"Dicen que una acción vale más que mil palabras.

Pero siempre existirán aquellas que nos llegarán al alma.

No es la palabra en sí, sino lo que nos hace sentir.

Es el significado que le damos lo que le otorga ese valor que va más allá de lo típico, que va más allá de lo comprendido.

La forma, el momento, pero sobre todo la persona que lo dice.

Puede darle más fuerzas a las emociones que nos provocan sus palabras.

Un "te amo" con lágrimas en los ojos.

Un "lo siento" con la voz rota.

Un "te odio" con una sonrisa.

O un "estás loco" entre risas.

Yo amo las palabras.

Las palabras sinceras, las que vienen del alma.

Las que se reflejan en la mirada.

Las que te llegan al corazón y hacen de ese momento uno espacial.

Uno que siempre recordarás".

Lola.