Mi vida entera

VIOLET

Había optado por vestir con un vestido de color azul, con escote, y tiras delgadas. Quien diría que debajo de ese atuendo traería una ropa interior infantil de colores.

Estaba ayudando a mi madre a hacer la cena, vendrían familiares de otras ciudades por razones desconocidas.

—Te presentaré a mi novio.

—¿Desde cuando tienes novio? —ni yo sabía, Kris no me había pedido oficialmente que fuera su novia pero ya me había puesto el título.

—Pues, ayer —sonreí como un ángel.

—Ayer fue cinco. ¿No terminaste con tu novio virtual el primero?.

—No voy a sufrir por un amor, para eso puedo tener a todos los que quiera.

Me miró con desaprobación, pero no me importó. Me valía poco lo que pensaran los demás, incluso mi madre.

—Está bien.

Corté el pollo en cuatro pedazos, estaba dudando en si ir a la fiesta con Kris o quedarme a la cena con mi madre, pues el pollo era una de mis comidas favoritas y era una situación tentadora.

—Se llama Kris —solté.

—Es raro, nunca me habías presentado un novio real —y era cierto.

Siempre tenía mis novios por unos días, no eran la gran cosa, el único del que le había hablado era el virtual, pero según mi madre eso no era una relación real.

—No lo se, supongo que, no se —seguí cortando el pollo.

Era raro pero sentía que debía presentárselo, sentía algo dentro de mi piel, como si él fuera a ser importante.

Mi madre me sonrió, no supe exactamente porque.

—Estoy feliz de que al fin tengas un novio.

La miré confundida.

—Casi no sales, me gustaría que empezaras a salir y a disfrutar un poco, ya casi cumples los diecisiete.

—Pero si cuando salgo luego dices que salgo mucho —la miré con los ojos entrecerrados. Ella se rio.

—Solo, sal.

Terminamos de hacer la cena. Mi madre no era una mala madre, pero cuando teníamos peleas me caía relativamente mal, sin ganar del tema de papá.

Papá, papá, papá. El que es el héroe de muchas, en algún tiempo también fue el mio.

—Ya llegué —mi mejor amiga abrió la puerta de golpe, me asusté tanto que pegué un pequeño grito.

—¿No puedes tocar? Pensar que al principio te daba pena hasta eso.

—Cuando tomo confianza, nadie me la quita.

—Ya veo —mi mamá se rio.

—¿Ya me contaste? —me pregunto Alice al oído cuando se acercó.

—Si.

—Oh, van enserio.

—¿Qué tanto secretean? —mi madre preguntó —, mejor terminemos esto antes de que llegue el chico ese.

Me tendió la bandeja con las verduras, yo suspiré antes de recibirle.

...

—¿Entonces vas a traerla a las nueve?.

—Si señora —Kris asintió nerviosamente.

Estábamos en la puerta de mi casa, estaba lista para ir a la fiesta familiar con él, Kris tenía un atuendo poco peculiar, traje de corbata. En realidad siempre me habían gustado ese tipo de ropa, así, elegante, me prendía.

—Si la traes después de las nueve tendrás problemas jovencito —amenazó.

Mi madre a diferencia de mi, era morena, más gordita que yo, pues su cuerpo no había quedado igual después de tres partos, también tenía el cabello negro, con rizos.

—La traeré de vuelta a la hora acordada, no se preocupe —respondió tan caballeroso como siempre.

Me emocioné, jamás había tenido una suegra real, nunca había ido a la casa de un novio a ser presentada oficialmente como su novia. Era un privilegio que no me habían dado, aunque yo misma era la que en realidad tenía miedo de los compromisos.

Bajamos las escaleras del portón, vivía en una casa grande a las afueras de la ciudad, en un pueblo un poco peligroso. No era la típica chica rica que aparece en los libros, pero mi madre se había casado con un hombre bueno y con dinero, así que al menos teníamos un hogar.

Llegamos al estacionamiento y él me presentó su moto, yo siempre había sido muy miedosa, no me gustaba hacer nada que pusiera mi vida en peligro, cuando él me tendió el casco yo entré en pánico.

—¿No podemos ir caminando?.

—Violet —se rio —, vamos al centro. ¿Cómo vamos a caminar hasta allá.

Me encogí de hombros tomando el casco, me tocaría arriesgarme.

—Tengo un poco de miedo a las motos —dije subiéndome detrás de él —, así que por favor trata de no manejar como un loco.

—Estás hablando con un profesional —encendió la moto —, además no haría nada para dañarte.

Esas palabras retumbaron en mi mente, por lo general todas las personas que me decían eso, terminaban haciendo todo lo contrario.

—Es irónico —sonreí —, cuando voy caminando me dan miedo las motos y cuando voy en moto me dan miedo las personas, que se crucen y terminemos muertos también.

—A veces me pregunto como se te pasa todo eso por la mente —empezó a conducir.

—Eso que no haz escuchado nada —reí. A veces podía ser muy turbia.

—Pues estoy preparado para traumarme contigo toda mi vida.

Me sonrojé, todo en él era tan perfecto que me daba miedo admitirlo, no dije nada, pero sabía que tenía en la mente.

Llegamos a la casa donde se llevaría a cabo la celebración de cumpleaños de mi suegro, estaba nerviosa no lo iba a negar.

—Te quiero presentar a mi mamá —me tomó de la mano para llevarme adentro.

Y así, con miedo y vergüenza, llegamos hasta donde estaba toda su familia.

A lo lejos divisé un señor de cabello negro, se parecía un poco a Kris, así que supuse que era su padre.

—Mamá —él tocó el hombro de una señora joven, de baja estatura.

—Hola mi amor —ella lo saludó de beso, mientras yo me di tiempo para detallarla mejor.

Su cabello estaba pintado de un tono rojizo, lacio, tenía ojos de color avellana y una cara muy bonita. Cuando dirigió su mirada hacia mi, me encogí en mi lugar.

—¿Tú eres Violet? —asentí con vergüenza.

—Si señora.

—Es mi novia mamá —dijo Kris con orgullo, yo sonreí.

—Es muy bonita, yo soy Jess, gracias por estar aquí —ella me sonrió mostrando sus perfectos dientes.

—Es un placer —le devolví la sonrisa.

—Oh, espera a conocer a Yazid, puede tener cara de gruñón pero no dejes que eso te asuste —me susurró Jess, Kris rio a mis espaldas.

—Si es gruñón —redactó él.

El señor miró a nuestra dirección, no se veía mala persona, pero tenía una mirada seria, dominante.

—Solo voy a presentartelo —Kris trató de convencerme, pero yo me aferré a su brazo, todo era nuevo para mí.

Y por el miedo que sentía, destruí todo a mi paso.