La hechicera arácnida
Bajo el castillo, en las profundidades de la oscuridad, donde solo las almas desesperadas intentan llegar a través de un laberinto interminable. Un laberinto solo recorrido por seres valientes quienes no temen a lo desconocido ni al misterio, la hechicera se encuentra en aquellas profundidades. No suele salir de su cerrado confort amenos que sea necesario, esta ocasión había sido la pre munición del regreso de Mettaton.
Con sus extravagantes ropajes de color violeta y dorado, decorados de signos incomprensibles hechos de pies a cabeza con hilo de araña y magia, acompañada de varias pequeñas arañas a su lado y a su espalda se presento en la sala del trono.
El rey se sentía a gusto con la presencia de la hechicera como si de una amiga se tratase, aunque el trato de la contraria para el era algo distante pero respetuoso.
Mi pre munición a sido acertada... -afirmo la hechicera parada algo lejos del rey-
Mettaton a regresado con nosotros, cumpliré mi palabra y se te pagara lo acordado... -sonrió el rey-
Gracias alteza... -una pequeña risa salio de sus labios-
Espero vengas a visitarme mas a menudo... -comento sonriente-
Lo intentare... -dio una leve risa nuevamente, tomo su dinero. Salio de la sala del trono y decidió dar un pequeño paseo ya que el día era agradable y luego regresar a las profundidades del castillo.-
Las pequeñas arañas la seguían en todas direcciones que caminaba y ella lo sabia molestando a todo aquel que andaba por su camino debido a las arañas, no se tenia permitido matarlas o dañaras o sino habrían problemas con la hechicera y ella buscaba los problemas. Intencionalmente caminaba por donde caminaban las personas para que estas se quedaran quietas y no pisar a las pequeñas arañas que la seguían, aunque le gustaban las profundidades del castillo la hechicera también tenia intereses por los que estaban en el castillo. Intereses monetarios por supuesto, en varias ocasiones había querido llevarse a algunos soldados a las profundidades a cambio de recompensa pero el Rey no lo permitió. No por relaciones sino para su gusto y capricho personal, siempre solía buscar nuevas victimas aunque ya se había calmado con ese mal interés.
El sol esta cálido nyuhuhu... -parándose bajo la sombra de una árbol y viendo el atardecer-
Ciertamente es un agradable día... -comento el creador Gaster quien estaba justamente bajo la sombra del mismo árbol-
Como siempre no lo había notado...-sonríe y ríe levemente mirando al contrario-
Ya no es una sorpresa... -le corresponde con una sonrisa- supongo que el rey ordeno a llamarte, de otra forma no hubieras salido de tu lugar...
Supongo lo mismo... es poco común verte fuera de tu zona de trabajo nyuhuhu... realmente vine a cobrar mi dinero...
Sin tu codicia no serias tu... -mira una vez mas el sol- regresare a trabajar, es mejor que regreses pronto o tus acompañantes pasaran frió... -sentía a las pequeñas arañas subir por sus piernas-
Solo buscan algo de calor nyuhuhu... nos veremos en otro momento... -llamo a sus arañas y regreso a las profundidades del castillo-
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