Pasó un mes, pasó diciembre.

Una de mis amigas había dicho a la novia de Kris que él había sido infiel, me tocó decir la verdad.

Kris lo negó todo en mi cara.

Ese día no hice más que llorar, siempre que lo veía abría una herida que aún no cicatrizaba.

¿Por qué mentía de esa forma? Lo peor es que ella le creía cada palabra.

Es preciosa aunque es muy delgada, pero eso no fue lo que me desconcertó, sino que ella cree que él es el mejor hombre del universo.

Kris solo le decía mentiras, temí en que en nuestra relación hubiera hecho lo mismo.

Él ya no era el Kris que había conocido, de alguna forma nos habíamos destruido, de alguna forma era demasiado hombre, demasiado mentiroso.

Mientras Kris seguía siendo un inmaduro sin empatía humana, yo seguía creando mi mejor versión.

Kris ya no es Kris, y aunque fue el amor de mi vida, ya era el momento que empezara a cerrar la herida por completo, ya no sangrará...

Ya no harás daño.

No podrás olvidar que te amé, como yo nunca imaginé, estaré en tu piel, cada momento en donde estés.

Siempre habrá, un lugar, algún recuerdo que será...

Un eterno suspirar.

Así será y viceversa, me doliste y si me dañaste tanto, era porque no me amabas, creo que nunca lo hiciste.

Adiós Kris, no volveré a escribirte, no volveré a buscarte, no te esperaré, no te amaré, no te miraré y serás un desconocido, ya no me latirá el corazón cuando te vea, ya no te veré con los ojos con los que te vi al inicio.

Ya no eres mi Kris, y yo nunca me enamoraría de esta persona.