Kris...

Aquí empiezan mis cartas a ti, escribo una siempre que lo veo necesario, ya no puedo hablarte, estoy en contacto cero, pero sueño con el día en que veas mis escritos y al menos te rías de ellos.

De la chica que se enamoró cuando él dejó de estarlo.

Siempre estuve enamorada, nunca lo acepté.

He aprendido a controlar mi ira, he planeado todo mi futuro para tener claro que pienso hacer, he aprendido a expresar lo que siento, así me sienta incómoda.

Kris, me marcaste, me marcaste tanto que he decidido llevarte tatuado en mi piel, no de forma directa, pero si pienso tener algo que signifique toda nuestra historia.

He empezado a amar la comida de nuevo, volví a comer las tres comidas del día, al principio me costó, vomitaba mucho, pero luego se me hizo más llevadero y ahora estoy bien.

Casi no duermo, no es por pensar en ti, pero he estado escribiendo bastante, me llena, me libera.

He salido con chicos, pero no se como no pensarte cuando estoy con ellos, al final termino hablando de que no te he superado y que te amo, termino con ellos sin siquiera empezar.

Estoy rota, y no es algo malo, cargo con heridas desde hace mucho tiempo y de alguna forma me sanaste y me abriste otra más, trato de recuperarme.

Te jamo, si, con mucho jamón y queso.