Brillas (5)

Brillas

KRIS

Ella salió de su casa, con su estilo particular de chica fresa, le gustaba combinar atuendos y tener un look para cada ocasión, aunque lo único que provocaba era verse tierna.

Era de baja estatura, con el cabello castaño largo y ondulado, los ojos cafés oscuros y con senos voluptuosos.

Me estaba enamorando de ella, pero ella no tenía el mismo brillo en sus ojos.

—¿A dónde iremos?.

—A mi casa. Quiero que conozcas el hogar de este monumento griego.

—Me asusta tu ego —rio, a Violet no le gustaba su sonrisa pero era lo más de perfecta.

—Estás hermosa —eso hizo que dejara de reír y que me diera una palmada en el hombro aún sonriendo.

—Ya —se rio de nuevo —. ¿Tus padres están?.

—¿Por qué? ¿Quieres que no estén? —levanté y bajé las cejas, ella me golpeó de nuevo.

—No tonto, yo soy muy virgen, no me dejaría tocar.

—¿Eres virgen? —bajamos las escaleras de la casa de su madre.

—¿Tú no? Que tonta —se rio —, es obvio que tú no, eres hombre.

—¿Qué tiene que ver? —pregunté confundido, siempre había sido muy reservado en ese tema.

—Pues, para ustedes no es importante.

—Para mi si.

—¿Osea que si eres?.

—Si —al parecer esa respuesta la desconcertó porque me miró como si estuviera loco.

—Que va, no te creo —dijo asombrada.

—Me ofendes, yo no voy metiéndole el pene a todas las que se me atraviesan.

—Vale, vale, lo siento. Es que es irreal. Nisiquiera en los libros pasa esto.

—Pues soy mucho más increíble que los chicos de tus libros.

—Nadie superaría a Christopher Morgan.

—¿Y ese quién es? —pregunté.

—El coronel, de pecados placenteros. Es mi trilogía favorita, es tóxica pero me vale.

—Dicen que una persona es lo que lee.

—Déjame, también dicen que no hay hombres vírgenes y mirate aquí.

—Un virgen y una virgen.

—Yo al menos me meto el dedo —admitió, la miré extraño.

¿Cómo soltaba algo así?.

—¿Qué? Es algo normal —se rio —, las personas están acostumbradas a que el sexo es algo extraño y les da vergüenza decir que lo hacen. A mi no, no me da pena nada.

—No se si sentirme orgulloso o asustarme.

—Asustate, que soy peor.

Llegamos a mi casa, era grande, mucho más que la suya, así que comprendía su cara de asombro. Tenía un portón enorme, unas rejas de color blanco adornadas.

—¿Eres vendedor de órganos?.

—No, pero de igual forma robaré tu corazón.

Todo un don Juan.

—¿Se puede robar algo que no se tiene?.

—Eso sonó muy depresivo —me burlé.

—Sonó sad —siguió la burla.

Entramos a mi casa y nada más hacer un ruido se escucharon ladridos adentro.

—¿Tienes perros? —ella preguntó, me había dicho que amaba los perros.

—Si, dos perritas —confesé.

—¿Son bravas? —negué.

Las divisamos brincar a lo lejos, Kitty y Samy, una mayor que la otra, una madre y la otra hija.

—¡Oh, vaya! Son preciosas —dijo Violet cuando ambas perritas llegaron a sus pies a olerla.

—Si, lo son —la miré ilusionado, ella era preciosa también.

—Hermosas, lindas —se agachó a tocarlas.

—¿Quieres algo de tomar?.

—Si, lo que sea —murmuró prestándole más atención a las perritas que a mi.

Me dirigí a la cocina, tomé la botella de jugo que había en la nevera y le serví.

Cuando giré ella ya no estaba y la puerta de mi habitación yacía entreabierta.

—Linda —la llamé —. ¿Estás espiando?.

—Solo miro —dijo cuando abrí la puerta de la habitación.

—No hay problema, lo mio es tuyo.

—Gracias —me sonrió, joder. Esa sonrisa suya era lo que más me mataba.

—Ten —le ofrecí el vaso que ella tomó.

—¿No te dejan pintar las paredes?.

—¿Quieres que mis padres me maten?.

—Cuando compre pintura voy a llenar mi cuarto de dibujos, amo el arte. Algún día también llenaré tu cuarto de color.

Ella tan viva y yo tan jodido.

—Cuando era pequeña —empezó —, tuve que cuidar de los mellizos por un tiempo. En ese entonces mi madre tenía otro hombre de marido, él si era malo. Habían días en los que llegaba muy ebrio a la casa y golpeaba a mi madre.

—Hey, si no te sientes bien, solo dímelo...

—Estoy bien, es algo que ya sané. El caso es que tuve que dejar de estudiar dos años, por quedarme en casa mientras mi mamá trabajaba duro. Esa es la razón por la cual perdí años, yo amo estudiar, y soy muy buena en realidad.

—Lo sé, eres increíble —lo dije porque a mi me iba de la mierda en el instituto. Aunque pasar es pasar.

—El problema es que bueno, tengo algunos traumas sobre el maltrato. Suelo pensar que los hombres son violentos.

—Creo que las mujeres pueden ser más violentas que un hombre.

—Lo sé, pero digo, ellas son chicas ¿no? En la sociedad no se ve extraño.

—Yo jamás te golpearía.

Ella calló.

—Yo lo haría si te lo merecieras.

—Creo que nada jus...

—No me importa tu opinión.

Esta vez yo dejé de hablar, debía entenderla, era una chica bastante difícil de sobrellevar.

—Tengo una relación un poco tóxica con mi padre.

—¿Cómo tóxica?.

—No nos entendemos de nada, en lugar de eso con mi madre siempre me he llevado bastante bien. Pero ninguno de los dos, ven el esfuerzo que hago día a día.

—¿Tú hermana está aquí? —dijo ella cambiando el tema, yo negué con la cabeza.

—Está en la casa de mis abuelos.

—¿Cómo se llama?.

—Dinnie.

—Es un nombre precioso.

—Ella igual. Por ella también se han creado desacuerdos con mi padre.

Ella miró su celular. Como me estresaba que hiciera eso, más cuando yo tenia toda mi atención en ella.

Rodé los ojos tratando de no hacer una escena, pues ella me había dicho porque la ansiedad con su celular.

—Estaba viendo la hora.

Yo tampoco era fácil de sobrellevar, por eso sabía y reconocía que íbamos a hacer dinamita.

—Ven —le quité el celular de las manos, ella se asustó un poco —, escucha esta canción.

Abrí el buscador de YouTube y escribí el nombre "brillas" de Leon Larregui, ella se quedó mirándome.

—¿Me la dedicas? —preguntó a modo de burla.

—Si —respondí serio.

Ella se quedó contemplando la letra toda la canción, mientras yo tenia mi vista en ella.

—¿Cómo es que siento que te quiero incluso sin conocerte bien? —admití cuando la canción terminó.

Violet me miró atónita.

—¿M-me quieres?.

—Te quiero.

Y por primera vez, se lanzó a besarme como protagonista de película romántica.

Ella era un demonio disfrazado de ángel.

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