2 de septiembre de 1997

La primera noche de vuelta fue como de costumbre. Fuimos al Gran Salón para la fiesta de bienvenida, y todo el ambiente se sintió tenso cuando Snape dio un discurso y presentó a nuevos profesores. Luego los seis pasamos el rato en la sala común hasta que Draco y Pansy tuvieron que irse para las tareas de Head Boy y Head Girl.

Estaba desayunando cuando todos los búhos vuelan. Sus chillidos resuenan por todo el Gran Salón y se dejan caer cartas y paquetes por todas partes.

Theo recibe una carta que desafortunadamente le golpea en la cabeza antes de aterrizar en la mesa justo cerca de mi té.

-Figlio di puttana -murmura Theo en voz baja, buscando la carta.

Me sofoco una risa y tomo un sorbo de mi té.

Pansy también había recibido una carta, pero la suya había aterrizado en medio de su plato de desayuno.

El profesor Slughorn se acercó a nosotros. -Hola chicos, tengo sus horarios para el año -dice. Revisa una pila de pergamino y comienza a distribuir nuestros horarios. -Srta. Greengrass, aquí está la suya, y señor Malfoy-

Theo gime desde mi lado y dobla la carta que había recibido, metiéndolo en su bolsa de libros.

-Señor Nott, aquí está el tuyo -dice Slughorn, sin darse cuenta de la carta que Theo recibió.

-Uh, gracias profesor -responde Theo, tomando su horario de nuestro jefe de casa.

El profesor Slughorn termina de darnos nuestros horarios y luego pasa a la mesa hasta el siguiente grupo de Slytherins.

-¿Todo bien, amigo? -Blaise pregunta, la mitad mirando a Theo y la otra mitad comparando su horario con el de Daphne.

-Está bien, solo una carta de mi padre -responde Theo, quitando el tocino del plato de Pansy.

-¡Oi, eso es mío! -Ella se queja.

Theo da un mordisco. -Ya no -se burla.

Pusimos todos nuestros horarios en el centro de la mesa para compararlos. Tengo todas las clases con al menos uno de mis amigos, y la mayoría de nosotros tenemos varias clases juntos.

Eché un vistazo a la mesa de Hufflepuff, que tiene aproximadamente la mitad de las personas que tenía el año pasado. Vi a Matthew bastante rápido. Se ríe con sus amigos de algo cuando el profesor Sprout se acerca para distribuir sus horarios.

-Me alegro de que Potter no esté aquí -dice Pansy de la nada. -El peligro parece seguir a donde quiera que vaya.

Ella no está equivocada.

-Sí, ¿dónde está Potter? Weasley y Granger también -pregunto.

Todo el mundo mira a Draco.

Se encoge de hombros: -¿Cómo se supone que voy a saber dónde está Potter? La última vez que escuché que todavía estaba huyendo. No parece el héroe de Gryffindor ahora, ¿verdad?

La conversación cambió a los nuevos profesores hasta que fue hora de que nos separáramos para la clase.

Mi primera clase del día fue Encantamientos, que tuve con Theo. Comenzamos nuestra caminata hacia el tercer piso, mientras que Draco y Blaise fueron a las mazmorras para tomar pociones y Pansy y Daphne fueron al aula de estudios muggles en el primer piso.

-Pareces molesto -digo.

-¿Acerca de? -Theo pregunta, mirándome.

Conocí sus ojos. -No estoy segura, dímelo tú -digo. -¿Posiblemente algo que tenga que ver con tu padre?

-No es nada -responde Theo.

-Está bien.

Caminamos un poco más lejos. No hay mucha gente pasando por el pasillo y parece vacío. Todo Hogwarts parece estar vacío este año.

-Santo infierno, olvidé lo mucho que odio estas cosas -se queja Theo. Se afloja y reajusta su corbata antes de enrollar las mangas de su camisa blanca abotonada. Mi mirada se desplaza hacia sus antebrazos y manos bronceados, donde lleva un anillo familiar Nott, antes de apartar los ojos para mirar delante de mí.

-El mes pasado más o menos, mi padre no se callará sobre casarse -dice Theo después de un momento.

Levanto las cejas, -Oh.

-Dijo que si no encuentro a alguien que cumpla sus estándares pronto, va a encontrar a alguien para mí -continúa Theo. -Así que mi padre querido me escribió una carta esta mañana recordándome que si no empiezo a "buscar", esa es la palabra real que usó, alguien para Navidad, va a arreglar el asunto por mí.

-Merlin, eso es horrible -digo, moviendo la cabeza. -Mis madres han estado de la misma manera últimamente, pero no me dio exactamente una fecha límite como esa.

Theo nos golpea los hombros mientras caminamos. -Es lo que sea, sabía que llegaría pronto -dice.

Nuestra conversación se desenrolla cuando entramos en el aula de Encantamientos. Como es el nivel ÉXTASIS, hay estudiantes de las cuatro casas de la clase. Lavender Brown, una chica de Gryffindor, me mira fijamente mientras entramos y luego se vuelve para susurrarle algo a una chica de Gryffindor de pelo castaño cuyo nombre no puedo recordar.

Me siento hacia atrás, y Theo se sienta a mi lado, mirando a todos nuestros compañeros de clase.

-Creo que tener las cuatro casas en clase va a ser un problema este año -susurra Theo.

Miro a mi alrededor para ver que todos están segregados en sus casas, más como si las otras tres casas estuvieran agrupadas lejos de Theo y de mí. Somos los dos únicos Slytherins en clase.

-Merlin -me quejo, dejando caer la cabeza para descansar contra mi mano.

- - - - -

Pasé el resto del día medio concentrándome en clase y medio pensando en Theo y su situación actual.

Me vino después de la cena cuando estaba sentado en la biblioteca con Daphne. Ella estaba divagando sobre esta novela romántica muggle que leyó durante el verano mientras trabajábamos en la tarea de Defensa contra las Artes Oscuras, cortesía de Amycus Carrow.

Trabajamos en la biblioteca durante una hora después de la cena antes de regresar a la sala común.

En nuestro paseo de regreso a la sala común, veo a Theo sentado en el alféizar de la única ventana de las mazmorras. Tiene la ventana abierta y está fumando un cigarrillo.

-Solo estaré un minuto -le digo a Daphne.

-Está bien -responde ella, -Estaré con Blaise ya que Draco y Pansy están patrullando.

-Asco -murmuro mientras Daphne se despide.

Me acerco a Theo y hace espacio para que me siente a su lado en el alféizar de la ventana. Me siento a su lado y nuestras rodillas chocan.

-¿Quieres uno? -Él pregunta, sacando un paquete de cigarrillos.

-Claro -digo. Cojo uno del paquete y Theo lo enciende por mí. Inhalo profundamente, dejando que el humo me queme los pulmones. -¿Por qué no fumas en la sala común?

Theo pone los ojos en blanco exhalando humo. -Esa chica prefecta de quinto año me gritó. Dijo que el humo estaba nublando su capacidad de leer para trabajar en Adivinación.

Sofoco una risa y respiro el humo una vez más.

-Así que estaba pensando en lo que me dijiste antes, en lo de tu padre -empiezo, -y se me ocurrió una idea. Probablemente sea estúpido, pero es todo lo que se me ocurrió.

-Vamos -dice Theo vacilante.

-¿Y si fingiéramos salir? -Yo pregunto. -Somos tan buenos amigos como para que sea creíble, y a tu padre le gusto. Soy una sangre pura, y soy una Rosier.

Theo levanta una ceja. -¿Fingir salir?

-Mentimos y dejamos que tu padre y mi madre piensen que estamos saliendo para que dejen de tratar de tomar el asunto en sus propias manos. Te dará algo de tiempo para encontrar a alguien con quien realmente quieras casarte.

-Teníamos que hacer que todos creyeran que estamos juntos -dice Theo. -Incluso todos en la escuela, incluso nuestros amigos. Si a mi padre le llega la noticia de que no es real, entonces él organizará un matrimonio para mí y probablemente para ti.

Me estremezco un poco al pensarlo.

-Lo sé, lo sé. Tendríamos que mentir a todo el mundo.

Theo suspira: -¿Pero nos beneficiaría a los dos? ¿Verdad?

-Correcto -lo confirmo. -Podríamos fingir salir el tiempo suficiente para sacar a nuestros padres de nuestras espaldas y para que encuentres a alguien más, luego "rompemos" y eso es todo.

-Me gusta tu forma de pensar, Alex -sonríe Theo. -Fingir salir y luego romper cuando sea el momento adecuado -Extiende la mano.

-¿En serio vamos a darnos las manos? -bromeo.

Theo se ríe: -Siento que esta situación nos obliga a hacerlo.

Suspiro y extiendo la mano, sacudiéndola con Theo. Termino mi cigarrillo y lo tiro en la piedra.

-Ahora tenemos que establecer algunas reglas -digo.

Theo gime y saca otro cigarrillo del paquete y lo enciende. -Merlin, vamos a estar aquí un tiempo, ¿verdad? -Él se queja.