"Cuando era pequeña, tenía un amigo, uno especial.

Él era de la familia, un par de años mayor que yo, pero a ninguno eso le importó.

Nos gustaba jugar con los juguetes que con los años logramos juntar, y aunque yo era muy quisquillosa y a veces te hacía enojar, siempre que necesitaba un amigo, tu llegabas para volver a jugar.

Aún recuerdo aquel apodo con el que me solías llamar.

Y siempre que nos daban algo, era para los dos sin dudar.

También recuerdo cuando te ponías triste, cuando deseabas no existir más.

Eso siempre me rompía el corazón, porque, a pesar de todo, eras de la familia, y aunque nos volvieras locos, todos te querían.

Te quieran todavía.

Se que ella no es la mejor, que desde muy chico tuviste que ver por tí mismo en más de una ocasión, más nosotros siempre estuvimos ahí, yo siempre estuve para ti.

Te quiero, te acepto, y hasta cierto punto te comprendo.

Pero...

¿Cuándo vas a entenderlo tú?

Amar no es soportar, amar es ayudar.

Nosotros te amamos, pero tú has abusado de ese amor.

Y ¿Sabés qué? Tengo miedo.

Temo por tí.

Temo perderte.

Temo no volver a verte.

Fuiste mi primer amigo, mi hermano, mi confidente.

Me gusta pasar tiempo contigo, revivir esos tiempos de niñez inocentes viendo series sin sentido y jugando juegos donde solías hacer trampa. Hasta que aprendí a hacerlo mejor.

Ella te quiere, todos te quieren.

Sólo quieren lo mejor para tí.

¿Acaso no lo entiendes?

¿Por qué no lo entiendes?

No entiendo qué te a pasado.

Se que cosas duras han pasado y muchas veces sólo te has quedado.

Pero eso no es excusa para dejarnos de lado.

Somos tu familia.

Disfuncional y problemática ¡Pero lo somos!

¡Entiéndelo por favor!

¡No quiero perderte hermano!

¡Regresa!

¡Vuelve conmigo!

Te lo suplico...

Volvamos a jugar.

Aunque sea solo una vez más.

Tengo miedo... De qué nada vuelva a ser igual... De no poderte salvar.

No esta vez.

Sé que no soy la mejor y mi trato contigo tampoco lo a sido.

Sé que te he dejado de lado y muchas veces te he ignorado, pero la verdad es que ya no sé qué hacer.

No quiero perder la fé, pero... Creo que primero te perdí a tí".

Lola.