2
Los asentamientos de las sirenas solían estar en aguas relativamente superficiales, no estaban en rincones profundos del océano para permitir que sus hogares fueran alcanzados por la luz del sol y que sus cultivos y pequeñas granjas pudieran prosperar sin dificultad. Normalmente había asentamientos de otras especies cerca, tanto de animales como otras criaturas mágicas de las que podían sacar provecho mutuamente debido a sus habilidades.
Rui nadaba rápidamente en completa oscuridad, pero no es nada que nunca haya hecho antes. Sus viajes periódicos a la superficie han sido suficientes como para ya estar acostumbrado a nadar a ciegas, además de haber memorizado todos los caminos necesarios para sus aventuras y tareas. Últimamente, seguía la misma ruta de la superficie a su hogar a diario, nadie lo notaba más que su mejor amiga, quien siempre lo esperaba en la pequeña casa que ambos compartían, pero ella nunca hacía preguntas al respecto.
Mientras se deslizaba ágilmente por el agua, pensaba en lo extraño que fue su encuentro con Tsukasa. Se sentía un poco extraño, conocer a alguien como Tsukasa le parecía raro, y eso lo hizo sentir nervioso. La parte final de su conversación le hizo darse cuenta de lo solo que ha estado durante años, y lo mucho disfrutó esas pocas horas que estuvieron juntos. Era una lástima que ese encuentro haya estado completamente planeado...
Por ella.
Con el sol completamente puesto, la oscuridad rodeaba todo a su alrededor, y ya no podía ver el mundo humano desde el fondo submarino. El reino de los tritones estaba lleno del sonido de las olas golpeando contra las rocas, y Rui sentía que su corazón latía más rápido cada vez que recordaba la conversación que tuvo con Tsukasa. Una sensación desagradable llenaba su estómago. Se sentía enfermo e inquieto. No era su primer encuentro con un humano, pero no puede negar que ha sido el más agradable hasta ahora y el único que le importaba tener, encontró a alguien nuevo con quien hablar después de tanto tiempo estando casi completamente solo.
Eso solo empeoraba las cosas.
A pesar de que debería prestar atención a su entorno, Rui no pudo evitar sonreír un poco mientras sus pensamientos se llenaban con Tsukasa. Mientras nadaba y las suaves corrientes del mar acariciaba de manera familiar su cuerpo, Rui sentía una extraña sensación de confort, casi como ser abrazado. Su mente se llenaba de todos los recuerdos que tiene del Príncipe y sus primeras impresión de él, un chico brillante y cálido como la luz del sol que tanto le gustaba admirar. Para Rui, Tsukasa era a simple vista alguien muy alegre y optimista, con una sonrisa hermosa que deslumbraba a cualquiera que la vea a kilómetros de distancia, nunca esperó que por dentro, un chico tan brillante estuviera tan desolado. Esto hizo que Rui sintiera curiosidad por este humano solitario, y cómo podría hacer que su próximo encuentro fuese más entretenido. Le gustaba tener cerca a Tsukasa, no podía negarlo.
Después de un rato llegó hasta una especie de claro rodeado con rocas puntiagudas, bastante alejado de cualquier tipo de asentamiento submarino y solamente iluminado por los escasos toques de luz que la luna producía por sobre la superficie, dándole un aspecto triste y desolado a la pequeña choza que se encontraba en el centro de la pequeña muralla de rocas. A su alrededor no había nada más que arena y un par de algas sueltas flotando sin rumbo. Se acercó lentamente, realmente no tenía ganas de estar ahí, pero se veía en la obligación de dar su informe a aquella óctalida que tanto despreciaba.
Estando frente a la puerta (que en realidad solo era una cortina de algas), esperó un par de segundos hasta que una joven de cabellos oscuros salió con un rostro desprovisto de emociones. Rui abrió la boca para hablar, pero la chica lo interrumpió llevando un dedo a sus labios por un par de segundos, el tritón se congeló unos segundos hasta que ella señaló fuera de la muralla de rocas y comenzó a arrastrarse hacia la salida con sus tentáculos. El peli morado la siguió en silencio un poco confundido, pero una vez estuvieron fuera del refugio, intentó preguntarle qué estaba sucediendo.
— Mafuyu-
— Está molesta porque no llegaste para decirle que encontraste al chico. No quiere verte, e incluso si lo hiciera, ya está dormida... ¿Tienes idea de que hora es, Kamishiro?
Rui solo guardó silencio, su expresión era de molestia y preocupación. Todos los lindos recuerdos de esta tarde se veían nublados por la situación actual. Con un tono evidentemente molesto le respondió a Mafuyu.
— Si ya lo sabe, entonces por qué quiere que venga hasta aquí. Evidentemente no lo necesita.
— Solo quiere estar segura de que aún estás con nosotros. Personalmente, creo que se preocupa demasiado por lo que sea que vayas a hacer. Me parecería estúpido de tu parte que quisieras abandonar tus objetivos por alguien que acabas de conocer.
La expresión molesta del tritón se suavizó ante las palabras de la chica, dejando solo el cansancio presente. suspiró.
— Como sea... Ya que también lo sabes, solo avísale que vine. Si ella quiere detalles, puedes visitarme tú. Buenas noches, Mafuyu.
Ella solo asintió y comenzó a arrastrarse de regreso a la choza una vez Rui comenzó a alejarse. Al tritón le esperaba un largo camino de vuelta a casa.
Cuando Rui llegó a su asentamiento, notó que había algunos tritones y sirenas reunidos en el centro de su vecindario, y que extrañamente estos estaban preocupados por su llegada. Estaba oscureciendo y el mar empezaba a agitarse, le dijeron. Unas sirenas le preguntaron si estaba bien, Rui simplemente asintió y les dijo que solamente había ido a buscar materiales para sus experimentos. Una de ellas rodó los ojos, mientras la otra solo suspiró mientras negaba con la cabeza, luego ambas se fueron sin dar explicaciones ni decir nada más. Rui sonrió decaído.
Cuando las chicas lo dejaron solo, Rui inhaló profundamente un par de veces para recomponerse, y se dirigió a su casa, que estaba a unos metros más adelante del centro del vecindario.Todas las casitas del asentamiento eran cuevas artificiales, rocas excavadas para funcionar como refugio de las corrientes, depredadores y corrientes marinas. Algo parecido a lo que las focas hacían al dormir, pero mucho más cómodo y seguro para las sirenas que no tenían un camuflaje natural y en su lugar llevaban colores brillantes en sus pieles, y sus escamas brillaban elegantemente en cuanto un rayo de luz las golpeaba.
La mente del tritón estaba llena de una gran variedad de preguntas y emociones, se sentía tan confundido por todo lo que acababa de pasar que quería procesarlo estando solo por un momento.
Finalmente en casa, Rui fue recibido por la presencia de su mejor amiga, Nene. Estaba preocupada por él y al verlo inmediatamente se dió cuenta de que algo andaba mal, pero no dijo nada al respecto, simplemente lo saludó con la mano como de costumbre. Rui parecía absorto en sus pensamientos, y Nene se preguntaba en qué estaba pensando. El Tritón solo saludó de vuelta, dejando de divagar sobre los sucesos de ese día y suspirando desanimado luego de eso.
Rui al ver la expresión en la cara de Nene, suspiró y asintió. Ya sabía a qué se debía la preocupación de la joven. Odiaba ponerla tan ansiosa, pero al mismo tiempo pensaba en cómo no podía quedarse en casa tanto tiempo, estaba ansioso por ver a Tsukasa nuevamente y la preocupación de no presentarse mañana hizo que su expresión de preocupación se volviera evidente, Nene no podía seguir ignorando eso. La sirena nadó más cerca del de cabello púrpura mientras ladeaba su cabeza. Este solo la vio a los ojos con una mirada preocupada en su rostro, como si fuera a llorar.
— No es nada, no te preocupes.
Nene sacudió su cabeza mientras le prestaba toda su atención, no sabía a dónde quería llegar su amigo con ocultarle sus sentimientos y las cosas que hacía mientras no estaba en casa, pero le daba mala espina. Siempre lo hizo.
— Nene... Tranquila, estoy bien.
La mirada de Rui se suavizó, estaba utilizando los recuerdos de la tarde para evitar caer en la desesperación que sus acciones le causaban, y la sirena notó la tranquilidad que le traía a su amigo recordar esas cosas incluso si ella no tenía idea de qué era eso que el tritón escondía.
— ¿Sabes cómo a veces se me acercan humanos? Solo me saludan y se van. Pero hoy fue diferente. Conocí a un chico, un príncipe.
Las palabras salían con un deje de tristeza de su boca. Nene era la más consciente sobre cómo se sentía Rui viviendo en ese mundo, se conocían desde pequeños, y el tritón no tenía a nadie más a parte de ella debido a sus extravagantes ideas. La expresión preocupada de Nene se convirtió en una comprensiva en el momento que Rui le mencionó que había conocido a un humano. Ahora entendía.
— A simple vista él era igual que el sol, tan cálido. Tenía la sonrisa más brillante que alguna vez vi, Nene. Nunca podría haber imaginado que en el fondo él estuviera igual de solo que yo, y aun así transmitirme tanta tranquilidad con una mirada.
Rui siguió contándole sobre la charla que tuvo con el príncipe, y ella solo sonrió al escuchar la forma tan dedicada en la que el joven describía al príncipe, y el cómo el momento que tuvieron lo hizo sentir. Nene sonreía, hace mucho que no veía a su mejor amigo hablar tan apasionadamente sobre algo que no fueran sus inventos fallidos. La respiración de Rui se volvió pesada a medida que recordaba cada momento, imágenes vívidas apareciendo en su mente, recordando cada palabra de la conversación.
— Quiere volver a verme, y yo también quiero verlo. Me dijo que mañana volvería al muelle
Rui se sentía tan abrumado por todas las emociones que no pudo evitar soltar un par de lágrimas. A pesar de tener a Nene, el rechazo por parte del resto de su especie le ha hecho mucho daño con el pasar de los años, haciéndolo sentir completamente desolado. Después de haber sentido esta especie de confort y paz con alguien más, no puede evitar sentir todas estas emociones confusas, todas al mismo tiempo.
A pesar de sus lágrimas, Rui sonrió. La sensación de soledad empezaba a pesar un poco menos en su mente. Rui se da cuenta de que aunque es un tritón y Tsukasa es humano, sus experiencias y sentimientos son algo que ambos pueden compartir y entender, y por primera vez, Rui siente que podría conocer a alguien más que lo comprenda. Rui no estaba seguro exactamente de por qué la idea de volver a ver a Tsukasa y hablar con él lo hacía llorar, pero es un sentimiento con el que no estaba familiarizado y no tenía idea de cómo manejarlo.
Rui tenía la sensación de que la próxima vez que se encontrara con Tsukasa, ese sentimiento podría solo hacerse más fuerte y eso lo asustaba. Era aterrador y emocionante al mismo tiempo. Después de un buen rato, la respiración de Rui comenzó a calmarse y se sintió más relajado. Se dió cuenta de que todo esto era parte de conectar con alguien más y eso lo hacía sentir un poco esperanzado por lo que viene después.
Rui comenzó a pensar en que nadie a parte de su amiga se había preocupado genuinamente por él o había disfrutado de su compañía en mucho tiempo. La sensación de no estar solo y encontrar a alguien con quien conectarse hacía que Rui pensara en cómo podría ser la primera vez que ama a alguien. El sentimiento de miedo que sintió antes estaba empezando a dar paso a la sensación de amor. Por primera vez, Rui experimentaba una fuerte sensación de afecto hacia alguien, muy diferente a lo que sentía por los pocos amigos que había tenido a lo largo de su vida, y eso lo hacía sentir emocionado y nervioso al mismo tiempo.
Antes de seguir divagando, se dió cuenta de que esos sentimientos podrían ser en realidad su falta de experiencia al socializar, y la idea de enamorarse de alguien todavía era bastante abstracta, algo que nunca había experimentado antes, y aún no estaba muy claro para él. Toda la experiencia lo dejó en conflicto acerca de sus sentimientos, y solo ha reforzado la idea de que quiere volver a ver a Tsukasa.
Se estaba olvidando peligrosamente de la razón por la cual se había acercado a él en primer lugar.
Nene se separó de Rui, quien no había notado que la sirena lo estaba abrazando desde que comenzó a llorar. Ésta dejó un beso cariñoso en la mejilla del tritón y le dedicó una sonrisa amable y compasiva. El peli morado decidió que ir a dormir era lo mejor en ese momento, era tarde, estaba agotado mental y físicamente. Nene también debía estar cansada.
— Gracias por escucharme, Nene.
El joven abrazó con cariño a la peli gris una última vez y esta le correspondió el gesto con gusto. Le dió las buenas noches y nadó lentamente hasta su habitación.
Recostado sobre su cama, se prometió a sí mismo que sería más cuidadoso con sus emociones la próxima vez que se encuentre con Tsukasa. No quería admitirlo, pero le preocupaba enamorarse del príncipe, solo iba a salir lastimado por una gran variedad de razones. Eran demasiado parecidos, pero sus mundos eran completamente distintos y a pesar de que Rui podía sobrevivir fuera del agua, no podría seguir a Tsukasa a todos lados, su cuerpo no se lo permitiría. Su misión no se lo permitía.
Suspiró y cerró sus ojos. Trató de relajarse lo más que pudo y dejó que el sonido de las corrientes marinas chocando contra las paredes de su casa lo arrullaran para dormir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top