506 (11)
Donde dejamos el primer amor, con dieciseis todo cambió.
506.
VIOLET
Me dolía todo el cuerpo, habíamos cogido toda la noche anterior, unas siete veces.
Me sentía extraña, como si toda mi inocencia se hubiera ido por ese tema. ¿Seguía siendo la misma, no?.
Había estado de locos, me había gustado tanto que me aterrada la idea de convertirme en una ninfomana.
—¿Y cómo estuvo? —preguntó Alice desde su sitio.
—Están exagerando con el sexo, no es la gran cosa —mentirosa, era experta en decir mentiras. Si era la gran cosa, si era algo de otro mundo.
—¿No te gustó?.
—Solo digo que hay cosas mejores —me encogí de hombros, claro que no habían cosas más placenteras.
Alice no me creyó, por otro lado hoy tendría que ir al instituto como todos los días.
Cuando llegué no tardé en encontrarme con Kris, a unos metros de mi, me saludó agitando su mano, yo hice lo mismo.
—Hola preciosa —se acercó para besarme.
—Hola —le seguí el beso, él no desperdició la oportunidad para apretarme la nalga.
—No —reí —, nos pueden regañar.
—Aguafiestas —se burló.
Mis amigas ya estaban mirándome a lo lejos, en mi salón tenía dos, exceptuando a la tercera, con la cual ya no hablaba tanto.
Primero estaba Liv, una tigreña de cabello negro corto, con pecas y linda sonrisa.
Por otro lado estaba Kate, una morena de cabello negro largo y rizado.
La segunda era con la que más me llevaba, pues era lectora, al igual que yo.
—Hola Let —me saludó Liv con una sonrisa, ella era una chica sobreprotectora y muy buena amiga.
Le di un beso en la mejilla.
—¿Y tú qué? —le preguntó a Kris —, déjala con nosotras, no mordemos.
Le guiñé un ojo a Kris, el sonrió dándome un beso en la frente.
—Cuiden lo mio —yo solté una pequeña risa.
—Tarado —soltó Liv cuando él se fue.
—Hola Kate —la saludé.
Ella me devolvió el saludo y tiró de mi mano para ir a clases. Ya en el salón fue lo mismo de todos los días, recocha, aburrimiento y escuchar a los docentes hablar durante horas.
—¿Entonces coqueteaste con un chico? —preguntó Kate.
—Ya no, ya lo eliminé, creo que no vale la pena.
—¿Tú eres la enamorada que sale con el chico de último año? —preguntó un chico a mi lado, yo me sentí incómoda.
—Enamorada no estoy —renegué —, si lo estuviera no coqueteara con más chicos —y otra mentira.
¿Cuándo pararía de mentirme a mi misma sobre lo que siento?.
—Ehh —Liv intervino —, vamos a la cafetería.
Caminamos hasta allí y compré algo para merendar, amaba la comida, especialmente si eran chucherías.
—¿Estás segura de que no lo amas? —preguntó Kate, a lo que la miré como si tuviera tres ojos.
—No lo amo —mentí de nuevo —, solo tengo dependencia emocional.
Ella no me creyó, sabía que yo era terca y no iba a aceptar las cosas así como así. La que realmente sabía porque lo decía era Alice.
—¿Vamos a salir en la tarde? —indagó Liv.
—Quedé con Kris —me senté en el suelo de la cafetería.
—Últimamente solo pasas tiempo con él —se quejó —, ya no pasas mucho tiempo con noso...
—Hola linda —Kris llegó a mi lado besándome la frente.
—Hola —lo saludé.
—De esto es lo que hablo —susurró Liv.
—¿Podemos hablar luego? —le pregunté a Kris —, estoy con mis amigas y solo las veo en el instituto, tú y yo podemos vernos en la tarde —expliqué.
—Que flojera que estés siempre encima de ella.
—Al menos ella tiene a alguien que esté encima de ella.
—Yo también tengo novio. ¿Y qué? No mantiene pegado a mi como chicle.
—No te querrá —se burló Kris.
—Me quiere mucho más de lo que te quieren a ti.
—Violet es la que sabe eso, tú no.
—Ella nos cuenta todo.
Me pegué una cachetada mental.
—Ah —él se alejó de mí —, vale.
Sentí mi corazón exprimirse lentamente, yo si lo amaba...
—¿Pueden dejar de pelear? —pregunté.
—No empieces a defenderlo —sugirió Liv, a lo que callé —, él se puede defender solo.
Tenía razón en cierta parte pero...
—Nos vemos en la tarde entonces —me sonrió triste y me dió un beso en la mejilla.
Joder, me dolía mucho verlo así. Pero que podía hacer en este caso, no quería que mi amiga pensara cosas de mí, ni que creyeran que soy débil.
—Vamos a clase —dijo Kate cuando sonó el timbre.
En la tarde no hice nada en especial, ya casi era año nuevo, tenía que escoger mi ropa.
Al llegar a casa después de las compras Alice ya estaba en el sofá almorzando y hablando por celular con su novio.
—Kris dejó esto para ti —me tendió una carta que hizo que me vibrara el cuerpo.
La recibí y la abrí con mucha energía.
Eran muchos papeles pequeños, con canciones escritas en ellos, el sobre era tipo corazón, le había dicho que quería uno y me lo había hecho.
—¡Que lindo! —corrí a mi habitación.
Dios mio. Que hombre tan lindo, precioso. Estaba llena de amor por él.
—¿No qué no estabas enamorada?.
—Cállate —la señalé.
—Tú eres bien rara.
¿Me haría daño? No lo sé. ¿Quería amarlo? Probablemente. Era el tipo de chico que quería toda la vida, era perfecto.
Pero... ¿Y si me ponía el cuerno? Prefería ser la que lo pusiera a que se lo pusieran y se le burlaran, eso es seguro. Pero tampoco sería capaz de ponerle el cuerno a él, jamás.
No sabía que hacer, no sabía a quien obedecer.
¿Seguir mi cabeza o mi corazón? Era una decisión complicada, pero si no tenía una respuesta pronto podría salirme el tiro por la culata.
¿Por qué era tan terca y quería ser el centro del mundo? ¿Por qué quería hacerme la fuerte y dura cuando soy una cursi soñadora?.
Me había traumado tanto el abandono de mi padre que creía que él también se iba a ir. ¿Él iba a irse? ¿De verdad sería capaz de vivir sin mi?
¿Cómo estás? No se porqué pero pensé en los dos.
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