V.- Fuera de Control

Cuando habla con su amiga, no podía dejar de pensar en la desenfrenada e impulsiva relación que tiene con su hermano menor.

Sabía que lo que hacía está horriblemente mal por el simple hecho de ser la novia de un niño y que en cualquier momento, iban a tener relaciones sexuales por primera vez; no importa sí se retractaba al final o se aleje de Lincoln, el daño ya estaba hecho desde el primer momento que dejó que la besara.

Detrás de la caja registradora en su trabajo, Fiona miró su teléfono pensando en lo que iba hacer. Lentamente, abrió la conversación por mensajes de texto que tenía con el niño siendo bastante intensa ya que, la chica le enviaba muchas de sus fotografías mostrando sus pechos, otras estando completamente desnuda frente al espejo de su habitación y unas haciendo la expresión facial de una manada, y Lincoln le mandaba fotos de su miembro, algo que siempre la ponía cachonda y provocando que sus piernas no dejen de temblar.

Con dudas, decidió mandarle un mensaje:

— “Necesito que vengas a mi casa, mis padres se iran toda la semana y no quiero estar solita... Dales una excusa a tus papás para que vengas conmigo y por favor, que no se te olvide llevar protección, Linky”.

Cuando terminó su mensaje de texto, se dió cuenta que Leni le estaba hablando desde hace rato.

— Ahí estaba, una rana que cantaba opera. Me pareció extraño porque usaba un sombrero de copa alta y eso pasó de moda ¿Cómo qué? ¿100 años? – decía Leni mientras se lima las uñas.

— Eh... ¿Qué? ¿De que hablabas?

— Sobre la rana cantarina que encontre en un bloque de concreto con Lucy y Lana.

— Oh, ¿Y en dónde fue eso?

— En el sótano de mi casa, ¿Me estás escuchando?

— Sí, solo que estoy un poco pensativa – aclaró con una pequeña sonrisa.

— He visto esa cara antes – habló algo emocionada. — Me estás ocultando algo, ¿Qué es? ¿Ya tienes novio?

— No, no eso... Solo me preguntaba, ¿Cómo está tu hermano? ¿Se encuentra bien?

— Pues lo de siempre, aunque últimamente hay días que huele un poco a perfume de mujer cuando regresa a la casa... Creo que está haciendo perfumes artesanales y quizás me haga uno para mí cumpleaños.

— Jejeje... Que cosas ¿No?

Mientras que Leni continúa hablando de algo completamente irrelevante no usaré para rellenar la historia sinó lo que estás leyendo en estos momentos y hago que continúes sin que te des cuenta al terminar esta parte del párrafo, Fiona se sentía un poco feliz con Leni porque hablaba con su cuñada. Sin embargo, la güera oxigenada no lo sabía y no lo podía saber que era la novia de su hermano menor por culpa de la estúpida moral que es muy importante en la vida real, pero en la ficción te lo pasas por la esquina más profunda de tu pinche culo, ¿O me equivoco? Por algo estoy escribiendo esta degenerada historia y tu deseas más, sinó no estarías leyendo esto para empezar.

(•)

Sus padres se habían ido hace unas horas a chingar a su madre. Lo importante en esos momentos, era que Fiona veía la televisión y está al pendiente en la hora en su celular.

Sentada en el sofá de la sala, la chica lleva puesto el vestido que había comprado en la tienda departamental con su entre comillas novio. Se encontraba recien debido a que su cabello se encuentra mojado y saliendo los vapores del agua caliente. Y por último, se compró un perfume distinto al que normalmente uso porque la pendeja de Lenin se dió cuenta de que Lincoln olía a su fragancia favorita; para evitar que su amiga descubriera que su hermano menor se la estaba fajando bien pasado de verga adquirió una aroma especial y distinto que solo usaría con su colágeno, siendo un olor bastante intenso a pepino-melón.

Estaba impaciente a la vez que asustada y ver la película “Puente hasta Terabithia” no la ayuda a controlar sus sentimientos y eso que ya sabía que clase de putasos hay en esa madre. Y de hecho, cuando lo ví en su momento por televisión abierta y por jodido, me saque de pedo porque no esperé que la niña terminase tiesa patas pa arriba sin avisar y todo por la puta maestra que solo quería a alguien que le diera como cajón que no cierra o eso me acuerdo... ¿Qué decía? Ah, sí... No podía dejar de imaginar que dentro de poco conocería el significado de entablar relaciones sexuales.

Cuando regresó a ver la hora y siendo las 5:01 de la tarde, tocaron el timbre.

Se levantó del sofá y cuando abrió la puerta se encontró con su amorcito. Luego de estar seguro que nadie del exterior lo esté observando, Fiona lo tomó suavemente de la mano y lo metió a su casa cerrando la entrada con llave.

Mientras que Lincoln se sentaba en el sofá y dejaba su mochila en el suelo con la intención de mirar la película que había en la televisión, la castaña se aseguró de que todas las ventanas del primer paso estén bien cerradas con seguro y cubiertas con las cortinas porque lo que menos quería era que nadie sepa lo que ocurriría en el interior.

Por último, cuando cerró con seguro la puerta trasera, Fiona apagó su teléfono y lo dejó encima de la mesa de la cocina.

No lo iba a necesitar en las siguientes horas.

Al regresar con el niño quien estaba viendo tranquilamente la tele, la castaña se colocó delante suya por unos segundos y luego de verlo a los ojos por unos instantes, se dió media vuelta y se sentó suavemente en su regazo sin ninguna intención de lastimarlo con su peso ya que la chica media y pesa el doble que el niño.

— Hueles muy rico – dijo Lincoln posando sus manos en la cintura de su chica y respirando profundamente su aroma.

— Estoy usando un aroma especial – dijo Fiona con una suave sonrisa mientras disfrutaba como la tocaba — ¿Me dirías lo que les dijiste a tus papás para que vinieras aquí?

— Les dije que trabajaría todo el fin de semana en la granja de un amigo, pero el resto de la semana, puedo venir todas las tardes contigo.

— ¿En serio? – dijo un poco sorprendida, ya que comenzó a sentir algo en donde estaba sentada. — ¿Trajiste lo que compramos?

— Si, los tengo en mi mochila.

— Bueno, subamos a mi habitación.

Con cuidado, Fiona tomó a Lincoln de la mano mientras que esté último tomaba su mochila para subir por las escaleras luego de apagar la televisión porque no es bueno malgastar la electricidad y mucho menos en verano por la puta luz parece como un golpe de Mike Tyson directo en los huevos u ovarios dependiendo que esté leyendo este párrafo.

...

Por alguna razón, dejaron la puerta abierta. Siendo muy raro porque aunque no hay ningún alma en esa casa, se suele tener las puertas cerradas debido a que hay cierta inseguridad de que alguien se asome y te esté mirando pese a ser muy improbable de que esto ocurra, pero nunca sería cero.

Haciendo a un lado mis reales y justificadas afirmaciones, Fiona y Lincoln se encuentran sentados en la cama un poco nerviosos.

Iban a tener su primera vez y los videos educativos en el youtube amarillo para adultos donde te enseñan sobre como hacer el sexo, solo se podía aprender la base de la teoría. No te muestra lo que tienes que hacer antes de comenzar para consumar el acto, tampoco lo que ocurre cuando dos individuos tienen relaciones sexuales por primera vez y por último, pero lo más importante, el uso adecuado de los anticonceptivos, ya que hay muchos pendejos ahí fuera que les vale verga y se contagian de enfermedades sexuales como la gonorrea, el sida o el chancro voraz.

Después de unos segundos de estarse mirando el uno al otro, ambos se quitaron la ropa hasta quedar totalmente desnudos.

Lentamente, Fiona se recostó en su cama y extendió sus brazos para que Lincoln le dé un abrazo.

Sin dudarlo por un instante, el niño abrazó a su amante seguido de darle un apasionado beso en la boca sincronizando sus propias respiraciones mientras que lentamente comenzó a subir la temperatura corporal hasta comenzar a sudar.

Inevitablemente, Fiona sintió que Lincoln quería llegar aún más lejos en su relación y ella lo dejaría hacerlo sin pensar en un momento las consecuencias de tal acto. Con delicadeza, lo apartó un poco y suavemente levantó sus piernas manteniéndolas arriba con su brazo izquierdo y a su vez dejando expuesta ante la merced del niño, su intimidad.

— Linky, es mi primera vez... Sin querer vas atravesar y estirar mi himen, comenzaré a sangrar, pero no te asustes, es normal. Usa el preservativo primero, cariño.

Sin decir nada, el niño se puso el condón.

Con cuidado en no lastimarlo, Fiona usó su mano izquierda para sujetar el miembro del chico e indicarle dónde debía introducirlo en su caliente y sudoroso cuerpo.

Lentamente, la castaña comenzó a sentir un intenso dolor en un vagina provocando que comience a lagrimear por tal reacción del mocoso, pero este último, se sintió un poco asustado porque miró como su pene se encontraba manchado de la sangre de su novia y no pudo evitar sentirse preocupado por ella.

Sin embargo, en menos de lo que canta un gallo, algo en el cerebro del niño se apagó por completo, haciendo que sus más bajos instintos se apoderen de su cuerpo, destacando su instinto de apareamiento.

Fiona sentía como ese niño comenzaba a embestirla con mucha lujuria y hambre de continuar en esa posición, pero al perder la fuerza en su brazo derecho, abrió por completo sus piernas dejando que Lincoln continúe cogiéndosela sin descanso mientras rodea con sus brazos la cintura de su chica; ella sentía como el intenso dolor del principio iba desapareciendo poco a poco, lo que es muy normal ya que no está acostumbrada que la espalda del niño se envaine en su funda y para eso, necesita abrirse espacio para encajar correctamente.

Entre tanto zangoloteo que duró unos 5 minutos aproximadamente, Lincoln quería cambiar de posición porque ya se aburrió del misionero.

Cuando sacó su verga del interior, el niño hizo que Fiona cambiase de posición con el dedo a lo cual ella obedeció sin ningún problema. Sí creo en lo que estoy pensando, la chica se dió media vuelta y se colocó como chivito al precipicio dejando una imagen espectacular tanto de frente que por detrás, mamón; luego continúo siendo embestida por su pequeño amante.

En unos 15 minutos ininterrumpidos, Fiona sentía como toda la fuerza en su cuerpo se diluía cada vez más y más rápido, haciendo que comience a babear y jadear con la boca abierta hasta llegar a un punto de casi perder la conciencia por sentir tanto dolor y placer al mismo tiempo.

Sin dar un aviso, Lincoln llegó a su clímax recibiendo el condón absolutamente todo su semen en el interior de Fiona.

Sintiendo como sus piernas no dejaban de temblar, la chica se desplomó en su cama mientras que el niño saca su verga del interior de su novia. De repente, Fiona abrió los ojos y observó como Lincoln se quitaba el condón de su miembro con un nudo para después ponerse otro sin ningún problema.

Como respuesta, la castaña lo miro fijamente para después sacar la lengua, una respuesta que tomó el albino para continuar penetrándola como el deseaba, por sí mismo.

Lo que ocurrió en las siguentes 3 horas solo se podía describir con una palabra, masacre.

Hijo de su puta madre, estos dos parecían conejos lampareados que jamás habían visto el sexo contrario en su cachonda vida, ya que las pinches sábanas se encontraban tan empapadas que pareciese que Diosito llegó de la nada y les echó una cubeta de agua para que despegaran como sí fueran unos perros. Además, en un punto de tanto fornicar, llegaron a deshidratarse tanto que sí no fuera de que Fiona siempre tenía una botella de agua en su mesa de noche, estarían más secos que los limones en los puestos de tacos en México en una zona de mala muerte. Y por último, hacía un puto calor que sí llegabas a acercarte lo suficiente, sentías como se te quemaba la piel por tanta fricción que hubo ahí mismo.

Sin embargo, lo único que pudo detenerlos fue su misma naturaleza humana.

Cuando pierdes tantas calorías y grasas de tu cuerpo en un corto periodo, tu cerebro tiene la capacidad de dormirte sí intentas sobrepasar el límite máximo que puede alcanzar el cuerpo humano y para que no te dé un paro cardíaco, pendejo.

Haciendo a un lado mis explicaciones, Lincoln se encuentra abrazado a Fiona por detrás con su pene aún en el interior de su chica. Ambos se encontraban desmayados y probablemente no despertaría hasta el siguiente día y no los culpo. Se mamaron una caja entera de los condones que compraron para su tiempo de caridad en pareja.

...

En todo el fin de semana, Fiona y Lincoln no hicieron nada más que tener sexo desamparado.

Cuando sonaba la alarma para despertar en la mañana, se levantaban de la cama y se metían a la regadera donde Fiona se dejaba de penetrar por el niño apoyada en la pared de la ducha y el agua fría enfría sus cuerpos. Al desayunar, ambos comían las cosas más grasosas que se te podría imaginar para la comida, ya que quemaron tantas calorías de su cuerpo que necesitaban muchas más para no quedar desmayados. Después de comer continuaron dándose amor en la sala de la casa donde Fiona veía recargada en la ventana como las personas del exterior hacen si rutina diaria mientras que ella era constantemente cogida por un simple niño que la hacía gemir como una zorra adicta a su amante de toda la vida. Y cuando volvía a darles hambre, ordenaban una pizza tan degenerada y grasosa para continuar con su diversión de tan solo un par de movimientos.

Siendo el último día donde Lincoln se tenía que largar a su casa, Fiona quería que se despidiera de ella de una forma apropiada y usando el último condón que le quedaba, el niño comenzó a entrar más allá de sus límites y la castaña lo dejaría hasta que esté  satisfecho.

Fiona sentía como en su interior el niño deseaba llegar a un más profundo, pero su cervix se lo impedía. Antes que el niño pudiera alcanzar la suficiente fuerza con sus embestidas, su resistencia se había agotado provocando que Lincoln eyaculara en el condón en el interior de Fiona.

Siendo el último día que estarían todo el día juntos, ambos sellaron su sana convivencia con un beso hasta terminar completamente dormidos.

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En el siguiente capítulo, es el último que haré de está historia, pero también les tengo una sorpresa, cabrones.

Hasta pronto...

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