeño.
—Follame.
Se hundió con facilidad, pero al mismo tiempo haciéndome sentir algo de dolor por el tamaño, cubrió mi boca con su mano ahogando el gemido de placer, mis ojos se fueron detrás de mi cabeza, su juego previo durante el viaje me tenia en este estado, ahora que recibía lo que me prometió, la sensación hacia que el cosquilleo subiera poco a poco, pasando por mis pezones duros, hasta mi vientre y mi erección.
—¿Estas ronroneando? —libero mi boca —me está siendo difícil controlarme, abre un poco más las piernas déjame entrar por completo.
Sujeto mis manos sobre mi cabeza, separe más mis piernas envolviéndolas en su cintura, con su mano libre levanto mi cadera por la espalda, el uso sus rodillas para impulsarse y su boca para callarme entre besos húmedos con su lengua en mi garganta, los embistes movían la cama con algo de fuerza cada que daba uno metiéndose tocando cada fibra sensible de mi ser, no necesitaba tocar mi erección pues su fuerte abdomen la estimulaba mientras seguía sosteniéndome, esta posición lo hacia entrar hasta que sus testículos pegaban en mi culo, yo no podía hablar, me estaba ahogando en placer, no quería eyacular, quería durar un poco más, pero temblé en un momento y el calor de mi semen lleno nuestros abdomen.
Me soltó para meter sus dedos a mi boca y con la otra mano sujetar mi cuello, yo me aferre a las sabanas cuando su cadera se movió más rápido, su rostro contraído por el placer me tenia mal, perdido, desesperado por cada sensación, el aire me faltaba en ocasiones, pero no tenia miedo de nada, menos cuando se engroso un poco mas antes de gruñir mordiéndose el labio terminando besándome mientras se vaciaba.
—Usemos cinco —dije recuperando la respiración —tomare los analgésicos necesarios para mañana.
Sonrio para besarme mientras sentía mi erección elevándose nuevamente...
Agradecemos el sueño profundo de Sarang por dejar a Jimin sin caminar mañana, Amen.
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