El subestimado rojo
Ya en su nueva habitación el caballero admiro su brillante armadura colocada en un soporte de madera junto a la pared, a su lado un bajo estandarte con su mas preciada espada y al otro lado su igual de apreciado arco de madera. Siendo un combatiente a distancia el arco era una extencion de si mismo en el campo de batalla,su fina puntería era incuestionable. Con una perfecta visión y una adecuada postura las feroces flechas lanzadas por ese arco podían atravesar la mas dura de las armaduras o desgarrar la piel con su filosa punta de doble filo.
Que buenos tiempos... -susurro tomando y tensando su arco para centrar su mirada en un objetivo en la pared y comprobar que aun su visión y su puntería no perdieron aquel toque-
Tomo una de las flechas y cargo su arco ya posicionado para seguir apuntando a su objetivo, soltó la flecha y dejo que esta se deslizara por el arco para dirigirse y clavarse en la pared.
Tan poco... -suspiro algo pesando mientras caminaba hacia la flecha clavada en la pared la cual quedo a dos dedos de distancia del objetivo antes planteado, tomo la flecha y con la simple fuerza de su mano quebró la flecha a la mitad dejando la otra parte aun en la pared. Luego de esto unos aplausos se escucharon-
Que gran tiro... -el esqueleto estaba en la entrada de la habitación viéndolo- Lo siento, te veías concentrado y no quería molestar... -sonríe de forma amistosa-
No hay problema... - correspondió con una leve sonrisa- Bueno si hay un leve problema... -moviendo la media flecha que había quebrado y que aun tenia en su mano-
Yo creo que fue un buen tiro... Bastante cerca para no haber lanzado flechas en mucho tiempo... - se acerco a la pared y arranco la media flecha que aun estaba allí clavada-
Esa corta distancia puede costar la vida de alguien... -mirando la distancia entre el objetivo y el punto donde se clavo-
Ni siquiera los arqueros tienen tan buena puntería... -ríe leve- lo siento, mi hermano me contagia sus chistes malos...
Lo tomare como un cumplido... -riendo bajo ante el comentario de los arqueros- Bueno y que haces por aquí? No deberías estar con el rey?...
El mismo me ordeno a venir y asegurarme de que estés cómodo en tu nuevo cuarto... -seguía siendo aquella persona tan amable a pesar de lo que estaba apunto de pasar con los humanos-
Pues estoy bien de momento, aunque puedo pediré un esclavo que me traiga comida?... -por supuesto era una broma de parte de este por preocuparse tanto-
Yo puedo traerte algunas cosas ahora... -caminando a la salida del cuarto- Espero que aun te entre la armadura...
Yo tengo una armadura... -golpeando leve su casco en el soporte de madera- tu eres el que debe cuidarse...
No te preocupes por mi, por algo soy el guardia del rey... -antes de salir del cuarto lanzo con fuerza la parte de la flecha que aun tenia en su mano clavando en el objetivo-
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