Prólogo
6 años atrás
En el hospital universitario de Seúl, una pareja llega de emergencia. Ella tenía 28 semanas de embarazo cuando fue ingresada en una situación crítica. Varios análisis previos apuntaban a que sufría preclamsia, su tercer embarazo y todo apuntaba a que tendría que realizarse una cesaría antes de que fuera peligroso.
Los médicos que le atendían pensaban eso...sólo uno entre ellos dijo otra cosa.
—No, no es preclamsia — señaló — Según lo que he escuchado, casi se ahoga al comer una pera hervida, ¿cierto?
—Sí — dijo uno de los médicos.
—Háganle una radiografía, seguramente encontraremos algo más en su garganta — los otros dos médicos se quedaron escépticos.
—Háganle caso — les ordenó el decano del hospital.
Así fue como se descubrió que no era preclamsia como anticipó, realmente tenía cáncer...
—Debemos realizar una cesaría de inmediato para que comience con la radiación — llevaron las malas noticias a la pareja que estaba en un cuarto de hospital.
—Pero, con 28 semanas no podrá sobrevivir, es muy pequeño — la madre parecía realmente desecha, no podía simplemente arriesgarse a perder a su bebé.
—Hana...por favor — su esposo tomó su mano con delicadeza, mostrando en sus ojos la angustia — Tu vida es más importante
—No, no lo haré — sentenció sin importarle lo que le decía su esposo.
El doctor que antes atinó buscó por todos los medios iniciar otro tipo de tratamiento y encontró un método que nadie quiso usar.
—Muy peligroso
—Arriesgado
Le decían cada que intentaba convencerlos, en ese tiempo apenas si tenía una especialidad en enfermedades infecciosas. Nadie le haría caso en ese momento, porque no tenía mucho que ver en el caso. Sin embargo, entró en estado de crisis la paciente.
—Deben realizar una cesaría de emergencia — les dijo aquel doctor, entrando de repente en el quirófano.
—¿Qué hace aquí? — Se enojó uno de los que estaban atendiendo la crisis.
—Haga lo que le digo
—No, podría morir la paciente — tenía razón.
—Iré a hablar con el esposo — apresuró a decir saliendo rápidamente al pasillo, se encontró con el joven esposo, de cabellera negra y quizá su misma estatura.
—¿Cómo está ella?
—Ella...—veía la preocupación del joven en su rostro, algo cansado y posiblemente eso no terminaría hasta mucho después — Está muy mal, lo mejor será que se practique una cesaría, debe tomar una decisión
Tiró el vaso lleno de soda, el médico delante de él se hizo hacia atrás por el charco que le mojaba los pies.
—No, yo no puedo hacerlo...— parecía a punto de entrar en una crisis total.
—Sí puede, usted sabe lo que ella quería — lo tomó de los hombros — ¡Decida pronto!
Y con los ojos cristalinos y voz quebrada acepto.
—Está bien, salve a mi hija
Con esa respuesta regresó de inmediato al quirófano para que comenzaran rápido. Ayudó en lo que pudo hasta que el bebé salió del cuerpo de su madre.
—No respira — dijo llevándolo a la pequeña camilla que tenían para la criatura.
Estuvo moviéndolo ligeramente, puso en sus fosas nasales el pequeño aspirador de plástico por si algo obstruía el proceso. Sin embargo, no parecía tener resultado.
—Voy a tener que entubar — avisó a los demás doctores que estaban intententando salvar la vida de la madre, sus signos vitales iban en picada.
Fue hacia la otra mesa, hasta que...
Pi,pi, piiiiiiiiiiiiii.
—La hemos perdido — dijeron justo cuando el llanto del bebé llamó la atención de todos ahí.
El médico miró a la criatura que estaba dando todo de sí para incorporarse a la vida, mientras su madre se iba. Apretó los labios detrás de su cubre boca azul, ese día lloró por primera vez al ver una muerte en sus pacientes.
Días después, veía a un joven padre cargando a su hija entre brazos en el área de maternidad. Un padre soltero.
Suspiró. Un paciente más, estaba bien...
¡Hola chicxs! Me vengo a chingar la madre con otro fic -se suicida- es que Mafi hizo la portada y no me pude resistir DDDD: -lloranding- Estupida, mis fics, idiota. xDDDD Esperemos a ver cada cuanto subo :V
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